VIkingos I -25

 

Jackie no osó desobedecer a Siwon. Sabía que su amo estaba equivocado, ahora estaba seguro de ello, pero también tenía la certidumbre de que nunca se dejaría disuadir de su error. Jackie se condolía de Heechul. El joven no merecía un tratamiento tan despiadado. Si no hubiera sido por el otro joven que había destruido primero a Siwon, esta vez él habría podido ceder y confiar en Heechul. Pero Siwon, un joven amargado, se había encerrado completamente en sí mismo y Heechul sufría por ello.
 
Heechul no dijo nada en el camino hasta la vivienda de Kangta . Jackie trajo un carro para llevarlo y prometió que también le llevaría la yegua si bien el animal hubiera recuperado un poco de sus fuerzas. Heechul nada respondió y fue con el corazón acongojado que lo dejó en el hogar de su antiguo amo.
 
Heechul fue recibido con grandes muestras de alegría por Boah, quien lo trató como a un inválido después de expresar su compasión por el estado de su sobrino. No le permitieron levantarse de la cama ni él lo intentó. Todos sus caprichos hubieran sido satisfechos, pero Heechul nada pidió. Comió muy poco de lo que le pusieron delante, pese a que Boah lo reprendió con severidad.
 
En vez de ponerse más fuerte, se debilitó aun más. No quiso explicar nada ni responder a ninguna pregunta, hasta el día que Jaejoong lo visitó.
 
— Boah me dice que os estáis consumiendo, Heechul— dijo Jaejoong con afectación, y se sentó en el borde de la cama— Eso me complace mucho.
 
Heechul aparentó no haberlo escuchado. Se limitó a mirar fijamente a su hermanastro sin cambiar de expresión. Esto fastidió a Jaejoong más que una réplica hiriente.
 
— ¿Me habéis oído, Heechul? Me alegro de que os estéis muriendo. Así no estaréis aquí para tentar a Yunho y alejarlo de mí. Con mi barriga tan grande, él anda buscando otras diversiones.
 
Heechul ni siquiera parpadeó y Jaejoong se levantó de la cama y empezó a pasearse.
 
— Yunho se muestra amable conmigo y lo mismo su padre — Jaejoong empezó a caminar más rápidamente, precedido a cada paso que daba por su enorme barriga— . Pero yo no he tenido presentes tan valiosos como los que os dio vuestro vikingo. ¡Sois un malcriado, Heechul! ¡Nunca estáis satisfecho! ¿Por qué huisteis de él? Ahora estáis aquí, donde no sois bienvenido. Siempre que estáis cerca, yo pierdo lo que es mío. Pero esta vez no. No dejaré que me quitéis a Yunho. ¡Primero, os mataré!
 
Heechul lo siguió con los ojos.
 
— Sois un tonto, Jae — dijo con voz débil— . Preferiría morir antes que quitaros a Yunho. El me desagrada.
 
— ¡Mentís! ¡Queréis todo lo que es mío!
 
— Vuestros ridículos temores no tienen fundamento y me enfermáis con vuestros celos. No quiero nada que sea vuestro. No quiero a ningún hombre. Nunca más.
 
— ¿Ni siquiera a vuestro precioso vikingo, quien os hizo a un lado por otro joven? — Jaejoong soltó una carcajada chillona— . Sí, yo sé de Zhoumi, su único amor verdadero.
 
Heechul se sentó en la cama por primera vez en días.
 
— ¡Iros de aquí, Jae!
 
Jaejoong fue hasta la puerta y allí sorprendió a Heechul con una sonrisa de sincera calidez.
 
— De modo que vuestro espíritu vuelve. Quizá ahora vivirás sólo para despreciarme, ¿eh?
 
Con eso salió de la habitación, dejando a Heechul sumido en confusión ¿Jaejoong lo había hecho ponerse furioso a propósito? ¿De verdad no quería que Heechul muriese?
 
Boah entró en la habitación. En su rostro apareció una expresión de alivio.
 
— ¿Estáis mejor, por fin? — Heechul ignoró la pregunta.
 
— ¿Qué le sucede a Jae?
 
