Soulmate (DH3)- 15




Kyuhyun estaba furioso. Había estado llamando a Ara y ella aún no había respondido. Había intentado el camino espiritual y no pudo. Sus emociones descontroladas restringían sus poderes y tenía que conseguir aislarse de ellas para poder pensar claramente.

Pero eso era imposible.

Tenía que encontrar a Sungmin.

Él estaba ahí solo sin nadie para protegerle. Y si algo le pasaba, él iba a encontrar algún modo de hacer que Camulus pagara dios o no dios, nadie volvería a hacerle daño otra vez.

Él caminaba el área de la puerta trasera del Vampire como un león enjaulado. La cólera hervía en sus venas. Era acre y tangible. Él quería destrozar algo con sus manos. Desgarrar algo con sus colmillos. La parte más oscura de Dark Hunter había sido liberada y, por primera vez, él entendió un poco lo que Yesung sintió.

Era una rabia tan primitiva, tan poderosa, que lo controlaba completamente. Golpeó con el puño la pared de ladrillo al lado de la puerta.

–¡Lo recuperaré! –gruñó.


Su cuerpo palpitaba devastado y sangrando, él no tenía ninguna intención de regresar a arriba al desván de Sungmin aún cuando sus heridas dolían tanto que sentía una necesidad aplastante de dormir.

Él no iba a acostarse y lamer sus heridas. Se mantendría despierto aunque esto lo matara otra vez.

Una y otra vez en su mente, continuaba viendo a Shengmin morir en sus brazos, sólo que ahora era la cara de Sungmin la que veía. Escuchaba su dulce voz del sur llamándolo.

Tan pronto como se pudiera el sol, saldría a buscar a Sungmin y lo traería nuevamente a casa. Costase lo que costase.

Dios ayudara a quien fuera lo suficientemente estúpido como para cruzarse en su camino.

Faltaban quince minutos para la puesta del sol cuando Shindong y Minho llegaron a la puerta de atrás y entraron en el oscuro vestíbulo del club.

Kyuhyun dio un paso atrás, para alejarse de la luz del sol que se filtraba por la abertura.

–¿Qué pasó? –preguntó Shindong  mientras Minho cerraba la puerta.

Kyuhyun luchó con la furia y la preocupación dentro de él. Las emociones eran tan fuertes que ni sus poderes estaban disminuidos, estaba seguro que habría sido capaz de demoler el edificio hasta los cimientos con sólo su pensamiento.

–Camulus entró por la fuerza con una media docena de humanos. Venían preparados para un Dark Hunter y llevaban linternas halógenas.

–¿Estas sangrando? –preguntó Minho mientras sus ojos se ajustaban a la oscuridad. Luciendo pálido y horrorizado, entrecerró los ojos para ver las heridas de Kyuhyun. –Jesús, sangras como loco.

Kyuhyun ignoró el tono nervioso de Minho.

–Ellos me dispararon.

–No, muchacho –dijo Minho. –Ellos te convirtieron en queso suizo.

–Shindong , mira su espalda. 

Shindong  gruñó cuando lo vio.

–¿Estas bien?

–Estoy dolorido, pero bastante bien como para cazar y demasiado capaz de matar.

–Humm –suspiró Minho. –Pensé que tus poderes incluían la curación.

Kyuhyun lo miró con humor.

–Si, pero curo absorbiendo el dolor y las heridas con mi cuerpo. Es un poco duro hacerlo cuando yo soy el herido.

–Minho –le ordenó Shindong . –Ve a conseguir más ropa para Kyuhyun. Ahora.

Minho se marchó inmediatamente.

Shindong  lanzó una dura mirada a Kyuhyun con aquellos misteriosos ojos de plata.

–No puedes ir por ahí cubierto de sangre, con docenas de agujeros de bala que te perforan la carne. Creo que la gente podría sospechar un poco y preguntarse como es que puedes estar de pie derecho y no estar, digamos, muerto. La última cosa que necesito es otro Dark Hunter en las noticias de la tarde.

Kyuhyun se mantuvo firme contra la orden.

–Te lo dije, T-Rex. Salgo del cuarto cuando el sol se ponga. Trece minutos a partir de ahora. 

Shindong  lo miró airadamente.

–¡Demonios!, Celta. Mejor contrólate y piensa detenidamente.

–Estoy bien, Shindong. No hay nada mal en mí, que matando a algunas personas no se cure.

