Vikingos I -18

 


Siwon subía la escalera justamente cuando Leeteuk bajaba.
 
— ¿Dónde está Heechul? — preguntó— Si se ha puesto empecinado por lo de esta mañana, lo castigaré.
 
Leeteuk se puso pálido al verlo tan furioso.
 
  Justamente iba a buscaros, amo Siwon. El aún no ha regresado. Estuvo ausente toda la tarde y temo que...
 
— ¿Adónde fue? — lo interrumpió él, entornando los ojos.
 
Leeteuk enrojeció y empezó a llorar.
 
— Dijo que saldría a cabalgar... para calmar su pena... por la forma en que lo tratasteis esta mañana.
 — ¿Eso fue lo que dijo?
 
— Yo no tenía que decíroslo, sólo debía deciros que tuvo deseos de salir un rato y que regresaría pronto. No ha vuelto y temo que le haya sucedido algo.
 
— ¿Qué puede haberle sucedido?
 
— Los Wayjei mataron un perro mientras estuvisteis ausente. Algunos de nosotros pensamos que pronto se cansarán de matar animales y que seguiremos los esclavos.
 
— ¿Qué sucede, Siwon? — preguntó Kangta  desde el arranque de la escalera.
Siwon se le acercó con el entrecejo fruncido.
 
— EL joven dice que Heechul no ha regresado desde que se fue esta mañana, sin duda en ese caballo que vos le disteis.
 
— ¿Entonces está contento con el regalo?
 
— Contenta, sí. Tan contento como para no regresar. Leeteuk cree que los Wayjei pueden haberle hecho algo.
 
— No, conozco demasiado bien a Yang Hyun Suk. El no recurriría a un juego tan sucio. Me jugaría la vida.
 
— Estoy de acuerdo, lo cual sólo puede significar que Heechul ha huido — dijo Siwon con amargura— . Vos me lo disteis y después le disteis los medios para huir de mí.
 
— No podéis culparme de eso, Siwon — replicó Kangta con energía— . Olvidáis que yo estaba en el hall esta mañana. No sé que le dijisteis al joven, pero reconocí vuestro tono de voz. Creo que estuvisteis excesivamente duro.
 
Siwon miró furioso a su padre.
 
— ¡Vos visteis cómo estaba vestido! Entró en el hall casi desnudo. Y apostaría que fue intencional. Es tan coqueto como dice su hermano. Querría tener a todos los hombres embobados a sus pies.
 
— Yo no vi nada de eso, sólo vi en sus ojos preocupación por vos. ¿Y cómo lo recibisteis? Con palabras airadas y duras. Tenéis mucho que aprender sobre las parejas, hijo. No me sorprende que haya huido de vos.
 
Siwon se puso rígido al oír las palabras de su padre.
 
— Actuáis como si el joven os importara más que yo. ¿Es así?
 
— No, pero yo lo entiendo mejor que vos.
 
— Eso no lo dudo, porque yo no lo entiendo en absoluto.
 
Kangta rió por lo bajo.
 
— Os ayudaré a encontrarlo.
  No,  esto  quiero  hacerlo  yo  solo    replicó  Siwon con determinación— . Necesita una lección que no olvidará pronto.
 
— ¡Siwon!
 
— No interfiráis, padre. Cuando me disteis a Heechul , os lavasteis las manos en este asunto.
 
Kangta suspiró y  se quedó mirando la espalda de Siwon que se alejaba. Esta mañana le había divertido la reacción de Siwon cuando Yang comentó en broma, acerca de Heechul, que el joven había cambiado demasiado rápidamente de un gato salvaje a un manso gatito ronroneante y que eso sólo podía ser una artimaña. Evidentemente, a Siwon no le gustó esa posibilidad, aunque el comentario fue hecho como una broma.

 
La reacción de Siwon dio a Kangta motivos para pensar que su hijo se interesaba de veras en el joven. Apenas ayer había dicho delante de todos que no quería compartirlo. Ahora, esto. Ah, ¿es que dos personas jóvenes siempre tenían que estar chocando entre ellos?
 
 
 
Heechul avivó el pequeño fuego y añadió más leños antes de tenderse para dormir unas pocas horas. Estaba placenteramente saciado después de haber compartido una gorda liebre asada con Bugsy. Gibok estaba cubierta y abrigada para pasar la noche y Bugsy yacía a sus pies sobre unas pieles viejas.
 