— Ha cambiado mucho a medida que otra vida crece dentro de él. Estuvo muy afligido por vos cuando nadie pudo encontraros. Lloró ante mí diciendo que había sido terriblemente malo con vos y que temía no poder reparar lo que os había hecho.
 
— Me resulta difícil de creer.
 
— Todos temimos que hubierais muerto, Heechul. ¡Fue una tontería lo que hicisteis!
 
Heechul suspiró y volvió a acostarse.
 
— La única tontería que hice fue regresar a Siwon.
 
— No, criatura. Estáis vivo y ahora debéis hacer un esfuerzo para recobrar vuestras fuerzas.
 
— Hay mucho que tengo que contaros, tía.
 
— Primero hablaréis con Yoomi. Ella ha estado aguardando muchos días para hablar con vos. La buscaré y os traeré comida. Y esta vez — añadió con severidad— , comeréis todo.
 
Heechul esperó con impaciencia. Se recuperaría. Sólo estaba dañándose a sí mismo con su autocompasión y su pena. Basta ya de despreocuparse de si vivía o moría.
 
De pronto le vinieron a la mente las palabras de Kangta : «Preferiría ver a Heechul libre que en poder de otro.» Le pertenecía otra vez a Kangta y, según lo que el mismo Kangta había dicho, debía dejarlo en libertad aunque tuviera que revelarle que lo había oído y entendido cuando dijo eso. Entonces, todos sus sufrimientos no habrían sido en vano.
 
Yoomi entró en la habitación seguida de Boah, quien traía una gran bandeja con comida. Heechul sintió que el hambre le roía la barriga pero eso podía esperar unos minutos más.
 
— He matado a un enemigo de los Choi y por eso, según la ley vikinga, exijo mi libertad.
 
Sus palabras sorprendieron a las dos mujeres hasta dejarlas sin habla. Heechul pasó rápidamente a explicar lo que le había sucedido.
 
— Podéis no creerme — dijo por fin— tal como Siwon se negó a aceptar la verdad. Pero juro, con Dios por testigo, que todo lo que he dicho es verdad.
 
— Es una historia increíble, Heechul — dijo Yoomi por fin— .Debéis admitir que es difícil creer que sobrevivisteis a un viaje tan largo en esta época del año.
 
— Sí, lo admito. Si no hubiera sido por mi amor por Siwon, habría perecido.
 
— Admito que el amor puede proporcionar fuerzas  adicionales. Puede  superar  obstáculos  imposibles    dijo Yoomi, y añadió pensativa— : sí, yo creo lo que decís, Heechul. Pero otros no lo creerán.
 
— No me importa qué piensen los otros. Sólo vuestro esposo debe creerme. No puedo haber soportado todo lo que soporté para nada. Debo tener mi libertad.
 
— Le contaré vuestra historia, Heechul, pero no importa si él la cree o no. Vos sois ya un joven  libre. Lo fuisteis el día que mi hijo os devolvió a mi esposo
 
La importancia de las palabras de Yoomi y la seriedad de su propia posición no afectaron a Heechul hasta que estuvo del todo recuperado. Era libre pero estaba al cuidado de Choi Kangta, comiendo su comida, durmiendo en su casa. Esta dependencia empezó a corroerlo interiormente. No le gustaba sentirse endeudado a este hombre más de lo que ya estaba.
 
Habían pasado dos meses del nuevo año y la primavera estaba acercándose cuando Heechul habló con Yoomi sobre el tema. La encontró en el hall principal supervisando a sus sirvientes, mientras trabajaba con notable habilidad en un telar vertical donde un hermoso cobertor estaba casi terminado.
 
A Heechul le disgustaba tener que pedir trabajo a fin de no sentirse una carga, pero no tenía a donde acudir en esta tierra extraña y por lo tanto se veía obligado a quedarse aquí. Sin embargo, no podía seguir haciéndolo sin pagar por su manutención.
 
— Señora — empezó Heechul con reticencia— , no puedo continuar aceptando vuestra hospitalidad sin pagaros de alguna forma.
 
— No es necesario que paguéis, Heechul.
 
— No, yo siento que es muy necesario. Soy una carga en vuestra casa.
 
— Sois una persona libre, Heechul, y se os considera un huésped. Sería inaudito aceptar pagos de un huésped.
 