Los ojos de Shindong  se estrecharon un poco más.

–Gira y mira la pared.

Inseguro de lo que Shindong  quería, pero confiando en él completamente, Kyuhyun obedeció.

Él sintió como Shindong  extendía su mano en el centro de su espalda. Su contacto era caliente y electrificante e irradiaba el calor a través de todo su cuerpo. Kyuhyun siseó cuando sus heridas comenzaron a palpitar todavía más. Entonces en el transcurso de unos latidos del corazón, las balas salieron por si mismas a través de su piel y los agujeros de bala comenzaron a cerrarse.

Hijo de puta, nunca había sabido que Shindong  tenía esa clase de poder. Estaba seriamente impresionado. Mientras sus heridas se curaban, el teléfono de celular de Kyuhyun sonó. Shindong  se separó un paso mientras él contestaba.

-¿Ya lo extrañas, Kyuhyun?

–Maldito seas, Camulus. ¡Maldito seas!

Una risa le contestó.

–¿Dime, es mejor conocer el amor y haberlo perdido o nunca haberlo conocido en absoluto?

Kyuhyun vio rojo.

–¿Dónde está él?

–¿Kyuhyun?

Su estómago se retorció violentamente ante el sonido de la voz aterrorizada de Sungmin.

–¿Nene, estás bien? –le preguntó él, con la voz quebrada.

–Ellos no me han hecho daño, pero quieren que vengas a un depósito sobre Commerce Street. Yo…

–¡Sungmin! –gritó Kyuhyun, su corazón palpitaba–.¿Sungmin, estás allí?

–Ah, él está aquí. Pero te necesita. Si lo quieres, estate en el 413 de Commerce Street a las siete en punto. Trae a tantos amigos como quieras y veremos quien se lleva a Sungmin a casa y en cuantos pedacitos.

El teléfono quedó mudo.

Una rabia ciega y tórrida lo atravesó. Olvidando la amenaza del sol, él se dirigió a la puerta. Shindong  lo agarró.

–Kyuhyun, mírame.

Él se rehusó. Todo lo que podía ver era a Sungmin muerto.

–¡Kyuhyun! –gritó Shindong . –Contrólate de una jodida vez. Si vas ahí en este estado, estás muerto.

–¿Qué diablos sabes de esto?

–Celta. –Shindong  lo sujetó con más fuerza–. Estas haciendo justo lo que ellos quieren. Estás a punto de correr precipitadamente en los primeros minutos después que se ocultó la luz del día. Piensa. De todos los Dark Hunter que tengo, es de ti de quien dependo para mantener tu cabeza derecha. No los dejes hacerte esto.

La respiración de Kyuhyun era desigual mientras intentaba controlar su cólera y su miedo.

–No puedo dejarlo morir.

–El no lo hará si te controlas. Tienes que controlar tu temperamento. –Shindong  lo soltó. Kyuhyun apretaba y abría sus puños mientras miraba fijamente la puerta.

–Piensa, Kyuhyun –dijo Shindong , su voz extrañamente calmada–. Recuerda lo que te enseñé. Recuerda que te convertiste en un Dark Hunter porque no podías controlar tu rabia. Tienes que encontrar tu paz. Tu equilibrio.

Kyuhyun suspiró y expulsó su cólera despacio. Muy despacio.

–Bien. Estoy más tranquilo.

–Bien. Por que no quiero que estés aún más muerto. –Shindong  dio un paso y se alejó de él–. Esperaremos a que Minho vuelva con tu ropa y luego iremos a buscarlo.

Kyuhyun asintió con la cabeza, su estómago todavía estaba hecho un nudo por la necesidad de esperar. Pero Shindong  tenía razón. Si no hacía exactamente lo que Camulus le dijo, él mataría a Sungmin solamente por rencor.

Kyuhyun se estremeció ante el pensamiento.

–¿Él va a matarlo ahora, verdad?

–No sé, Kyuhyun. Espero que no.

Kyuhyun hizo una pausa por un momento mientras recordaba la dirección que Camulus le había dado.

–Commerce Street. No es justo ahí donde aquella mujer fue asesinada?

Shindong lo miró perplejo.

–¿Qué mujer?

–Esa que me pediste que viera.

Shindong  lo miró inexpresivamente.

–Tu sabes –insistió Kyuhyun–, la mujer que dijiste que pensabas que podría haber sido asesinada por Yesung.

