Amante de la Luna- 1


Cuando el avión aterrizó en Seúl, Cho Donghae todavía estaba repasando lo que le iba a decir a Lee Hyukjae. Se había pasado las cuatro horas que duraba el vuelo desde Busan practicando.
Alquiló un coche en el aeropuerto y no pudo evitar hacer una mueca al ver pasar su tarjeta de crédito por el lector y después, se sumergió en denso y pesado trafico de primera en la mañana de Seúl.
“Creía que querías ayudar a Kyuhyun, porque necesita ayuda de verdad…”
Intentó oir la respuesta de Hyukjae, pero esa parte de la conversación estaba en blanco. Sabía bien que era vergonzoso presentarse así, y ridículo pensar que podía pedirle ayuda cuando no habían cruzado una sola palabra civilizada en los catorce años que habían pasado desde su dieciséis cumpleaños. Pero no había otra opción.
“He venido para pedirte dinero…”
Llevaba hora imaginándose como sería en encuentro. Él no sonreiría cuando lo viese a aparecer. No le había avisado de su visita, así que no podía esperar verlo. Levantaría la mirada sentado tras la mesa de su despacho en el edificio mas alto del barrio financiero de Seúl y fruncir el ceño.
Tres meses atrás, había visto fotografías de él en una revista y de ahí que supiera como era el decorado de su despacho; incluso sabía que disfrutaba de una preciosa vista del océano, así que cuando le dijo en su imaginación  “Hyukjae necesito ayuda…” se vió instantáneamente rodeado por el decorado de la revista.

