Jungsoo observaba
la reacción de la pareja humana que estaba de pie al lado de la bruja. Él
estaba sorprendido por su belleza. Era pequeña en comparación con su cuerpo de
1,95 metros. Su cabello era de un color marrón oscuro y se veía tan suave que
se moría de ganas de pasar sus dedos a través de él. Cuando sus ojos se
encontraron con los suyos, lo sintió en su alma. Tenía los ojos del color del
caramelo y todas las emociones que estaba sintiendo estaban escritas en
aquellos ricos ojos dorados. Ella se humedeció los labios y siguió el
movimiento como un adicto seguiría a un contenedor de fármaco en la palma de un
distribuidor. Dio varios pasos hacia ellas, pero se detuvo cuando estaba a un
brazo de distancia.
—¿Cuál es tu
nombre? —le preguntó con su voz profunda. Él sonrió y tuvo que darle crédito
cuando ella no se inmutó bajo su escrutinio.
—Sora —respondió
ella con confianza—. ¿Y tú eres un rey? ¿Rey de quién, o mejor dicho, de qué?
Jungsoo río.
—Tienes espíritu,
pequeña —dijo—. Sí, soy un rey, Rey de los Hechiceros.
Sora tosió y
escupió, luego tragó.
Mona puso los
ojos en blanco hacia la humana.
—Por favor, dime
que no pensaste que lo único que no es humano en este mundo eran los hombres
lobo.
Sora ignoró a
Mona, sin dejar de mirar a Jungsoo.
—Así que, es Rey Jungsoo,
¿correcto? —le preguntó, recuperando la compostura.
Jungsoo asintió
una vez.
—Está bien, sólo
una pequeña pregunta aquí, pero, ¿por qué querrías que yo sea tu compañera? No
me conoces de Eva.
Jungsoo ladeó la
cabeza hacia un lado y frunció el ceño.
—¿Quién es Eva?
Sora y Mona ambas
soltaron un bufido al mismo tiempo, entonces ambas se detuvieron para mirar a
la otra.
—Es sólo un
dicho. —Sora le descartó con la mano—. La parte más importante de la pregunta
es, ¿“por qué yo”?
—No te elegí, Sora.
—Jungsoo observó mientras los labios de ella se tensaban y su frente se
arrugaba ante sus pensamientos—. Desdémona te trajo a mí.
—¿Quién es
Desdémona?
Mona hizo una
reverencia de forma espectacular.
—Permítame que me
presente adecuadamente. Soy Desdémona, la última bruja en este mundo. Mi poder
está más allá de cualquier cosa que puedas comprender y Jungsoo tiene
información que necesito. Hicimos un trato, una compañera para él y la
información para mí. Es sólo una ventaja añadida que eres quien eres.
Jungsoo miró a
Mona, tratando de descifrar lo que significaban sus palabras. ¿Quién era Sora
para ella? ¿Qué sabía ella de Sora?
Miró a Mona y su
rostro se convirtió en una pizarra en blanco.
—Dos días —le
dijo a ella.
—Sí, sí, como
acordamos. Tienes dos días con ella. Entonces te quiero listo para ir al velo.
—¡Espera! —gritó Sora
cuando Mona se volvió para irse—. ¿Qué pasa con mi hijo?
Mona se encogió
de hombros.
—No sé nada
acerca de tu hijo.
—¿Por qué tengo
la sensación de que está mintiendo? —preguntó Sora a través de los labios
fruncidos.
La sonrisa de
Mona se tornó astuta.
—No tengo ni
idea, Sora Park. Nunca sería deshonesta.
Sora resopló.
—Claro, y de un
momento a otro entonarás These are a few of my favorite things de Mary Poppins.
—Ella dejó escapar un suspiro exasperado—. ¿Puedes Decirme al menos si está a salvo?
—Por mucho que me
gustaría darte un poco de las últimas noticias acerca de tu carne y sangre, la
verdad… y me da náuseas pensar siquiera esa palabra, es que no sé dónde está
por el momento. La última vez que lo vi estaba peludo y corría en un campo de
batalla.
