Soulmate (DH3)- 16




Kevin los sacó del loft, bajando las escaleras hasta el coche de Kyuhyun. Kyuhyun vio las dos motos Ninja negras y grises que debían pertenecer a los Katagaria, Ya que los were-hunter tenían que moverse rápidamente para evitar a sus enemigos, preferían motos de carrera antes que correr o caminar que agotaba la fuerza que necesitaban para la lucha.

Kyuhyun comprobó su reloj. Faltaban veinte minutos para la cita. Una parte de él deseaba que Shindong  pudiera materializarlos directamente en el almacén, pero sabía que era mejor no preguntar. Shindong  era caprichoso con ese poder y se ponía bastante irritable cuando se le pedía que lo usase.


Llegaron al Distrito Warehouse unos minutos más tarde. No le tomó mucho tiempo a Kyuhyun encontrar el viejo almacén abandonado.

–Uh, muchachos –dijo lentamente Hyungsik mientras se quitaba el casco–, se dieron cuenta que esto es muy probablemente una trampa?

–No, ¿tú lo crees? –preguntó Kyuhyun sarcásticamente.

Hyungsik puso sus ojos en blanco.


Kyuhyun convocó sus poderes, dejándolos surgir y sintiendo como se fragmentaban. Eso no era bueno. Él no sabía qué los esperaba en el edificio, pero atravesaría el mismo infierno si eso mantenía a Sungmin a salvo. Poderes o no poderes.

Todos se dirigieron al edificio con Shindong  cerrando la marcha.

–Ooh –dijo Hyungsik mientras Kyuhyun trabajaba en el candado–. Romper y entrar. Me trae viejos recuerdos, ¿no, Kevin?

–Cállate, Scooby –dijo Kevin, usando el despectivo término de los lobos Katagaria para un perrito tonto y cobarde–. Y cuida tu trasero.

Kyuhyun rompió la cerradura y abrió la puerta. Esta crujió fuerte mientras la puerta caía de sus goznes. Kyuhyun maldijo, entonces con irritación puso la puerta a un lado.

Entraron en el edificio uno por uno, se ubicaron en forma de abanico, y luego hicieron una pausa dentro del oscuro espacio vacío que estaba cubierto de al menos una década de polvo, telas de araña y mugre.

Cada tanto, un coche pasaba por el exterior, sus faros iluminaban un poco el ruinoso interior.

El lugar estaba totalmente silencioso excepto un extraño golpeteo rítmico que provenía de arriba y el sonido de los roedores que se escurrían por el piso.

–Uhhhh- uhhhh-uhhh –cantó Hyungsik con una voz que recordaba a alguna banda sonora de una película de clase B–. Hey Shindong , quierrrres chuparrrrr mi sangrrrre?

Shindong  le dirigió una mirada divertida, en blanco.

–No, gracias. La última cosa que quiero es coger el parvo de ti, o alguna otra extraña enfermedad de perro que me va a hacer levantar mi pierna en cada árbol.

Kevin le dio a su hermano un golpe detrás de la cabeza.

–La próxima vez te dejo en casa.

–Hey, eso dolió –dijo Hyungsik, frotándose la cabeza.

–Sí, pero no tanto como lo hará esto. –Una voz incorpórea salió en ninguna parte.

Kyuhyun oyó algo dando vueltas por el aire. Él movió su cabeza bruscamente a la izquierda para evitar su trayectoria y lo cogió cuando pasaba sobre su hombro.

Arqueando una ceja ante la enorme hacha medieval, la sostuvo y se la lanzó a Kevin. Kevin curvó sus labios. El Katagari pareció menos que divertido.

–Hey imbécil, deberías saber algo. –Kevin probó el borde de la hoja con su pulgar–. Si atacas a mi hermano, realmente te cagas en mí.

Kevin lanzó el hacha de nuevo a quien se la había tirado. Kyuhyun oyó un gemido un instante antes que los reflectores perforaran la oscuridad.

Kyuhyun y Shindong  sisearon de dolor, agachándose y protegiendo sus ojos. Un instante después, algo crujió y las luces se apagaron.