No se le había ocurrido pensar que podía no estar allí, asi que fue una sorpresa encontrarse trece pisos por encima del nivel de la tierra para que una secretaria de perfecta indumentaria le dijera que el señor Lee estaba fuera de la ciudad.
─¿Dónde está? ─le preguntó. Si se había marchado a Busan, sería una ironía haber volado desde el otro lado del continente para buscarlo. Aun así, mejor Busan que Europa.
─Está en Busan ─dijo la secretaria.
“Dios mio”
Cuando se liquidó el patrimonio de su padre, Donghae había visto el nombre de Hyukjae en el contrato de las propiedades en Busan. No tenia ni idea de porque le había interesado comprarlo, pero como no pensaba volver, no le dio importancia. Después, en el invierno anterior, leyó un articulo en que se decía que Lee Hyukjae, era accionista de un consorcio que estaba construyendo un hotel de lujo en Busan, y ya entonces se imaginó la maquinaria que estaría revolviendo la tierra que una vez habían pertenecido a su padre.
Hyukjae…  Aquel era el último lugar que habría elegido para volver a verlo.
Tardó tres horas mas en llegar hasta ahí. Las playas estaban llenas de veraneantes, pero ni el sol ni los gorros de playas llamaron su atención. En el hotel, el recepcionista volvió a pasar su tarjeta por el lector y Donghae volvió a sentir la ya familiar sensación de nausea. Pero su desastre financiero era tan grande que un cargo mas de tarjeta de crédito carecía de importancia.
Ya en su habitación, se ducho, vistió y se cepilló el pelo hasta quedar brillante. Perfecta coordinación. A Hyukjae le importaría todo aquello, pero no estaba dispuesto a enfrentarse a él si no era con la armadura completa y en su sitio. Bien podía ser él la única persona de Corea a la que Lee Hyukjae no le gustase, pero al menos tenía la satisfacción que el disgusto era mutuo.
Ya estaba tan preparado como no estaría en ningún otro momento de su vida.
Busan, rural, pequeño, tranquilo. Y a juzgar por lo que podía verse, Hyukjae estaba encargándose de que aquello cambiase.
Donghae se había pasado la mitad de su niñez ahí, pero la antigua casa del gobernador ya había desaparecido, al igual que la mayoría de los bosques en los que había jugado al escondite con Kyuhyun… Todo por el nuevo hotel de Hyukjae.
Hyukjae…. Le recordaba incluso en aquellos días sonriendo y planeando la forma de alcanzar sus metas, pero habían pasado años que sonriera para él.
Se detuvo cuando vio el cartel. El nombre de Hyukjae figuraba como arquitecto bajo la imagen de lo que sería el complejo cuando estuviese terminado al año siguiente. Al lado, el nombre de la compañía constructora, un holding que Hyukjae controlaba. A la derecha, había una caseta blanca y amarilla con tres camiones aparcados al lado.
Allí le encontraría, así que inspiró profundamente y subió los tres peldaños hasta la puerta. Había recorrido mil ochocientos kilómetros para verlo, pero temía ese momento. Hacia un año ya desde la última ocasión en que había encontrado con sus ojos negros al otro lado de una habitación bien abarrotada. Cinco años desde las últimas palabras cruzadas con él, y no precisamente unas palabras cordiales.
Su sonrisa se desvanecería cuando lo viera.
Antes de abrir, se aferró al pomo de la puerta. Aquel era su proyecto, su diseño y su dinero detrás de él.  Tenía que concentrarse en el dinero. No había ido ahí por el pasado, si no por que Lee Hyukjae podía disponer de un montón de dinero de inmediato.
Se oyeron risas dentro de la caseta y abrió la puerta. Estaba llena de café, planos y varones musculosos que miraban a Hyukjae como si esperasen una respuesta de él, todos a su alrededor, en un momento de relax. Hyukjae estaba sentado como si tal cosa en el borde de la mesa, y en ese instante, recordó las últimas palabras que le había dicho.
Cinco años atrás. Busan. El funeral de su padre, en el que él era la última persona a la que había esperado ver.
─¿Qué estas haciendo aquí? ─le preguntó Donghae.
─Asegurándome.
─¿De qué? ¿De qué está muerto? ─Hyukjae y su padre se había odiado mutuamente, pero no había creído a Hyukjae de hacer un comentario tan cruel en el funeral de su padre─ ¿Cómo te atreves? ─susurró.
Traje negro… ojos negro… pelo negro. Un rostro serio.
─Quizás haya venido para verte a ti.
─Estoy casado. ─replicó
─Por supuesto ─corroboró él─ Pero yo no contaría con Tim Hwang si estuviera en tu lugar. Llámame a mi cuando tengas problemas, amante de la luna.
Como si hubiera sabido que iba a tener problemas.
─!A ti sería la última persona a quien yo recurriera¡ ─espetó entre dientes─ ¡Antes preferiría arder en el infierno!
Si a alguien podía llamar enemigo, ese era a Lee Hyukjae. Y era un sentimiento mutuo, porque cuando entró en la caseta y los hombres se volvieron a mirar. Hyukjae fue el único que no sonrió.
Un hombre corpulento con un casco naranja lo saludó.
─¡Hola! ─parecía el mayor de los trabajadores y tenía cierto aire de mando. ─ ¿Qué puedo hacer por usted señor?