La boca de Sora
quedó boquiabierta.
—¿Qué?
—Oye, sólo lo
llamo como lo veo. El era peludo y despedazaba mi ejército. Por lo que sé,
sobrevivió a ello. Así que eso es una ventaja, ¿no?
Sora se quedó sin
habla ante la bruja y luego en un abrir y cerrar de ojos, la bruja se había
ido.
Ella miró a su
alrededor como si Mona fuera a aparecer y gritar “boo”.
Jungsoo dejó
escapar un profundo suspiro.
—Puede ser muy
dramática a veces.
Su voz llamó la
atención de Sora de nuevo hacia él.
Jungsoo se
levantó y la miró fijamente, sin parpadear y sin vergüenza. Había pasado mucho
tiempo desde que había pasado algún tiempo de calidad con una mujer y no podía
recordar si alguna vez había estado con una mujer de tal belleza.
Sora se aclaró la
garganta, tratando de no preocuparse por Teukkie porque sabía que no había nada
que pudiera hacer al respecto en ese momento. Sólo podía hacer frente a la
situación delante de ella.
—Así que, ¿vas a
echarme a un calabozo o algo así? —preguntó al alto y apuesto rey. Realmente
deseó no haber pensado en ese último adjetivo, pero a Decir verdad, era de buen
mirar. Teukkie lo llamaría un dulce para la vista y Sora estaría de acuerdo.
Jungsoo sonrió y
eso transformó sus facciones duras.
—No tengo ningún
plan de lanzarte en una mazmorra. Pensé que preferías una habitación con una
cama e instalaciones humanas.
—Eh —dijo Sora,
levantando una ceja—. Bueno, eso sí que suena mejor que una mazmorra.
—Sé que debes
tener preguntas, y estoy dispuesto a responderlas. Pero realmente me gustaría
cuidar de tus necesidades inmediatas. ¿Tienes hambre?
Sora asintió.
—Pero primero,
¿puedo usar el baño de mujeres?
Jungsoo señaló al
final del pasillo.
—La tercera
puerta a la derecha. Voy a esperar aquí por ti.
Sora caminó hacia
el baño, sólo mirando sobre su hombro una vez. Jungsoo seguía mirando.
Sora entró en el
baño, buscando la luz en la pared y encendiéndola con un golpecito. Cerró la
puerta y giró la cerradura. Dejando escapar un profundo suspiro, se miró en el
espejo del lavabo. Su rostro estaba pálido y demacrado. Abrió el agua y se mojó
la cara con ella. Una toalla colgaba de un gancho y la usó para secar su cara y
manos. Colgó la toalla, riéndose de sí misma por ser tan cordial en la casa de
su captor. Se encogió de hombros. Bien podría ser ordenada.
Cerró los ojos y
suspiró, sabiendo que tenía que mantener la calma, sin importar lo mucho que
quisiera gritar para que alguien le mostrara dónde se encontraba Teukkie. Por
lo que podía Decir hasta ahora, no creía que este Rey Jungsoo le significara
ningún daño, pero Mona había llamado a Sora su compañera. La manera en que
entendía “compañero” significaba una relación a largo plazo, como en el resto
de su larga vida. Así que en este punto necesitaba asumir que Jungsoo no tenía
planes de dejarla ir. Él no parecía malo, pero luego otra vez él trabajaba con
Mona, y ella estaba definitivamente loca.
Saltó cuando
alguien llamó suavemente a la puerta.
—Sora. —Oyó su
voz a través de la puerta, y la forma en que su nombre salió de su lengua envió
escalofríos por su espina dorsal.
Es sólo intenso, Sora.
Te enamoraste de tu captor hechicero. Buena esa.
—¿Está todo bien?
Sé que debes estar angustiada y voy a explicar todo lo que pueda, si por favor
simplemente confías en mí cuando digo que no significo ningún daño para ti.
Sora quitó el
seguro de la puerta y la abrió lentamente.
