Donghae vio a Hyukjae
saludar a nuevos clientes, servir bebidas, y de vez en cuando mover las
botellas en sus manos imitando los trucos geniales de todo un barman. Él se
daría vuelta y le guiñaría el ojo para asegurarse de que estuviera viéndolo
cada vez que hacía una maniobra ingeniosa.
Fue en uno de los
momentos en los que Hyukjae estaba hablando amigablemente con un chico que
acababa de sentarse que Donghae escuchó una conversación a su izquierda.
Claramente distinguió las palabras duendes, hechizo, bruja y precio. Les prestó
más atención, tratando de descubrir el verdadero orden de esas palabras. Sabía
que el grupo de Teukkie y Kangin se suponía que iban a reunirse con los duendes.
Donghae agarró
una bandeja redonda que había visto que llevaba una de las pocas camareras que
trabajaban aquí sirviendo, siempre que se les daba la gana, parecía, y caminó
hacia la pista. Se acercó lentamente a la mesa donde la conversación tomaba
lugar. Bajo la apariencia de quitar los vasos de la mesa y limpiar los restos
de las mismas, escuchó.
—Entonces, ¿por
qué no estas ahí ahora? ¿Por qué bajaste hasta aquí? —le preguntó el otro tipo.
—Es como dije,
los duendes son un manojo de nervios. La bruja les ha ofrecido algo que no
pueden resistir, aparentemente, porque tienen hechizos protectores en todo el
bosque. Ella debe estar desesperada si quiere algo tan desesperadamente como
para pedírselo a los duendes. Ya sabes cuán temperamentales pueden ser.
Donghae se dio
cuenta que había llamado la atención de ellos cuando dejaron de hablar. Levantó
la mirada y sonrió inocentemente.
—Hola —dijo el
tipo con el negro cabello desordenado.
—¿Cuál es tu
nombre? —Sus ojos eran amables y su tono de voz no indicaba que él quisiera
hacer otra cosa además de hablar. Donghae le echó un vistazo a Hyukjae quien
estaba de espaldas a él.
—Soy Donghae —le
dijo.
Cuando terminó de
hablar, ambos hombres se congelaron. El se quedó quieto.
—¿Está todo bien?
—preguntó cautelosamente.
—Sanador —susurró
el de cabello claro.
Los ojos de Donghae
se agrandaron. Se dio cuenta entonces que ambos tenían miradas vidriosas… como
si estuvieran en un trance.
—¿Qué dijiste?
—se giró para que Hyukjae no pudiera ver el rostro de los tipos.
—Eres un sanador
—respondió el de cabello oscuro.
—Sí, ¿qué
significa eso para ti?
Dejó escapar un
lento suspiro.
—No estás acoplado.
Eres un sanador y no estás acoplado. —Su voz se hizo cada vez más urgente, y Donghae
se dio cuenta que él no estaba vinculado y no sabían que era de Hyukjae.
—No, no, te
equivocas —les dijo rápidamente—. Tengo un compañero. Es Hyukjae. —señaló por
encima del hombro a la barra—. Él es mi compañero.
—No llevas su
marca —dijo el de cabello claro, con amabilidad, simplemente como una
observación.
—No deberías
estar caminando por ahí sin estar vinculado. Eres un sanador.
Donghae se estaba
frustrando con sus respuestas inexplicables.
—¿Por qué importa
que sea una sanador?
—Tu compañero
debe ser joven si no lo sabe.
Otra vez con las
respuestas vagas. Donghae gruñó. Luego se puso rígido cuando sintió los ojos de
Hyukjae en él. Vio los dos hombres levantarse lentamente. Se volvió para ver a Hyukjae
avanzar rápidamente. Él tomo su mano y gentilmente lo puso detrás de él.
—Hola, caballeros
—dijo Hyukjae en inglés. Los dos lobos dieron un paso hacia atrás.
—No pretendíamos
nada malo con él —dijo el de cabello oscuro.
—¿Por qué no
estás vinculado a él todavía? —preguntó el de cabello claro y en base al
gruñido por parte de Hyukjae, no era una pregunta que deseaba escuchar.
—No es que sea
asunto suyo, pero él es nuevo en nuestro mundo.
Los dos
asintieron.
