Kyuhyun se despertó ante la suavidad del roce de una mano
sobre su cabello. Él no tuvo que abrir los ojos para saber quien lo estaba
tocando. Él podía sentirlo de todas maneras en su corazón.
Sungmin.
–Buenos días –dijo.
–Tardes.
Le dio una taza de café. Kyuhyun tomó un trago, esperando
estremecerse, pero en realidad estaba
bueno. Muy bueno.
Ante su mirada sorprendida, él se rió.
–Mis padres venden café en el bar. No puedo beber ese
brebaje, pero realmente sé como hacerlo.
–Lo haces muy bien. ¿Qué hiciste mientras dormía?
–Trabajé. Tengo que encontrarme con un cliente y
mostrarle algunas piezas de las que me encargó. Si realmente le gustan, él va a
darme un contrato para suministrar el material gráfico y los murales para su
cadena de restaurantes.
–¿De verdad? –preguntó, impresionado por las noticias.
–Si consigo el contrato, no trabajaré más en la plaza.
Finalmente tendré bastante dinero como para abrir mi propio estudio.
–Sabes, que yo podría darte el dinero para eso.
Una tristeza le embargó.
–También podrían mis padres, pero esto es algo que quiero
hacer yo solo. No quiero que nadie me dé nada.
Él entendió eso bien. Él había pasado la mayor parte de
su vida mortal probándose a sí mismo ante otros.
–Nunca duele tener ayuda.
–Lo sé. Pero no sería lo mismo. Además, pienso que
estaría realmente bien entrar a un restaurante y ver mi trabajo colgado allí.
–Sí, lo sería. Espero que consigas el contrato.
Sungmin rió otra vez.
–¿En cuanto a ti? ¿Qué esperas?
–Espero que mi cabaña nunca salga volando en un huracán
durante las horas de luz del día.
El se rió.
–En serio.
–Soy serio. Podría ponerse feo si lo hiciera.
–Realmente no tienes ningún proyecto para el futuro,
verdad?
–No hay nada que planear, Sungmin. Soy un Dark Hunter.
–¿Alguna vez pensaste en dejarlo?
–Nunca.
–¿No, incluso ahora?
Él se calló como pensándolo.
–Si yo pudiera pasar de Camulus tal vez. Pero...
Sungmin asintió, entendiendo aquel escollo demasiado
bien. Camulus se había reído de él cuando había preguntado si podría alguna vez
perdonar a Kyuhyun.
La tierra fallecerá antes de que yo lo deje en paz.
Mientras que esté vivo, él pagará para tomar la vida de mi hijo.
Pero no le dijo a Kyuhyun sobre eso. No quería
trastornarlo. De algún modo, él encontraría otro camino alrededor de Camulus.
–Bien –dijo–. No lo mencionaré otra vez. Vamos solamente
a disfrutar lo que ahora tenemos.
–Suena como un plan.
Ellos pasaron la noche silenciosamente, jugando juegos y
conversando. Sungmin vagó por su cocina hasta que encontró bastantes
provisiones como para hacer pintura para el cuerpo, comestible.
Sungmin se durmió no mucho después de la medianoche y lo
dejó solo para pensar en ellos.
Kyuhyun salió a sentarse en el pórtico. Estaba pacífico y
frío afuera. La niebla sobre el pantano era espesa y él podía oír al agua
moviéndose alrededor.
Durante siglos esta había sido su solitaria existencia.
Él no podía contar las veces que había estado sentado ahí
solo, solamente escuchando la oscuridad. Y del otro lado de la puerta cerrada
él tenía al cielo mismo que lo esperaba.
Si sólo pudiera conservarlo.
¿Cómo un hombre podría vencer a un dios? ¿Eso era
posible?
Como un hombre mortal, el pensamiento nunca se le había
ocurrido, pero ahora...
Ahora él se preguntaba...
Kyuhyun fue a la cama unas horas después de la salida del
sol. Sólo había dormido aproximadamente una hora cuando él oyó que Sungmin
revoloteaba alrededor de su escritorio.
–¿Qué estás haciendo? –preguntó adormilado.
–Busco las llaves del bote.
–¿Para qué?
–Te dije, tengo que ir encontrarme con un cliente.