Levantó la mirada
hacia el hombre imponente, bueno, no hombre, sino macho. Su rostro Decía que
tal vez tenía más de treinta o cuarenta años, pero sus ojos, decían que había
visto siglos y siglos. Qué historias era capaz de Decir.
—Definitivamente
me gustaría que me explicaras.
Él extendió la
mano hacia ella, una petición silenciosa de confianza. Ella lo miró un momento
antes de finalmente llevar su mano más pequeña en la de él. Su mano era mucho
más grande, y cálida. Tan cálida que sentía el calor moverse por su brazo. Ella
deseaba tanto no sentir ese calor, y aún más que eso, deseaba no disfrutar de
este. Pero había pasado tanto tiempo desde que había sentido algún calor de,
bueno, el tacto de un hombre. Y aunque el término hombre aplicaba pobremente al
rey, él era todo un hombre. Y toda esa masculinidad se concentraba en ella.
Jungsoo le tomó
la mano y la llevó a la Sala más pequeña de la gran mansión. No quería darle la
oportunidad de poner demasiado espacio entre ellos. Estaba luchando con qué Decirle.
Había estado emocionado ante la idea de tener una compañera, pero, sinceramente,
no esperaba estar tan atraído por la mujer que Mona le había prometido traer.
No sólo atraído por su aspecto, sino por su espíritu también. Ella llenaba una
habitación cuando entraba. El fuego en sus ojos era suficiente para detener a
un hombre en su camino. Seguro que lo había detenido a él.
Había algo en
ella que era tan bueno, tan real y tan fresco. Odiaba ensuciar eso con la
verdad de lo que estaba por venir. Tal vez sólo podía darle una visión general.
—Desdémona es una
poderosa bruja —comenzó—. Ella vino a mí con una proposición, y cuando mencionó
que me podía traer una compañera, no pude rechazarla.
Sora se quedó
mirando a Jungsoo mientras hablaba y vio la forma en que sus inusuales ojos no
se apartaban de ella, ni siquiera parpadeaba. Era un poco desconcertante.
—Perdóname si
parezco un poco confundida, pero, ¿por qué cruzaría todo el camino a Estados
Unidos para conseguirte una compañera? Quiero Decir, no es como si fueras feo a
la vista. Seguramente ella podría encontrar a alguien más cerca de casa. ¿Y por
qué no buscas una compañera que sea una hechicera como tú?
—¿Crees que soy
guapo? —le preguntó Jungsoo, contento.
Sora puso los
ojos en blanco.
—¿De todo lo que
dije, eso es todo lo que captaste? ¿Que creo que eres atractivo?
—Ha pasado un
largo tiempo desde que he estado con una pareja. Tendrás que perdonarme si no
sé el protocolo —respondió secamente.
—¿Protocolo?
—repitió Sora con incredulidad—. Así que, ¿tienes un protocolo para hacer que
una bruja secuestre a una mujer para ser tu compañera? Hombre, esto va a estar
bueno. Por favor, dime, ¿cuál es exactamente el protocolo para una cosa así?
Jungsoo se aclaró
la garganta y consideró su respuesta hacia él. Obviamente, la había molestado.
—No quise Decir
un protocolo para Mona haberte secuestrado. Quise Decir, para hablar con una
mujer, ser un caballero.
—Bueno, para
empezar, no secuestrarla. —Sora negó con exasperación—. Sólo digo.
Jungsoo soltó un
gruñido mientras se levantaba abruptamente. Sora se estremeció ante el
movimiento rápido.
—Mi pueblo está
disminuyendo. No tenemos parejas. La magia en este mundo está flaqueando porque
las Fae se han encerrado en su velo y se niegan a ser molestadas. Es la única
esperanza de mi raza. Yo soy su Rey. Un Rey sin pareja, y sin herederos. Te
necesito. No te voy a hacer daño. No te faltará nada. Esas cosas puedo
prometerte. —Jungsoo estaba sin aliento, con los nervios de punta, porque no
entendía los sentimientos que estaba teniendo por una mujer humana que acababa
de conocer.