La habitación se
había quedado en silencio y estaba cargada con anticipación mientras Hyukjae
seguía mirando a los lobos fijamente. Ellos bajaron la vista, reconociendo
inmediatamente el dominio de Hyukjae sobre ellos. La cabeza de Donghae se dio
vuelta cuando la puerta del bar se abrió. Siwon entró apresuradamente en la
habitación con Hee a su lado. Siwon miró a su alrededor con impaciencia,
evaluando la situación. Hizo contacto visual con Sihyuk y le confió el cuidar
sus espaldas.
Mientras se
acercaba a Hyukjae y los otros, levantó una mano para que los lobos
desconocidos no retrocedieran.
—No deberían
seguir retrocediendo. Saben cómo es esto. Simplemente provocarán a su lobo para
que los persiga —dijo Siwon con frialdad.
—Siwon. —El de
cabello oscuro lo reconoció, y bajó los ojos mientras exponía su cuello—. No
sabía que eras Alfa otra vez.
—Muchas cosas han
cambiado. Hyukjae, son miembros de la manada Taiwanesa. —Siwon hizo un gesto a
los dos lobos—. Este es Hyukjae, mi Beta, y su compañero y nuestro sanador, Donghae.
Los dos lobos
dejaron al descubierto su cuello a Hyukjae e inclinaron sus cabezas hacía Donghae.
Lo miraban como si fuera una piedra preciosa.
—¿Cuánto tiempo
ha pasado desde que ha habido un sanador, Siwon? —le preguntó uno de ellos, sus
ojos nunca apartándose de Donghae.
Hyukjae comenzó a
gruñir al ver al lobo mirar a su compañero.
—Sería
conveniente mirar hacia otro lado —le dijo Siwon.
Los ojos del
hombre se apartaron de Donghae para mirar a Siwon, pero no a sus ojos.
—¿Por qué no
están vinculados, Siwon? —preguntó —. ¿No recuerdas la importancia de los
sanadores estando unidos a sus compañeros?
Siwon resopló.
—No ha habido un
sanador en mucho tiempo, y ya no recuerdo su lugar y efecto en la manada
—admitió él sin vergüenza.
—Atraerá a los
lobos hacia él, especialmente a lobos peligrosos. Si estuviera vinculado, ese
tirón sería sólo porque buscan la curación, pero estando sin vincularse, es una
tentación para otras necesidades además de esa.
Hyukjae gruñó y Donghae
agarró su brazo. Pasó un brazo alrededor de su cintura y se acurrucó cerca de
él, tratando de llamar su atención y lejos de los otros machos.
—Mírame —susurró.
Hyukjae bajó la
mirada, sus ojos brillando, pero su rostro se suavizó.
—Soy tuyo —le
dijo con una sonrisa—. Solo tuyo.
Hyukjae se
inclinó y lo besó profundamente en los labios para que todos lo vieran. Volvió
a mirar hacia atrás hacia los otros machos con aire de suficiencia. Donghae
miró a Hee que había cruzado los brazos y puso los ojos en blanco.
—Hombres —articuló
a Donghae en exasperación.
—¿Cómo saben
esto? —preguntó Hyukjae a los hombres, ahora que sentía que había hecho
perfectamente claro a quién pertenecía Donghae.
—Nuestra manada
tenía un sanador, hace mucho, mucho tiempo. Tenemos registros. Somos muy buenos
en mantener a nuestra manada educada en estas cosas. No hay nada bueno en olvidar
nuestra historia —respondió.
Siwon asintió.
—Parece que hemos
pasado mucho tiempo mirando hacia adelante y no mucho mirando atrás.
—Es importante
recordar de dónde venimos, y lo que hemos pasado.
Hee se acercó
junto a su compañero y sonrió dulcemente.
—No quiero
interrumpir esta pequeña reunión estilo Confucio… —Hee les restó importancia
con la mano—. ¿A quién estoy engañando? Absolutamente quise interrumpir. Lo que
ustedes están diciendo, sólo con fines de aclaración, ¿es que Donghae es como
un imán de lobos?
Los hombres
miraron a Hee y luego a Siwon. Él dejó escapar un suspiro de exasperación.
—Señores, este es
mi compañero, Heechul. Es una fuerza a tener en cuenta, y por lo general yo no
lo intento. No coqueteen con él y van a vivir para ver el mañana. —Añadió lo
último con un gruñido.