— Entonces debo marcharme de aquí — dijo Heechul, inflexible, sabiendo que su tonto orgullo estaba llevándolo por un rumbo que no podía alterar.
 
Yoomi frunció el entrecejo y meneó la cabeza.
 
— Mi marido dijo que llegaríamos a esto — Heechul quedó momentáneamente atónito.
 
— ¿Cómo podía saberlo él?
 
— El se enorgullece de poder predecir vuestras actitudes. Os considera un doncell vikingo, donde el coraje y el orgullo se imponen a todo lo demás.
 
A Heechul le fastidió que lo hubieran calificado con  tanta precisión y más  aun  que  Kangta relacionara  su  forma de ser con las características de su pueblo.
 
— ¿De modo que él sabía que yo no podría permanecer mucho tiempo aquí?
 
— Eso fue lo que me dijo — admitió Yoomi— , aunque yo no pude creer que seríais tan temerario como para marcharon de aquí sin tener adonde ir.
 
Esas palabras picaron a Heechul.
 
  No  puedo  evitar  ser  como  soy,  señora.  Mi destino es ser dominado por el orgullo.
 
— Lo sé, Heechul, y siento haberos criticado. Una vez yo tuve orgullo como vos, pero aprendí a dominarlo, como espero que vos aprenderéis un día.
 
— Me marcharé mañana y os agradezco por haberme tenido aquí.
 
Yoomi meneó la cabeza y sonrió con pena.
 
— Si estáis decidido a hacerlo, hay una casa en nuestra tierra donde podréis vivir hasta la primavera.
 
Heechul se sintió al mismo tiempo aliviado y deprimida.
 
— ¿Sólo hasta la primavera?
 
— No, hasta que vos lo decidáis, Heechul. Pero mi marido me pidió que os dijese que en la primavera él os devolverá vuestra tierra, si ese es vuestro deseo.
 
Heechul recibió esta noticia con sentimientos encontrados. Dejar esta tierra fría había sido su deseo durante mucho tiempo, después se había enamorado de Siwon. ¿Y ahora? ¿Qué podía importar si ponía entre ellos la distancia que separaba a sus respectivas tierras? Ahora había entre los dos un océano más profundo que cualquier otro, lleno de rencor y desconfianza.
 
— Heechul, ¿es eso lo que deseáis'?
 
— Sí — su respuesta salió en un susurro.
 
— Pero no tenéis a nadie junto a quien regresar, ¿verdad? — preguntó Yoomi, apenada.
 
— No — replicó Heechul y bajó la vista— . Sin embargo, tampoco aquí tengo a nadie.
 
— Vuestra tía está aquí... y vuestro hermano. Y yo he llegado a amaros y a afligirme por vos, a causa de mi hijo...
 
  ¡No  lo  mencionéis  en  mi  presencia!    estalló Heechul interrumpiéndola—  .  ¡El  es  la persona  más  mala,  más odiosa,  más desconfiada  que  he  conocido! —  Heechul  se  detuvo y  se  mordió  el labio— . Perdonadme. Es vuestro hijo y supongo que a vuestros ojos él no puede hacer ningún mal.
 
— No. Mi hijo ha hecho muchas cosas de las que no estoy orgullosa— admitió Yoomi.
 
Heechul luchó por sacarse a Siwon de sus pensamientos.
 
— ¿Mi tía? ¿La dejaríais en libertad para que vuelva a mi tierra conmigo?
 
— No lo sé, criatura — Yoomi arrugó la frente— .Ella y yo nos hemos hecho muy amigas, aunque supongo que vos la necesitaréis más que yo. Lo pensaré y decidiré antes de vuestra partida.
 
— ¿Y mi hermano, y los de mi aldea? —insistió Heechul.
 
— Los otros han formado nuevos hogares, Heechul. Por lo que sé, son felices aquí.
 
— ¿Cómo esclavos? — No pudo evitar que su voz sonar a llena de sarcasmo.
 
— Vos y yo podríamos discutir interminablemente sobre este tema, Heechul —  Yoomi sonrió— . Sé como pensáis y conocéis mis opiniones. Esos jóvenes no  están  peor  que  antes    Heechul  empezó  a protestar pero Yoomi levantó una mano para impedirle que continuase— . Y vuestro hermano ahora no podrá ser liberada nunca porque lleva en su seno la criatura de mi hijo mayor. De todos modos, no creo que desee regresar a una propiedad arruinada.
 