Hasta ahora no había encontrado dificultades. La caza era abundante en las áreas boscosas y había encontrado unos cuantos arroyuelos donde pudo reponer su provisión de agua. La única incomodidad que sufría era el helado viento del norte.
 
Cuatro días habían pasado desde que dejó a Siwon. Después de tres días de cabalgar, había llegado a otro fiordo que le cortó el camino. De modo que, después de todo, se vio obligado a tomar camino hacia el este, pero creía que ahora eso no tenía importancia. Durante dos días había cubierto las huellas de Gibok. Siwon jamás lo encontraría.
 
Dos días más de viaje tenían que ser suficientes. Después, Heechul buscaría un área relativamente protegida, quizá en un bosque denso o en un valle pequeño y profundo.
 
Allí construiría una choza donde podría esperar a que terminase el invierno. Todo se presentaba muy fácil, pensó Heechul, mientras empezaba a vencerlo el sueño. Hubiera debido abandonar a Siwon hacía meses.
 
 
Siwon llegó al campamento en mitad de la noche pero estaba demasiado exhausto para sentir otra cosa más que una leve satisfacción porque su búsqueda había terminado. Su semental estaba próximo a desplomarse, porque Siwon había descansado sólo dos veces desde su partida y perdió un día buscando entre las colinas del este.
 
Esperaba encontrar a Heechul al borde de la muerte, hambriento y con frío. Se sintió aliviado al hallarlo bastante bien, pero no le cayó bien ver que tenía una expresión de radiante dicha mientras dormía.
 
Siwon se apeó y ató su caballo al lado de la yegua gris. Después se acercó al fuego. Se tendió al lado de Heechul sin despertarlo. Mañana tendría tiempo de vérselas con él. Se durmió.
 
Heechul se movió cuando el peso sobre su pecho le dificultó la respiración. Cuando recuperó la conciencia, comprendió que el peso que sentía no era un sueño y abrió los ojos para encontrarse con un brazo sobre él, que lo tenía inmovilizado contra el suelo.
 
Contuvo su impulso de gritar y lentamente, con temor, se volvió y vio el resto del cuerpo que tenía a su lado. Casi gritó de exasperación. ¡Esto era demasiado, demasiado para soportarlo!
 
— ¡Vos!  — exclamó, sacándose de encima el brazo de él y poniéndose de pie.
 
Siwon despertó sorprendido e instintivamente llevó la mano al puño de su espada. Miró a su alrededor, se tranquilizó y se puso ceñudo cuando vio a Heechul que estaba de pie con las manos en las caderas y sus ojos oscurecidos por la rabia y la furia.
 
— ¿De modo que estáis despierto?
— ¿Cómo me encontrasteis? — preguntó casi temblando de ira— . ¡Cómo!
 
El lo ignoró un momento mientras apartaba su gruesa capa y se sacudía la ropa. Después no respondió la pregunta sino que dijo, despectivamente:
 
— Habéis confirmado la opinión que tenía de las parejas. En ninguna se puede confiar.
 
— Juzgáis con demasiado apresuramiento. Yo no dije  que seguiría con vos. Si lo hubiese dicho no habría huido. ¿Cómo hicisteis para encontrarme?
 
  Olvidáis  que  soy  un  cazador,  Heechul  —dijo él en voz sorprendentemente  serena—  .  Soy  bueno  en  lo  que hago.  Ninguna bestia — hizo una pausa y sus ojos se ensombrecieron— ni tampoco ningún esclavo o esclava fugitivos pueden escapárseme.
 
— ¡Pero yo cubrí mis huellas! Tendríais que estar al sur de aquí. ¿Qué os hizo venir al norte?
 
— Admito que perdí un día cabalgando hacia las montañas, pero al no ver señales de vos, di la vuelta. — Lanzó una mi rada asesina a Bugsy, quien bajó la cabeza con aire culpable.— Como no pude encontrar a este animal traidor por ninguna parte, supe que había venido con vos. Cubristeis las huellas de la yegua muy bien, pero olvidasteis al perro.
 
Era demasiado tarde para llorar por el error. Heechul, sin embargo, vio que Siwon estaba furioso con Bugsy y no quiso que el animal sufriese por su causa.
 
