En Tu Busqueda- Capítulo 16



El sol se estaba ocultando en el horizonte en el mismo momento en que Siwon llegó con la camioneta de Heechul a la puerta del recinto centinela, al que él consideraba su hogar. La SM. La fortaleza de los guerreros.

Heechul y Wook habían dormido la mayor parte del trayecto hacia aquí, y él odiaba tener que despertarlos ahora. Heechul se veía tan lindo durmiendo, sus mejillas sonrosadas, el pelo alborotado alrededor de su rostro y su exuberante boca separada como si esperara un beso.

Sonrió hacia la cámara, sabiendo que Zhoumi estaría de servicio, deslizó la tarjeta de identificación en la ranura y esperó a que las puertas se abrieran.

Siwon aparcó la camioneta en su plaza del garaje. El complejo era una extraña combinación de estación de esquí y base militar. Las paredes de piedras del edificio principal brillaban rosadas con la última luz del día, y en este momento, la SM se llenaba de actividad. Más de quinientas almas consideraban este lugar su hogar, y entre ellos estaban los Suju, Zea, y algunos de los Elf, los seres humanos que servían a su causa.

Siwon apagó el motor de la furgoneta y acarició la mejilla de Heechul para despertarlo. Su piel era tan cálida y suave para las manos llenas de cicatrices de los combates, que el estremecimiento de placer que le corrió por el brazo sólo intensificó la sensación. Todavía no podía creer que fuera suyo al menos durante dos días más.

Heechul suspiró y echó atrás la cabeza, ofreciéndole a Siwon más de la suave piel para acariciar. Él sabía cómo aprovecharse de una buena situación, pero el orgullo lo detuvo, aunque sin poder evitar deslizar un dedo sobre la luceria. En las horas que habían necesitado para llegar, los colores se habían definido aún más, sus remolinos cada vez más lentos y relajados.

El golpeteo de nudillos en el cristal sacudió a Siwon fuera de la feliz ensoñación, apartando la mano como si le hubieran pillado haciendo algo indebido.

Jung Yonghwa estaba de pie, en el exterior de la puerta del conductor, lanzándole a Siwon una conocedora sonrisa burlona. Su herencia egipcia era evidente en la remarcada boca y los rasgados ojos castaños. Las parejas adoraban a Yonghwa. Siwon había oído murmurar acerca de su resistencia y destreza en la cama, y lo último que quería era que Yonghwa fuera lo primero que Heechul viera cuando se despertara. No necesitaba ese tipo de competencia.

Siwon bajó la ventanilla.

—¿Qué quieres? —preguntó un poco más bruscamente de lo que su amigo se merecía.

Wook se movió de su sueño, dejando escapar un sonido suave, gimoteando. Yonghwa se inclinó para así poder ver mejor a los hermanos.

—Shindong está buscándote. Está molesto porque ayer no informaste.

—Sí, bueno, él puede estar molesto. Yo estaba ocupado.

Yonghwa atisbó la forma durmiente de Heechul, y Siwon interpuso el cuerpo para bloquearle la visión.

—Ocupado. Ya veo. Esos dos sin duda le harán eso a un hombre.

—Ellos necesitan nuestra ayuda. Wook estaba demasiado débil para viajar ayer, si no hubiéramos estado aquí antes.

Como Sunny le había pedido. No estaba deseando enfrentarse a su disgusto.

—Es mejor que se lo digas a Shindong antes de que ponga tu culo haciendo guardia en el perímetro durante la temporada de lluvias.

—Creo que hará una excepción esta vez.

Yonghwa sacudió la cabeza con asombro, los ojos deslizándose sobre la luceria que adornaba el cuello de Heechul.

—Otra pareja Suju. Este lugar ya se ha vuelto loco desde que Leeteuk llegó. Una vez que los hombres se enteren de que hay otro…

—Les dará esperanzas —dijo Siwon.

—Enviará a los pocos que quedan aquí corriendo a los cuatro vientos, en busca de sus propias parejas.

—¿Significa eso que te quedarás aquí mientras todos los demás van de búsqueda?

La puerta de un coche se cerró con fuerza, seguida de cerca por una segunda. El sonido hizo eco en las gruesas paredes de hormigón del gigantesco garaje. Yesung debía haber llegado justo detrás de ellos.

—Diablos, no. No, a menos que se le ocurra aparecer por casualidad antes de que termine de hacer el equipaje —Yonghwa señaló con la cabeza hacia Wook—. ¿El está bien?

—Espero que sí.

—¿Quieres que lo lleve al interior? Seré verdaderamente suave para que no se despierte.