Los hombres asintieron
hacia Hee, pero no hicieron contacto visual o hablaron con él.
Hee golpeó el
brazo de Siwon.
—¿Cómo voy a
hacer amigos si siempre estás asustándolos?
Siwon le dirigió
una sonrisa lobuna.
—No lo harás.
Hee puso los ojos
en blanco.
Creed se aclaró
la garganta.
—Um. Básicamente,
sí, él es un imán para los lobos. El espíritu de sanación, la pureza y la luz
nos llama. Es parte de la razón por la que puede trabajar con los hombres lobo
heridos y no arriesgarse a que su brazo sea arrancado.
Hyukjae atrajo a Donghae
firmemente hacia él y miró a los dos lobos.
—Mío —gruñó.
—Tranquilo. —Los ojos
de Siwon se reunieron con los de Hyukjae. Él los sostuvo por un instante, luego
bajó la mirada.
—Sería sabio para
él completar los Ritos de Sangre tan pronto como sea posible.
—Gracias. Les
agradezco su ayuda, al igual que Hyukjae.
Hyukjae había
empezado a llevarse a Donghae cuando gritó por encima del hombro.
—Espera —dijo con
urgencia—. Díganle a Siwon lo que ustedes estaban diciendo acerca de los
duendes y la bruja y esas cosas.
Hyukjae se
congeló y se volvió lentamente para fijar sus ojos color avellana en los dos
lobos.
—Le decía que
suelo cazar en las montañas en esta época del año, pero el bosque es un
desastre con los hechizos y la magia en estos momentos.
—¿Qué quieres Decir
con “un desastre”? —preguntó Siwon cuidadosamente.
—Los duendes
están lanzando magia a cualquiera o cualquier cosa que pase por ahí. La bruja
les ha prometido algo, algo que es lo suficientemente importante para ellos
como para elegir un bando.
Siwon murmuró su
agradecimiento a los dos lobos de nuevo y llevó a Hyukjae a un lado.
—Veré si puedo
ponerme en contacto con Junjin. Tienes que terminar la noche aquí, luego
necesitas lidiar con tu compañero. —Siwon miró a Hyukjae a los ojos—. ¿Estamos
claros?
Hyukjae asintió.
—Sí, Alfa.
Donghae dejó que Hyukjae
lo llevara de vuelta a la barra.
Hee miró
fijamente a su compañero.
—¿Le acabas de Decir
que lidie con su compañero? —gruñó.
—Ahora no, Heechul.
—Siwon tomó su mano y lo condujo a la puerta del bar. Hee se volteó para mirar
a Donghae y sonrió en señal de apoyo.
—Yo me ocupo de
esto, Hae. No te preocupes, ¿sí? —le gritó a su amigo por encima del ruido.
Donghae asintió
un poco.
Siwon estaba
gruñendo mientras empujada a Hee detrás de él.
—¿Cómo pudiste Decirle
que lidiara con él, como si los Ritos de Sangre no fueran importante e íntimo
como el infierno? —Hee estaba enojado. Siwon lo había hecho ver como si Donghae
fuera un problema con el cual lidiar.
Siwon no
respondió.
Una vez que
llegaron a su habitación, Hee estrelló la puerta detrás de ellos y se paró con
su manos en las caderas, mirando a su compañero fijamente. Él lo ignoró
mientras sacaba su teléfono para llamar a Junjin.
Hee se lanzó
hacia adelante y agarró su teléfono.
—¡NO! —gritó—.
Soy tu compañero y te estoy hablando. Todo lo demás puede esperar.
Siwon dejó
escapar un suspiro exasperado.
—Heechul
—comenzó.
—Sólo dime, ¿por
qué tenías que Decirlo de esa manera? Donghae está siendo tratado como una
baratija y tú lo estás tratando como una cosa con la que es necesario lidiar.
Estoy tan jodidamente enojado contigo. Es mi mejor amigo. Sólo hay ciertas
personas en el mundo por las que mataría y él es una de esas personas. ¿Cómo
pudiste actuar así? ¿Cómo pudiste?
—¡DETENTE!
Hee saltó y sus
palabras se congelaron en su boca por el gruñido de su compañero.
