Sapphire Wolf (T5)-18



Donghae vio a Hyukjae saludar a nuevos clientes, servir bebidas, y de vez en cuando mover las botellas en sus manos imitando los trucos geniales de todo un barman. Él se daría vuelta y le guiñaría el ojo para asegurarse de que estuviera viéndolo cada vez que hacía una maniobra ingeniosa.
Fue en uno de los momentos en los que Hyukjae estaba hablando amigablemente con un chico que acababa de sentarse que Donghae escuchó una conversación a su izquierda. Claramente distinguió las palabras duendes, hechizo, bruja y precio. Les prestó más atención, tratando de descubrir el verdadero orden de esas palabras. Sabía que el grupo de Teukkie y Kangin se suponía que iban a reunirse con los duendes.
Donghae agarró una bandeja redonda que había visto que llevaba una de las pocas camareras que trabajaban aquí sirviendo, siempre que se les daba la gana, parecía, y caminó hacia la pista. Se acercó lentamente a la mesa donde la conversación tomaba lugar. Bajo la apariencia de quitar los vasos de la mesa y limpiar los restos de las mismas, escuchó.
—Usualmente estoy cazando en las montañas en esta época del año —dijo el tipo con el cabello negro desordenado y una chaqueta de cuero del mismo color. Sus ojos parecían estar brillando y algo en Donghae le dijo que era un hombre lobo.
—Entonces, ¿por qué no estas ahí ahora? ¿Por qué bajaste hasta aquí? —le preguntó el otro tipo.
—Es como dije, los duendes son un manojo de nervios. La bruja les ha ofrecido algo que no pueden resistir, aparentemente, porque tienen hechizos protectores en todo el bosque. Ella debe estar desesperada si quiere algo tan desesperadamente como para pedírselo a los duendes. Ya sabes cuán temperamentales pueden ser.
Donghae se dio cuenta que había llamado la atención de ellos cuando dejaron de hablar. Levantó la mirada y sonrió inocentemente.
—Hola —dijo el tipo con el negro cabello desordenado. 
—¿Cuál es tu nombre? —Sus ojos eran amables y su tono de voz no indicaba que él quisiera hacer otra cosa además de hablar. Donghae le echó un vistazo a Hyukjae quien estaba de espaldas a él.
—Soy Donghae —le dijo.
Cuando terminó de hablar, ambos hombres se congelaron. El se quedó quieto.
—¿Está todo bien? —preguntó cautelosamente.
—Sanador —susurró el de cabello claro.
Los ojos de Donghae se agrandaron. Se dio cuenta entonces que ambos tenían miradas vidriosas… como si estuvieran en un trance.
—¿Qué dijiste? —se giró para que Hyukjae no pudiera ver el rostro de los tipos.
—Eres un sanador —respondió el de cabello oscuro.
—Sí, ¿qué significa eso para ti?
Dejó escapar un lento suspiro.
—No estás acoplado. Eres un sanador y no estás acoplado. —Su voz se hizo cada vez más urgente, y Donghae se dio cuenta que él no estaba vinculado y no sabían que era de Hyukjae.
—No, no, te equivocas —les dijo rápidamente—. Tengo un compañero. Es Hyukjae. —señaló por encima del hombro a la barra—. Él es mi compañero.
—No llevas su marca —dijo el de cabello claro, con amabilidad, simplemente como una observación.
—No deberías estar caminando por ahí sin estar vinculado. Eres un sanador.
Donghae se estaba frustrando con sus respuestas inexplicables.
—¿Por qué importa que sea una sanador?
—Tu compañero debe ser joven si no lo sabe.
Otra vez con las respuestas vagas. Donghae gruñó. Luego se puso rígido cuando sintió los ojos de Hyukjae en él. Vio los dos hombres levantarse lentamente. Se volvió para ver a Hyukjae avanzar rápidamente. Él tomo su mano y gentilmente lo puso detrás de él.
—Hola, caballeros —dijo Hyukjae en inglés. Los dos lobos dieron un paso hacia atrás.
—No pretendíamos nada malo con él —dijo el de cabello oscuro.
—¿Por qué no estás vinculado a él todavía? —preguntó el de cabello claro y en base al gruñido por parte de Hyukjae, no era una pregunta que deseaba escuchar.