Shindong  lanzó un rápido relámpago hacia la esquina de donde debía haber salido la orden, ya que Kyuhyun oyó a alguien chillar. El olor de carne quemada llenó el espacio.

Entonces, los Daimons salieron de la oscuridad, atacando. Kyuhyun alcanzó al primero que se le acercó y lo tiró al piso. Golpeó la punta del zapato para liberar la daga en su bota, pero antes de que pudiera usarla para matar al Daimon, otro lo cogió de la cintura y lo empujó hacia atrás.

–Maldito seas, alimento-Daimon –dijo Hyungsik con una carcajada–. Hey, Kevin, tu quieres la carne blanca o la oscura?

Kevin le dio a uno de los Daimons en el pecho con un cuchillo, directamente en el corazón. El Daimon se desintegró. Él se rió de su hermano quien tenía a otro Demonio.

–¿Que tal si yo lo agarro por una pierna, tu por la otra, pedimos un deseo y tiramos?

Kyuhyun hizo girar sus ojos, entonces se giró y usó la punta de su bota para terminar al Daimon que lo había agarrado. Después fue por el primer Daimon, que se estaba dirigiendo hacia la espalda de Hyungsik. Kyuhyun lo cogió justo antes de que alcanzara al Katagari. El Daimon se volvió hacia él siseando, e intentó apuñalarlo. Kyuhyun torció su muñeca hacia abajo y quitó el cuchillo de su mano.

–Mala jugada, mancha de tinta –dijo Kyuhyun, aporreando al vampiro.

Algo que vio con la esquina de su ojo llamó la atención de Kyuhyun. Él giró su cabeza para ver que Shindong  estaba rodeado por un grupo de Daimons. Shindong  los rechazaba con su garrote, pero había tantos de ellos atacando que se parecía a intentar barrer hormigas estando en el medio de un hormiguero. Kyuhyun fue a ayudar.

¿De donde venían todos los Daimons?

Ellos por lo general se congregaban en Nueva Orleans en esta época del año, pero... ¡Maldición! parecía que la mitad su población mundial estaba aquí en este lugar.

Trabajando juntos, Kyuhyun, los Katagaria, y Shindong  los terminaron.

–Gracias –dijo Shindong  cuando el último se desintegró.

Kyuhyun asintió y plegó su srad en una sola daga, luego la devolvió a su bota.

–Bien –dijo Hyungsik, imitando una cansina voz gruesa del Sur–. Tengo que decir que es extremadamente amable de parte de los Daimons que limpien todo ellos mismos cuando uno los mata. Esto es mucho mejor que el matar a un Arcadian. –Él mostró sus manos hacia ellos–. Mira, ma, limpias.

–¿Hyungsik tiene un botón de apagado? –le preguntó Kyuhyun a Kevin. Mirándolo como si quisiera disculparse, Kevin negó con su cabeza.

Pero Kyuhyun ya no les prestaba atención. Él tenía cosas mucho más importantes en que ocuparse.

–Tenemos que encontrar a Sungmin –dijo, dirigiéndose a la escalera.

–Espera, –le llamó Shindong –. No tienes ni idea de lo que hay ahí arriba. 

Kyuhyun no redujo la marcha en absoluto.

–Y no lo sabré hasta que no llegué.

Sin otro pensamiento excepto salvarlo, Kyuhyun siguió el descomunal ruido hasta una puerta en el final más alejado del pasillo superior. Cuando lo alcanzó, Kevin, Hyungsik, y Shindong  estaban detrás de él.

Kyuhyun azotó la puerta, listo para la batalla.

En vez de otro grupo de Demonios, encontraron a Sungmin atado sobre una cama en un cuarto que estaba iluminado por una pequeña linterna. Gimiendo, se retorcía y giraba; como si se estuviera quemando.

Aterrorizado de que algo estuviera mal en él, Kyuhyun se precipitó a su lado mientras Kevin y Hyungsik buscaron por el cuarto más Daimons.

¿Qué le habían hecho?

Si ellos lo habían tocado o dañado, él los perseguiría y los despedazaría. En cuanto Kyuhyun lo liberó de la cama Sungmin se pegó a él como si no pensara soltarlo.

