Vikingos I -13

 


Siwon llegó a la cima de la pequeña colina y detuvo su caballo. Se apeó y se pasó las manos por su pelo en desorden. Había cabalgado duramente la mayor parte del día, a veces sin siquiera percatarse de dónde estaba y dejando al semental que fuera donde quería. Sin embargo, Siwon todavía no había resuelto la confusión de sus pensamientos que le pesaban continuamente desde que dejó al altanero Heechul. El destino del joven, el destino que él le había preparado, pendía como una nube oscura sobre su cabeza.
 
Se maldijo a sí mismo un centenar de veces por las palabras que había pronunciado encolerizado, palabras que muy bien podían poner fin a la vida de él. ¿Podía ser de veras tan empecinado? ¿Y por una cuestión tan trivial? Hubiera debido seguir su primer impulso, que fue golpearlo. Pero lo había detenido la idea de golpear ese rostro tan hermoso.
 
Si regresaba a su habitación y la encontraba aún en desorden, ¿qué haría? Si esta vez cedía, nunca podría manejar al jovencito. Si ninguno de los dos cedía, el joven moriría...
 Si por lo menos conociera más su carácter, entonces quizá podría predecir cómo reaccionaría. ¿Pero quién había aquí que pudiera iluminarlo?
 
— ¡Imbécil! — dijo en voz alta— . Hay alguien que puede arrojar un poco de la luz sobre el empecinado joven al que me encuentro atado contra mi voluntad.
 
Siwon  volvió  su  montura  en  dirección  a  la  casa  de   su  padre y después de una corta cabalgata, entró en el humoso hall de Kangta y encontró a su padre y su hermano entretenidos con una partida de dados. Su madre estaba cosiendo.
 
— ¡Jo! ¿Qué lo trae esta noche al príncipe mercader a nuestra humilde morada? — bromeó Yunho cuando Siwon se le s unió— Hubiera creído que necesitaríais todo vuestro tiempo libre para contar las riquezas que habéis amasado.
 
— No, me basta con la mitad — replicó Siwon, aunque su humor no  era  para  bromas— Vine  para  hablar  con  uno de los nuevos esclavos.
 
— ¿Sólo queréis hablar? — preguntó Yunho, y se golpe ó la rodilla riendo de su chiste.
 
  Basta,  Yunho    dijo  Kangta solemnemente.  Picada curiosidad, se volvió hacia Siwon— . ¿Con cuál?
 
— Uno de los amigos de Heechul — repuso él— . No importa cuál.
 
— ¿Sí?
 
Siwon hizo una mueca.
 
— Padre, veo la pregunta en vuestra cara, pero no la formuléis. Ahora soy yo quien tiene preguntas que necesitan respuestas.
 
— ¿De uno de los amigos de Heechul? — dijo Kangta ,   sonriendo— ¿Queréis saber más de él?
 
— Sí, querría saber hasta qué límites puede llevarlo su orgullo — admitió.
 
— No os entiendo bien, Siwon. ¿Tenéis problemas con el joven?
 
— ¿Vos me lo preguntáis, después de haber elogiado su carácter fuerte? — replicó Siwon— ¿De veras creísteis que él se adaptaría a esta nueva vida?
 
Kangta suspiró.
 
— ¿De modo que el joven no os satisface?
 
— Aún tengo que decidir si el placer que me proporciona en la cama vale los problemas que me causa fuera de ella.
 
— Dádmelo a mí — intervino Yunho— . Yo sabría qué hacer con la zorrita.
 
— Vos quebrantaríais su espíritu además de su voluntad — le dijo Kangta   a su hijo mayor— . Un joven con espíritu es digno de tenerlo y debe ser domado con suavidad, no quebrantarlo. Ah, Siwon, si él os diera su lealtad, no habría ninguno que pudiera comparársele.
 
— ¿Habláis por experiencia? — preguntó Siwon y lanzó a su madre una mirada tierna.
 