─Donghae ─dijo Hyukjae. No fue un saludo, solo se limitó a decir su nombre.
El hombre retrocedió de inmediato.
─Nos pondremos manos a la obra ─dijo y todos se movieron hacia la puerta.
Todos exceptos Hyukjae.
─Quiero ver ese muro antes de que se vayan. ─dijo mirando a Donghae.
El capataz asintió y quedó la habitación vacía, con solo Hyukjae estudiándolo con aquella expresión tan cínica que tanto había llegado a odiar.
Seguía sentado de medio lado en la mesa, con una pierna colgando de la esquina. Llevaba unos vaqueros, una camisa roja de algodón desabrochada. Hace catorce años que lo había visto vestido de esa manera. La última vez que le había visto llevaba un traje inmaculado para un baile de caridad en Busan. Donghae se había marchado pronto, y por supuesto, no se habían dirigido la palabra.
Hyukjae lo miró lentamente de arriba a abajo, su peinado perfecto hasta sus inmaculados zapatos. Después hizo un gesto hacia una silla en la esquina de la habitación.
─Siéntate ─le dijo.
─No, gracias ─intentando apartar de su cabeza la imagen de si mismo sentado y Hyukjae avanzando hacia él.
Hacía un tiempo… la fiesta de Kim Ryeowook. Hyukjae debía tener unos 18 años y él dieciséis. Ya le habían advertido sobre él.
Al entrar, se había detenido en la puerta con el ceño fruncido para mirar entre la gente. Después  había caminado directamente hacia él, y Donghae no pudo mirar hacia otro lado porque él lo estaba observando, mirando fijamente e ignorando las voces que lo llamaban desde otros sitios. Ignorándolo todo excepto a él.
─Amante de la luna ─dijo en voz baja al tiempo que le tendía una mano─ Será mejor que bailes conmigo. Ya era hora de que hiciésemos algo sobre este tema.
Debería haberle dicho que no. Lee Hyukjae era sinónimo de problemas y ahora no significaría nada para él si le hubiese dicho que no en aquel primer baile. No habría aprendido a quererlo y él no habría…
Todo sería distinto.
Catorce años, y aquel lio que había empezado en la fiesta de Kim Ryeowook seguía teniendo repercusión en su vida. Hyukjae lo estaba observando y él inspiró profundamente, rezando para ser  capaz de mirarlo a los ojos sin mostrar su nerviosismo.
─Amante de la luna… ¿qué problema te ha traído hasta aquí?
─No me llames así.
─¿Y cómo vas a impedirlo?
Donghae le mantuvo la mirada, aunque su instinto le advertía que no lo hiciese. Tenia una buena preparación: no debía mostrar ninguna debilidad, ni perder una batalla de miradas. Aunque hubiese ido a suplicar, saldría de allí con la cabeza bien alta.
─¿Nada ha cambiado, eh? ─dijo Hyukjae.
Donghae se acercó a la ventana. Fuera había un camión de hormigón con la puerta abierta y el conductor asomándose por ella.
─Las cosas siempre cambian.
─Quizás.
Donghae volvió a mirarlo. Seguía sentado sobre la mesa y observándolo.
─He odio lo de la muerte de Hwang. Hace cuatro años ya. Ya no llevas su anillo. ¿Sigues llorando su perdidas?
Él no contestó
─¿O es que tu matrimonio fue un acuerdo comercial? Haru Holdings absorbió a Hwang Press. Quizás debería llamarse fusión en lugar de matrimonio.
Donghae se dio cuenta de que tenía los puños y labios apretados e hizo un esfuerzo por relajarse. Hyukjae agarró una plomada que había sobre la mesa y la sopesó en la mano.
─Tu padre quería conseguir el control del imperio de comunicaciones de Hwang, y Hwang quería dinero. Tu fuiste el pegamento que aglutinó el trato. ─dejó caer la plomada en la mesa─ Perfecto. El Amante de la luna se casa. ¿Fue así como ocurrió?
─¿Eso es lo que piensas de mi? ¿Qué sería capaz de venderme al mejor postor?
¡Maldito Hyukjae! En tan solo dos minutos había sabido encontrar un punto débil.
─¡Por que demonios te casaste con él?
Donghae se cruzó de brazos para no temblar.
─La gente se casa por amor ─contestó. El camión de hormigón se estaba moviendo marcha atrás, hacia una pared de madera. ─ Maldito seas… ─susurró─ No he venido aquí para que me vapulees.
Silencio. Largos segundos centrado en la construcción de fuera. ¿Dónde estaban las palabras que tanto había preparado?
─¿En que lio estas metido? ─preguntó
─¿Qué te hace pensar que se trate de un problema?
─¿Por qué otra razón ibas a venir?
Desde la ventana veía a cinco hombres trabajando a un ritmo casi frenético.
─¿Siempre trabajan así, aunque tu no estés aquí?
Hyukjae no contestó. Donghae oyó papeles a su espalda y se preguntó si sería capaz de concentrarse con él allí.
─Imagino que se trata de problemas económicos.
Se dio media vuelta y se encontró con él lo estaba observando.
─¿Por qué económicos?
Cuando tenía catorce años se había caído del caballo que montaba cerca de la colina que rodeaba la casa de su familia. El lo había ayudado a levantarse  y se había quedado hasta asegurarse que estaba bien. Después, había agarrado al caballo y atado a un árbol, y luego los dos se habían sentado en un banco, que había bajo un manzano, a charlar. Cuando le había preguntado que estaba haciendo por ahí, Hyukjae se había echado a reir y había señalado al manzano y su abundante cosecha.