—No es que sea asunto suyo, pero él es nuevo en nuestro mundo.
Los dos asintieron.
La habitación se había quedado en silencio y estaba cargada con anticipación mientras Hyukjae seguía mirando a los lobos fijamente. Ellos bajaron la vista, reconociendo inmediatamente el dominio de Hyukjae sobre ellos. La cabeza de Donghae se dio vuelta cuando la puerta del bar se abrió. Siwon entró apresuradamente en la habitación con Hee a su lado. Siwon miró a su alrededor con impaciencia, evaluando la situación. Hizo contacto visual con Sihyuk y le confió el cuidar sus espaldas.
Mientras se acercaba a Hyukjae y los otros, levantó una mano para que los lobos desconocidos no retrocedieran.
—No deberían seguir retrocediendo. Saben cómo es esto. Simplemente provocarán a su lobo para que los persiga —dijo Siwon con frialdad.
—Siwon. —El de cabello oscuro lo reconoció, y bajó los ojos mientras exponía su cuello—. No sabía que eras Alfa otra vez.
—Muchas cosas han cambiado. Hyukjae, son miembros de la manada Taiwanesa. —Siwon hizo un gesto a los dos lobos—. Este es Hyukjae, mi Beta, y su compañero y nuestro sanador, Donghae.
Los dos lobos dejaron al descubierto su cuello a Hyukjae e inclinaron sus cabezas hacía Donghae. Lo miraban como si fuera una piedra preciosa.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que ha habido un sanador, Siwon? —le preguntó uno de ellos, sus ojos nunca apartándose de Donghae.
Hyukjae comenzó a gruñir al ver al lobo mirar a su compañero.
—Sería conveniente mirar hacia otro lado —le dijo Siwon.
Los ojos del hombre se apartaron de Donghae para mirar a Siwon, pero no a sus ojos.
—¿Por qué no están vinculados, Siwon? —preguntó —. ¿No recuerdas la importancia de los sanadores estando unidos a sus compañeros?
Siwon resopló.
—No ha habido un sanador en mucho tiempo, y ya no recuerdo su lugar y efecto en la manada —admitió él sin vergüenza.
—Atraerá a los lobos hacia él, especialmente a lobos peligrosos. Si estuviera vinculado, ese tirón sería sólo porque buscan la curación, pero estando sin vincularse, es una tentación para otras necesidades además de esa.
Hyukjae gruñó y Donghae agarró su brazo. Pasó un brazo alrededor de su cintura y se acurrucó cerca de él, tratando de llamar su atención y lejos de los otros machos.
—Mírame —susurró.
Hyukjae bajó la mirada, sus ojos brillando, pero su rostro se suavizó.
—Soy tuyo —le dijo con una sonrisa—. Solo tuyo.
Hyukjae se inclinó y lo besó profundamente en los labios para que todos lo vieran. Volvió a mirar hacia atrás hacia los otros machos con aire de suficiencia. Donghae miró a Hee que había cruzado los brazos y puso los ojos en blanco.
—Hombres —articuló a Donghae en exasperación.
—¿Cómo saben esto? —preguntó Hyukjae a los hombres, ahora que sentía que había hecho perfectamente claro a quién pertenecía Donghae.
—Nuestra manada tenía un sanador, hace mucho, mucho tiempo. Tenemos registros. Somos muy buenos en mantener a nuestra manada educada en estas cosas. No hay nada bueno en olvidar nuestra historia —respondió.
Siwon asintió.
—Parece que hemos pasado mucho tiempo mirando hacia adelante y no mucho mirando atrás.
—Es importante recordar de dónde venimos, y lo que hemos pasado.
Hee se acercó junto a su compañero y sonrió dulcemente.
—No quiero interrumpir esta pequeña reunión estilo Confucio… —Hee les restó importancia con la mano—. ¿A quién estoy engañando? Absolutamente quise interrumpir. Lo que ustedes están diciendo, sólo con fines de aclaración, ¿es que Donghae es como un imán de lobos?
Los hombres miraron a Hee y luego a Siwon. Él dejó escapar un suspiro de exasperación.
