Vikingos I -27

 


El parto de Jaejoong duró toda la noche... horas largas, tortuosas, que pusieron a prueba los nervios de todos. Yoomi se asustó mucho cuando los gritos provenientes del alojamiento llegaron al hall. ¿Había ella gritado en forma tan horrible las cinco veces que dio a luz?
 
Ello explicaría por qué Kangta siempre había estado tan pálido cuando fue a verla después, como si hubiera tenido que soportar más que ella. Sin embargo, hacia el final sus sufrimientos habían disminuido gracias a una poción preparada por una leal esclava del Lejano Oriente. Si por lo menos esa esclava hubiera revelado su magia antes de morir, Jaejoong también ignoraría el dolor y no temería futuros partos.
 
Los rayos del sol siguieron a Heechul dentro del hall. Se veía lastimosamente demacrado, como si él también hubiera sufrido los dolores de Jaejoong. Tenía la ropa empapada en sudor y su pelo renegrido estaba pegoteado y desordenado. Yoomi apenas lo reconoció.
 
— No me di cuenta de que los gritos han cesado. Jaejong... la criatura... están...
 
— Todo está bien, señora — dijo Heechul y se desplomó en la silla semejante a un trono de Kangta . Su voz era débil, sus ojos estaban opacos— . Tenéis un hermoso nieto y Jaejoong ahora duerme profundamente. Mi tía está cuidando de la criatura .
 
— ¡Un nieto! Yunho se pondrá muy contento. ¡Y mi marido estallará de orgullo!
 
— Más importante — añadió Heechul con amargura— la criatura es sana. Este niño no será condenado. Vivirá. — Yoomi calló un largo momento y después preguntó en un susurro:
 
— ¿Lo sabéis?
 
— Sí. Lo sé. Antes me preguntasteis por qué no le dije a nadie que llevo un hijo en mi vientre. Esa es la razón. No me obligarán a quedarme aquí y alumbrar a mi hijo en esta tierra, donde su vida dependerá de sus fuerzas.
 
— Sé que es una costumbre cruel, Heechul. Yo no la conocía hasta hace poco. Perdí dos niños en el parto antes de tener mi quinta criatura — dijo con una voz ahogada por los recuerdos.
 
— ¿Murieron de muerte natural?
 
— Eso me dijeron. Cuando me enteré de la costumbre, en mi mente surgieron dudas. Sin embargo, nunca pude decidirme a interrogar a Kangta . Mi tercera criatura que sobrevivió nació débil, pero Kangta sabía cuánto deseaba yo a ese bebé después de haber perdido dos con anterioridad.  Esa criatura vivió muchos años antes de morir ella también.
 
— Conozco la historia, señora. Lo siento.
 
— Yo quise morir cuando murió mi hija — dijo Yoomi con voz hueca— . Hubiera sido mejor si no la hubiese conocido. No estaba destinada a vivir.
 
— ¡Os equivocáis! — estalló Heechul, con demasiada vehemencia— .Fue el destino cruel quien os la arrebató. Debéis tener recuerdos queridos de ella. Y ella tenía el derecho a conocer la vida aun por poco tiempo. No puedo justificar esa costumbre. ¡Mi hijo no nacerá aquí!
 
— Conozco a mi marido, Heechul. Ahora él no os llevará a vuestra tierra, por lo menos hasta que nazca el niño.
 
— ¡En invierno!
 
— Tendrá que ser para la primavera siguiente.
 
— ¡No! — gritó Heechul, poniéndose de pie tan rápidamente que casi derribó la silla— . ¡El lo prometió!
 
— Ahora debéis pensar en la criatura. Si hubiera una tormenta en el mar, podríais perderla.
 
— ¡Estoy pensando en la criatura!
 
— Heechul, sois un joven fuerte. Vuestro hijo será fuerte. No hay motivos para temer.
 
— ¿Podéis asegurarme eso? ¿Podéis prometerme que a Siwon no le permitirán que se acerque a mi hijo?
 
— Aquí la ley dispone que el padre debe aceptar a la criatura y  darle un nombre. Juzgáis duramente a Siwon. Yo lo he criado con amor cristiano.
 
— El es un vikingo y él... él ahora me odia. No querrá que mi hijo viva.
 
— También es el hijo de él, Heechul. Sin embargo, os diré una cosa — Yoomi suspiró— . Siwon zarpará este verano hacia Oriente y como su viaje se ha demorado podría no regresar antes de la próxima primavera.
 
Esto fue lo más que pudo asegurarle Yoomi a Heechul.
 