—No fue mi
intención que sonara de esa manera. Lo siento, Heechul. —Siwon dio un paso
hacia él, sólo para que él diera uno hacia atrás. Lo había asustado. Odiaba
cuando era el responsable de esa mirada en los ojos de Heechul.
—Princesa
—susurró en voz baja—. Ven aquí, por favor. —Sostuvo una mano en alto y después
de varios minutos, Hee finalmente la tomó. Lo jaló en sus brazos y levantó su
rostro hacia el suyo, luego se inclinó y lo besó suavemente.
—Lo siento,
tienes razón.
Hee se estiró y
puso un dedo sobre sus labios, deteniendo cualquier otra palabra.
—Eso es todo lo
que tenías que Decir —dijo seriamente—. Por favor, déjame hacerlo especial para
él. Déjame darle esto.
Siwon asintió una
vez, entendiendo lo que Hee estaba pidiendo. Se alzó en sus puntillas y lo besó
de nuevo y sonrió.
—Gracias.
—Mantén a Hongki
contigo —le dijo antes que cerrara la puerta detrás de él.
Recogió el
teléfono que Hee había tirado en la cama y marcó el número de Junjin. Lo dejó
sonar diez veces antes de colgar. Cuando Junjin no respondió al cuarto timbrazo
supo que algo estaba mal. Pero había dejado que sonara un poco más,
permitiéndose tener un poco de esperanza.
Hee tocó la
puerta de la habitación donde Hongki se estaba quedando y esperó. Cuando la
puerta finalmente se abrió, Hee le sonrió a Hongki y dijo:
—Tenemos trabajo
por hacer.
Cuando Hee le
había explicado su plan, Hongki sonrió.
—Cuenta conmigo.
Vayamos a ayudar al sanador.
La usual actitud
feliz de Hyukjae se había ido. Desde que los dos lobos taiwaneses habían
explicado acerca de Donghae atrayendo lobos hacia sí, él había estado
meditándolo. Donghae no estaba seguro de qué hacer. Si trataba de ayudarlo en
el bar, él le sonreiría gentilmente y empujaría su espalda contra el mostrador.
Si vagaba a un lado para observar a la gente, él agarraría su mano y le jalaría
de nuevo al medio del bar y lo empujaría de nuevo contra el mostrador
exactamente en el mismo lugar. Cuando lo hizo por décima vez, Donghae le gruñó.
Los ojos de Hyukjae
volaron hacia los de él, y Donghae se llevó una mano sobre su boca.
—¿Acabas de
gruñirme? —le preguntó, tratando muy duro de no sonreír.
Donghae quitó la
mano de su boca.
—Claro que no.
Nunca gruñiría.
Hyukjae se acercó
y él se alejó hasta que ya no pudo ir más atrás.
—Creo que lo
hiciste, Donghae mío. Creo que me gruñiste y, ¿sabes qué más pienso? —Su voz se
había tornado profunda, y sensual.
Donghae sacudió
la cabeza mientras tartamudeaba.
—N-n-n-nop.
Hyukjae cerró los
ojos y tomó una profunda respiración. Cuando los abrió de nuevo, estaban
brillando.
—Creo que fue
sexy.
Donghae sintió el
rubor calentar su rostro. ¿Exactamente, qué se supone que debía Decir a eso?
—¿Por qué estás
actuando tan raro? —Bueno, quizá eso no fue lo correcto a Decir, pero quería
saber.
Él inclinó su
cabeza a un lado y lo observó antes de contestar.
—Eres mío.
—Ya hemos
establecido eso —murmuró.
—No llevas mi
marca o mi olor. A mi lobo no le gusta; a mí no me gusta. Estoy tratando de
estar tranquilo y no dejar que me moleste, pero supongo que no está
funcionando.
—No me dejas
moverme de este lugar, Hyukjae. Yo diría que definitivamente no está
funcionando. —Miró profundamente a sus ojos, buscando alguna manera de ayudarlo
a atravesar el resto de la noche. —¿Qué puedo hacer? ¿Necesitas que me vaya
para que puedas trabajar?
—No —dijo Hyukjae
rápidamente—. Te necesito conmigo. Necesito ser capaz de verte, tocarte,
olerte.