Heechul se estremeció. No había pensado en eso. Tendría que construirse una casa nueva para reemplazar a la vieja. Aunque la mansión de piedra gris todavía estuviese en pie, no podría soportar vivir solo allí.
 
— ¿Dijisteis que hay una casa donde yo podría vivir hasta la primavera?
 
— Sí. Está cerca de un pequeño lago, no lejos de aquí. Y junto a la casa un manantial.
 
— Por supuesto, pagaré por usar la casa.
 
— Por supuesto — dijo Yoomi con diplomacia, sabiendo que hubiera sido inútil discutir con este joven empecinadamente orgulloso— . La familia que usó últimamente la casa daba una parte de su cosecha de verano. Pero puesto que vos no podéis hacer eso, creo que dos pieles por semana serán suficientes como pago. Tengo entendido que cazáis desde que erais una criatura, de modo que esto no os será muy difícil.
 
— No. Es muy poco. Daré tres pieles por semana — replicó Heechul, con determinación.
 
— iHeechul! — dijo Yoomi en tono de reproche.
 
— Insisto.
 
La mujer mayor meneó la cabeza pero sonrió a su pesar.
 
— Entonces, insisto en que me permitáis proveeros de sal, pues terminaréis con más carne de la que podréis comer y tendréis que curarla. También avena y centeno, Secas, pues no podréis subsistir solamente con carne por única comida.
 
Heechul asintió, satisfecho.
 
— De acuerdo. Y para la primavera también tendré pieles suficientes para pagar mi pasaje de regreso a mi tierra.
 
— Eso no es necesario, Heechul. Kangta no lo aceptará.
 
— No obstante, tendrá que ser así — dio media vuelta y salió del hall.
 
Yoomi levantó las manos.
 
— Qué orgullo tonto — murmuró, antes de volver a su trabajo en el telar.
 
 
 
La casita se ajustaba perfectamente a las necesidades de Heechul y había sido limpiada por completo antes de su arribo. Era lo bastante pequeña para retener el calor de un fuego y estaba muy cerca del bosque, donde abundaba la caza. Había ollas de hierro para cocinar, mantas limpias de lana, un arco y trampas para cazar y hasta una muda de ropa de suave lana y una capa muy abrigada.
 
Lo único que no había sido previsto era una tina para bañarse, pero Heechul pensó que ello se debía a que el pequeño lago estaba tan cerca. Sin embargo, ahora el lago se encontraba cubierto de hielo y romper la gélida costra para bañarse en el agua fría no resultaba nada tentador.
 
Se las arreglaría con baños de esponja hasta que los días fueran más templados.
 
Heechul se instaló en su nuevo hogar con la alegría y el entusiasmo de una criatura. Ahora era independiente, responsable sólo ante sí mismo. Disfrutó de su flamante libertad pero no pasó mucho tiempo antes que la novedad perdiera sus atractivos y se instalara la soledad. En tan completo aislamiento no podía evitar pensar constantemente en Siwon. Cuando un día lo vio en el bosque y se cruzaron sin decir palabra, con hostilidad de enemigos, su melancolía se acentuó aún más. Todos los días cazaba hasta cansarse.
 
Después se agotaba conservando la carne con sal y tratando las pieles, y por último preparaba la comida para el día siguiente, antes de irse por fin a la cama. Sus días eran monótonos, dedicados solamente al trabajo, pues trataba con desesperación de tener su mente siempre ocupada en sus necesidades más inmediatas.
 
Las flores nuevas empezaron a ocupar el lugar de los botones de invierno y la nieve desapareció de la mayor parte de la tierra. La primavera había llegado a Noruega. Heechul se quedó extasiado cuando vio el carro que s e acercaba a su casa.
 