Shindong frunció el ceño.

–No te llamé para que vieras a una mujer asesinada y estoy malditamente seguro que nunca pensaría que Yesung matara a una mujer.

–Sí lo hiciste.

Shindong sacudió su cabeza despacio.

–No lo hice.

Kyuhyun duplicó su ceño. ¿Qué estaba mal con el tipo? ¿Shindong estaba finalmente senil? No parecía que él estuviera tan despistado. Eso era el trabajo de Kyuhyun en este momento.

–T-Rex, te encontré ahí. ¿Recuerdas? Me llamaste, y mientras yo estaba contigo, Yesung tuvo su pequeña fiesta con la policía. Sé que eras tu. No hay otro hombre sobre esta tierra con tu altura y que se parezca a ti.

El color abandonó las mejillas de Shindong. Si Kyuhyun no lo conociera mejor, juraría que vio verdadera preocupación en los ojos de Shindong.

Algo estaba realmente mal.

–¿Qué es, Shindong ?

Shindong dio un paso para alejarse de él.

–Hay algo que tengo que hacer. Quédate aquí y estaré de regreso a tiempo para ir tras Sungmin.

Kyuhyun cogió su brazo mientras Shindong se dirigía a la puerta.

–Mejor me pones al tanto de esto. Ahora.

–No puedo.

–Shindong, este no es momento para jugar al Oráculo. Si sabes qué va a pasar y con qué tratamos, tienes que ser claro.

Ante el completo asombro de Kyuhyun, Shindong desapareció. Shindong  no podía respirar mientras se transportaba rápidamente a Katoteros, una pequeña región infernal entre dimensiones. Este era su dominio privado donde nadie más que él, se suponía, había pisado.

Siglos atrás, Hades lo había relegado a este no-lugar. O más correctamente, Hades lo había encarcelado ahí. Desde el día que Artemisa lo había liberado, Shindong  había usado ese lugar como piedra de toque para recordar lo que él era.

Lo que había sido...

Ahora, Shindong  luchaba por el control. Tenía que tener unos minutos para controlar sus pensamientos. Sus emociones. Con su estómago anudado, se sintió enfermo por los recuerdos y el dolor daba vueltas atacándolo. El aire alrededor de él chisporroteaba y golpeaba de acuerdo a su volátil estado.

Tenía que encontrarse a sí mismo. Él no podía permitirse dar rienda suelta a sus emociones. Nadie jamás sería capaz de detenerlo si lo hiciera.

Shindong  pasó sus manos por su largo cabello negro y profirió su antiguo grito de batalla. Un relámpago destelló y grises nubes de truenos se deslizaron a través del misterioso cielo azul oscuro encima de él. Esto no podía estar pasando. No ahora.

Y sin embargo, no había ninguna otra explicación. Theo estaba libre. De algún modo se había escapado de Isla Desaparecida y había regresado a Nueva Orleans.

¿Cómo podía haber pasado eso?

Ahora Theo pretendía ser él. Se mezclaba con los hombres de Shindong  y se dirigía a ellos...

El horror perforó su corazón.

Tenía que detenerlo antes que Theo revelara el pasado de Shindong  a alguien. Shindong  no podía soportar que nadie supiera sobre su vida humana. Supiera lo que él había sido. Qué había hecho...

–¿Shindong?

Se estremeció ante la voz de Artemisa.

–Este es mi lugar, Artie. Me prometiste que nunca vendrías aquí.

Ella se materializó ante él.

–Sentí tu dolor.

–Como si te importara.

Ella tendió su mano para tocarle la cara, pero él dobló sus brazos sobre su pecho, y se alejó de ella. Ella suspiró y dejó caer su mano.

–Realmente me preocupo. Más de lo que crees. Pero no estoy aquí por eso. He sabido lo de Yesung.

Shindong  gruñó bajo en su garganta. Desde luego, ella nunca vendría porque él estaba dolorido. Ella le había enseñado hacía mucho que su sufrimiento no significaba nada.

–Lo estoy manejando.

–¿Manejando cómo? Él ha sido expuesto y ahora es buscado por las autoridades humanas. Él pone en peligro todo. Él debe morir.

–No. –Él gruñó la palabra–. Me ocuparé de eso. Solamente necesito más tiempo.

Ella tenía aquella familiar apariencia calculadora en su cara.