—¿Qué pasa con mi
hijo? —Sora levantó una sola ceja—. ¿Qué me puedes prometer de él?
—¿Quién es tu hijo?
—preguntó Jungsoo con cautela. Tenía la sensación de que no le iba a gustar la
respuesta.
—Es el compañero
de Kim Kangin, el hijo del Alfa de los lobos Coreanos.
Jungsoo dejó
escapar un sonido como un siseo.
—Junjin —susurró
el nombre como una acusación.
—Eso es correcto
—confirmó Sora, si notar la rabia que había empezado a ocultar Jungsoo.
Desdémona no se
había molestado en Decirle que la mujer que había escogido para ser su
compañera era la madre del nuero del Alfa. Eso no era bueno.
—No sé nada
acerca de tu hijo —le dijo con sinceridad—. Sé quién es Junjin, y lo conocí una
vez, hace muchos, muchos años. ¿Cómo sabe Mona de tu hijo?
Sora se encogió
de hombros mientras se levantaba y comenzaba a caminar por la habitación,
mirando a su alrededor.
—Cuando Mona me
llamó, ella fingió ser Hyesung… —Miró por encima del hombro a Jungsoo—,
compañero de Junjin. Me dijo que querían sorprender a Teukkie y traerme a verlo
aquí en Corea. Sabía que algo estaba mal, pero le seguí el juego de todos
modos.
—Espera
—interrumpió él—. ¿Qué quieres Decir con que sabías que algo estaba mal?
¿Sabías que posiblemente te significaba un daño y viniste con ella de todos
modos? —Jungsoo sabía que su voz había adquirido una cualidad áspera, pero le
irritaba pensar que Sora a sabiendas se había puesto a sí misma en peligro.
—Haré lo que
tenga que hacer con el fin de proteger a mi hijo. Si eso significa subir a un
avión porque una bruja pretende estar invitándome a verlo, entonces volaré en
el maldito avión si lo necesito.
Jungsoo no
respondió. Él simplemente la observó mientras ella seguía mirando alrededor de
la habitación. Estaba perdido en sus pensamientos, finalmente dándose cuenta
exactamente en lo que Mona le había metido. No quería estar en el lado malo de
un Alfa, especialmente no uno tan poderoso como Junjin. Jungsoo en sí era
poderoso, no había ninguna duda al respecto, y si Junjin se enfrentara solo
contra él, podría ser una batalla igualada, pero añade a los lobos de Junjin en
la mezcla y la balanza se inclinaba. Además, Jungsoo no tenía nada en contra de
los lobos, sólo quería una compañera. No había planeado que los dos se
cruzaran.
Él sabía que Mona
quería abrir el velo para dejar salir la horda de demonios y había planeado
ayudarla a hacer precisamente eso, pero había algo más profundo que le decía
que no continuara. Oh, él podía parecer estar haciendo lo que le pedía, pero
podía encontrar la manera de frustrar su plan. Ahora, al ver a Sora en su casa,
al ver tanta bondad que quedaba en el mundo, sabía que no ayudaría a Mona. Si
podía convencer a Sora de quedarse con él, para que tal vez un día lo amara, él
movería cielo y tierra.
—Es tarde —le
dijo con una voz suave y profunda—. Te voy a enseñar tu habitación para que
puedas descansar un poco. Tengo que pensar.
Sora lo siguió
sin Decir palabra. La condujo por un tramo de escaleras y giró a la derecha por
un pasillo. Pasaron tres puertas hasta que finalmente se detuvieron en una de
la derecha. Abrió la puerta para ella y encendió la luz.
—Hay un cuarto de
baño en el interior que debe tener todo lo necesario. Tu bolsa está aquí
también. —Jungsoo se volvió para dejarla por la noche, pero se detuvo cuando
ella colocó una pequeña mano en su gran brazo. Él miró la mano en su brazo y
luego a los ojos color whisky de su dueña.
—No me pareces
malvado —dijo en voz baja—. ¿Por qué trabajas con Desdémona? ¿Qué podría
ofrecerte que valdría la pena?