Kyuhyun frotó sus ojos borrosos mientras intentaba
entender lo que decía.
–¿Qué?
–Te conté sobre ello anoche, ¿recuerdas? Se supone que lo
encontraré cerca de las once. Prometo que me encontraré con él y luego volveré
tan pronto como pueda.
–No puedes hacer eso.
Sungmin hizo una pausa y lo miró.
–Te dije lo importante que es esto para mí. Para mi
carrera.
–Sungmin, no seas estúpido. Es sobre tu vida de lo que
hablamos.
–Sí, lo es. –El volvió a buscar en el escritorio–. Y no
voy a dejar que unos enfermos psicóticos arruinen todo lo que quiero. Créeme, si
el bicho raro se me acerca hoy, te aseguro que haré que sea el último error que
jamás cometa. Yo no sabía que ellos estaban detrás de mi antes. Ahora lo sé y
me puedo cuidar.
Enfadado porque lo desafiaba, Kyuhyun se levantó.
–No voy a dejar que salgas de aquí.
–No me digas lo que tengo que hacer, Kyuhyun. Mi propio
padre no me ordena. Soy un adulto, con mis propios pensamientos, y no dejaré
que alguien dicte mi vida.
–¡Demonios!, Sungmin, sé razonable. No quiero que te
lastimen.
–¿Por qué? ¿Por que me amas?
–Sí, por eso.
Ambos quedaron congelados mientras el gruñía las
enfadadas palabras.
El corazón de Sungmin revoloteó. El quería creer eso.
Desesperadamente. ¿Pero era verdad?
–¿En serio? –preguntó, su voz espesa y pesada.
Kyuhyun miró mientras él abría el cofre de plata labrada
que estaba sobre su escritorio y sostenía el colgante idéntico al suyo, sólo
que más pequeño.
El colgante de Shengmin. El le dio la caja abierta.
–¿O es a Shengmin al que amas?
Kyuhyun cerró sus ojos, incapaz de soportar la imagen del
colgante de su esposo, que debería haber destruido hacía siglos.
Pero no pudo.
Él lo había encerrado allí y mantenido fuera de su vista.
Nunca había estado fuera de sus pensamientos.
Sungmin cerró la caja y la devolvió al escritorio.
–Tengo que hacer esto. Por mí. No viviré mi vida con
miedo. Camulus sabe que estamos juntos. Él puede tomarme o matarme aquí tan
fácilmente como lo puede hacer en la ciudad. Él es un dios, Kyuhyun. No es que
podamos ocultarnos de él.
Kyuhyun se estremeció ante sus palabras. En su mente, vio
a su tío reducido mientras que él luchaba por llegar a su lado. Vio el golpe
asesino que había enviado a su tío al suelo antes de que Kyuhyun pudiera
alcanzarlo.
El dolor rasgando su pecho. Él bien entendía la necesidad
de Sungmin de probarse a sí mismo, de tener algo propio. Pero no podía enviarle
ahí solo, sin protección. Además, él necesitaba su fuerza completa para luchar
y protegerle, lo que significaba que necesitaba descansar más. Si saliera esa
noche, mientras estaba agotado, podría lograr que los mataran a ambos.
¡Maldita sea!.
–Bien –dijo él con irritación, alcanzando su teléfono
celular. Había sólo una persona, además de Shindong , que tenía la fuerza y los
poderes para luchar con un dios y posiblemente evitarlo–. Puedes ir, pero
llevarás a alguien contigo.
–¿A quien?
Él levantó su mano pidiéndole silencio hasta que Kevin
contestó. El Katagari no pareció particularmente feliz de oír su voz.
–No te di permiso de llamarme, Celta.
–Muérdeme, Muchacho lobo. Necesito un favor.
–Me deberás un favor por ello.
Miró a Sungmin. Por él, cualquier cosa.
-Y estoy dispuesto a pagarlo –le dijo a Kevin.
–¿Bien entonces, qué necesitas?
–¿Puedes tomar forma humana en la luz del día?
Kevin se mofó.
–Obviamente. ¿Alguna vez has intentado contestar un
teléfono sin pulgares? Sin mencionar el hecho en que te estoy hablando en
inglés y no en lobo.
Kyuhyun gruñó por el sarcasmo.
–¿Sí, pero puedes mantenerte y luchar a la luz del día?
