Sapphire Wolf (T5)- 16


—¿Qué pasó con lo de “los duendecillos no son malos, los duendecillos no nos harán daño, los duendecillos bla, bla, bla”? —dejó escapar un gruñido de frustración—. Porque odio decírselos, pero ellos acaban de intentar aplastarnos como bichos con ramas de árboles. ¿Alguien más piensa que tal vez eso significa que no están interesados en negociar?
Cuando nadie le contestó, se dejó caer contra la pared frustrado y asustado.
Junjin, Kangin, Henry, y Yesung no se giraron hasta que la conmoción afuera se hubo detenido y hubiesen pasado veinte minutos sin ramas cayendo. Finalmente, cuando se dieron la vuelta, los hombres comprobaron a sus compañeros con una minuciosidad casi vergonzosa.
—Leeteuk, voy a pasar por alto tu insolencia debido a la tensión y el miedo que todos estamos experimentando. Sin embargo, en el futuro, sería sabio para ti recordar que aunque sea tu suegro, también soy tu Alfa.
Teukkie bajó la cabeza, su lobo queriendo someterse, aunque Teukkie quería Decirle que lo guardara para después porque estaba demasiado molesto por su pareja y sus amigos estando en peligro.
Junjin se alejó.
—¿Qué crees que significa esto? —preguntó, dirigiendo su pregunta a Yesung.
Yesung atrajo a Ryeowook más cerca de él, necesitando asegurarse a sí mismo que había conseguido atravesar la traición ileso.
—Podría significar que Desdémona ya se ha asegurado de la lealtad de los duendes —respondió mientras miraba hacia el bosque ahora destruido.
—Eso también pienso yo —concordó Junjin.
—¿Realmente necesitamos hablar con ellos? —preguntó Hyesung, hablando por primera vez en mucho tiempo.
Junjin, como los otros hombres, miró hacia el bosque, sus ojos escaneando, en busca de cualquier peligro potencial.
—Los seres maliciosos tienden a conocer cosas que los honestos no.
—Así que, en otras palabras, sí, tenemos que hablar con los pequeños demonios —bromeó Teukkie.
Junjin dio un paso tentativo fuera de la cubierta de la roca. Miró alrededor y por encima de ellos en el bosque, intentando olfatear cualquier cosa que pudiera descubrir el próximo movimiento del enemigo.
—Estén atentos —les dijo mientras tomaba la mano de Hyesung y comenzaba a moverse de nuevo hacia el bosque. Su progreso fue mucho más lento a medida que maniobraban alrededor y sobre las ramas.
El día se convirtió rápidamente en noche mientras el sol se hundía en el horizonte, llevándose lo último de luz con él. Instalaron un campamento en una zona con pocos árboles que los rodeara a fin de evitar estar bajo ramificaciones potencialmente mortales. Los machos una vez más hicieron una fogata. Comieron algo de la comida Fae que Henry había traído con él, que era más satisfactoria que el pan y otros artículos que habían empacado para ellos mismos. Todos se reunieron alrededor del fuego, buscando su calor contra el frío de la noche.
—Junjin… —Teukkie miró a su suegro al otro lado del fuego—, ¿puedes explicar un poco acerca de por qué las razas sobrenaturales están tan divididas? ¿Por qué siquiera fue traído El Limbo a la existencia?
Junjin tomó una respiración profunda mientras atraía a Hyesung más cerca cuando se sentó frente a él, entre sus piernas dobladas.
—Vamos, Alfa. —Hyesung le palmeó la pierna—. Todavía podemos ser diligentes y escucharte hablar.
Hyesung, obviamente conociendo a su compañero mejor que los demás, sabía que él estaba debatiendo la sabiduría de distraer a todo el mundo con una historia.
—Está bien —dijo con una leve sonrisa mientras miraba a su compañero. Miró a Teukkie y comenzó.