—Señores, este es mi compañero, Heechul. Es una fuerza a tener en cuenta, y por lo general yo no lo intento. No coqueteen con él y van a vivir para ver el mañana. —Añadió lo último con un gruñido.
Los hombres asintieron hacia Hee, pero no hicieron contacto visual o hablaron con él.
Hee golpeó el brazo de Siwon.
—¿Cómo voy a hacer amigos si siempre estás asustándolos?
Siwon le dirigió una sonrisa lobuna.
—No lo harás.
Hee puso los ojos en blanco.
Creed se aclaró la garganta.
—Um. Básicamente, sí, él es un imán para los lobos. El espíritu de sanación, la pureza y la luz nos llama. Es parte de la razón por la que puede trabajar con los hombres lobo heridos y no arriesgarse a que su brazo sea arrancado.
Hyukjae atrajo a Donghae firmemente hacia él y miró a los dos lobos.
—Mío —gruñó.
—Tranquilo. —Los ojos de Siwon se reunieron con los de Hyukjae. Él los sostuvo por un instante, luego bajó la mirada.
—Sería sabio para él completar los Ritos de Sangre tan pronto como sea posible.
—Gracias. Les agradezco su ayuda, al igual que Hyukjae.
Hyukjae había empezado a llevarse a Donghae cuando gritó por encima del hombro.
—Espera —dijo con urgencia—. Díganle a Siwon lo que ustedes estaban diciendo acerca de los duendes y la bruja y esas cosas.
Hyukjae se congeló y se volvió lentamente para fijar sus ojos color avellana en los dos lobos.
—Le decía que suelo cazar en las montañas en esta época del año, pero el bosque es un desastre con los hechizos y la magia en estos momentos.
—¿Qué quieres Decir con “un desastre”? —preguntó Siwon cuidadosamente.
—Los duendes están lanzando magia a cualquiera o cualquier cosa que pase por ahí. La bruja les ha prometido algo, algo que es lo suficientemente importante para ellos como para elegir un bando.
Siwon murmuró su agradecimiento a los dos lobos de nuevo y llevó a Hyukjae a un lado.
—Veré si puedo ponerme en contacto con Junjin. Tienes que terminar la noche aquí, luego necesitas lidiar con tu compañero. —Siwon miró a Hyukjae a los ojos—. ¿Estamos claros?
Hyukjae asintió.
—Sí, Alfa.
Donghae dejó que Hyukjae lo llevara de vuelta a la barra.
Hee miró fijamente a su compañero.
—¿Le acabas de Decir que lidie con su compañero? —gruñó.
—Ahora no, Heechul. —Siwon tomó su mano y lo condujo a la puerta del bar. Hee se volteó para mirar a Donghae y sonrió en señal de apoyo.
—Yo me ocupo de esto, Hae. No te preocupes, ¿sí? —le gritó a su amigo por encima del ruido.
Donghae asintió un poco.
Siwon estaba gruñendo mientras empujada a Hee detrás de él.
—¿Cómo pudiste Decirle que lidiara con él, como si los Ritos de Sangre no fueran importante e íntimo como el infierno? —Hee estaba enojado. Siwon lo había hecho ver como si Donghae fuera un problema con el cual lidiar.
Siwon no respondió.
Una vez que llegaron a su habitación, Hee estrelló la puerta detrás de ellos y se paró con su manos en las caderas, mirando a su compañero fijamente. Él lo ignoró mientras sacaba su teléfono para llamar a Junjin.
Hee se lanzó hacia adelante y agarró su teléfono.
—¡NO! —gritó—. Soy tu compañero y te estoy hablando. Todo lo demás puede esperar.
Siwon dejó escapar un suspiro exasperado.
—Heechul —comenzó.
—Sólo dime, ¿por qué tenías que Decirlo de esa manera? Donghae está siendo tratado como una baratija y tú lo estás tratando como una cosa con la que es necesario lidiar. Estoy tan jodidamente enojado contigo. Es mi mejor amigo. Sólo hay ciertas personas en el mundo por las que mataría y él es una de esas personas. ¿Cómo pudiste actuar así? ¿Cómo pudiste?
—¡DETENTE!