Él resopló ante eso.
–Oh sí. La luz del día no me molesta.
–Bueno. Sungmin tiene que ir a Jackson Square un ratito
esta mañana.
–¿Discutiste esto con Shindong ?
–No.
Kevin se rió.
–Viviendo sobre el precipicio. Me gusta eso. ¿Bien,
entonces qué necesitas que haga?
–Quiero que lo protejas hasta que yo pueda hacerlo
después que caiga la noche.
–Un perro guardián marchando. Dame aproximadamente media
hora para llegar allí.
–Bien, gracias.
–Yo diría cuando gustes, Celta, pero este es un trato de
un solo sentido.
–Sí, lo sé.
Sungmin frunció el ceño mientras él colgaba el teléfono.
–¿Quién era ese?
–Ese era Kevin.
–¿Es un Dark Hunter también?
–No, amor. Estas a punto de conocer a tu Were-Wolf.
Kevin no era solamente un Were-Wolf, descubrió Sungmin.
Era “el Were-Wolf”, por la dura, fiera aura que proyectaba.
Kevin se movió con la gracia fluida de un depredador, con
su cabeza hacia abajo como si estuviera listo para atacar. Grrrr, pero el
hombre era una bestia atractiva.
–Llegas temprano –dijo Kyuhyun.
Kevin encogió los hombros, su cuerpo era una sinfonía de
movimiento.
–No me tomó tanto tiempo dejar la jauría como pensaba.
El Were-Wolf le contempló y le dirigió una sonrisa que
hizo derretir sus rodillas.
–¿Realmente me vas a confiar a tu pareja, Celta?
–Sí, porque en este pantano, Yo mando.
Kevin arqueó una ceja escépticamente.
–¿Es una amenaza?
–Es una promesa, Kevin. Tengo mi ejército acampando sobre
tu umbral para proteger a tu familia. Pido lo mismo de ti.
–Respetaré tu confianza, Celta. Pero sólo porque sé cuan
raramente tú lo das.
Hubo una mirada de entendimiento mutuo entre ellos. Kevin
se puso sus gafas de sol.
–¿Estas listo, bebé?.
Sungmin se puso rígido ante la repentina muestra de
cariño. Él podría ser lindo, pero no tenía ninguna intención de permitirle
seguir con eso.
–No eres mi novio o mi hermano, entonces deja eso “de
bebé”, ¿Ok?
Él le dirigió par de hoyuelos asesinos.
–Sí, señor. Te veo a la noche, Celta.
–Sí, lo harás.
Sungmin hizo una pausa sobre el pórtico y miró alrededor.
–¿Dónde está tu bote?
–No hago las cosas en bote. Es ruidoso y toma demasiado
tiempo.
–¿Entonces cómo vamos a salir aquí?.
Kevin rió endemoniadamente y le ofreció su mano.
–¿Confías en mí?
¿Estaba bromeando?
–No, hasta que te conozca.
Él se rió, un sonido caliente, rico que era seductor y
encantador, aunque de una manera extraña, no tuvo ningún efecto verdadero. Podría
apreciar cuán atractivo era, pero su corazón y lealtad pertenecían a Kyuhyun.
–Todo bien, entonces, Dorothy –dijo él. –Cierra tus ojos,
chasquea tus talones tres veces, y di, “No hay ningún lugar como casa”.
–¿Qué?
Antes de que Sungmin pudiera parpadear, él tomó su mano y
ellos destellaron del pórtico a un área boscosa donde un pequeño rastro se
abrió camino entre los árboles. No tenía ninguna idea de adonde estaban, pero
la cabaña de Kyuhyun no se veía por ninguna parte.
Sungmin jadeó.
–¿Qué hiciste?
–Te transporté.
-¿Quién eres tú, de Viaje a las Estrellas?
Él le dirigió una mirada insultante como si disfrutara de
su incomodidad.
–Esto es llamado correctamente un salto lateral de
tiempo. Solamente te moví horizontalmente a través del tiempo, del pórtico de Kyuhyun,
atravesando el pantano, a donde está oculta mi motocicleta. Simple.
–¿Tiempo horizontal? No entiendo.