–¿Y qué me darás por este tiempo que solicitas?

–Demonios Artemisa, ¿por qué todo debe ser un regateo contigo? ¿No puedes, solamente una vez, hacer algo porque te lo pida?

–Nada es gratis –dijo ella mientras andaba en círculos a su alrededor. Él se avergonzó mientras ella deslizaba su mano sobre su espalda–. Tú de toda la gente deberías saber eso. Un favor requiere de otro favor a cambio.

Él suspiró y se dispuso para lo que estaba por venir. Quisiera o no, tendría que jugar al suplicante para mantener a salvo a Yesung.

–¿Qué quieres?

Ella le echó el cabello hacia atrás y frotó sus labios y su nariz contra su cuello. Contra su voluntad, su cuerpo estalló en escalofríos y se endureció. Cuando ella habló, su voz era baja y ronca.

–Sabes lo que quiero.

–Bien –dijo él con resignación–. Puedes tenerme, sólo si no envías a Thanatos aún. Déjeme enviar a Yesung a Alaska.

–Mmm –ella respiró contra su cuello–. Ves... es mucho mejor cuando cooperas.

Él se puso rígido mientras ella lamía su piel.

–Pregunta –dijo él con frialdad–.¿Liberaste a Theo sólo para tener sexo conmigo?

Ella se separó bruscamente y le dirigió una mirada sobresaltada.

–¿Qué?

Shindong  la miró atentamente, queriendo saber la verdad.

–Theo está suelto en Nueva Orleans.

Artemisa pareció pasmada.

–Yo nunca te haría eso, Shindong. No tenía idea que había escapado. ¿Estas seguro?

A pesar de él, se sintió aliviado al saber que ella no lo había traicionado. Otra vez.

–Kyuhyun lo vio y pensó que era yo.

Artemisa presionó su mano contra los labios de Shindong. Sus ojos verdes estaban aterrorizados.

–Él irá a por ti.

–Él ya lo está haciendo. Estoy seguro que aquel pequeño baile con Yesung fuera del club era una forma para conseguir matar a Yesung. Sin duda, Theo intenta neutralizar a mis hombres. Impedirles protegerme o mantenerme distraído.

–No le dejaré tenerte –dijo ella enérgicamente.

–Esto es entre mi hermano y yo, Artie. Quiero que te mantengas alejada de esto. –Shindong  se alejó más de ella. –Volveré después del amanecer para terminar nuestro asunto. Mientras tanto, déjame Yesung a mí.



Kevin estaba todavía en su forma humana mientras ayudaba a su hermana a comer su kimchi.

Ella era la única criatura viviente a la que él alguna vez había permitido ver su lado sensible. Para el resto del mundo, él siempre debía ser despiadado y áspero no sea que su manada se alimentase de Yewoon y de Hyungsik debido a su herencia mixta.

Kevin apretó su mano contra la piel espesa y suave de Yewoon y venció el dolor dentro de él. Ella y Hyungsik eran todo lo que él realmente tenía en este mundo. Todo lo qué alguna vez le había significado algo.

El dia que  Yewoon se había emparejado con un guerrero Strati, Kevin había tenido una premonición. Él siempre supo que su imprudente y estúpido compañero encontraría una temprana  muerte.

Hace unas semanas, los Destinos habían probado que él estaba en lo cierto.

Él todavía podría oír el sonido de su voz cuando se enteró de la muerte de su compañero y le dijo que estaba más que emparejada con él. Ella había permitido el ritual que la ataba a él también. Con sus vidas forzosamente convertidas en una, la muerte del lobo hubiera sido normalmente también la de su hermana, excepto por el hecho que ella llevaba su cría de Orian. Pero tan pronto los cachorros entraran en este mundo, ella se uniría a su compañero al otro lado de la eternidad.

Con su corazón roto, Kevin parpadeó para evitar las lágrimas. Yewoon lo miró y lamió su cara.

–¿Te gusta el kimchi, eh? –le preguntó, acariciando sus orejas con ambas manos.

Él oyó su risa en su cabeza.

–Gracias por conseguirlo.

Él asintió. Por ella, atravesaría caminado los fuegos del infierno para reclamar un simple trago de agua.

Ella se hundió al lado de él y descansó su cabeza sobre su regazo.