Hee saltó y sus palabras se congelaron en su boca por el gruñido de su compañero.
—No fue mi intención que sonara de esa manera. Lo siento, Heechul. —Siwon dio un paso hacia él, sólo para que él diera uno hacia atrás. Lo había asustado. Odiaba cuando era el responsable de esa mirada en los ojos de Heechul.
—Princesa —susurró en voz baja—. Ven aquí, por favor. —Sostuvo una mano en alto y después de varios minutos, Hee finalmente la tomó. Lo jaló en sus brazos y levantó su rostro hacia el suyo, luego se inclinó y lo besó suavemente.
—Lo siento, tienes razón.
Hee se estiró y puso un dedo sobre sus labios, deteniendo cualquier otra palabra.
—Eso es todo lo que tenías que Decir —dijo seriamente—. Por favor, déjame hacerlo especial para él. Déjame darle esto.
Siwon asintió una vez, entendiendo lo que Hee estaba pidiendo. Se alzó en sus puntillas y lo besó de nuevo y sonrió.
—Gracias.
—Mantén a Hongki contigo —le dijo antes que cerrara la puerta detrás de él.
Recogió el teléfono que Hee había tirado en la cama y marcó el número de Junjin. Lo dejó sonar diez veces antes de colgar. Cuando Junjin no respondió al cuarto timbrazo supo que algo estaba mal. Pero había dejado que sonara un poco más, permitiéndose tener un poco de esperanza.

Hee tocó la puerta de la habitación donde Hongki se estaba quedando y esperó. Cuando la puerta finalmente se abrió, Hee le sonrió a Hongki y dijo:
—Tenemos trabajo por hacer.
Cuando Hee le había explicado su plan, Hongki sonrió.
—Cuenta conmigo. Vayamos a ayudar al sanador.


La usual actitud feliz de Hyukjae se había ido. Desde que los dos lobos taiwaneses habían explicado acerca de Donghae atrayendo lobos hacia sí, él había estado meditándolo. Donghae no estaba seguro de qué hacer. Si trataba de ayudarlo en el bar, él le sonreiría gentilmente y empujaría su espalda contra el mostrador. Si vagaba a un lado para observar a la gente, él agarraría su mano y le jalaría de nuevo al medio del bar y lo empujaría de nuevo contra el mostrador exactamente en el mismo lugar. Cuando lo hizo por décima vez, Donghae le gruñó.
Los ojos de Hyukjae volaron hacia los de él, y Donghae se llevó una mano sobre su boca.
—¿Acabas de gruñirme? —le preguntó, tratando muy duro de no sonreír.
Donghae quitó la mano de su boca.
—Claro que no. Nunca gruñiría.
Hyukjae se acercó y él se alejó hasta que ya no pudo ir más atrás.
—Creo que lo hiciste, Donghae mío. Creo que me gruñiste y, ¿sabes qué más pienso? —Su voz se había tornado profunda, y sensual.
Donghae sacudió la cabeza mientras tartamudeaba.
—N-n-n-nop.
Hyukjae cerró los ojos y tomó una profunda respiración. Cuando los abrió de nuevo, estaban brillando.
—Creo que fue sexy.
Donghae sintió el rubor calentar su rostro. ¿Exactamente, qué se supone que debía Decir a eso?
—¿Por qué estás actuando tan raro? —Bueno, quizá eso no fue lo correcto a Decir, pero quería saber.
Él inclinó su cabeza a un lado y lo observó antes de contestar.
—Eres mío.
—Ya hemos establecido eso —murmuró.
—No llevas mi marca o mi olor. A mi lobo no le gusta; a mí no me gusta. Estoy tratando de estar tranquilo y no dejar que me moleste, pero supongo que no está funcionando.
—No me dejas moverme de este lugar, Hyukjae. Yo diría que definitivamente no está funcionando. —Miró profundamente a sus ojos, buscando alguna manera de ayudarlo a atravesar el resto de la noche. —¿Qué puedo hacer? ¿Necesitas que me vaya para que puedas trabajar?
—No —dijo Hyukjae rápidamente—. Te necesito conmigo. Necesito ser capaz de verte, tocarte, olerte.