–El tiempo fluye en tres direcciones –le explicó–. Hacia
delante, hacia atrás, y lateralmente. Si no haces nada en absoluto, el tiempo
siempre fluye hacia delante, pero si coges el Rytis correcto, puedes escoger
una de las otras direcciones.
Totalmente confuso, le miró con el ceño fruncido como
intentando comprender lo que le decía.
–¿Y cómo haces eso? ¿Cómo coges ese Rytis?.
–Bebé, en este mundo, soy el poderoso Oz y no hay mucho
que no pueda hacer.
Oh, este tipo se estaba volviendo irritante.
–Deja de llamarme bebé.
Él inclinó su cabeza y se movió hacia un árbol. Dos
segundos más tarde, una motocicleta brillante gris oscura apareció de ninguna
parte.
–¿Bien, ahora cómo hiciste eso?
–En resumen, soy un hechicero. Puedo torcer cada ley de
física conocida por la humanidad y unas cuantas aún no descubiertas.
Sungmin estaba impresionado.
–Ese es un talento serio.
Otra vez aquella oscura y profunda risa.
–Bebé, si no estuvieras con Kyuhyun, yo te mostraría
donde están mis verdaderos talentos.
Él apostaría que lo haría. Él le dio un casco.
–¿Me llamas bebé solamente para irritarme, verdad?
–Mi padre siempre decía que nací para inflamar sus partes
inferiores. Supongo que no lo puedo remediar.
–Hazme un favor. Inténtalo.
Mostrando sus hoyuelos, se quitó sus gafas de sol, las
puso en el bolsillo interior de su chaqueta de motorista, y se colocó el casco
sobre su cabeza.
–Entonces dime –dijo Sungmin–.¿Si puedes hacer todas esas
cosas mágicas, por qué montamos una motocicleta en la ciudad? ¿No podríamos
solamente saltar el tiempo hasta el parque?
–Yo podría. Pero como Shindong tan a menudo dice, sólo
porque puedes hacer algo, eso no significa que deberías hacerlo. Personalmente,
no quiero ser experimento de laboratorio de algún tipo, entonces intento no
pasar por áreas pobladas si puedo evitarlo.
–¿Ya que viajas en el tiempo, alguna vez pensaste en
cambiar el pasado?
–Sí.
–¿Alguna vez lo has hecho?
Él sacudió su cabeza y una seriedad oscura cayó sobre su
cara.
–Hay algunos poderes en este mundo es mejor dejarlos de
lado. El cambio del destino de alguien es definitivamente uno de ellos. Créeme,
los Destinos tienen una desagradable manera de lastimar a cualquiera lo
suficiente tonto para hacer un lío en sus dominios.
Sus palabras siniestras sonaron en sus oídos. Sonó como
si alguna vez hubiera cometido ese error, y él quiso preguntar si lo había
hecho, pero algo dentro le dijo que lo dejara pasar.
Sungmin se puso su casco, luego subió a la parte trasera
de la motocicleta e hizo todo lo posible por mantener alguna distancia entre
ellos.
Había algo en él en lo que no podía confiar.
A petición de suya, lo llevó a la pequeña galería de arte
donde guardaba su carro de ilustraciones cerrado y le ayudó a llevarlo a
Jackson Square.
Cuando llegaron, era un poco después de las diez, y ya
había una enorme muchedumbre reunida.
–No lo pesco –dijo Kevin mientras llevaba el carro hasta
el stand de Judith–.¿Por qué estas armando la tienda si solamente quieres
encontrarte con un cliente?
–Cameron dijo que quería ver todo lo que vendo. Si tengo
que arrastrar todo para él, también podría vender a otra gente.
Le mostró donde colocarlo. Kevin lo hizo, pero no pareció
demasiado contento con ello. Judith hizo señas dobles cuando los vio.
–¿Alguien nuevo, Minnie?
–No, él es solamente un...
–El Perro guardián –dijo él, extendiéndole su mano–.¿Eres
Choi Judith, no? La hermana mayor de Leeteuk?
Judith asintió con la cabeza mientras estrechaba su mano.
–¿Conoces a Leeteuk?
–Si conozco a Kangin.
–¿Soy yo o todo el mundo conoce a Kangin? –preguntó Sungmin.
Judith se rió, luego se volvieron a Kevin que estaba
abriendo la mesa plegable de Sungmin donde por lo general colocaba sus piezas
de cerámica más baratas.