—Tócalo y mueres, Romeo —dijo Yesung detrás de Yonghwa.

Hyungsik estaba junto a él, con semblante un poco verde.

—Nos alcanzaste rápido —dijo Siwon.

Yesung había esperado a Hyungsik para alimentarle antes de seguir a Siwon y los hermanos. Tenían que haber llegado, al menos, una hora después de Siwon.

—Conduces como un viejo —dijo Yesung.

—No —argumentó Hyungsik—. Tú conduces como un loco.

—Yo, felizmente te hubiera dejado en cualquier lugar que tú quisieras, sanguijuela.

—¿A la luz del día? Que caballeroso eres —dijo Hyungsik.

Yesung le dedicó una sonrisa llena de dientes afilados.

—Por mucho que me encante tu compañía, me voy adentro. Tengo trabajo que hacer —Hyungsik se marchó hacia la entrada de la sala principal.

Heechul cambió de posición al lado de Siwon, frotándose contra el muslo. Se despertó lentamente, el cuerpo al principio, y Siwon no podía hacer nada excepto mirar. El estiró las largas piernas, luego los brazos, luego se enderezó tanto como la cabina de la furgoneta se lo permitía antes de molestarse en abrir los ojos. El espectáculo que, sin saberlo, presentaba con ese encantador estiramiento hizo que cada hombre allí le mirara fijamente. Siwon se movió para que Heechul no estuviera a la vista, al menos para nadie que no fuera él.

—¿Dónde estamos? —preguntó en un bostezo.

—En casa.

Siwon no dijo de quién. Esperaba más de lo debido que fuera de Heechul, tanto como Heechul sería suyo muy pronto.

—¿Ya? ¡Qué rápido! —miró a Wook y apretó la mano contra la frente de su hermano. Wook no se movió—. ¿Ha estado durmiendo todo el tiempo?

—Sí. Pero, ha estado haciendo algunos ruidos.

Yesung rodeó la furgoneta, el sonido de sus ruidosas y pesadas botas retumbando sobre el cemento.

—¿Qué clase de ruidos? —preguntó Heechul.

—Nada horrible —dijo Siwon cuando Yesung abrió la puerta lateral de los pasajeros.

Los gemidos habían estado partiéndole el corazón, pero no sentía la necesidad de compartir esa información con Heechul.

—Heechul, este es Jung Yonghwa.

—Encantado de conocerlo —dijo a través de la ventanilla abierta.

Yonghwa sonrió, bajó la cabeza en una pequeña reverencia formal, y le ofreció la mano.

—Es un placer, mi señor.

Heechul le dio la mano con un breve apretón y los ojos de Siwon se fijaron en la luceria de Yonghwa, buscando la más mínima señal de que pudieran ser compatibles. Nada cambió, y Siwon dejó escapar en silencio un suspiro de alivio.

La sonrisa de Yonghwa se desvaneció cuando se dio cuenta de lo mismo. No podía salvarlo.

—¿Cuándo es su ceremonia? —preguntó Yonghwa.

—Todavía no estoy seguro.

—¿Qué ceremonia? —preguntó Heechul, frunciendo el ceño.

—Algo que hacemos para las parejas. No te preocupes por nada.

Yesung desabrochó el cinturón de seguridad de Wook y deslizó los brazos por debajo de su cuerpo.

—¿Adónde lo llevo? —preguntó él.

—Lo puedo llevar yo —dijo Heechul, frotándose la cara con las manos como si tratara de despertarse—. No tienes que molestarte.

Yesung resopló.

—Él no pesa lo suficiente como para ser una molestia. ¿Por dónde?

Heechul dejó escapar un suspiro de resignación.

—Donde quiera que estén las instalaciones médicas, supongo.

—Nuestros médicos visitan a domicilio —dijo Siwon—. Tenemos una enfermería, pero no creo que a él le gustara. Demasiado estéril y fría. Se sentirá más cómodo si tú estás cerca.

—¿Dónde me quedaré?

Siwon bajó la voz.

—Yo esperaba que te quedaras en mi habitación —preferentemente desnudo, pero aceptaría lo que pudiera conseguir.

Heechul se sonrojó como si le hubiera leído el pensamiento, lo que hizo que Siwon soltara una carcajada. Tal vez Heechul tenía una veta de timidez en algún lugar después de todo.

Heechul inspiró y expiró con aire de indiferencia.

—Vamos a la habitación de Siwon. ¿Sabes el camino?

Yesung no respondió, pero cambió de dirección llevándose en brazos a Wook hacia la puerta.