Después se oyó el ruido del coche de su padre.
─Será mejor que te vayas ─le dijo─ Mi padre se pondrá furioso si te pilla.
Hyukjae se había echado a reír y él tenía miedo. Hyukjae no había cambiado mucho desde entonces. No dudaba cuando tenia que presentar batalla, y según tenía entendido, solía ganarlas todas.
─Supongo que no serán problemas amorosos.
─No. No habría acudido a ti por eso.
─Si hubieras venido aquí por que me echabas de menos y querías a verme. ─dijo con ironía y mirándolo de arriba a bajo─, el lenguaje corporal no es el adecuado. Llevas tu educación de niño rico como armadura, ese peinado tan a la moda que te has hecho…
─He venido para hablar de negocios. ¿Por qué… ─hizo un gesto abarcando la oficina─… ¿Por qué no salimos a cenar? ¿Podríamos…
─No quiero que te gastes el dinero bajo falsas expectativas. ¿Por qué no me expones primero ese negocio?
─De acuerdo ─accedió, jurándose al mismo tiempo ser tan insondable como el hombre que tenía delante.
Alguien gritó su nombre desde afuera y la puerta se abrió.
─¡Hyukjae! ─dijo el hombre del casco naranja─. ¡Estamos listos para echar el hormigón!
─Enseguida voy ─contestó él─  ¿Te importa esperar un momento? ─le preguntó.
Donghae asintió.
─Veinte minutos.
Era una locura pensar que él le había pedido que no se marchase, como si fuese un asunto personal. Tenía que mantener el pasado firmemente separado del presente. No se había imaginado que fuese afectarle de aquel modo. Cundo él salió, se cruzó de brazos y empezó a pasearse por la habitación.
¿Y si le decía que no?
Catorce años atrás, cuando se había enfrentado a él en el porche de su propia casa, no había dado muestra de que le importase lo más mínimo. Después había llamado a su puerta y al final, había salido con el pelo revuelto y sin camisa para decirle que le dejase en paz, que desapareciera de su vida.
Había sido una locura acudir a él. Lee Hyukjae no movería un dedo para ayudarlo. Pero hacia Kyuhyun debía sentir alguna responsabilidad, ¿no? ¿O habría desaparecido el Hyukjae que había conocido alguna vez? El Hyukjae que se preocupaba por los demás, que se ponía en acción cuando veía cosas que no le parecían justas. Quizás, ese Hyukjae no había existido nunca. Pero él había creído una vez en ese hombre.
Hasta que le dijo que desapareciera de su vida.                                                                                                                                         Se oyeron pisadas en los escalones de afuera y la puerta se abrió.
─¿Podemos ir a dar un paseo? ─ le preguntó. De pronto la habitación le pareció abarrotada.
Hyukjae clavó la mirada en la mesa llena de planos.
─Suéltalo ya, Amante de la luna. ¿Qué es lo que quieres de mi?
─Muy bien ─contestó. Ojalá su voz sonara tan cortante como la de él. ─ He venido a ofrecerte acciones en SM Syndicate.
Él arqueó las cejas de tal forma que sintió escalofrío.
─¿Es que has invertido en ese desastre?
─Yo…directamente, no.
─¿Demasiado arriesgado quizás? ─le preguntó con ironía─ Nunca te ha gustado correr riesgo, ¿no?
De todos los hombres del mundo,  Hyukjae era único capaz de hacerle perder los estribos. Estaba seguro que percibía su ira.
─No he venido aquí para discutir sobre mi forma de invertir.
Él sonrió.
─¿Es que tu padre no te enseñó que hay que ser amable cuando se pide dinero?
La rabia le corrió por las venas
─Es Kyuhyu quien ha invertido en SM.
─Ah… Asi que el lio es del hermanito. ¿Y por qué no ha venido él a pedirme ayuda?
Donghae sintió una tremenda necesidad de moverse, pero no lo hizo, si no que se limitó a meter las manos en los bolsillos de su pantalón. Hyukjae siguió el movimiento como si supiera que había apretado los puños a escondidas.
─A Kyuhyun no le gusta pedir ayuda, pero yo…
─Pues a ti sí que te la ha pedido.
─Necesita tu ayuda.
─No pienso mover un solo dedo en favor de tu hermano.
Donghae se acercó al dispensador de agua que había en un rincón, sacó un vaso de papel y lo llenó a espaldas de él para que no viera como le temblaban las manos. Le estaba observando, esperando su reacción.
─Eres un bastardo ─contestó─ De no haber sido por mi padre, no tendrías nada. Este hotel, la torre de oficinas en Seúl, el centro de conferencias, esa isla en el mediterráneo… si hubieses tenido todo lo que te merecías…
─¿Y que crees tú que me merecía?
Donghae se volvió. Él le estaba mirando con los ojos entornados y el ceño fruncido, de la misma manera que lo hacía cuando tenía dieciséis años. Lo miraba así mientras lo destruía con sus palabras.
─Suponía que ibas a ayudar ─dejó el vaso de papel. Había sido una locura acudir a él─ Si mi padre te hubiera denunciado por daños y perjuicios, todavía estarías pagándole.
─No seas inocente. De haber tenido en que basar la acusación, me habría denunciado.