— No lo culpéis a él por venir conmigo. Yo lo obligué a que me siguiera a fin de que no pudierais usarlo para seguirme la pista — mintió.
 
Siwon soltó una corta carcajada.
 
— Pese a ello, fue él quien me trajo hasta vos, después de todo.
 
Heechul lo miró en actitud desafiante.
 
— ¿Y ahora, vikingo?
 
— Ahora os llevaré a casa.
 
— ¿Para castigarme?
 
— Se os advirtió lo que pasaría si hacíais lo que hicisteis. ¿Creéis que por haber calentado mi cama en algunas ocasiones seré indulgente con vos?
 
Heechul sintió otra vez el nudo doloroso en la garganta.
 
— No, no esperaba eso de vos — dijo suavemente, casi temblándole el labio inferior— . Pensé que no me encontraríais. ¿También todos vuestros vecinos están buscándome?
 
— Vine solo — replicó él en tono más gentil, casi en un susurro.
 
— Bien. No regresaré con vos para sufrir el castigo, vikingo — repuso con la voz engañosamente calma. El se encogió de hombros y levantó su capa, listo para marcharse.
 
— No podéis elegir.
 
— Os equivocáis.
 
Las palabras salieron con lentitud porque al pronunciarlas le dolió el corazón, pero él no le dejaba alternativa. Arrojó a un lado la pesada capa que ocultaba sus armas y puso la mano en el pomo de la espada.
 
— Puedo elegir, Siwon.
 
El le miró sinceramente sorprendido, sus ojos lo recorrieron de pies a cabeza y por fin se posaron en las armas.
 
— ¿Dónde las conseguisteis?
 
— Las robé.
 
— ¿Quién os ayudó?
 
— Nadie — mintió— . Le quité a Jackie las llaves del depósito cuando estaba dormido y después se las devolví.
 
— ¿Y esas ropas, son vuestras? Pero claro que lo son — dijo él en tono burlón— . Os sientan muy bien. No son un traje seductor pero resultan igualmente tentadoras.
 
— ¡Basta! — gritó Heechul al ver en sus ojos el deseo mezclado con cólera
 
— De modo que otra vez queréis hacer el papel de varón, Heechul — dijo él en tono divertido— . ¿Queréis pelear por vuestra libertad?
 
— Dejadme y no tendremos necesidad de pelear.
 
— No — sonrió él, y desenvainó su espada— . Acepto el desafío.
 
Heechul gimió y desenvainó su espada cuando Siwon vino hacia él. Su corazón no estaba en la inminente lucha. N o había ahora cólera en él, sólo arrepentimiento por haber tenido que llegar a esto.
 
El atacó rápidamente, tratando de arrancarle de un golpe la espada de la mano, pero Heechul se movió hacia un costado.
 
Matarlo, ver muerto a Siwon..., la idea casi lo enfermó. Sólo lo desarmaría, como Siwon quería hacer con él, y entonces se alejaría.
 
Heechul no tuvo la oportunidad porque en ese momento un oso, enorme como nunca había visto, se irguió directamente detrás de Siwon. Heechul gritó, pero fue demasiado tarde. El oso los había sorprendido tan distraídos que estaba a pocos centímetros de Siwon cuando éste se volvió para ver qué había asustado a su contrincante. Con un golpe poderoso de su garra, el oso golpeó a Siwon de costado, Siwon cayó contra el tronco de un árbol y se golpeó la cabeza.
 
Siwon no se movió. Heechul miró incrédulo cómo el oso se acercaba a él, rugiendo victorioso. Gritó y atacó a la bestia con furia ciega. Sostuvo la espada con las dos manos y la levantó sobre su cabeza, para hundirla con todas sus fuerzas en la espalda del animal. Pero el oso no cayó, ni siquiera se tambaleó.
 
Rugió con sanguinaria furia y giró hacia Heechul, quién se puso pálido por el miedo más grande que había experimentado en su vida. Su daga era inútil, de modo que corrió, preso de pánico, hasta donde estaba Gibok y sacó la ballesta del saco. El oso se le acercaba rápidamente. Heechul corrió a la izquierda, alejándose de los caballos, y mientras se movía preparó la ballesta. Por fin se agachó y apuntó. La flecha atravesó la garganta del oso y después de unos momentos desesperantes, el animal por fin cayó.
 