— Sí — dijo Kangta  con una risita— , aunque no sé si merezco la lealtad que me he ganado. Id y encontrad vuestras respuestas, hijo. Ellos están en el fondo.
 
Cuando Siwon salió de la estancia, Kangta meneó la cabeza y le comentó a Yunho:
 
— Vuestro hermano parece profundamente alterado.
 
  Ya  quisiera  yo  tener  sus  problemas    dijo  Yunho con  una sonrisa, pero a Kangta la situación no le pareció divertida.
 
 
 
Jaejoong respondió rápidamente a la fuerte llamada en la puerta antes que el ruido despertara a los demás. Supuso que era Yunho quien venía porque estaba esperándolo. El no había venido a verlo en los últimos días. Jaejoong había llegado a familiarizarse con las actitudes amorosas de ese vikingo en el corto tiempo que llevaba aquí. Sabía lo que él esperaba de ella: resistencia todas las veces. Desempeñaba su papel con facilidad. No podía permitir que el vikingo perdiese interés en él, si quería llevar sus planes a un buen final.
 
Choi Yunho debía de creer que era el padre de la criatura que sospechaba llevaba en su seno. Él le daría un hijo y así se aseguraría el futuro. Se sospechaba que el débil esposo de Yunho era estéril; Jaejoong lo había sabido por Yoomi quien también había dicho que él no tenía bastardos hasta ahora. Quizás un día hasta pudiera conseguir un casamiento a través del engaño.
 
Sabía que el niño no podía ser de Yunho, pero él podría jurar que lo era y la madre de él lo apoyaría, porque Jaejoong se había quejado deliberadamente ante la mujer de que, a causa de las incomodidades de su viaje por mar, los espasmos de su período menstrual habían empeorado. Sí, lo tenía bien pensado. Por lo menos él no lo pasaría tan mal aquí.
 
Trató de no parecer demasiado ansioso cuando abrió la puerta. Pero no era Yunho quien estaba allí en el frío, sino su hermano Siwon. Lo había visto en una ocasión anterior, cuando él vino a visitar a su padre, y había quedado prendado de él.
 
Era un hombre guapo y atractivo, mucho más que Yunho. Sin embargo, Yunho sería un día el jefe del clan, con poder y riqueza, y por lo tanto lo prefería.
 
— ¿Sois hermano de Heechul? — preguntó Siwon. Cuando el joven asintió en silencio, él continuó— : Entonces, quiero hablar unas palabras con vos. ¿Queréis caminar un poco conmigo?
 
— Buscaré algo para abrigarme.
 
— No — replicó él. Se quitó la gruesa capa de piel que llevaba y la puso sobre los hombros de sus— . Estoy impaciente.
 
Jaejoong se mordió el labio y salió con él de la casa. Temió que este alto vikingo quisiera apartarlo de los otros para solazarse con él.
 
Aunque sin duda la experiencia le gustaría, no sería conveniente para sus planes. Nadie que no hubiera sido Yunho lo había poseído desde su llegada.
 
— Tengo un problema — dijo Siwon cuando caminaban lentamente por los alrededores de la vivienda— . Busco vuestra ayuda si podéis dármela.
 
Explicó la actitud de Heechul y su empecinada negativa a servirlo, y terminó con la última confrontación de esa mañana.
 
— Me gustaría saber — dijo—   si también en esto se mostrará inflexible. ¿Él aprecia en algo su vida?
 
Jaejoong quiso reír, pero no se atrevió. De modo que Heechul estaba actuando fielmente a su estilo, tal como Jaejoong sabía que lo haría. Este vikingo mostraba una auténtica preocupación que Heechul, por cierto, no se lo merecía. Quizá aquí había una forma de conseguir su propia venganza, pensó Jaejoong con malignidad.
 