–Deberías tomar forma de lobo antes de que los demás se pongan suspicaces

Él observó la forma en que su piel se mecía en sus dedos. Como iba a echarla de menos cuando se fuera. Su apacible corazón es lo que más extrañaría de todo. La forma en la que siempre se preocupaba por él.

–Lo haré, Yewoon. Solamente quiero unos minutos más.

Sintió a Hyungsik acercarse detrás de él en forma de lobo. Su hermano lo topetó en la espalda con su cabeza, luego mordió juguetonamente su hombro.

Un destello de luz apareció a la derecha de ellos. Kevin miró para encontrar a Shindong de pie en el pantano. El Atlante echó un vistazo alrededor para asegurarse que estaban solos, luego habló silenciosamente.

–¿Puedo tener un minuto?

Hyungsik gruñó.

–Está bien, hermano –dijo Kevin, empujando a su hermano atrás–. Cuida de Yewoon.

Kevin se puso de pie y caminó con Shindong hacia los bosques, lejos de la guarida. Si cualquiera de su manada se enteraba que había traído a un Dark Hunter, su vida estaba terminada.

–Deberías haberme llamado, Shindong .

–Esto no podía esperar. Tengo un problema y tú eres el único en quien confío para ayudarme.

Eso lo impresionó. Enormemente.

–¿Tu confías en mí?

Shindong  le dirigió una mirada sardónica.

–No, no realmente. Pero tengo un renegado quien finge ser yo y amenaza a mis Cazadores.

–¿Y que tiene que ver conmigo?

–Tu me debes una, Kevin, y necesito de ti y de Hyungsik para actuar como reserva. Necesito algún músculo que ellos no esperen que acuda.

–¿Cuándo?

–Ahora.



Kyuhyun caminaba el piso del desván de Sungmin. Él rápidamente se había lavado la sangre del cuerpo y se había cambiado con la ropa que Minho había traído. Estaba tranquilo, pero eso era un verdadero desafío.

–Él está ileso, Hermano –dijo Ara–. Lo juro.

Soltó un largo, cansado aliento de alivio. Estaba agradecido que Ara hubiera logrado acudir a él esta vez, pero era una difícil lucha para ella quedarse con él. El poder que la bloqueaba era algo como nunca habían encontrado con antes. Él sólo esperaba que Ara pudiera combatirlo un poco más y seguir ayudándolo a proteger y cuidar de Sungmin.

–¿Puedes decirme dónde está exactamente? –le preguntó a su hermana.

–Ah Santo Cristo –dijo Minho desde el desayunador donde estaba sentado, esperando que Shindong  volviera–. No estás hablando con los muertos otra vez, verdad? Odio cuando haces eso.

–Cállate, Minho.

Minho apretó sus labios.

–“Callado Minho, quieto, sentado, tráelo”. También te amo, Celta.

Kyuhyun lo miró airadamente.

–¿Por qué no vas a buscar algo para comer así mantienes tu boca ocupada?

–Eso puedo hacerlo. –Minho de bajó del taburete y se encaminó a la cocina.

–No, no puedo encontrarlo –dijo Ara–. No puedo señalar su posición exacta. Te dije, que algo poderoso lo protege. Algo qué comienza a parecerme el poder de un dios.

–¿Camulus?

–No estoy segura. Una parte de ello parece que podría ser un dios celta aunque hay algo más.

–¿Qué?

–Son más bien poderes mezclados. Como dos dioses que se protegen a ellos mismos.

–¿Por qué?

Ella se encogió. Minho maldijo.

–No hay nada de comida aquí. No hay nada más que hierba y tofu y mierda. Ni siquiera una Coca Cola. Hombre, K, tu novio es un caso serio.

Minho sacó el bloque de queso de soja y lo olió.

–Esto parece comestible pienso. Quiero decir, realmente no te puede joder el queso, verdad?

–Sí, Minho. Cómete el queso. –Él se volvió a Ara mientras Minho buscaba un cuchillo para cortarlo–. ¿Ellos lo liberarán?

–No puedo predecir el futuro, Kyuhyun, conoces las reglas.

–Tengo que saber si él va a vivir.

Ara vaciló antes de contestar.

–Hoy, lo hará.

–¿Y mañana?

Ara miró a lo lejos.

–No puedo decirte eso.

Kyuhyun maldijo.

De repente, un destello brillante de luz entró en el cuarto. Kyuhyun protegió sus ojos del fulgor y miró cómo Shindong y dos hombres aparecían justo delante de la entrada. Él nunca había visto a los dos hombres antes, pero una mirada le dijo que eran Katagaria. El aire alrededor de ellos estaba impregnado con algo animal, con poder psíquico.