Kangta y Yunho regresaron del norte, pero Siwon siguió viaje sin detenerse. Heechul tenía ahora todos los motivos para creer que él no volvería este invierno. Podría, entonces, tener a su hijo tranquilo.
 
Yoomi había predicho correctamente la reacción de Kangta : el jefe vikingo se negó a devolver a Heechul a su tierra. Vino a decírselo personalmente, trayendo a Yoomi para que hiciera de intérprete. La reunión no resultó bien porque Heechul se disgustó por tener que pasar otro año en esta tierra. Sin embargo, Kangta estaba de muy buen humor después de haber visto a su primer nieto y de enterarse que pronto llegaría otro. Insistió para que Heechul retornase a la casa de él, pero se negó con obstinación y se ofendió por el ofrecimiento.
 
— Es por vuestro propio bien — explicó Yoomi— . No podéis seguir viviendo solo.
 
— ¡Puedo y lo haré! — dijo Heechul con vehemencia— Nada ha cambiado. ¡Nunca volveré a depender de nadie!
 
— Debéis reconsiderarlo, Heechul. Engordaréis más y os pondréis más torpe. No podéis seguir como antes.
 
— ¡No!
 
— Por una vez, dejad de lado vuestro orgullo, joventico. Tenéis que pensar en la criatura, no solamente en vos.
 
  Ah,  se  muestra  obstinado  como  siempre    dijo  Kangta, fastidiado— . De todos modos, con nosotros no sería feliz. ¡Si por lo menos mi terco hijo no fuese tan terco, no tendríamos este problema! — Yoomi, incómoda, se aclaró la garganta.
 
— ¿Oiréis razones, Heechul?
 
— Me quedaré aquí, señora, y me las arreglaré. Mi tamaño cada vez más grande no me impedirá encontrar comida. Mi objetivo no ha cambiado. No seré tonto y no saldré más a caballo, pero el bosque está cerca y la caza abunda. Recogeré ramas para el fuego en vez de cortar madera. Pondré cuidado en no dañar a mi criatura.
 
  No  creemos  que  no  puedas  arreglaros  solo,  Heechul     dijo Yoomi— . Sabemos que sois capaz. Pero pueden suceder accidentes.
 
— Pondré mucho cuidado.
 
Yoomi suspiró.
 
— Si no queréis vivir con nosotros, ¿consentiréis por lo menos en tener a alguien con vos aquí? Vuestra tía dijo que vos tomaríais esta posición y preguntó si podía venir a vivir aquí con vos. Yo accedí. Si vos también estáis de acuerdo, no estaré preocupada por vos.
 
Heechul no respondió de inmediato. Tener a su tía nuevamente consigo sería maravilloso. Alguien con quien compartir sus nuevas experiencias, cuando el niño pateara o se moviera, alguien querido con quien poder hablar.
 
— ¿Daríais la libertad a mi tía?
 
— Heechul, sois irrazonable.
 
— ¿Lo haríais?
 
Yoomi se volvió a su marido.
 
— Heechul accederá a dejar que Boah se aloje aquí si vos le dais la libertad.
 
— ¡No! ¡Jamás!
 
— ¿Qué es más importante aquí? — dijo Yoomi, perdiendo por una vez el control— Heechul podría morir aquí solo, ¡el niño podría morir! ¡El no aceptará razones, de modo que debemos hacerlo!
 
— ¡Por los dientes de Thor! — estalló Kangta — . ¡Nuestras vidas eran simples antes de traer a este joven!
 
— ¿Y bien?
 
— Haced lo que os parezca mejor, mujer. Cualquier cosa con tal que este joven, pese a su obstinación, tenga los cuidados necesarios.
 
— Boah vendrá por la mañana, Heechul... como una mujer libre. También enviaré a una mujer para que se encargue de las tareas más pesadas. No podéis esperar que vuestra tía, a su edad, corte leña o acarree agua.
 
Heechul sonrió.
 
— Está bien, señora. Pero yo seguiré pagando por esta casa. No viviré de vuestra caridad.
 
— Sois el joven más empecinado que he conocido, Heechul, ¡Ahora mismo puedo imaginarme que saldréis al bosque para cazar conejos poco antes del parto! ¡Seréis el escándalo de la región!
 
Heechul rió abiertamente, por primera vez en mucho tiempo.
 
— Toda mi vida he sido un escándalo, señora.
 
Heechul ansiaba que llegara el día cuando todo hubiera terminado y pudiese tener en brazos a su criatura. Quería un jovencito, un joven como él. No quería ver nada de Siwon en la criatura. La vida había sido bastante cruel y no necesitaba que le recordaran sus decepciones.
 