–Hola, bebé –susurró Sungmin guturalmente, frotándose contra él mientras deslizaba sus manos por su cabello y sobre su cuerpo–. He estado pensando en ti, esperando que vinieras por mí.

Olvidando a los demás en el cuarto, lo besó febrilmente y comenzó a intentar sacarle la ropa. Durante un minuto completo, Kyuhyun estuvo demasiado atontado como para moverse.

Entonces sus hormonas se agitaron, deseándolo tanto como él lo deseaba.

Sungmin lo empujó hacia la cama, subiendo sobre su cuerpo como si estuviera listo a hacerlo en el lugar.

El cuerpo de él instantáneamente estaba ardiendo, Kyuhyun nunca había visto nada como eso. Literalmente tuvo que luchar para mantener su ropa en su lugar. No es que se hubiera opuesto si hubieran estado solos. Pero no había ningún modo de hacerlo ante una audiencia.

Shindong lo miró, con ojos atormentados. Había algo en la expresión de Shindong que le recordó a Kyuhyun a alguien volviendo a vivir una pesadilla.

–¿Sungmin? –dijo Kyuhyun, intentando inspeccionar si estaba lastimado–.¿Estas bien?

–¡Umm-hum!, –Sungmin gemía mientras lo mordisqueaba desde su barbilla hasta su cuello. El cuerpo de él al instante estaba ardiendo y duro–. Vamos, bebé –suspiró en su oído–. Te necesito. Ahora mismo.

–Hey, Kevin –dijo Hyungsik–. Yo no sabía que las parejas humanas podían entrar en celo, ¿tú sí? –Kevin dirigió una cómica mirada a su hermano. Esto no contuvo a Hyungsik en lo más mínimo–.¿Piensas que necesitará un suplente después que desgaste a Kyuhyun, como una pareja Katagari? Normalmente no lo hago con humanos, pero con una pieza semejante podrían tentarme.

Kyuhyun vio rojo.

Kevin puso su mano sobre la boca de su hermano y lo tiró hacia atrás.

–Hyungsik, pienso que paras o Kyuhyun podría convertirte en carne asada de lobo.

Shindong  sacudió su cabeza como si se forzara a sí mismo a despertarse de un trance. Alejó de un tirón a Sungmin de Kyuhyun. Sungmin peleó y siseó como un gato salvaje mientras luchaba por liberarse. Shindong  susurró algo en una lengua Kyuhyun no podía entender y Sungmin inmediatamente cayó flojo en sus brazos.

–¿Qué le hiciste? –preguntó Kyuhyun con ira.

–Nada peligroso. –Con cuidado colocó a Sungmin sobre el regazo de Kyuhyun–. Es un pequeño hechizo para dormir, para mantenerlo tranquilo y poder llevarlo a casa a salvo.

Shindong  levantó la mano de Sungmin y olió su piel. Kyuhyun ya había sentido un aroma extraño, de naranja especiada que parecía impregnar el cuerpo de Sungmin. Shindong  se volvió hacia Kevin y Hyungsik.

–¿Les importaría fijarse si hay algunos tipos esperando abajo?

Kevin asintió con su cabeza.

–Haremos otro barrido del edificio para asegurarnos que no hay más Daimons ocultos.

Él condujo a su hermano fuera del cuarto. Kyuhyun acunaba a Sungmin contra su pecho, agradecido de tenerlo otra vez, pero preocupado sobre qué le habían hecho. También había notado lo extraño que Shindong  se estaba comportando; el hombre estaba mucho más raro que lo normal.

–¿Qué está mal en él?

Shindong  soltó un largo suspiro, cansado.

–Está drogado con un droga llamada Eycharistisi. –Ante el ceño fruncido de Kyuhyun, definió la palabra desconocida–. Placer.

–¿Cómo has dicho?

–Es un afrodisíaco muy potente. Cubre el cuerpo con endorfinas y destruye una a una todas las inhibiciones. Un toque y todo lo que el usuario puede pensar es en encontrar a alguien y estimularlo al orgasmo.

La rabia descendió mientras Kyuhyun pensaba por qué alguien le daría tal cosa.

–¿Piensas que Camulus tuvo sexo con él?

–No, pienso que alguien más lo hizo como un mensaje para mí y una advertencia para ti.