Donghae se sintió como si volviese a estar en su porche hacía todos esos años: confuso y herido.
─¿Es que no sientes ninguna responsabilidad hacía Kyuhyun?
─Ninguna ─su sonrisa le produjo un escalofrío. Había algo peligroso en ella. ─ Cuando vuelvas a Busan, llames a tu hermano y le des un mensaje de mi parte.
El corazón empezó a latirle como si aquello fuera una amenaza.
─Dile que Hyukjae ha dicho que no vuelva a enviarte a ti a pedir dinero.
─El no me ha enviado. He venido por mi cuenta ─tiró el vaso a la papelera─ Pero ya he tenido suficiente. Me marcho.
Hyukjae era un hombre de sonrisa fácil, pero a él no le sonreía.
─¿Tanto te importa tu hermano?
─¿Crees que iba a venir si no lo hiciera? La última vez que te vi, me hiciste un comentario sobre que acudiese a ti si te necesitaba, y yo juré que lo último que haría en el mundo seria pedirte nada. Debería haber mantenido esa promesa.
─Pero estas aquí. Siéntate. Cuéntame los detalles.
─Antes has dicho que no estas dispuesto a mover un solo dedo por Kyuhyun.
Ahora sonreía.
─Puede que lo haga por ti. Siéntate, Donghae.
Él se sentó despacio.
─Nunca has hecho nada por alguien de mi familia.
Hyukjae volvió a apoyarse contra la mesa.
─¿Hasta donde está metido Kyuhyun en este asunto?
Donghae le dio una suma y él silbó.
─Está loco.
─Me dijo que tú también estabas metido. Que era un inversión segura porque tu también habías comprado.
─Y aún así, tú no invertiste.
Donghae contestó que no con la cabeza.
─No es de mi ámbito. Supuse que tú habrías podido averiguar de alguna manera por donde iba a pasar la autopista. Supongo que sobornaste a alguien para que te diera esa información…
─Tu hermano está loco. Yo no estoy metido en ese tema. En un primer momento, consideré la posibilidad, pero habría sido absurdo esperar que el estudio medioambiental resultase favorable. Y pienses lo que pienses de mi ética, no tengo ni idea de por donde va a pasar esa autopista. Yo no voy por ahí sobornando funcionarios, pero no se sorprendería que el sindicato hubiese repartido un poco de dinero aquí y allá. Una decisión desfavorable podría convertir un buen proyecto en un montón de propiedades inútiles. Supongo que le firmaría a alguien un pagaré para cubrir el compromiso, ¿no?.
─Sí. A Sooman.
Hyukjae apretó los diente.
─Deja que saque el solito las castañas del fuego ─sugirió─ Ya es hora de dejar que Kyuhyun pague por sus propios errores.
Donghae se mordió el labio.
─No puedo hacerlo ─contestó con una voz impersonal─ Es mi hermano.
Ojalá no hubiese tirado el vaso de papel. Así tendría algo a lo que dar vueltas.
Hyukjae frunció el ceño y miró por la ventana como si prefiriese estar ahí fuera con los constructores, y Donghae se dio cuenta de que aquello no iba a funcionar. Se había negado a salir a cenar con él, a dar un paseo. Sólo estaba dispuesto a pasar un par de minutos en su compañía y, desde luego, no iba a darle ningún dinero.
Hyukjae se levantó y se acercó a su mesa de donde abrió un cajón de donde saco una botella y dos vasos.
─¿Un whiskey, Amante de la luna?
Él contestó que no con la cabeza. Y Hyukjae hizo un gesto con la boca que podría ser el inicio de una sonrisa.
─¿Beber tú? Que tontería. No puedes poner en peligro esas inhibiciones tuyas.
Donghae movió la cabeza, intentando bloquear los recuerdos.
─Inhibiciones ─había murmurado él mientras recorría la piel desde sus labios hasta el cuello. El pulso le había templado a Donghae con esa caricia y los dos se habían mirado. ─ Podríamos hacer algo con esas inhibiciones tuyas. Los dos, juntos.
Recuerdos… ¡Tenía que pararlos!
─No pienso perder reflejos con el Whisky mientras negocio contigo. No soy tan tonto.
Él se llevó el vaso a los labios.
─Esto es una pérdida de tiempo ─dijo con inquietud─ Me voy. Yo no…
─¿Por qué Kyuhyun no se pone en contacto directamente conmigo?
─Supongo porque te odia. Después de lo que le hiciste…
Hyukjae le dio la vuelta al vaso.
─¿Y qué es lo que le hice?
─¡Por amor de Dios, Hyukjae! ¡Lo sabes perfectamente! Le …
─Se amable con pidas dinero ─le sugirió.
─¡Maldito seas!
Apuró el resto del Whisky, y mirándole, Donghae se dio cuenta que su propia respiración iba demasiado de prisa y que Hyukjae lo estaba observando como si acabase de dejar caer una granada y estuviera esperando su reacción.
─Maldito seas… ─murmuró─ Lo haces deliberadamente. Te gusta desequilibrarme ─intentó controlar la ira. No le serviría de nada con él─ El primer punto es tuyo.
─Eso es lo que siempre me ha gustado de ti. Que te recuperas enseguida. ¿Hasta que punto deseas recuperar el lío de Kyuhyun?
─Lo suficiente como para haber acudido a ti ─intentó calmar la respiración y quedarse inmóvil. Presentía el peligro─ ¿Vamos a negociar?
─Quizás.
De pronto el mostrador que había entre ellos le parecía una sala de conferencias.
─He venido a pedirte ayuda ─dijo, manteniendo su voz sin tensión─ No tengo nada que ofrecerte.
Él dejó su vaso.
─¿Qué es lo que estas dispuesto  a hacer para librar a Kyuhyun?