Con el fin del verano los días se acortaron pero todavía no pasaban con suficiente rapidez para Heechul, quien ahora estaba muy grueso. Seguía cazando en el bosque pero no con tanta frecuencia, porque dos veces a la semana encontraba en su umbral carne o pescado fresco y no podía desperdiciarlos. Habían dejado una vaca en el patio trasero y Heechul, con más tiempo libre, ayudaba a Boah y a Momo, la sirvienta que había enviado Yoomi, a preparar mantequilla y queso con la leche fresca. Heechul disfrutaba de la compañía de estas dos mujeres pero cada vez que Siwon entraba en sus pensamientos necesitaba estar solo, para soportar en privado su dolor.
 
Sucedió uno de esos días en que Heechul salía a cazar, aunque no era necesario. Se internó profundamente en el bosque, sumido en profundas cavilaciones, y perdió noción de la distancia recorrida. Cuando por fin se fijó a su alrededor, no reconoció el Iugar. Empezó a volver sobre sus pasos.
 
Después de andar un corto trecho tuvo la sospecha de que alguien estaba observándolo. No pudo librarse de esa sensación, aun después de mirar y no ver a nadie. Siguió caminando más a prisa.
 
Entonces vio al jinete, demasiado envuelto en pieles para un día tan templado. y cubierto con una capucha, de manera que Heechul no pudo saber quién era. Estaba montado en un gran caballo a menos de quince metros de él.
 
Un miedo irracional hizo que las manos de Heechul empezaran a sudar. Cargó su ballesta y se movió con cautela, como si no estuviera en lo más mínimo perturbado. Empezó a tranquilizarse cuando puso más distancia entre ellos hasta que oyó el ruido de un caballo que se le acercaba al galope desde atrás.
 
Heechul giró justo a tiempo para apartarse del camino del animal. El caballo pasó raudamente a pocos centímetros de él. Heechul apenas podía creer lo que estaba sucediendo. Cuando vio que el jinete volvía grupas y cargaba otra vez, empezó a correr. Estaba demasiado torpe para correr con rapidez y el sonido de los cascos que se acercaban era cada vez más fuerte. Se volvió para disparar su arma pero había esperado demasiado y el animal se le lanzó encima.
 
Fue golpeado directamente en el hombro y el impacto lo hizo caer al suelo. Allí quedó tendido, respirando con dificultad, pero sin sentir ninguna herida.
 
Después de unos segundos, el impulso de salvarse retornó. Sin embargo, cuando trató de levantarse, un dolor terrible lo atravesó por el medio de su cuerpo y lo hizo gritar. Entonces oyó la risa malvada, una risa de mujer, y el sonido de los cascos alejándose en la distancia.
 
El dolor volvió y gritó otra vez, incapaz de detenerse. Mientras yacía allí, sintiendo que se acercaban las negras nubes de la inconsciencia, sólo pudo pensar en una cosa. Su criatura llegaba, pero era muy pronto, demasiado pronto.
 
 
 
Heechul abrió apenas los ojos. A través de la bruma de brillante luz de sol que se filtraba entre los árboles, vio a Siwon, con una poblada barba cubriéndole la cara. ¿Por qué lo veía así en su sueño si antes nunca lo había visto con ese aspecto? El lo sostenía... no, lo llevaba a algún lugar. Quiso despertar pronto, porque hasta soñar con Siwon le hacía daño. Sin embargo, este dolor era de una clase diferente, un dolor sordo corrosivo.
 
— Iros, Siwon — susurró Heechul— . Me hacéis daño.
 
— Quieto — replicó él.
 
Siwon quería que él sufriera. Lo atormentaría para siempre en sueños para hacerlo sufrir. ¡Santo Dios, el dolor era real! Gritó. Fue un sonido que él no reconoció como propio. Y entonces el sueño terminó.
 
— ¡Primero la fiebre, después casi murió de frío y de hambre, y ahora esto! ¿Cuántas veces puede enfrentar la muerte y sobrevivir?
 
— No es cuestión de cuántas veces sino de si podrá sobrevivir esta vez.
 
Heechul oía las voces bajas, susurrantes, cerca de él. Primero su tía, después Yoomi. Ahora oyó otra voz, grave y masculina, que venía de lejos.
 
— ¿Dónde está la comadrona?
 
— ¿Quién es ese? — preguntó Heechul débilmente. Boha vino a su lado y le apartó el pelo de la cara. Estaba pálida y se veía mayor de lo que era en años.
 