–¡Ah hombre! –dijo bruscamente Minho. –Odio esta mierda de las apariciones. Me asustaste mal, Shindong , me hiciste comer este queso malo. –Miró de nuevo a Kyuhyun–.¿Qué es esta cosa de todos modos?

–Queso de soja.

Los Katagaria intercambiaron una mirada asqueada.

–Demasiado para mi cena –dijo el más alto de los Katagaria–. Ahora todo su sistema está contaminado. Debe al menos pasar una semana antes que eso abandone su tejido celular y él sea comestible otra vez.

Minho palideció considerablemente.

–¿Estás listo para ir por Sungmin? –preguntó Shindong a Kyuhyun. Tensándose con determinación, Kyuhyun asintió.

–Hagámoslo.

Shindong echó un vistazo a Minho en la cocina.

-Minho, quiero que vayas con Yesung y lo mantengas fuera de circulación por un rato. Él está bajo arresto domiciliario, si lo pesco afuera, él estará bien jodido y tu también.

Minho apretó los dientes.

–Bien, pero para el registro, quiero que sepas que si la vida de un joven no estuviera en juego, yo te diría donde te puedes meter esa orden.

Minho salió por la puerta, delante de los Katagaria, mascullando todo el tiempo.

– “Minho, trae mi coche, trae mi ropa, barre la chimenea, haz mi cama, vigila a mi psicópata, trae mis zapatillas”. Sí, traeré esas zapatillas y las meteré en un lugar verdaderamente incómodo. –Justo cuando Kyuhyun pensó que había terminado, oyó un último comentario–. Lo juro, mi madre debería haberme llamado Fido.

–¡Hey!, para que sepas, mi mejor amigo se llama Fido –dijo el más alto de los Katagaria sobre su hombro.

El otro Katagaria lo empujó ligeramente.

–¿Vas a terminar?

Shindong indicó al más alto de los Katagaria con el cabello corto negro que había hecho el primer comentario.

–Kyuhyun, te presento a Hyungsik. –Luego señaló al otro–. Y su hermano, Kevin.

–¿Por qué están ellos aquí? –le preguntó Kyuhyun a Shindong.

–Déjame decirte que si los tipos malos están armados con luces halógenas otra vez, no tendrán el mismo efecto sobre los Katagaria que el que tuvieron sobre ti.

–Sí –dijo Kevin, riendo malvadamente–. Las luces sólo nos hacen atacar más.

Bueno, por lo menos tenían al menos una sorpresa de su lado. Si solamente pudiera conseguir poner sus manos sobre Camulus.

–¿Entonces, cuál es el plan, chicas? –preguntó Hyungsik.


–Que ninguno de nosotros sea asesinado –dijo Shindong.



2 comentarios:

  1. Pensar que todo este tiempo estuve pensando que habían suplantado a Shindong y había sido su hermano, que por cierto no debe de quererlo mucho si está aliado con los enemigos, me pregunto si son gemelos o algo así y qué hizo Shindong en el pasado como para estar horrorizado de que sus Dark hunters lo sepan ><

    Bueno al menos Shindong consiguió varias cosas: plazo para Yesung, que MinHo lo ayudará con Yeye, que KyuHyun se calmara y lo mejor de todo consiguió refuerzos que los malos no se esperan, el factor sorpresa siempre ayuda.

    Ahora a ver que pasa con el rescate de Min, porque tienen que rescatarlo y ojalá KyuHyun pueda deshacerse de Camulus de una vez, aunque me conformo con que por ahora saquen a Min de ahí.

    Gracias por la actu!!

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  2. Esto se pone bueno.....el que Shin se haya convertido en un hunter ya me tenia muy intrigada...fue hace demasiado tiempo y ahora sabemos que su hermano esta detras de el y quiere hacerle daño mediante lo que Shin aprecia o mediante lo unico que tiene.
    Jujuju a Artemisa se le hacer lo que tanto queria.
    Ese malvado hace hablar a Min solo para que kyu se desespere y haga lo que no debe de hacer....lo bueno que Shin lo tranquilizo y ademas llego con gente para apoyar en la lucha
    nos faltan cosas por saber.....y ya quiero saber *0*
    al rescate de Min 0/

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...