—Le haré saber a Shindong que has llegado —dijo Yonghwa—. Pero iré despacio para que tengas ocasión de… instalarte —le guiñó un ojo a Heechul y corrió tras Yesung, abriéndole la puerta para que no tuviera que empujar a Wook.

Heechul todavía estaba ruborizado, lo cual decidió Siwon, era una buena apariencia para él. Especialmente cuando su rubor se extendiera por su desnudo pecho y abdomen, siendo él la causa de ello.

La puerta del edificio principal se cerró detrás de los hombres, dejándolos a solas.

Siwon le tomó de la mano y deslizó la punta de los dedos por la sedosa piel.

—Aquí habrá un montón de gente que quiera conocerte. Especialmente nuestros hombres. Todos ellos querrán hacerte su juramento. Esa es la ceremonia de la que Yonghwa estaba hablando.

—Me reuniré con quien quieras, y dejaré que todos ellos se golpeen el pecho o se corten a sí mismos o lo que sea necesario para conseguir ayuda para Wook.

—Me imaginé que era eso lo que sentías. Simplemente, no quería que te cogiera por sorpresa. Te ha sucedido muchas cosas en un tiempo realmente corto.

Heechul giró la mano y entrelazó los dedos con los de él. Su agarre era apretado, casi desesperado.

—Soy duro. No te preocupes por mí.

—Lo siento. Es mi trabajo. Además, alguien tiene que hacerlo.

Heechul apartó la mirada, pero no antes de que él pudiera ver el brillo de las lágrimas iluminándole los ojos.

—Debemos irnos. No me gusta dejar solo a Wook.

—No está solo. Yesung está con él —dijo Siwon, y después de sus palabras, se dio cuenta de la connotación—. Correcto. Debemos irnos.



Heechul siguió a Siwon a través del túnel subterráneo que conducía del garaje a lo que él llamaba salón principal. No estaba seguro de que salón fuera la palabra correcta para una habitación con el techo de cristal a quince metros sobre las cabezas y suficiente espacio para albergar un campo de fútbol. Los salones eran oscuros, largos y escuálidos, no enormes, brillantes y llenos de plantas vivas en cada rincón.

La habitación estaba dividida en secciones. La mitad tenia mesas desparejadas de cocina, con asientos de dos a doce. Cada mesa estaba decorada con un jarrón de flores frescas y un brillante y alegre mantel amarillo. La otra mitad de la habitación estaba separada en dos zonas más, una con una enorme televisión y un montón de sillones mullidos, y la otra con una mesa de billar y varios sistemas de videojuegos conectados a más televisiones grandes.

Varios niños holgazaneaban por allí, y un par de adultos estaban tomando café, vigilándolo todo. Cuando Heechul entró, todos dejaron lo que estaban haciendo y lo miraron.

—¿Qué es este lugar? —le preguntó a Siwon.

—Lo llamamos SM. Es el hogar de cerca de quinientos hombres, mujeres y niños.

—¿Te refieres a que esos niños viven aquí? ¿No es solo un lugar de vacaciones?

—Correcto.

—¿Por qué?

—Algunos porque sus padres viven aquí, aunque la mayoría son huérfanos a nuestro cuidado. Hoy es día de escuela, pero ahora que la jornada escolar ha terminado, pasan el rato y hacen cosas de chicos.

—Pero es verano.

Siwon sonrió.

—Nos gusta mantenerlos ocupados para que se mantengan fuera de los problemas.

—No me parece que estén causando ningún problema —dijo Heechul.

—Eso es normalmente cuando están en su peor momento. Especialmente los adolescentes. Siempre están planeando algo, luchando contra los confines de este lugar.

—Me hubiera gustado tener un lugar como este para ir cuando era un niño.

—Dices eso ahora, pero muchos de esos chicos no tienen elección sobre estar aquí. Pueden estar aquí, o pueden morir cuando los Sasaengs les cacen para comer. Ese tipo de cosas rechina sobre los adolescentes más rebeldes.

—¿Los hacen de otra clase? —preguntó.

—No desde que he estado vivo.

Pasaron a través de la zona del comedor y giraron a la derecha, entrando en un largo pasillo.

—¿Dónde vamos?

—Pensé que deberíamos comprobar para asegurarnos que Wook se ha instalado en mis habitaciones antes de ir a ver a Shindong.

Sus amplios hombros extendían el tejido de punto gris de la camiseta, dejándole ver los deliciosos bultos de los músculos de su espalda. Su pelo oscuro estaba alborotado, y desde su vista lateral podía decir que él tenía una desesperada necesidad de un afeitado.