— No gastéis fuerzas en preguntas, Heechul. Tomad, bebed esto.
 
Boah le llevó una copa de vino a los labios y la bebió toda. Después miró fijamente a su tía con creciente alarma y sintió que el dolor se extendía por todo su cuerpo.
 
— ¿Estabais hablando de mí? ¿Me estoy muriendo?
 
— Por favor, Heechul, debéis descansar.
 
— ¿Me estoy muriendo?
 
— Roguemos que no — Yoomi se acercó— . Pero estáis sangrando Heechul, y... y...
 
— Y mi criatura está llegando ahora, demasiado pronto — terminó Heechul, y una oleada de miedo le erizó la piel— . ¿Vivirá?
 
— No lo sabemos. Otros niños han llegado antes de tiempo, sólo que...
 
— Continuad.
 
— Eran demasiado pequeños, demasiado débiles.
 
— ¡Mi niño vivirá! ¡Puede nacer débil, pero yo lo haré fuerte!
 
  Claro  que  sí,  Heechul    dijo  Yoomi  para  tranquilizarlo—  Ahora, descansad, por favor.
 
— ¡Dudáis de mí! — Heechul se enfureció y trató de levantarse— Yo…
 
No pudo terminar y volvió a caer sobre la cama. Cuchillos romos parecían clavarse en sus flancos. Cerró los ojos para combatir el dolor, pero no antes de echar una mirada a su alrededor. Cuando el dolor disminuyó, miró a las dos mujeres con expresión furiosa y acusadora.
 
— ¿Por qué me habéis traído aquí, a su casa? ¿Por qué?
 
— Fue él quien os trajo aquí, Heechul.
 
— ¿Por qué?
 
— El os encontró en el bosque. Fue más cerca traeros aquí que llevaros a vuestra casita.
 
En ese momento, la mujer que había ayudado a Jaejoong con su criatura, entró en la habitación e inmediatamente empezó a revisar a Heechul.
 
— Esto no anda bien — dijo en su lengua natal— . La sangre que pierde no es mucha, pero no tendría que perder nada.
 
Heechul la ignoró por completo.
 
— ¿Quién me encontró? — le preguntó a Yoomi— . ¿Vio él a la mujer que trató de matarme? Sé que fue una mujer. La oí reír.
 
— ¿Alguien trató de mataros?
 
— Una mujer. Se me arrojó encima con un gran caballo negro y me derribó al suelo.
 
— Nadie desea haceros daños, Heechul. Seguramente imaginasteis eso. Tanto dolor puede haceros creer cosas que no existen.
 
— ¡El dolor no empezó hasta después que caí!
 
— Pero Siwon dijo que nadie estaba cerca cuando o s encontró — dijo Yoomi.
 
Heechul se puso pálido y recordó el breve sueño que había tenido de él llevándolo en brazos.
 
— ¿Siwon ha regresado?
 
— Regresó hace una semana.
 
Todos los viejos temores retornaron duplicados para atormentar a Heechul.
 
— Debéis llevarme a mi casita. ¡No quiero tener aquí a mi niño!
 
— Ahora no podemos moveros.
 
— ¡Entonces debéis jurarme que no dejaréis que él se acerque a mi niño! — gritó Heechul.
 
  ¡Basta  de  esa  tontería,  Heechul!    dijo  Yoomi  en tono autoritario— . Siwon quiere a vuestro niño tanto  como vos.
 
— ¡Mentis!
 
Pero entonces fue traspasado por otro dolor más intenso que el anterior y no quedó tiempo de discutir.
 
Siwon estaba de pie en la puerta abierta de su habitación, sintiéndose más impotente que nunca en toda su vida. Oyó todo lo que dijo Heechul y sus temores se clavaron en él como una hoja de acero. Sin embargo, no podía culparlo por creerlo tan cruel. ¿Cuándo se había mostrado en otra forma con él?
 
El grito de angustia de Heechul le llegó hasta el fondo del alma. Pensar que había querido alejarse de Heechul, navegar lo más lejos posible, hasta el Lejano Oriente y no volver a verlo jamás. Sólo había llegado hasta al pueblo mas cercano cuando emprendió el regreso. Pensó que Heechul ya estaría en su propio pueblo y él vino simplemente para decirle a su padre que iría a buscarlo, que por fin había llegado a la conclusión de que. no podía vivir sin él, no importaba lo que pensara de él.
 