–Estamos a la luz del día entonces sé que no eres un CO.
¿Eres un Escudero?
Él se puso rígido.
–No me insultes. No me manda nadie.
–Él no es muy amistoso –explicó Sungmin mientras
acomodaba su puesto–. Pienso que tiene rabia o algo.
Kevin lo miró medio divertido, con media sonrisa perturbadora.
–Sabes, Sungmin, me gusta tu espíritu.
Sungmin comenzó a responder, pero sintió a alguien
mirándole. Asustado y ansioso, miró alrededor a la muchedumbre hasta que vio
una brillante, y sonriente cara que le era tan familiar como la suya propia.
A Sungmin se le iluminó la cara.
Incluso aunque no fuera muy alta, la anciana mujer se
destacaba en la muchedumbre y esto no era sólo por la camisa insanamente roja
brillante que llevaba. La mujer mayor tenía una esencia y presencia que era tan
poderosa y fuerte como las de Kevin o de Kyuhyun.
–¡Abue! –dijo Sungmin, mientras la mujer mayor se
acercaba–.¿Qué haces por aquí? Pensé que juraste que nunca pondrías un pie otra
vez en Nueva Orleans durante Mardi Gras.
Su abuela lo abrazó fuertemente, luego se retiró para
mirarle. Había pasado casi un año desde la última vez que se vieran. ¡Oh, era
grandioso ver a su abuela otra vez! Su abuela deslizó su mano arriba y abajo de
su brazo como si ella misma se asegurara que Sungmin estaba sano.
–Bien, esa era mi intención, pero tu madre llamó y me
dijo que tenías toda clase de preguntas sobre ser un celta. Entonces pensé en
pasar y sorprenderte.
–Puedes estar segura que lo hiciste. Pero estoy contento
de que estés aquí.
Su abuela arqueó una ceja censuradora mientras miraba a Kevin.
–¿Y usted quien es?
–Kim Kevin.
Ella miró cortante a Sungmin.
–¿Dónde está ese Kyuhyun sobre el que tu madre habla?
–Él va a venir más tarde, Abue.
Ella asintió, luego se sacó un pequeño medallón de debajo
de su camisa y lo colocó alrededor del cuello de Sungmin.
–¿Qué es esto?
Su abuela lo ajustó para que estuviera a la vista de todo
el mundo.
–Mantén esto cerca de tu corazón, por un tiempo. Si ese
hombre viene por ti otra vez, le dejas saber quien te protege.
–¿Qué hombre? –preguntó, esperando que su abuela no
supiera sobre su secuestro. Lo sabía.
–Sé lo que pasó, Minnie. Sabes que lo sé.
¡Demonios!. Su abuela tenía algunos misteriosos talentos
psíquicos.
–No creo que tu collar lo asuste, Abue.
–Te sorprenderás. Y si esto no lo hace, entonces se
merecerá lo que reciba. –Su abuela lo acarició sobre el hombro y se dio vuelta
a Judith–. Estuvo practicando los ejercicios que le enseñé Sra. Choi?
–Sí, señora. Puedo sentir que mis poderes crecen cada
día.
–Bueno. Ahora mejor vuelvo a lo de Minnie. Si ese fétido
bastardo se acerca a mi bebé...
–¡Abuela! –jadeó Sungmin. El nunca en su vida oyó a su
abuela usar tal palabra.
–Bien, lo es. Enredando a mi nieto. Herviré sus verrugas
en aceite y alimentaré con su cabeza a los lobos.
Kevin hizo arcadas ante eso.
–Usted sabe que a los lobos realmente no les gusta comer
cabezas. Carne, sí, pero las cabezas son realmente duras para las mandíbulas.
Para no mencionar, lo de agarrar el cráneo entre los dientes.
Su abuela le dirigió una mirada desdeñosa.
–¿Usted se está haciendo el simpático conmigo, muchacho?
–Sí.
–¿Joven –dijo su abuela en un tono arrogante–, su madre
no le enseñó algunos modales?
–Mi madre sólo me enseñó una cosa y, le juro, eso no eran
modales.
Su abuela asintió.
–Me doy cuenta. Pero usted todavía tiene una lección muy
importante para aprender en la vida.