Esperó que fueran Yoomi o Boah, con noticias sobre la fecha en que zarparía Kangta . Pero estaba tan hambriento de compañía que no se decepcionó cuando Donghae y Leeteuk se apearon del carro en que Jackie los había traído. Después de que intercambiaran afectuosos saludos, Heechul los hizo entrar y se alegró de tener sobre el fuego una generosa comida para poder ofrecerles. Jackie había traído un pellejo de vino que Siwon le regaló durante la celebración de invierno y todos bebieron a la salud de todos.
 
Después, Jackie fue a cortar leña contra las protesta de Heechul, porque se sentía incómodo entre tantos jóvenes. Al principio, Donghae y Leeteuk se mostraron distantes, intimidados por la nueva posición de Heechul, pero cuando bebieron más vino y sintieron el afecto sincero de Heechul, la incomodidad desapareció muy pronto.
 
— Jackie nos contó lo que os sucedió, Heechul — empezó Leeteuk— . Es asombroso que estéis con vida.
 
Heechul se limitó a asentir. Raramente pensaba en la vez que estuvo a punto de morir. Mejor era olvidarlo.
 
— Siwon ahora es un verdadero vikingo.
 
— ¿Qué queréis decir, Leeteuk? — preguntó Heechul. Se sentía ansioso por tener información sobre él.
 
— Es la clase de hombre con que mi madre solía asustarme contándome historias cuando yo me comportaba mal. Se ha vuelto terriblemente malvado, Heechul, desde que os fuisteis. Es mucho peor que antes, cuando lo dejaron por otro hombre. Ahora está continuamente de mal humor. siempre a punto de estallar. Me da mucho miedo.
 
— ¿Cómo está él, fuera de eso?
 
— Si os referís a su salud, está bien. Excepto que bebe cada vez más, hasta que con alivio de todos, se duerme.
 
— ¿Seguro que no exageráis?
 
— Ojalá lo hiciera.
 
— ¿Ni siquiera un poquito?
 
— No, Heechul— dijo Donghae con tristeza— . Ha ofendido a sus amigos con su mal carácter... hasta a Hyukjae. Se dijeron palabras que no pueden retirarse. Hyukjae ya no viene.
 
— Lo siento — dijo Heechul.
 
— Y si fuera posible, el amo Siwon se volvió aun más malvado después que cruzó el fiordo — añadió Leeteuk.
 
— ¿Cuándo fue eso?— preguntó Heechul, muy excitado.
 
— No mucho después de vuestro regreso. Partió armado hasta los dientes, como preparado para la guerra. Pero estuvo ausente menos de un día. A nadie dijo por qué fue ni por qué vino tan disgustado con lo que encontró.
 
¿Qué podía haber encontrado que no confirmara la historia de Heechul? O quizá averiguó la verdad y se enfureció por haberse equivocado, por haber sido demasiado obstinado para deshacer el daño que había causado con sus dudas.
 
— Fue un milagro que regresara ese día — continuó Leeteuk— Si los Wayjei lo hubieran encontrado lo habrían matado.
 
Algo de la antigua curiosidad picó a Heechul.
 
— Esa guerra entre los dos clanes... contadme de eso
 
— ¿No lo sabéis? — exclamó Leeteuk— . Creí que Donghae os lo había contado.
 
— Yo creí que lo habíais hecho vos — repuso Donghae.
 
  ¿Alguno de  vosotros  me  lo  explicará?    preguntó exasperado.
 
— No hay mucho que contar — replicó Donghae.
 
  Entonces,  dejadme  a      intervino  Leeteuk,  ansioso de entregarse a la murmuración— . Cinco inviernos han pasado desde que empezó todo. Antes de ello, el jefe del clan Wayjei y el padre de Siwon eran muy amigos, hermanos de sangre, a decir verdad. Tenía tres hijos: el menor, quien acababa de regresar de su primer viaje por mar, era Seungri, el mismo que vos decís que...
 
— Sí, continuad — lo interrumpió Heechul rápidamente.
 
— Era otoño y la época de rendir tributo a los dioses por la buena cosecha. Kangta preparó un festín enorme y los dos clanes se reunieron para celebrar. La francachela y el jolgorio se prolongaron semanas... se bebió más hidromiel que en ninguna otra ocasión.
 
— ¿Pero qué pudo suceder para poner fin a esa larga amistad? — preguntó Heechul con impaciencia.
 