O tal vez no. Los suaves arañazos de esa barba sobre la piel podía ser una especie de dolor placentero, del tipo del que uno definitivamente podría acostumbrarse. Siwon sabía lo que estaba haciendo cuando se trataba de darle placer.

—¿Quién es Shindong?

—El desafortunado bastardo que fue elegido para liderarnos. Nos tiene a todos firmes, como nadie puede hacerlo. Necesitará saber sobre ti y Wook.

—Va a aceptar ayudarle, ¿verdad?

—Lo hará. Wook es uno de nosotros ahora.

Heechul dejó escapar un lento suspiro de alivio. Estaba seguro que si alguien podía ayudar a Wook, seria esa gente.

Siwon lo llevó por otro largo pasillo que le recordó al de un hotel. Puertas alineadas a cada lado, aunque estaban más separadas que en cualquier hotel que hubiera estado. En una puerta cerca del final del pasillo, él deslizó una tarjeta llave en la cerradura y le abrió la puerta para que pasara él primero.

Heechul se sorprendió al encontrar que a pesar de que parecía una habitación de hotel desde el exterior, en el interior parecía un hogar normal. El lugar era pulcro, con unas pocas piezas de arte en las paredes, todas de paisajes marinos. Una pared estaba llena de estantes que se quejaban por el peso de cientos de libros. El sofá y el sillón a juego estaban gastados, pero parecían cómodos, y la televisión de pantalla plana casi llenaba una pared ella sola. Una pequeña cocina estaba metida en un rincón, con una mesa redonda y dos sillas ocupando el espacio.

—Te llevó bastante tiempo —dijo Yesung en voz baja. Silenciosamente cerró la puerta por la que acababa de salir, sin que hiciera ni un click. En la mano tenía un vaso de agua vacío.

—¿Cómo entraste en mis habitaciones? —preguntó Siwon.

—Yonghwa tiene a Zhoumi abriendo la cerradura remotamente. —Yesung fue a la cocina de Siwon y agachó la cabeza para mirar en la nevera.

Heechul señaló con la cabeza el vaso.

—¿Le diste de beber?

—Sí. Sin embargo, está durmiendo de nuevo.

—Bien. ¿Dónde fue Yonghwa? —preguntó Heechul.

Yesung sacó una cerveza, la abrió y tomó un largo trago de la botella.

—Estoy seguro que fue a decirle a todos que hemos encontrado dos parejas más. Este lugar se va a llenar de hombres dentro de una hora.

—Tengo que ir a ver a Shindong —dijo Siwon.

—Entonces me quedaré aquí con Wook —Yesung sacó una silla de la pequeña mesa de la cocina y apretujó el cuerpo en el estrecho espacio. Se echó hacia atrás y se acomodó, como si no estuviera planeando dejarla en un corto plazo.

Siwon asintió a regañadientes.

—Bien. Quédate —se volvió hacia a Heechul— También, deberías quedarte aquí.

—Creo que debería hablar con ese tipo de líder, contigo. Solo en caso de que necesite cualquier cosa para convencerlo para ayudar a Wook.

Siwon apretó la boca.

—No creo que eso vaya a ser un problema.

—Tal vez no, pero si voy, entonces podré asegurarme de que no lo es.

—Haz lo que quieras.

Heechul dejó caer la bolsa de viaje y siguió a Siwon a la puerta. Él abrió y la sostuvo para que saliera. Cuando volvió al pasillo estilo hotel, se volvió a sorprender con el hecho de que no estaban en alguna casa de los suburbios. Y entonces se sorprendió incluso más cuando colisionó con el pecho de un hombre que venía por el pasillo.

Heechul rebotó contra el hombre y Siwon lo estabilizó antes de que se cayera de culo y se humillara más. Las manos de Siwon fueron sorprendentemente fuertes, incluso para un tipo tan grande como era, y a pesar que Heechul se mantuvo en pie, no le soltó. Mantuvo un flojo asidero sobre su cintura y codo, y su contacto le provocó una oleada de calor que le atravesó el estómago. Sabía que debería apartarse, pero se sentía demasiado bien ser tocado por sus fuertes y capaces manos. Había visto lo que el hombre podía hacer con una espada -la brutal letalidad de la que era capaz- pero ahora mismo, todo lo que sentía era dulzura, calidez y alborotados hormigueos en espiral en el vientre.

—Shindong —dijo Siwon como saludo—. Me gustaría que conocieras a Kim Heechul.

Shindong tenía hombros anchos, pero estaban inclinados, como si llevaran el peso de una carga invisible. Tenía profundas líneas de preocupación grabadas en el hermoso rostro, y los ojos castaños estaban hundidos y bordeados de rojo por falta de sueño. El corto pelo oscuro tenia canas en las sienes, y parecía que había dormido con las ropas que llevaba. En más de una ocasión.