Jungsoo se giró
de modo que su cuerpo estaba al ras con el de ella. Dio un paso más y respiró
hondo, inhalando su delicado aroma.
Sus ojos se
encontraron con los de ella de manera significativa cuando habló.
—Tú —le dijo—.
Ella te ofreció a ti.
Hyukjae caminó
con Donghae y Sihyuk hacia el bar la noche siguiente. Las cosas habían estado
tensas desde que Yunho encontró a su compañero. Siwon les había ordenado a
todos excepto a Hyukjae, Donghae y Sihyuk, a permanecer en sus habitaciones
hasta nuevo aviso. Hyukjae había discutido que lo mejor era que no todos
volvieran al bar, especialmente después de lo que había pasado. Habían llamado
demasiada atención indeseada en sí mismos. Aunque no fue intencional, igual no
era bueno.
—¿Cómo estaba Yunho
cuando hablaste con él? —preguntó Donghae.
—Está bien, sólo
un poco desconcentrado.
—Puedo
imaginarlo. Ha estado solo mucho tiempo. Estoy tan contento que haya encontrado
su compañero. Todos estábamos apoyándolo. —Donghae sonrió al cielo nocturno.
Hyukjae y Sihyuk
rieron juntos.
—¿Todos estábamos
apoyándolo? —preguntó Hyukjae juguetonamente.
Donghae lo
empujó.
—Cállate.
Odiábamos verlo solo cuando otros estaban encontrando sus compañeros. —miró a Sihyuk—.
Perdón Sihyuk, no quise Decir…
Sihyuk lo
interrumpió con un gesto y una sonrisa.
—No te preocupes,
Donghae —le dijo—. El mío está por ahí en alguna parte. Simplemente, todavía no
está listo para mí.
Donghae le sonrió
de vuelta y rió cuando Hyukjae la acercó a él.
«¿Algún
problema?», preguntó, usando su vínculo.
«Le estás
sonriendo mucho a alguien que no soy yo».
Donghae rió de
nuevo mientras llegaban al bar y Hyukjae abría la puerta. Él entró primero y
luego de revisar que era seguro para Donghae, lo hizo entrar.
—¿Lo encuentras
divertido? —le preguntó él mientras iban hacia la barra y Sihyuk se separaba de
ellos, en dirección a la parte trasera de la Sala.
—Es raro verte
ser posesivo, sólo eso.
Los ojos de Hyukjae
comenzaron a brillar mientras se detenía detrás del mostrador.
—No te
equivoques, Donghae. Amo dirvertirme y pasarla genial con ellos, pero cuando se
trata de ti, soy lo más serio posible. Eres mío. Mientras que tú y todos los
demás recuerden eso, todo estará bien. Si alguien olvida eso, si alguien piensa
que debido a mi naturaleza de ser bueno voy a estar de acuerdo en cualquier
cosa que no sea la forma en la que Siwon espera que Hee sea tratado, estarán
haciendo el peor y último error de sus vidas.
Donghae observó
con asombro a su compañero cuando los ojos de su lobo lo miraron. Hyukjae era
divertido y alegre, pero cuando miró en esos brillantes ojos, vio que Hyukjae
también era letal… muy, muy letal.
—Ahora bien —dijo
él con una voz totalmente diferente y una gran sonrisa en su rostro—, vamos a
mostrarles a estos refinados clientes cuán buen barman soy.
Donghae bufó.
—En serio
deberíamos trabajar en tu autoestima.
—Lo sé, lo sé.
Realmente no pienso lo suficientemente bien de mí.
Bien...al menos una cosa salio de todo esto que la bruja quiere hacer...el rey ya casi consigue a su compañera...y bueno,Sora solo necesita un empujoncito.
ResponderEliminarOoohhh Hae esta viendo el lado posesivo de Hyuk...no estoy muy segura que le guste...pues al principio dijo que no le gustaba la posesividad...
Pero ya debe de estar acostumbrado o al menos,consciente de lo qué esperar.