—Hubo un momento en que los seres sobrenaturales estuvieron unidos. No necesariamente como mejores amigos, sino compañeros de armas, si se quiere. Si hubiese habido alguna vez una necesidad de unirnos, entonces no habríamos dudado en hacerlo. Había un equilibrio entre el bien y el mal en el mundo. Sin embargo, con el tiempo, el equilibrio comenzó a cambiar. Como saben, las brujas empezaron a crecer en número y su magia comenzó a corromper a los que una vez estuvieron por el bien. Las brujas querían poder, siempre más poder. Nunca era suficiente. Aprendieron formas de tomar ese poder de otros seres sobrenaturales, y ese fue el comienzo de la desintegración de la cooperación entre nosotros. Todo el mundo comenzó a sospechar unos de otros, sin confiar en si las brujas les habían corrompido o no. Se puso tan mal que no sólo eran diferentes razas en conflicto entre sí, sino que cada raza comenzó a luchar entre sí. Los Canis Lupis se dividieron, los hechiceros, los trolls, los duendes, incluso las brujas comenzaron a luchar dentro de sus propias filas. A partir de ahí todo se vino abajo. Nadie confiaba, nadie creía en el bien de otro ser.
»Las razas sobrenaturales comenzaron a caer en el aislamiento de uno al otro y la magia que llegó con su unidad empezó a desvanecer también. La salida de las Fae de este reino provocó la mayor caída en el poder mágico. Desdémona podría no darse cuenta, pero a pesar de que lo que está haciendo es horrible y muy posiblemente podría matarnos a todos, ella también nos está uniendo.
—El enemigo de mi enemigo —murmuró Teukkie.
—Exactamente —confirmó Junjin—. La Gran Luna y su decisión de unir a dos razas lo ha empujado un paso más allá. Simplemente, podríamos tener más oportunidad si podemos conseguir que las Fae salgan de detrás de su velo.
El fuego crepitó en el silencio, la luz naranja bailando en sus rostros, emitiendo un resplandor misterioso. La noche era tranquila. No había animales corriendo, el viento no aullaba a través de los árboles. Todo estaba en silencio en las montañas.
Entonces, el silencio fue roto, hubo un suave zumbido, seguido de palabras:
“Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién debería llevar la estrella y la corona
Buen Señor enséñame el camino
O hermanas bajemos
Bajemos, vamos bajemos
O hermanas bajemos
Hacia el río para orar.
Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién debería llevar la túnica y la corona
Buen Señor enséñame el camino
O hermanos bajemos
Bajemos, vamos bajemos
O hermanos bajemos
Hacia el río para orar.
Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién debería llevar la estrella y la corona
Buen Señor enséñame el camino
O padres bajemos
Bajemos, vamos bajemos
O padres bajemos
Hacia el río para orar.
Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién llevará la túnica y la corona
Buen Señor enséñame el camino
O madres bajemos
Vamos bajemos, ¿no quieres bajar?
O Madres bajemos
Hacia el río para orar.
Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién llevará la estrella y la corona
Buen Señor enséñame el camino
O pecadores bajemos
Bajemos, vamos bajemos
O pecadores bajemos
Hacia el río para orar.
Mientras bajo al río para orar
Estudiando sobre esa buena vieja manera
Y quién llevará la túnica y la corona
Buen Señor enséñame el camino”.
Si el silencio era ensordecedor antes, ahora estaba abarcando todo mientras el grupo miraba fijamente a Zhoumi. El estaba sentado en silencio, observando las llamas danzantes, sin reconocer que acababa de cantar tan hermosamente que los demás se quedaron mudos. Henry miró a su compañero recién descubierto en asombro y disfrutó del rubor que vio arrastrarse hacia sus mejillas.
Ryeowook se recuperó primero.
—Eso fue increíble, Zhoumi. Nunca nos dijiste que tenías una voz tan increíble.
Zhoumi sonrió mientras miraba a la sanador.
—Nunca surgió.
Teukkie resopló.
—Esa no es una buena excusa. Eso fue tan sólo, quiero Decir, simplemente guau.
—¿La cantarás de nuevo? —le preguntó Hyesung con una sonrisa.
Como si alguien pudiera negar una solicitud de Hyesung.
Zhoumi asintió.
—Por supuesto. —Y así lo hizo. Mientras cantaba, su voz bailó a su alrededor, la melodía fascinándoles mientras las palabras caían sobre ellos.