Su alivio fue tan grande que Heechul cayó de rodillas para dar silenciosamente las gracias. Caminó con piernas vacilantes hasta donde estaba Siwon y contuvo el aliento hasta asegurarse de que él vivía. Le sangraba el hombro donde la garra del oso lo había golpeado, dejando profundos surcos en la piel. Pero el golpe en la cabeza no le había roto la piel, aunque empezaba a hincharse.
 
Heechul fue hasta los caballos y atrancó una tira de la manta de Gibok, la empapó en agua y volvió junto a Siwon. Le mojó la cara y empezó a limpiarle la sangre del hombro.
 
Él  gimió  y  se  tocó  la  cabeza.  Después  miró  a  Heechul con desconfianza.
 
— ¿Siempre atendéis así a vuestros enemigos? — Heechul ignoró la pregunta e inspeccionó los cortes.
 
— ¿Duele?
 
  No,  está  adormecido.  ¿El  oso  escapó?    Heechul  meneó  la cabeza.
 
— Tuve que matarlo — Siwon abrió grandes los ojos      .
 
— ¿La bestia os atacó?
 
— No, eras vos a quien quería — dijo Heechul con calma, evitando su mirada.
Siwon recibió la noticia con disgusto.
 
— Primero tratáis de matarme, después me salváis la vida. ¿Por qué?
 
— Si yo hubiera tratado de mataros, Siwon, ahora estaríais muerto, No pude hacerlo.
 
— ¿Por qué no? — preguntó él con rudeza mientras le vendaba el hombro— Hubierais obtenido vuestra libertad.
 
Heechul miró a Siwon con ojos llenos de un suave resplandor.
 
— No sé por qué. No pude decidirme a causar vuestra muerte.
 
El lo aferró de la muñeca, lo atrajo y rápidamente le quitó la daga del cinturón.
 
— Por si llegáis a cambiar de idea, yo conservaré esto.
 
Heechul no dijo nada. El se puso de pie y sacudió la cabeza para librarse del aturdimiento del golpe. Sin soltarle la muñeca, lo arrastró hasta donde yacía el oso. Reconoció al animal que hacía pocos días había despertado de su sueño invernal.
 
— Parece que os subestimé, Heechul — dijo en un gruñido, mirando el cadáver del animal— Sois tan hábil como dijisteis — lo miró con severidad— . Es una pena que no pueda confiar en vos  cuando os perdéis de mi vista.
 
— Si yo os fuera leal podríais confiar en mi, vikingo — dijo casi con amargura.
 
El lo miró con curiosidad.
 
— ¿Me daríais vuestra lealtad? — Lo atrajo más y lo tomó con fuerza de los hombros — ¿Qué queréis de mí, Heechul?
 
— ¡La libertad!
 
El sacudió la cabeza, irritado.
 
— Un joven libre tiene muchos derechos, entre ellos el de rechazar a un amante.
 
— ¿Es ilegal violar a un joven libre?
 
— Sí — Heechul se puso rígido.
 
— Eso es todo lo que os interesa... ¡violarme! ¿Por qué es tan importante para vos tenerme a mí y no a otro? Yo no os intereso. No tenéis consideración por mis sentimientos. Lo habéis demostrado muchas veces. ¿Por qué, entonces, tengo que ser yo?
 
— Vuestro cuerpo es muy agradable Heechul. Es suficiente que yo disfrute de vos cuando tenga ganas.
 
— Quizá si fueseis un hombre de buen corazón eso se ría suficiente, Siwon — dijo en voz baja— . Pero sois duro y cruel en muchas formas.
 
La expresión que asomó al rostro de Siwon fue aterrorizadora. Lo atrajo con fuerza y la presión de sus brazos casi lo ahogó.
 
— Me daréis vuestra palabra de que no volveréis a huir — dijo.
 
— No podéis obligarme a que os dé mi palabra sobre eso, Siwon, porque si lo hacéis, yo no la habré dado libremente y no la cumpliré.
 
— Entonces, habéis determinado vuestro propio destino.
 
Lo empujó hasta los caballos y puso sobre el lomo de Gibok. Allí Heechul esperó mansamente mientras él reunía las capas y las armas.
 
Cuando Siwon montó, tomó las riendas de ambos caballos pues no confió que lo seguiría.
 