Heechul automáticamente tendió la mano en señal de saludo y sintió a Siwon tensarse a su lado. Shindong le dio la mano con un firme apretón.

—Es maravilloso conocerte, mi señor.

¿Mi señor? Heechul miró hacia atrás sólo para asegurarse que él no estaba hablándole a alguien más.

—Uh. Gracias.

—Es un término formal. No te preocupes. Te acostumbraras a eso.

Sí, claro.

Cuando Shindong le soltó la mano, Siwon se relajó, aunque Heechul pudo ver su intensa mirada escrutando a Shindong como si buscara algo.

Heechul ignoró la rareza de Siwon. Tal vez esos dos no estaban en los mejores términos. Realmente no le importaba mientras él pudiera ayudar a Wook.

—¿Sabes por qué estamos aquí?

Shindong asintió, pero estaba frunciéndole el ceño al anillo de su mano izquierda, el que todos esos hombres parecían llevar.

—He oído que tu hermano está enfermo. Yonghwa dijo que estaba peligrosamente delgado.

—El esta… en problemas. —Las mejillas de Heechul se encendieron de vergüenza, no porque su hermano estuviera enfermo, sino porque Heechul hubiera dejado que sucediera. Era su fracaso el que casi había matado a Wook.

—Es su mente la que está en más riesgo, Shindong —dijo Siwon—. Lleva viviendo con eso durante ocho años.

Shindong abrió la boca con conmoción.

—No puede ser correcto. ¿Ocho años? ¿Y todavía está vivo?

—Es fuerte —dijo Heechul—. No lo parece ahora, pero es un luchador. Intenta duramente superar las imágenes en su cabeza. Ha estado en terapia durante años, pero nada parece ayudar.

—Por supuesto que no. Las terapias humanas no harían nada para ayudarlo. Voy a llamar a Kevin. —Shindong se sacó el móvil del bolsillo.

—Hyungsik dijo que estaba demasiado débil para que le diera su sangre.

—Entonces encontraremos otra manera. No lo vamos a dejar morir. Es demasiado valioso.

Heechul no estaba seguro de que quería decir con eso, pero si pensaba que era valioso, y eso le hacía actuar más rápido, entonces eso valía para él.

—Todos los hombres quieren verlo y tocarlo —dijo Siwon—. Creo que eso solo empeoraría las cosas.

Heechul agarró el brazo de Siwon.

—No voy a dejar que un puñado de hombres desfilen a través de su habitación manoseándolo.

Siwon ahuecó la mejilla de Heechul.

—Por supuesto que no. Pero tienes que entender lo mucho que esos hombres están sufriendo. Si es compatible con uno o más de ellos, de la manera que tú lo eres conmigo, podría ser otra forma de ayudarlo.

Heechul estaba roto. Quería hacer cualquier cosa que pudiera por Wook, pero había visto como eran esas personas. Eran agresivos, exigentes. Asustaban. Al menos, así sería para Wook.

—Viste la forma en que reaccionó a Hyungsik.

—Parece estar bien con Yesung —dijo Siwon.

Las oscuras cejas de Shindong se elevaron.

—¿No creerás que…?

—No. Lo comprobé. Su luceria no reaccionó a él. De hecho, los colores desparecieron —dijo esta ultima parte como si tuviera algún tipo de significado especial.

—¿Crees que tenemos que vigilarle? —preguntó Shindong.

—Sí. Sé que nunca lo dañaría mientras su marca de vida resista, pero una vez que esté seco…

—Tendré a Zhoumi manteniendo un ojo electrónico sobre él. Sus cámaras de seguridad lo recogen todo.

Heechul miraba a ambos hombres, intentando averiguar sobre lo que estaban hablando.

—¿Chicos, estáis diciendo que Wook podría estar en peligro con Yesung?

—Estoy seguro que él está bien ahora. Sólo… se está quedando sin tiempo.

—¿Está muriéndose?

Siwon abrió la boca y la cerró de nuevo como si tratara de decidir qué decir.

—Sí, pero no es contagioso. Solo necesitamos estar atentos de los signos que muestren que él esté cambiando. Volviéndose… más oscuro.

—El hombre ya está enfadado sin los signos. Me vuelvo dentro con mi hermano.

—Necesitamos hablar, Siwon —dijo Shindong.

Siwon le dio a Heechul la tarjeta llave.

—Volveré tan pronto como pueda.

—No te preocupes. No voy a necesitar tu ayuda con esto.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...