—Bien —dijo Donghae
mientras se acercaba a él y pasaba sus dedos a través su cabello. Él cerró sus
ojos y un estruendo salió de su pecho. Vio los músculos de su rostro relajarse
y exhalar una lenta y profunda respiración.
—Sabes que nadie
me alejará de ti, entonces, ¿por qué te asustas? —le preguntó calmadamente, no
queriendo provocar a su lobo.
Los ojos de Hyukjae
se abrieron lentamente y encontraron sus ojos cafés.
—Desearía poder
explicarlo. Desearía que cuando lo explicara, tuviera sentido. Pero eres humano.
No tienes el animal dentro de ti, conduciéndote con sus instintos. El lobo en
mí clama por su compañero y desea asegurarse que todo el mundo sepa que nos
perteneces. Él no entiende que tú no escogerás a alguien más. Él es todo
instinto, y es muy difícil separar mis emociones de eso. ¿Ayuda eso en algo? —Hyukjae
elevó sus cejas a él, buscando por entendimiento en su rostro.
Donghae asintió
una vez. Comenzó a Decir algo, pero se detuvo cuando una persona detrás de él
en la barra llamó la atención de Hyukjae. Él se tensó con las palabras del
hombre. Donghae no sabía lo que el tipo había dicho porque no habló en inglés.
—¿Qué dijo? —le
susurró.
Hyukjae sacudió
la cabeza y no respondió. Tomó una lenta respiración antes de darse vuelta.
Cuando Hyukjae habló, sonó cordial, pero por la forma en que el rostro del
hombre palideció, le dijo a Donghae que sus palabras no coincidían con el tono
de su voz. Donghae miró al otro hombre empujar su taburete mientras se
levantaba. Él continuó hablándole a Hyukjae y Hyukjae continuó tensándose más y
más con cada palabra que hablaba el hombre. Donghae lo alcanzó y colocó una
mano sobre su espalda.
—Hyukjae
—susurró—. Vamos, ¿por qué no finalizamos la noche? —Esperaba detener las cosas
antes que todo explotara.
Sihyuk comenzó a
caminar del otro lado de la Sala, hacia ellos. Sihyuk le hizo una seña a Donghae
para que se alejara, lo cual hizo. Finalmente Hyukjae comenzó a hablar en
inglés, se dio cuenta que era para su beneficio.
—Él es mío. No
perteneces a ninguna manada, perro callejero. Sería inteligente de tu parte
irte de aquí.
—Esto es un
santuario —dijo el otro hombre—. Puedo estar aquí sin importar si estoy en una
manada o no.
—Puede ser, pero
no es inteligente de alguien que no tiene manada estar insultando al compañero
de otro. ¿Quién peleará contigo? ¿Quién va a salvarte cuando te destroce
miembro a miembro? —gruñó Hyukjae.
Bien, pensó Donghae.
Ya es suficiente.
—Bueno, caballero
—dijo mientras caminaba alrededor de Hyukjae y sostenía sus manos entre los dos
lobos, a pesar del hecho que había una barra entre ellos—. No hay necesidad de
comenzar a desgarrar extremidades. Sólo terminemos la noche y vayamos por
caminos separados.
—Él no es tu
compañero —dijo el otro hombre con frialdad, sin siquiera ver a Donghae.
Hyukjae se lanzó
hacia adelante, al mismo tiempo quitando gentilmente a Donghae del camino.
—ÉL ES MÍO. —Los
ojos de Hyukjae brillaban y Donghae vio que ahora sus manos tenía garras saliendo
de ellas.
Ya!!! Que Hyuki~ se coma al pecesito de una vez!!!
ResponderEliminarAhhh me están estresando y estresando a Hee~
oh lindo monito no dejes que que lo quiten ve por el
ResponderEliminarBien...al meno de esos tipos han sabido que los duendes están con la bruja y que deben de comunicarse con Junjin lo antes posible.
ResponderEliminarEsto forzara algo entre Hyuk y Hae y...no sé si sea bueno.
Seguro que Hyuk quiere hacer las cosas fáciles para Hae...pero las cosas se están complicando y es mejor tener seguros a la parejas...
Ahora Hae es el único que esta digamos...a la deriva..y luego están en medio de tanto peligro,porque por más neutral que sea el lugar,llama a tipos como ese que agredio a Hae.
Nunca faltan