–¿Cómo es eso?

Las mejillas de Shindong  estaban moteadas de rojo, algo que sólo pasaba cuando el hombre se enfadaba realmente. En mil quinientos años, Kyuhyun sólo lo había visto tres veces así.

–El Placer era la droga del día en la Atlántida y no ha sido producida desde que el continente entero se hundió en el fondo del Egeo.

Un mal presentimiento se instaló en el interior de Kyuhyun. Esto no era acerca de Sungmin y él. Él estrechó sus ojos sobre Shindong.

–¿Que sigue, T-Rex? Primero alguien me confunde al ser tan parecido a ti, pero no eras tú. Y ahora alguien tiene el acceso a una droga que desapareció hace once mil años con tu patria, y se la da a Sungmin quien fue secuestrado por Camulus. ¿De qué se trata?

–Así de pronto, yo diría que Camulus ha formado equipo con alguien más.

–¿Quién?

Como era lo esperado, Shindong no contestó.

–Te necesito fuera de esto.

–Es bastante difícil para mí mantenerme fuera de esto cuando esta persona me arrastró dentro. Y no me quedaré fuera mientras Sungmin sea amenazado.

–Harás lo que te digo, Kyuhyun.

–No soy tu muchacho, Shindong . Mejor usas otro tono conmigo.

Rápido. Las mejillas de Shindong  se tornaron aún más rojas.

–¿Estás cuestionando mi autoridad?

–No, estoy cuestionando tu juicio. Quiero que hables claro conmigo sobre con quién y con qué estamos tratando y por qué ese hombre le dio a Sungmin esa droga.

–No te debo una explicación, Celta. Todo lo que tienes que saber es que tengo un viejo enemigo que finge ser yo.

–¿Por qué?

–¿Bien, obviamente porque no me va a gustar y para ganar el apoyo de mis amigos, ahora lo entiendes?

Kyuhyun gruñó por la incapacidad de Shindong de contarle a alguien algo sobre su pasado. ¿Por qué el hombre era tan condenadamente reservado?

–¿Es un cambiaforma o un semidiós?

–La última vez que comprobé, él era humano.

–¿Entonces por qué él se parece a ti? ¿Es un pariente?

–No voy a jugar a las Veinte Preguntas contigo, Kyuhyun. Él no es asunto tuyo. Él es el mío.

–¿Al menos me dirás como puedo diferenciarlos en el futuro?

Shindong se quitó sus gafas de sol.

–Nuestros ojos. Soy el único humano que alguna vez haya nacido con unos ojos como estos. Él no los tiene y no se quitará sus gafas de sol por miedo a revelarse a sí mismo.

–¿Por qué está este tipo detrás de ti?

–Él me quiere muerto.

–¿Por qué?

Shindong se alejó un paso de él.

–Tus ordenes son simples. Regrésalo al pantano. No sé cuanto de la droga le dieron, pero estoy seguro que él todavía sentirá sus efectos cuando se despierte. Confía en mí, cuando lo haga, va a poner una gran sonrisa en tu cara.

–Confía en mí –repitió Kyuhyun–. Es gracioso como tu sigues diciendo eso cuando tú nunca confías en nadie ni siquiera en los hechos más básicos sobre ti. ¿Por qué es esto, Shindong ?

Como esperaba, Shindong  no contestó. Y en aquel instante, Kyuhyun comprendió cómo se debía sentir Sungmin cuando trataba con él. Era una maravilla que lo tolerara.

–Hey Shindong  –le llamó Kevin desde abajo–. Hay algo aquí que tienes que ver.

Kyuhyun recogió a Sungmin y lo llevó abajo. Shindong  salió detrás de ellos.

Kevin y Hyungsik estaban en un pequeño cuarto afuera del principal. Sobre la pared lejana alguien había pintado un misterioso símbolo griego de tres mujeres y una bandada de palomas. Tres notas estaban en encima de la cabeza de cada mujer.

Kyuhyun vio que una era para él, una para Sungmin, y una para Shindong . Cruzando el cuarto, Shindong arrancó las notas, abriendo la que estaba dirigida a Kyuhyun y la leyó en voz alta.