— La muerte de Jiwon, la única hija de Kangta . Ella era una joven bonita, según lo que nos han contado, pero enfermiza y terriblemente tímida, excepto con su propia familia. Tenía entonces quince veranos, pero nunca asistía a las celebraciones, ni siquiera después que se lo permitieron. Era comprensible que los hijos de Yang Hyun Suk no supieran quién era ella pues nunca la habían visto.
 
— ¿Qué tuvieron ellos que ver con la joven?
 
— En realidad, no se sabe exactamente qué sucedió, Heechul. La opinión general es que Jiwon salió a caminar para alejarse del bullicio del festín. La encontraron a la mañana siguiente, detrás de la casa depósito, con el rostro horriblemente golpeado, su falda todavía subida hasta su cintura y su sangre virginal cubriéndole los muslos. En corazón tenía clavada su propia daga que seguía aferrando con su mano.
 
Heechul quedó horrorizado por el drama de alguien tan joven.
 
— ¿Se quitó la vida?
 
— Nadie lo sabe con seguridad, pero la mayoría cree que lo hizo porque no quiso seguir viviendo después de lo sucedido.
 
— ¿Quién pudo hacen algo tan monstruoso? — Heechul comprendió la respuesta por otras cosas que le habían contado.
 
— Los hijos de Yang Hyun Suk: Gervais, Daesung y Seungri...   ellos tres.
 
— ¿Cómo se supo eso?
 
— Ellos mismos se traicionaron la mañana en que supieron quién era Jiwon. Los tres se asustaron y huyeron. Fue un momento terrible para todos... el dolor, y después la sed de venganza. El amo Siwon amaba a su hermanita, pero también Yunho la amaba. Los dos pelearon por el honor de vengar su muerte. Ganó Yunho. No importó que los hijos de Yang Hyun Suk  hubieran creído que violaban a una moza sin importancia, sin duda tomándola por una simple esclava. Se había cometido un crimen contra el clan Choi y los criminales tenían que pagar.
 
Kangta , Siwon y muchos otros cruzaron el fiordo con Yunho. Kangta estaba consternado y dolorido por lo que había pasado, lo mismo su amigo Yang Hyun Suk. Yunho desafió por turno a los otros dos, Kangta lo detuvo, contra las protestas de Yunho y de Siwon. Todos los Choi volvieron a casa y esperaron que los Wayjei se tomaran represalias. Pero nunca lo hicieron, excepto la matanza de algún animal extraviado de cuando en cuando. Las dos familias habían sufrido una pérdida y los dos jefes no quisieron que hubiera más muertes.
 
— Qué trágica historia. ¿Nadie se preguntó por qué Jiwon no gritó cuando fue atacada? Nada de eso hubiera tenido que ocurrir.
 
— Ella era una muchachita muy  tímida que se asustaba de cualquier cosa — repuso Donghae—  Sin duda se asustó demasiado para gritar, o quizás ellos se lo impidieron.
 
— Dicen que siempre fue una criatura débil, ya desde el nacimiento— comentó Leeteuk— . Es sorprendente que le hayan permitido vivir cuando nació.
 
— ¿Permitido vivir? ¿Qué juego de palabras es ese?
 
— No es un juego de palabras, Heechul — dijo Donghae, disgustado— .Si yo hubiera conocido esa costumbre vikinga cuando llevaba a mi hijo en mi seno, habría estado aterrorizado. Pero mi niño nació sano, gracias a Dios todopoderoso.
 
Heechul se había puesto mortalmente pálido.
 
— ¿Qué decís? ¿Qué costumbre vikinga?
 
— El ritual del nacimiento — dijo Leeteuk, con igual desagrado— Un niño recién nacido debe ser aceptado por su padre, ya sea que éste se haya casado o no con la madre o appa. Como sabéis este pueblo valora la fuerza y deplora la debilidad. Se supone que quien no sea fuerte no puede sobrevivir en esta tierra inhóspita. De modo que un niño que nace deforme o débil es rechazado por el padre y expuesto a los elementos. Se muere, por supuesto, pero el padre se absuelve a sí mismo razonando que el niño de todos modos no habría sobrevivido y que hubiera sido un desperdicio proporcionarle alimentos y cuidados cuando hay otros más necesitados.
 