¿Qué destino se habría buscado con su empecinado orgullo? Heechul se estremeció y clavó la vista en la espalda erguid a de Siwon. Pronto lo sabría.
 
 
 
La enorme casa de piedra se erguía ante ellos bañada en la suave luz azul de la aurora boreal. Era de noche cuando llegaron al establo. Jackie vino corriendo desde el fondo con una expresión de alivio y alegría en su cara castigada por los años. Esa expresión rápidamente cambió por otra de paternal gravedad.
 
— ¡Qué vergüenza, joven, que hayáis huido así de nosotros! — dijo en tono de rezongo, aunque sus ojos todavía brillaban dándole la bienvenida.
 
— No huí de vos, Jackie, sino de él — replicó Heechul, ignorando la presencia de Siwon.
 
— Bueno, me tuvisteis muy preocupado — continuó Jackie— . Por lo menos,  hubierais  podido  aguardar  la  primavera  para  tener  menos posibilidades de morir helado.
 
— ¡Basta, Jackie! — ordenó Siwon, y tomó a Heechul rudamente de un brazo.
 
Heechul no tuvo ni siquiera una oportunidad de despedirse de Jackie pues Siwon lo arrastró enseguida en dirección a la casa. Cuando se aproximaban a la entrada secundaria, él dobló a la derecha, hacia el costado de la casa, y Heechul se detuvo inmediatamente.
 
— ¿Adónde me lleváis?
 
El no respondió sino que siguió arrastrándolo. Heechul se resistió, haciéndole más difícil la marcha. Sabía adónde lo llevaban, aunque no podía creerlo. Sobre el otro lado de la casa, frente al fiordo, había una puertita de madera.
 
Siwon la abrió con violencia. La puerta tenía una ventanilla cuadrada cerrada con barrotes de hierro. Debido a su proximidad con el fiordo, el cuartucho estaba oscuro y húmedo como una caverna helada. Siwon se hizo a un lado.
 
— Vuestra habitación — Heechul lo miró horrorizado.
 
— ¿De veras me pondréis ahí?
 
— Es el castigo más suave para los fugitivos — dijo él en tono de impaciencia.
 
— ¿Cómo podéis hacerme esto después que os salvé la vida? ¿Eso no significa nada para vos?
 
— Sí, os estoy agradecido.
 
— Lo demostráis en forma admirable, vikingo — dijo Heechul con sarcasmo. El suspiró.
 
— Si no tomase ninguna medida contra vos, Heechul, sería una invitación a escapar para los otros esclavos. No puedo permitir eso.
 
Él no quiso rogarle.
 
— ¿Cuánto tiempo me tendréis encerrado aquí?
 
— Tres u cuatro días... hasta que hayáis aprendido  la lección.
 
Le lanzó una mirada de desprecio.
 
— ¿Y creéis que esto me enseñará algo, vikingo? Estáis equivocado. Aquí mi odio crecerá y saldré aún más decidido a huir de vos.
 
El lo atrajo con violencia y besó posesivamente. Heechul le devolvió el beso, pero sólo por despecho. Siwon tenía que llegar a lamentar haberle hecho esto. Haría que lo lamentara.
 
— No necesitaréis quedaros aquí, Heechul — dijo él rozándole el cuello con los labios— si me dais vuestra palabra de que no volveréis a dejarme.
 
Heechul le echó los brazos al cuello y dijo, provocativamente.
 
— Pero los otros esclavos pensarán que para vos yo soy algo especial.
 
— Sois especial.
 
— Especial, pero lo mismo podéis encerrarme en esta  celda fría.
 
— ¿Me dais vuestra palabra, Heechul?
 
Él lo besó en los labios con ligereza, provocativamente, antes de apartarlo de un empellón.
 
  El  demonio  os  lleve,  vikingo.  Yo  no  seré  vuestro   juguete predilecto.
 
Con eso alzó la cabeza y entró en la celda oscura, y apretó los dientes cuando él cerró la puerta. De inmediato empezó a temblar. Casi gritó para llamarlo pero se tapó la boca con una mano. No rogaría que lo liberaran.
 
 

1 comentario:

  1. Lo encontró pero no quiere darle su lealtad Siwon es terco no lo dejara asi, por otro lado Heechul no podía dejar que Siwon muriera creo que empieza a enamorarse del vikingo gracias por el cap bye.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...