–¿Y eso es?
–Un día usted va a tener que dejar que alguien más que su
hermano y su hermana se acerquen a usted.
Su cara se volvió de piedra y la mirada en sus ojos fue
salvaje y feroz.
–¿Qué sabe usted sobre mis hermanos?
–Yo que usted me preocuparía. Tiene un camino difícil por
delante, Kim Kevin. Siento no poder aliviarlo para usted, pero lo suyo es
viajar solo. Solamente recuerde, usted es mucho más fuerte que lo que piensa
que es.
–Créame, señora, mi fuerza es una cosa de la que nunca
dudo.
Su abuela se rió ante eso.
–¿Es asombrosa la cantidad de mentiras que decimos a otra
gente, verdad?
Su abuela le dio la espalda a él.
–Judith, Sungmin. Usted dos tengan cuidado. Y Sungmin,
cuando llegue la noche, sigue tu corazón. Haz lo que te ordena y eso no te
fallará.
–Bien, Abuela, lo haré.
Su abuela lo besó en la mejilla, luego se marchó.
Después de que estuvo fuera de la vista, Sungmin se
volvió para ver que Kevin lucía inquieto.
–Lo siento. Ella hace esto a mucha gente. Tiende a decir
lo que se le cruza por la cabeza.
Kevin no habló. En cambio, dobló sus brazos sobre su
pecho y se apoyó hacia atrás contra la reja negra de hierro que rodeaba la
plaza.
Sungmin terminó de establecer su puesto, luego comprobó
su reloj. Faltaba todavía un ratito antes que Cameron llegara, entonces sacó su
bloc de dibujo y comenzó a garabatear.
Antes de que se diera cuenta había dibujado un retrato
del hombre que lo había secuestrado. Kevin miró el bosquejo.
–Malditamente parecido.
Sungmin se quedó frío.
–¿Conoces a este tipo?
–Bueno, sí. Por supuesto. También Kyuhyun. Judith
probablemente también lo conoce.
–Judith –dijo Sungmin, mirando a su amiga–.¿Sabes quien
es?
–Seguro, es Shindong.
–¿Quién es Shindong? –preguntó. Todos a su alrededor
seguían mencionando su nombre, pero no tenía idea alguna de quien o qué era.
–A falta de una mejor explicación –dijo Kevin–, es el
jefe de Kyuhyun.
–¿Por qué el jefe de Kyuhyun me secuestraría? ¿Crees que
quiere mantenerme alejado de Kyuhyun?
Kevin se rió de esto.
–No es su estilo. Si Shindong quisiera mantenerte a distancia de Kyuhyun, él
solamente se mostraría en tu puerta y mierda que te asustarías. Además, fue él
quien condujo la partida de rescate.
Bien, era bueno saberlo.
¿Pero por qué lucía como el tipo que lo había
secuestrado? Su ceño se hizo más profundo.
–¿Él estaba allí cuándo Kyuhyun me salvó de Camulus?
–Sí y yo también. ¿No me recuerdas?
El sacudió su cabeza. Todo lo que podía recordar era a Kyuhyun.
–¿Cuan bien conoces a Kyuhyun y a Shindong? –le preguntó
a Kevin.
Él se encogió de hombros.
–Solamente conozco a Kyuhyun, pero he cruzado caminos con
Shindong un momento o dos a lo largo de los siglos.
–¿Tú eres inmortal también?
Él sacudió su cabeza en un no.
–Mi raza sólo vive mucho más que los humanos.
–¿Cuánto tiempo?
–Aproximadamente mil años, puede variar en un siglo o
dos.
Wow. Eso es un buen rato.
Sungmin no podía imaginarse lo que sería tener todo ese
tiempo para planear tu futuro. Pero algo dentro le dijo que podía ser tanto una
maldición como una bendición vivir mucho tiempo, sobre todo si tenías que vivir
solo.
Sungmin miró a Kevin mientras él exploraba la muchedumbre
alrededor de ellos.
–¿Por qué eres tan abierto para hablar mientras que Kyuhyun
se rehúsa a decirme algo?
Él se encogió.