«No me escuchaste, Celta. Te advertí de mantenerlo en tu pantano donde él estaría a salvo. Apuesto que está haciéndote pedazos no saber cuando, donde, y cómo voy a matarlo. Pero te aseguro, voy a matarlo».

Él abrió la dirigida a Sungmin a continuación y la leyó en voz alta también.


«¿Kyuhyun, estas leyendo la carta de Sungmin? ¿Qué? ¿No confías en tu novio? No te preocupes. Él no te ha sido infiel. Al menos no aún, aunque esto fuera difícil. Tuvimos que atarlo para impedirle follarnos a cada uno de nosotros».

Kyuhyun bramó de rabia.

–Entonces ayúdame, voy a encontrar a ese hijo de puta y arrancarle el corazón.

Furioso, Shindong  abrió la última, pero esta vez él no la leyó en voz alta. La nota le estaba dirigida. La letra era diferente.

«Te conozco, hermanito. Sé todo lo que has hecho. Sé como vives. Sobre todo, sé la mentira que te dices a ti mismo para poder dormir.

¿Dime, qué pensarían tus Dark Hunter si alguna vez supieran la verdad sobre ti? Mantenlos fuera de mi camino o los veré a todos muertos.

Y a ti te veré en Mardi Gras».

Shindong  hizo una pelota con la nota y la arrojó hacia el aire y la desintegró con sus pensamientos. Una furia impotente se precipitó sobre él, prendiendo fuego a su sangre. Si Theo quería una guerra, entonces más le valía juntar un lote completo de más Daimons. Theo no tenía idea de contra qué estaba jugando.

–¿Qué decía? –preguntó Kyuhyun.

–Nada. Lleva a Sungmin a tu lugar y mantenlo allí hasta que la droga se quite, luego llámame. –Shindong  frotó sus ojos mientras los Katagaria les conducían fuera del edificio.

Una vez fuera, Kyuhyun colocó a Sungmin en el coche mientras los demás hacían guardia cerca. Kevin tenía sus brazos doblados sobre su pecho mientras miraba a Shindong .

–¿Entonces, Shindong , dónde te deja esto?

–Básicamente jodido. En las próximas veinticuatro horas tengo que encontrar un modo de conseguir
sacar a Yesung de aquí antes que los polis lo encuentren, y a no ser que me equivoque con mis conjeturas, el siguiente acto de mi Némesis será decirles a Kangin y a Hyukjae quien es su nuevo vecino.

Kyuhyun fijó su mirada en Shindong.

–Él quiere tu atención dispersada y no enfocada.

Shindong  asintió.

–Sí, y él está haciendo un trabajo realmente bueno con eso.

Una idea se le ocurrió a Kyuhyun.

–¿Sabes? creo que todos hemos estado olvidando algo.

–¿Y qué es?

Kyuhyun señaló a los Katagaria para recordarle a Shindong que los lobos patria no eran el único grupo de Were-Hunters en la ciudad.

–Tu amigo no sabe sobre “The Empire”. Pienso que tenemos que ir a poner al clan de osos sobre aviso. Estoy seguro que Papá Ha y los muchachos estarían más que felices de prestarnos una mano en Mardi Gras. Ellos me deben algunos favores, y si los Daimons salen como hicieron esta noche, necesitaremos toda la ayuda que podamos conseguir.

–Verdad.

–Y si fuera yo –siguió Kyuhyun–, seguiría adelante y le comunicaría las noticias a Kangin sobre Siwon justo como pensabas hacer. Y mantendría a Yesung en reserva aquí en la ciudad.

–¿Y que pasa con la policía?

–Confía en mí, T-Rex, conozco mi ciudad. La policía va a estar tan distraída con Mardi Gras que Yesung podría presentárseles y ellos no se darían cuenta que es él. Pero si yo estuviera en tu situación, fingiría que Y está fuera de aquí por si acaso tu “amigo” está observando. Llama a un escudero y hazlo volar bajo cubierta de oscuridad para que ellos piensen que es Y. Y mantén a Yesung escondido y entierra a Siwon hasta esa noche.

Shindong tensó su mandíbula.

–Es un riesgo.

–También vivir en un pantano.

Kevin avanzó.