Se encontró con la noticia de que Heechul seguía aquí y el motivo de ello lo sorprendió. Aunque no pudo ir a verlo entonces por temor a perturbarlo en su estado, todos los días se acercó al bosque hasta la casa, con la esperanza de verlo. Y hoy, al oírlo gritar y al encontrarlo inconsciente... quedó devastado por el temor.
 
— Un varón — dijo Uda la comadrona, sosteniendo por los pies al niño en el aire. Siwon miró intimidado, clavó sus ojos en el niño  diminuto. Uda sacudió a la criatura y volvió a sacudirla. Siwon  contuvo el aliento, esperando alguna señal de vida.
 
— Lo siento — dijo Uda— . El niño está muerto.
 
— ¡No! — gritó Siwon y entró en la habitación. Tomó a su hijo en sus grandes manos y miró impotente a Uda—  No debe morir. ¡Él dirá que yo lo maté!
 
— El niño no puede respirar. Esto les sucede a muchos niños recién nacidos. Nada podemos hacer.
 
Siwon miró al niño inmóvil en sus manos.
 
— ¡Tenéis que vivir! ¡Tenéis que respirar!
 
Yoomi se le acercó, con lágrimas en los ojos.
 
— Siwon por favor. No os torturéis así.
 
El no escuchó a su madre. Estaba desgarrado interiormente, tan consciente del aire que movía su propio pecho pero no movía el de su hijo. Miró el pecho diminuto, deseando llenarlo de aire. Sin pensarlo, sopló su aliento en la boca de la criatura.
 
— ¡Aaayyy! — chilló Uda— . ¿Qué está haciendo? — salió corriendo de la habitación— ¡Está loco!
 
Nada  resultó  del  intento  desesperado  de  Siwon  de  insuflar  su propia vida a su hijo. Pero estaba más allá de todo pensamiento racional y probó nuevamente, cubriendo esta vez la boca y la nariz del niño de modo que el aire no tuviera a donde ir como no fuera hacia los pequeños pulmones. El pechito se llenó, los bracitos se agitaron, enseguida el recién nacido aspiró aire por sí mismo y emitió un grito tan fuerte que resonó en toda la casa.
 
— ¡Alabado sea Dios por este milagro! — exclamó Yoomi y cayó de rodillas para dar las gracias.
 
  Ciertamente  es  un  milagro.  Siwon    dijo  Yoomi con suavidad— Pero un milagro que causasteis vos. Habéis dado la vida a vuestro hijo.
 
El dejó que ella tomara al niño que lloraba. Milagro o no, estaba demasiado aliviado para hablar. Sintió un orgullo tan abrumador como si esta fuera la más grande hazaña de su vida, como si nada pudiera ser tan maravilloso.
 
— ¡No necesito preguntaros si aceptáis a este niño! — dijo Yoomi mientras envolvía al bebé en una manta y lo colocaba los pies de Siwon para el acto ritual del nacimiento.
 
El se inclinó, puso al niño sobre su rodilla y lo roció con agua de una copa. Había visto hacer esto a su padre con su hermana y sabía que lo mismo habían hecho con él y con Yunho.
 
— Este niño será llamado Junhui, el Bendecido.
 
— Un buen nombre, porque está seguramente bendecido — comentó Yoomi con orgullo y tomó otra vez al bebé — Ahora bajad y decid a vuestro padre que tiene otro nieto. Su orgullo y alegría serán tan grandes como el vuestro.
 
Siwon no fue hacia la puerta; en cambio, caminó lentamente hasta la cama. Heechul tenía los ojos cerrados. El miró interrogativamente a Boah.
 
— Se desmayó cuando nació el niño — dijo ella, secando el sudor de la frente de su sobrino— . No sabe que luchasteis por salvar a su hijo pero yo se lo diré.
 
— ¿Pero él lo creerá? — se preguntó Siwon. — Sé que perdió mucha sangre ¿Vivirá?
 
— La pérdida de sangre ha cesado. Estará débil, como el niño. Sólo podemos rogar para que ambos recobren fuerzas rápidamente.
 
— No os preocupéis, Siwon — dijo Yoomi desde el otro extremo de la habitación, donde estaba bañando a Junhui en agua tibia contra las ruidosas protestas del niño— Todo lo que hicisteis no será inútil. El niño y el appa vivirán.



1 comentario:

  1. Que intenso pero al final logro que el bebe viviera no quería que Heechul lo culpara de la muerte del bebe, pero quien quiere acabar con Heechul por poco lo logra si no hubiera estado Siwon por ahí otra historia seria, gracias por el cap bye

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...