Teukkie sintió como si una niebla estuviera siendo envuelta alrededor de su cerebro, sus ojos cada vez más desenfocados. No sabía si le estaba pasando a los demás; realmente no le importaba. Sólo sabía que tenía que ponerse en marcha. Tenía que ponerse de pie y caminar hacia el bosque. La voz de Zhoumi se llevaba el crepitar del fuego y el viento que empezaba a soplar. Teukkie sintió el aire soplar a su alrededor, moviéndose a través de su cabello como el tacto suave de los dedos de un amante.
Siguió caminando, hasta que la luz del fuego se desvaneció detrás. Los árboles se alzaron sobre él, vislumbrándose en su gracia encantada, hojas crujiendo y ramas balanceándose. Una parte de él sabía que debía dar la vuelta y volver, pero no podía, tenía que ir. Y a pesar de que ya no podía ver la luz del fuego, todavía podía oír la voz de Zhoumi tan claramente como si estuviera sentado justo a su lado.
Teukkie no sabía cuánto tiempo había estado vagando por el bosque, pero ahora veía un estanque más adelante. La luz de la luna brillaba sobre la superficie mientras ondulaba, el viento alterando la apariencia del cristalino. El agua lo llamaba, o algo en el agua. El sabía que iba a ser refrescante, que lo purificaría. Seguramente estaba sucio por todo el senderismo y correr en el bosque. La voz de Zhoumi todavía continuaba.
“O hermanas bajemos
Bajemos, vamos bajemos
O hermanas bajemos
Hacia el río para orar.”
Teukkie se encontró tarareando la melodía. Siguió caminando lentamente hacia el estanque tranquilo. Una sonrisa serena tocó sus labios al pensar en la paz que iba a encontrar en los brazos del agua. Sus pies llegaron al borde y, aunque vaciló brevemente, pensó en lo tonto que era dudar del agua. El agua no le haría daño; sino que lo lavaría. Dio un paso hacia el estanque y el barro blando se hundió entre los dedos de sus pies. Al principio, el agua estaba fría, pero luego el calor lo recorrió mientras continuaba entrando. Oyó su nombre siendo llamado, pero no reaccionó hasta que estaba hundido hasta el cuello.
Justo antes que su cabeza estuviera totalmente sumergida, se volvió y vio unos ojos brillantes moviéndose rápidamente a través de la oscuridad. Su último pensamiento fue cuán hermosos eran esos ojos.


Mona estaba de pie en el aeropuerto lleno de gente, esperando a que su presa saliera del avión. Ella odiaba ese lugar, que estaba lleno con el sonido de la charla humana y el hedor que llevaban consigo. Incluso en su ignorancia captaban la amenaza que representaba Mona: captaron su “otredad”, aunque era probablemente subconsciente. Como cualquier depredador, estar en medio de la presa simplemente la hacía querer atacar. Sonrió para sí misma al pensar en los estragos que podría causar en este lugar donde los mortales se escabullían como hormiguitas. Podría aplastarlos con un simple giro de su mano. Pero entonces, ¿dónde estaría la diversión en eso?
Girando su atención de los que la rodeaban, se concentró en la señal de salida por encima del pasillo donde Sora Park debería surgir en cualquier momento. Había ensayado ser amable en el espejo. Ahora eso sí que era triste, se había dicho, tener que practicar el ser agradable. Su sonrisa parecía más a una mueca de desprecio y su risa podía rizar los dedos de los pies, incluso de los hombres más duros. Sólo tendría que esperar que Sora no se intimidara fácilmente. Y si lo hacía, entonces tendría que hacer algo para mantener la calma hasta que fuera capaz de entregarla al Rey Hechicero.
Sí, pensó, este promete ser un día interesante.

Sora recogió sus pertenencias, moviéndose tan lentamente como era posible. Pensó de nuevo en el día en que recibió la llamada telefónica. Ella sabía que no era Hyesung en el otro extremo de esa línea, y por eso estaba de pie en un avión que acababa de aterrizar en Corea. Algo estaba mal. Había pasado un tiempo desde que el sexto sentido, como ella lo llamaba, había hecho acto de presencia. Pero podía sentir profundamente en su interior que algo estaba pasando. Había tomado la decisión de no llamar a Teukkie o cualquier otra persona en la manada Coreana hasta que tuviera más información. Sora podía sentir que la “individua” con la que había hablado era extremadamente peligrosa. No quería llamar a los lobos antes de saber si al hacerlo pondría en peligro a Teukkie.