–Puedo establecer centinelas alrededor del lugar de Kyuhyun. Si ellos hacen un movimiento sobre él otra vez, Hyungsik y yo podemos estar allí en un segundo.

–¿Por qué estarían dispuestos a ayudarnos? –preguntó Kyuhyun–. Pensé que era vuestra política dejar a los Dark Hunter que se pudran.

–Lo es. Pero todavía le debo una a Shindong. –Se dio vuelta hacia Shindong–. Cuando esto haya terminado, considérate totalmente pagado.

Shindong asintió.

–Hecho.

Kyuhyun saludó al grupo, luego subió a su coche y se dirigió a casa.

Mientras se iba del distrito, tomó la mano de Sungmin en la suya y la conservó apretada. Sus huesos se sentían tan frágiles en su palma aunque conocía la fuerza que este joven poseía. La gracia y la determinación.

Sungmin lo había tocado tan profundamente en su corazón que sabía que nunca sería el mismo otra
vez. Y no era solamente porque fuera Shengmin. Era porque era él. Sungmin tenía la fuerza, el coraje, y el fuego. Él era su propia persona y le gustó el desafío. Era precioso para él.

Kyuhyun lo amaba ahora más de lo que había hecho alguna vez como hombre. Y el dolor de aquel pensamiento era bastante como para mutilarlo.

Kyuhyun lo llevó en brazos hasta su lugar y la puso con cuidado sobre su futón, no estaba seguro de lo que Shindong le había hecho, pero dormía plácidamente.

Su teléfono sonó. Contestó y se encontró con que era Shindong  al otro lado de la línea.

–¿Regresaste con él?

–Sí, está dormido todavía.

–Bien. Estaba preocupado por los dos.

Él frunció el ceño. Esta era la voz de Shindong pero esto no era algo que Shindong normalmente admitiría. Todos sus instintos continuaron en completa alarma. Este no era definitivamente Shindong. La voz y el tono eran los mismos, pero ahora que sabía que había dos de ellos, podía oír la diferencia en sus personalidades.

Este era el impostor.

–¿Entonces cuánto tiempo piensas que pasará antes que la droga abandone su sistema? –preguntó Kyuhyun.

–No sé. Una dosis puede mantenerle bombeando entre uno y tres días.

–¿En serio? Pareces saber mucho sobre eso.

–Sí, pues cuando yo era mortal era tan adicto a ella que estaba dispuesto a vender mi alma por ella.

–¿Y quien podrías ser tú? –preguntó Kyuhyun.

–¿Perdón?

–Sé que no eres Shindong.

Una risa oscura sonó en su oído.

–Muy bien, Dark Hunter. Muy bien. Por esto, dejaré que tu y Sungmin vivan otro día.

Kyuhyun resopló.

–Muchacho, tienes mucho que aprender sobre mí si piensas que alguna vez podrías ser una amenaza para mí o para lo mío. Si te acercas a él otra vez, haré botas con tu piel.

–Ah, no lo creo. Pero estoy impresionado que esta vez me descubrieras. Yo había comenzado a preguntarme si alguna vez serías capaz de distinguirnos.

Kyuhyun apretó su mano sobre el teléfono.

–Sí bien, si vas a imitar a Shindong, podrías intentar aprender un poco más sobre él.

–Confía en mí, Dark Hunter –dijo él, su voz confidente y malvada–. Sé que Shindong es mucho mejor que tú. Sé cosas sobre él que te dejarían mudo y te harían odiarlo para siempre. Él no es como tú y los demás piensan.

–Yo lo he conocido durante quince siglos. Creo que conozco una o dos cosas a cerca de su carácter.

–¿Tu crees? –preguntó sarcásticamente–.¿Tu sabías que él tenía una hermana a la que dejó morir? Que ella estaba sólo a unos pasos de él en el pasillo, gritando por su ayuda. ¿Y que mientras él yacía en un drogado y borracho estupor, ella fue despedazada?

Kyuhyun estaba horrorizado por lo que el hombre describía. Pero él conocía a Shindong mejor que eso. Shindong nunca, drogado o no, estaría tan ido como para no acudir en auxilio de un extraño. Cuando eso cayera sobre los que estaban bajo su protección, Shindong movería el cielo mismo para mantenerlos a salvo.