–No hice un juramento de silencio, y calculo que en los
últimos días has visto suficiente mierda espeluznante como para darte cuenta
que saber acerca de mí es el menor de los problemas. Además, te desafío a
decirle a alguien que soy realmente un lobo que pretende ser humano. –Él hizo
una pausa y le sonrió abierta y diabólicamente–. Te desafío –dijo él despacio–.
Eso, mi amigo, conseguirá que te encierren en un cuarto acolchado.
-¿Eres realmente un lobo?
Él asintió.
–¿Entonces cómo puedes ser humano?
–Somos una clase diferente que tu gente. Mi raza fue
creada hace aproximadamente nueve mil años cuando mi bisabuelo decidió salvar
las vidas de sus hijos manipulando mágicamente su ADN con el de unos animales
selectos. Así fuimos creados. Un hijo fue con la mitad de las dos sangres. Uno
que tenía corazón humano y otro que tenía un corazón de animal. Desciendo
directamente del animal.
–¿Entonces tienes el corazón de un lobo?
Otra vez, asintió.
–Y la moral y el instinto de conservación de uno también.
–¿Alguna vez deseaste ser humano?
–No, nunca. ¿Por qué querría?
Había mucho más de sus sentimientos de lo que estaba
dispuesto a admitir y era obvio que no quería que escarbara en eso. Entonces
cambió de tema.
–¿Te duele cuando cambias de forma? ¿Se parece a las
películas dónde te haces todo peludo y los huesos crujen?
Él resopló ante eso.
–No. Eso es estrictamente una dramatización de Hollywood.
Ya que somos nacidos de la magia, principalmente lo manejamos sin dolor. Siento
tanto dolor al transformarme como el que tu sentiste cuando te llevé de la
cabaña de Kyuhyun hasta mi moto. Todo lo que sientes es un cosquilleo eléctrico
que te atraviesa. Es en realidad agradable si lo haces bien.
–Debe ser fantástico ser capaz de hacer todo eso.
–¿Qué estás haciendo?
–Intento imaginar como lucirías como lobo.
–Reza para nunca averiguarlo.
–Sabes que pienso, que ustedes muchachos deberían de
dejar de asustar gente.
No dispuesto a investigar más allá, Sungmin siguió
esperando. Lamentablemente, Cameron no apareció.
Kevin intentó llevarlo de regreso a Kyuhyun pero se
rehusó.
–Tal vez llegue sólo tarde. Tal vez tenía una reunión o
algo así. No puedo marcharme.
Kevin dio un gruñido bajo muy parecido al de un lobo y
tomó asiento detrás del puesto, apoyándose contra la reja negra.
La tarde se prolongó, pero nada pasó. Cameron todavía no
aparecía.
Judith se marchó a las cuatro para un breve descanso. Kevin
ahora se sentaba sobre el cordón de la acera detrás de él.
–¿Haces esto cada día? –preguntó él.
–Más o menos.
-Hombre, esto es aburrido como el infierno. ¿Qué haces
para impedir volverte loco?
–Por lo general bosquejo o pinto, y antes de que me de
cuenta, el día ha pasado y es hora de ir a casa.
–Bien, no lo entiendo.
–La gente que no es artista nunca lo hace.
La declaración de amor de KyuHyun se ve empañada con las dudas de SungMin, ojalá KyuHyun se aclare y le aclare a Min lo que siente antes de que las cosas se confundan más de lo que ya están.
ResponderEliminarA mi me daría miedo encontrarme con la abuelita de SungMin, esa mujer lo sabe todo!! debería decirle que me cuente como acabará la historia(? eso sí me gustó su consejo, ojalá le traiga cosas buenas al KyuMin.
Me alegra que Kevin fuera con SungMin, su historia parece bastante interesante. Lo que me extraña es que ese tal Cameron nunca apareciera por ahí, ojalá y no haya sido una trampa ><
Gracias por la actu!!
Interesantes declaraciones de la abuela de Sungmin,y al parecer,llego en el momento correcto. Lo mejor de todo,es que la tenemos del lado de los buenos. Ya hasta puso en jake a Kevin.
ResponderEliminarKyu lo ama y no puede decirlo,y si lo dice,Sungmin sale con sus dudas. Mejor que no se digan nada aun,al parecer no es el momento correcto. Shin debería de tener una platica con sus hunters......sus cazadores descubriran todo por su cuenta y espero que no les afecte