Simplemente había empacado sus cosas, dispuso que su gerente se hiciera cargo de la tienda, mientras que ella estuviera fuera, y ella misma había conducido al aeropuerto. Había sido un largo vuelo, con su laboriosa especulación sobre lo que podría estar mal. Había enviado un texto a Teukkie sólo para asegurarse que estaba bien, pero no mencionó que estaba en camino a Corea.
Ahora aquí estaba, estancada. La azafata asomó la cabeza y sonrió.
—¿Todo bien? —preguntó ella dulcemente.
—Um, sí, todo está bien. Me estaba asegurando de tener todas mis cosas —le dijo Sora mientras ponía su bolso sobre su hombro y se dirigía a la salida. Ella siguió el largo pasillo que une el avión al aeropuerto. Le habían dicho que la señorita recogiéndola sería “diferente”. Sora no estaba segura de qué esperar, pero cuando levantó la vista mientras salía al pasillo, la mujer esperándola era sin duda era eso.
Entre más se acercaba Sora a la mujer, más se daba cuenta que era el mal que emanaba de la mujer lo que le estaba causando molestias.
La mujer llevaba una capa roja, lo que era extraño en sí mismo, ya que parecía algo que alguien se habría puesto hace un tiempo muy largo. El aire alrededor se tornó más frágil y, como una barrera invisible, la gente en el aeropuerto le daba un gran rodeo. Parecían sentir lo que Sora, que esta no era alguien con quien se juega.
—¿Sora?
La voz de la mujer rastrilló sobre Sora y tomó todo en ella no dar un paso atrás. Pegó una sonrisa en su cara y asintió.
—Eso es correcto. ¿Y usted es? —preguntó ella, tratando de invocar su educación sureña para ser cordial, sin importar lo mucho que quería dar la vuelta y correr tan lejos como pudiera del mal de pie delante de ella.
—Soy Mona. Hyesung me ha enviado a recogerte.
Claro, pensó Sora, y si digo Beetlejuice tres veces un tipo albino espeluznante con mal cabello se mostrará.
—Bueno, es un placer conocerte. —Sora extendió la mano para estrechar la de Mona.
Mona miró la mano que le ofrecía y Sora vio una mirada de disgusto pasar rápidamente por el rostro de la mujer antes que fuera enmascarada con lo que sólo podría describirse como leve desagrado. Tomó la mano de Sora, agarrándola a la ligera como si fuera a atrapar algo debido al simple contacto. Después de una sola sacudida rápidamente apartó la mano. Sora limpió discretamente su palma en los vaqueros, tratando de librarse de la fría maldad del tacto de Mona.
—¿Vamos? —Mona hizo un gesto en la dirección que ella quería que Sora siguiera—. La manada está esperando y sé que Teukkie se sorprenderá de que estés aquí.
—Apuesto a que lo hará. —Sora sonrió mientras seguía a Mona—. Más que sorprendida, la pobre siempre tan adorable —murmuró en voz baja.
Era evidente por la forma en que Mona caminaba rápidamente a través del aeropuerto que ella ya sabía a dónde iba. Sora casi tuvo que correr para mantenerse al día con las largas piernas de la mujer frente a ella. Y mientras caminaban, se sorprendió cuando vio a la gente moverse rápidamente fuera del camino de Mona. Caminaba directo, nunca teniendo que caminar alrededor de alguien. La gente simplemente se movía, como la división del Mar Rojo delante de ella. Sora quería estar impresionada, pero, francamente, era un poco más que espeluznante.
La pareja finalmente llegó a la entrada del aeropuerto. Cuando salieron, Sora vio que había un auto negro esperando. ¿Por qué el auto siempre es negro cuando estás siendo secuestrado?, pensó sombríamente. Cuán cliché.