—Bien —dijo Donghae mientras se acercaba a él y pasaba sus dedos a través su cabello. Él cerró sus ojos y un estruendo salió de su pecho. Vio los músculos de su rostro relajarse y exhalar una lenta y profunda respiración.
—Sabes que nadie me alejará de ti, entonces, ¿por qué te asustas? —le preguntó calmadamente, no queriendo provocar a su lobo.
Los ojos de Hyukjae se abrieron lentamente y encontraron sus ojos cafés.
—Desearía poder explicarlo. Desearía que cuando lo explicara, tuviera sentido. Pero eres humano. No tienes el animal dentro de ti, conduciéndote con sus instintos. El lobo en mí clama por su compañero y desea asegurarse que todo el mundo sepa que nos perteneces. Él no entiende que tú no escogerás a alguien más. Él es todo instinto, y es muy difícil separar mis emociones de eso. ¿Ayuda eso en algo? —Hyukjae elevó sus cejas a él, buscando por entendimiento en su rostro.
Donghae asintió una vez. Comenzó a Decir algo, pero se detuvo cuando una persona detrás de él en la barra llamó la atención de Hyukjae. Él se tensó con las palabras del hombre. Donghae no sabía lo que el tipo había dicho porque no habló en inglés.
—¿Qué dijo? —le susurró.
Hyukjae sacudió la cabeza y no respondió. Tomó una lenta respiración antes de darse vuelta. Cuando Hyukjae habló, sonó cordial, pero por la forma en que el rostro del hombre palideció, le dijo a Donghae que sus palabras no coincidían con el tono de su voz. Donghae miró al otro hombre empujar su taburete mientras se levantaba. Él continuó hablándole a Hyukjae y Hyukjae continuó tensándose más y más con cada palabra que hablaba el hombre. Donghae lo alcanzó y colocó una mano sobre su espalda.
—Hyukjae —susurró—. Vamos, ¿por qué no finalizamos la noche? —Esperaba detener las cosas antes que todo explotara.
Sihyuk comenzó a caminar del otro lado de la Sala, hacia ellos. Sihyuk le hizo una seña a Donghae para que se alejara, lo cual hizo. Finalmente Hyukjae comenzó a hablar en inglés, se dio cuenta que era para su beneficio.
—Él es mío. No perteneces a ninguna manada, perro callejero. Sería inteligente de tu parte irte de aquí.
—Esto es un santuario —dijo el otro hombre—. Puedo estar aquí sin importar si estoy en una manada o no.
—Puede ser, pero no es inteligente de alguien que no tiene manada estar insultando al compañero de otro. ¿Quién peleará contigo? ¿Quién va a salvarte cuando te destroce miembro a miembro? —gruñó Hyukjae.
Bien, pensó Donghae. Ya es suficiente.
—Bueno, caballero —dijo mientras caminaba alrededor de Hyukjae y sostenía sus manos entre los dos lobos, a pesar del hecho que había una barra entre ellos—. No hay necesidad de comenzar a desgarrar extremidades. Sólo terminemos la noche y vayamos por caminos separados.
—Él no es tu compañero —dijo el otro hombre con frialdad, sin siquiera ver a Donghae.
Hyukjae se lanzó hacia adelante, al mismo tiempo quitando gentilmente a Donghae del camino.
—ÉL ES MÍO. —Los ojos de Hyukjae brillaban y Donghae vio que ahora sus manos tenía garras saliendo de ellas.



3 comentarios:

  1. Ya!!! Que Hyuki~ se coma al pecesito de una vez!!!
    Ahhh me están estresando y estresando a Hee~

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  2. oh lindo monito no dejes que que lo quiten ve por el

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  3. Bien...al meno de esos tipos han sabido que los duendes están con la bruja y que deben de comunicarse con Junjin lo antes posible.
    Esto forzara algo entre Hyuk y Hae y...no sé si sea bueno.
    Seguro que Hyuk quiere hacer las cosas fáciles para Hae...pero las cosas se están complicando y es mejor tener seguros a la parejas...
    Ahora Hae es el único que esta digamos...a la deriva..y luego están en medio de tanto peligro,porque por más neutral que sea el lugar,llama a tipos como ese que agredio a Hae.
    Nunca faltan

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...