6 comentarios:

  1. Pos como que no entendí muy bien la cosa!
    Que le hizo Hyuk a Kyu!????
    Y qué le hizo a Hae!????
    O______O

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  2. oh amor de hermanos y te colocan en situaciones complicadas espero y mi lindo monito no se propase mucho con el lindo pecesito

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  3. ¿Primer capítulo y ya estamos en estas situaciones?...creo que, estoy comprendiendo el hecho del por qué esta novela le ha gustado tanto.

    Bien...de antemano sabemos que fue algo grave,o lo suficiente como para que Donghae lo "odie" de esa manera...eso si en verdad es el daño causado a su familia lo que lo tiene con ese sentir...sino,pues fue el trato de Hyuk hacia él y vayamos saber qué otra cosita sea que Hae aún no nos dice.

    Eso de pagar por otros...si Hyuk no quiere mover un dedo por Kyu...esto se pone interesante.


    Del odio al amor hay un paso...será odio(?)
    Qué hubo primero...odio o amor(?)
    Los dos tienen caracter...sus encuentros serán..."BOOM"💣

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  4. Pues no entendí mucho que digamos en este primer capítulo, necesito seguir leyendo para saber que fue exactamente lo que pasó sobre todo con Kyuhyun que le hizo o que es lo que dijo kyu que le hizo, pero me gustó está muy interesante e intrigante la historia, muchas gracias por el capítulo y estaré en espera del siguiente.

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  5. Pues no entendí mucho que digamos en este primer capítulo, necesito seguir leyendo para saber que fue exactamente lo que pasó sobre todo con Kyuhyun que le hizo o que es lo que dijo kyu que le hizo, pero me gustó está muy interesante e intrigante la historia, muchas gracias por el capítulo y estaré en espera del siguiente.

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  6. Wauu esto si que esta empezando muy bien. Que fue lo que pasó entre estos dos plata que se lleven tan mal??

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...