Un conductor rápidamente rodeó el auto y abrió la puerta de atrás. Mona entró en este primero y Sora subió detrás. Antes de darse cuenta, estaban fuera. Las ventanas estaban tintadas tan oscuramente que Sora apenas podía divisar el paisaje a su alrededor. Fue sacada de su intento de ver a dónde iban cuando Mona habló:
—¿Cómo estuvo tu vuelo?
—Estuvo bien. Largo, pero bien. —Sora sonrió.
La sonrisa de Mona regresó pareciendo que podría funcionar como la doble de la máscara utilizada en las películas Scream.
—Entonces, ¿cómo están Teukkie y los demás? —preguntó Sora, buscando cualquier grieta en la persona que Mona parecía haber adoptado.
—Les está yendo bien —fue la única respuesta que Mona dio. La mirada tensa en su cara le dijo a Sora que cualquier otra pregunta sería ignorada. Continuaron el viaje en silencio, con Mona mirando por la ventana del pasajero y Sora su reflejo en el otro lado.
Finalmente, el auto giró hacia un camino de tierra, que pronto comenzó a serpentear una montaña. Los árboles crecían encima de la carretera, sus ramas se extendían sobre ella, buscándose el uno al otro a través de la extensión. La oscuridad había empezado a descender a medida que continuaban más arriba en las montañas. Sora estaba a punto de preguntar cuánto tiempo más iba a ser cuando una gran casa apareció a la vista. El conductor giró en el largo camino de entrada.
Se detuvieron en el camino circular frente a lo que Sora ahora veía no era una casa grande, sino más bien una pequeña mansión. Salió del auto y miró hacia arriba, y arriba, y arriba, a lo más alto de la casa, que era por lo menos tres pisos de altura, si no más.
Ella vio mientras Mona bajaba del auto. Esta vez la sonrisa en el rostro de Sora fue una lobuna.
—Ahora sería un buen momento para cortar el rollo, ¿no crees? Las dos sabemos que no eres un miembro de la manada Coreana. No me has traído aquí a ver a mi hijo y podría valerte una mierda cómo fue mi vuelo. Entonces, ¿quién eres y qué es lo que quieres?
Mona echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
—Oh, hombre, puedo ver de dónde Teukkie consiguió sus agallas. Definitivamente lo vas a hacer sudar.
—¿Hacer sudar a quién? —preguntó Sora, sin ocultar la impaciencia que sentía.
—Personalmente, no hago un hábito el estar al aire libre y fresco. Llámame lo que quieras, pero me gusta mi aire viciado y estancado. —Mona hizo un gesto a los escalones que conducen a la entrada de puerta doble—. ¿Por qué no vamos dentro y te explico todo?
Sora decidió que las cosas se moverían un poco más rápido si no discutía a este punto. Habría tiempo de sobra para eso más tarde. Subió los escalones con Mona justo detrás de ella. La puerta se abrió antes de llegar a ella. Sora dio un paso atrás y dejó en claro que quería que Mona entrara primero. Siguió a Mona por el umbral de la puerta y mientras lo hacía sintió un cambio en el aire y un cambio en su interior. Su vida había cambiado y nunca sería la misma.
Los ojos del hombre brillaban de color amarillo como un gato y tenía una marcada nariz recta y labios delgados. Incluso con sus cualidades obviamente inhumanas, era más que guapo. Sora se sintió atraída por el extraño, y algo en ella le dijo que su futuro siempre lo había tenido en él.
—Rey Jungsoo. —Mona salió del camino y empujó a Sora adelante—. La he traído tal como dije que haría… su compañera.

Oh, maldición, pensó Sora. No vi esa venir.


3 comentarios:

  1. Si saben como es Tukkie para que el alfa se esponja!!!!
    Ahhhh
    Sora!!!!!
    Oh si~ ya llego!!!
    Me encanto!!!

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  2. oh ya se durmieron espero y no les `pase nada malo

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  3. Eso.....es cosa de la Luna(?)
    Tengo mi teoria pero también pueden ser los duendecillos...aunque prefiero mi teoria.
    Inteligente y todo pero,ahí va a "caer" en la trampa de la bruja...supongo es cosa del destino.
    Quiero pensar que eso traera beneficios por una parte y por otra no tanto,pues ahora el rey tiene que cumplir con el trato.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...