— ¡Esa es una costumbre bárbara! — exclamó Heechul y luchó por controlar la náusea que empezó a sentir.
 
— ¿Qué es bárbaro? — preguntó Jackie que entraba con un haz de leña en los brazos.
 
— La costumbre de rechazar a un niño débil y de dejarlo a la intemperie para que muera de frío o de hambre antes que la madre o appa haya podido tenerlo en brazos.
 
— ¿Por qué es eso bárbaro? — preguntó él obstinado  y dejando la leña junto al fuego.
 
  ¿Creéis  que  no  lo  es?    preguntó  Heechul,  en  tono      de indignación— . ¡Sois tan pagano como estos vikingos, Jackie, si podéis justificar tan malvada costumbre!
 
— No, no es así. Yo sólo creo que es el menor de los males. Preguntadle a Donghae, él es appa. Preguntadle si su amor por su hijo no se vuelve más fuerte con cada día que pasa.
 
— Es así — admitió Donghae.
 
— ¿Qué estás diciendo, Jackie?
 
— El vínculo entre madre o appa e hijo es fuerte, pero no se hace fuerte hasta que se conoce a ese hijo — Heechul estaba atónito.
 
— ¿De modo que creéis que es más bondadoso matar al niño al nacer, antes de que pueda formarse un vínculo'? ¿Y qué pasa con el vínculo que se siente mientras lleva al hijo en el vientre? ¿No contáis con eso?
 
— Yo sólo sé que perdí un hijo al nacer, aunque no por causas naturales. Mi esposa y yo lo lloramos sólo por corto tiempo y después el niño que nunca conocimos fue olvidado. Tuve otro hijo a quien llegué a amar, y lo perdí después de diez cortos veranos. A este hijo sigo llorándolo hasta hoy. porque de él tengo recuerdos que todavía me atormentan.
 
— Lo siento, Jackie.
 
— Lo sentís, ¿pero comprendéis, Heechul? ¿Entendéis que perder al niño a su nacimiento, antes que conozca lo que la vida tiene para ofrecerle, antes que sus padres sepan lo que es amar a ese hijo, es preferible a perderlo más tarde, cuando la pérdida necesariamente casi destruirá a los padres?
 
— No, eso no puedo entenderlo. Un niño débil puede hacerse fuerte, a un niño deforme puede enseñársele a valerse por sí mismo.
 
— Quizá en vuestra tierra, pero esto es e l Norte, donde las vidas son gobernadas por la nieve y el hielo. Estamos en primavera y vos seguís encendiendo un fuego para calentaros. Mirad el humo, Heechul. Un niño débil moriría por ese humo, pero si se lo alejara del fuego moriría de frío.
 
— Nunca podré entender eso de modo que basta — dijo Heechul, y se volvió.
 
Le temblaban las manos cuando sirvió la comida a sus amigos. Se había sentido muy contento de verlos pero ahora deseaba que no hubieran venido. La conversación sobre la guerra de los clanes y la matanza de criaturas lo había deprimido terriblemente. No pudo tocar su comida, su estómago se rebelaba.
 
Los otros siguieron platicando como si la conversación anterior no los hubiera afectado. Jackie miró a Heechul con expresión pensativa.  Trató de evitar su mirada y por fin se levantó de l a mesa para limpiar la habitación. Después de un rato, comprobó que él seguía mirándolo con fijeza y no pudo seguir soportándolo.
 
— ¿Por qué me miráis así? — preguntó. Jackie no se ar redró por el tono cortante.
 
  ¿Estáis preñado, muchacho?
 
Heechul se había negado a admitirlo y menos dispuesto estaba a dejar que otros lo supieran.
 
— ¡No, no lo estoy!
 
— Yo iba a preguntaros la misma cosa, Heechul — dijo  Leeteuk— .Habéis engordado un poco.
 
— ¡Os digo que no! —citó Heechul, e inconscientemente se cubrió el vientre con las manos— . ¡Os digo que no estoy preñado!



1 comentario:

  1. Heechul tan terco como siempre que habrá encontrado Siwon que regreso muy enojado, dios Heechul esta embarazado ahora no podrá irse como quería que tradiciones tan barbaras en fin gracias por el cap bye.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...