–No te creo.

–Lo harás. Después de que haya terminado aquí, todos ustedes conocerán la verdad sobre él. –El impostor colgó el teléfono.

Kyuhyun arrojó su teléfono sobre la mesa de noche y puso sus manos sobre su cara. Esto era una pesadilla. Él estaba dividido entre su necesidad de proteger a un amigo que conocía desde hacía miles de vidas y un joven cuya alma significaba más que su propia vida.

Giró y miró a Sungmin.

Su pelo negro era una nube oscura sobre su almohada. Su cara estaba relajada y pacífica.

¿Cómo podría protegerlo?

«Confía en Morrigan, Kyuhyun. Nunca dudes de su lealtad. Nunca hagas preguntas sobre sus acciones. Solamente sabe que cuando ella pueda, ella siempre te ayudará».

Esas fueron las últimas palabras que su padre le dijo.

Cerrando sus ojos, Kyuhyun todavía podría ver la cara de su padre en la luz de la lumbre aquella noche. Viendo el orgullo del hombre mayor y el amor brillando en él mientras su padre lo abrazaba y lo enviaba a la cama.

Se había mantenido aferrado a aquellas palabras, y nadie jamás lo había derrotado en batalla. Ni por emboscada o por engaño. En el final, había sido el enemigo en casa quien lo había destruido. La última persona de la que hubiera sospechado.

Su primo había querido ser el rey a toda costa y sabía que el único modo de conseguirlo sería de matar tanto a Kyuhyun como a Ara. Kyuhyun nunca había sospechado que su primo decidiera la muerte de su tía y su tío.

Kyuhyun había sabido de la traición del hombre sólo después que los Druidas los hubieran matado a él y a Ara. La noche en que Kyuhyun se había revelado para tomar la venganza sobre su clan, su primo había confesado todo, intentando conseguir que Kyuhyun lo protegiese.

Eso no le había importado. Joven, enojado, y lastimado, Kyuhyun había emprendido su venganza contra todos ellos, y luego se había desprendido de sus emociones y había endurecido su corazón.

Endurecido hasta que un bello extraño lo había mirado en una tranquila calle con sus grandes ojos negros que lo abrasaron. Se enamoró de él. De su risa, de su ingenio.

Lo había hecho sentir otra vez. Lo había completado. Sin él, no quería vivir en absoluto. Pero había rehusado a verlo muerta por culpa suya.

–Tengo que dejarlo ir. No tenía otra opción.



2 comentarios:

  1. Seguro le dieron esa droga a Min porque obviamente sabian que Kyuhyun llegarría a por él,y que ademas drogandolo así,lo tendrían muy ocupado cuando estuvieron solos.....como ahora.
    Por una parte me gustaría que Shin le dijera aunque sea algunas cosas a sus hunters,pero quizás eso les ayuda.de alguna forma,quizás así Shin es menos vulnerable....o lo es más,no sé,Shin sabrá.
    Entre todo esto....Shin es el que necesita ayuda....pareciera que lo demás es mera distracción.
    Lo que me encanta es que Kyu,quiere a Min ♥

    ResponderEliminar
  2. Los Katagarian si que fueron de ayuda, aunque si ese HyunSik seguía hablando sin parar, iba a ganarse una buena golpiza de parte de KyuHyun, es que es totalmente exasperante, hasta yo quería golpearlo, aunque fuera divertido.

    Lo más importante aquí es que pudieron rescatar a SungMin y que a parte de la droga, no le hicieron daño. Claro que después que despierte va a mantener a KyuHyun bastante distraído(?

    El misterio de Shindong me tiene rompiendome la cabeza, que puede ser tan malo como para hacerle temer perder el respeto que le tienen sus Dark hunters, creo que debe ser sincero con ellos, me temo que tarde o temprano Theo va a soltar toda la verdad, además que sería mejor que los demás sepan a que se atienen.

    Adoro que KyuHyun quiera tanto a SungMin, pero esa determinación por dejarlo no es buena y másaún con Camulus y Theo sueltos por ahí.

    Ah que líos!! gracias por la actu ^^

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...