— Es típico de Heechul — respondió— . Pero él nunca haría nada que pusiera en peligro su vida — añadió con firmeza 
 
— Sin embargo luchó contra nuestro padre cuando él   atacó vuestro hogar. Entonces arriesgó su vida
 
— Heechul nunca creyó que aquel día sufriría de verdad — explicó Jaejoong con expresión convincente— Él pensó que vosotros, los vikingos, no mataríais a un joven. En cuanto a la terquedad de Heechul, es sólo una treta que usa para ver cuánto puede ganar. Piensa que el trabajo doméstico es indigno de él. Es un perezoso y le gustaría no tener que mover un dedo para hacer nada. Toda su vida tuvo sirvientes que lo atendieron.
 
— El trabaja en mi establo — dijo Siwon— . Dice que lo único que no quiere hacer es trabajo de delicado.
 
  ¿Vos  lo  visteis  trabajar?    preguntó  Jaejoong—  . ¿O  persuadió a alguien para que hiciera el trabajo en su lugar? No, en nuestro hogar era igual. Heechul esperaba que todos lo sirvieran, hasta su familia, mientras pasaba todo su tiempo divirtiéndose con los hombres de la aldea y tentándolos para apartarlos de sus parejas.
 
—El que describís es un Heechul diferente, no el que yo conozco y que rechaza a los hombres.
 
— Eso es nada más que lo que desea haceros creer — dijo Jaejoong con malicia— . No, el verdadero Heechul es un falso con corazón de ramera. Sabe que es atractivo y querría que todos los hombres que conoce caigan rendidos a sus pies. Hasta sedujo a mi propio esposo, que también estaba embobado por él.
 
— ¡Pero él era virgen! — Jaejoong sonrió.
 
— ¿Todavía lo es? — vio el entrecejo sombrío de él, pero eso no le impidió  añadir—  Si lo queréis  sólo  para  vos,  vikingo,  tendréis  que vigilarlo mucho, porque nunca se contentará con un solo hombre. Conozco bien a mi hermano.
 
— No he dicho que lo quiero para mí, joven — dijo él con brusquedad.
 
Siwon dejó la casa de su padre más desazonado y confundido de lo que estaba cuando vino. Las palabras de Jaejoong lo dejaron insatisfecho y volvió a su casa de muy mal humor.
 
Minutos más tarde Siwon se detuvo frente a la puerta de su habitación, vaciló un momento, preguntándose otra vez sobre lo que encontraría adentro.
 
Sostenía torpemente una bandeja de comida en una mano, abrió la puerta con la otra y entró. Bugsy vino inmediatamente a recibirlo, agitando la cola.
 
— Vete, Bugsy — dijo Siwon— . Tu comida está abajo.
 
Esperó hasta que el mastín salió de la habitación y   cerró la puerta con un pie. Una sola vela ardía sobre la repisa de la chimenea, pero su débil luz le permitió ver que la habitación estaba en orden. Sorprendido, miró a su alrededor hasta que vio a Heechul sentado en una silla y mirando fijamente el fuego. Dejó la bandeja y se le acercó.
 
Lo miró y otra vez se preguntó si el hermano había   dicho la verdad. ¿Heechul estaba jugando con él? ¿Por qué mentiría el hermano?
 
  ¿Por  qué  demorasteis  tanto?    preguntó  Heechul—  .    Estoy muerto de hambre.
 
El  preguntó con amargura si él había  ordenado  la  habitación después que el hambre le hubiera roído un rato el estómago.
 
— Sí, es tarde — replicó.
 
Avivó el fuego, se irguió y esperó que empezara la   tirada. Cuando no llegó inmediatamente, Siwon lo miró con recelo  y se acercó a la mesa para reunirse con él. Por fin, él también sintió hambre. Heechul empezó a comer muy pensativo, con el entrecejo fruncido.
 
— ¿Algo os demoró, entonces? — preguntó por fin.
 
— No. Simplemente olvidé que vos estabais aguardando mi regreso — respondió con sequedad.
 
Entonces, de pronto, él rió, aumentando la confusión de Siwon.
 
— Bien — dijo Heechul— . Me alegro de que podáis olvidaros tan fácilmente de mí, vikingo.
 
— ¿Por qué?
 
— ¿Por qué no? — replicó con una sonrisa en los labios— .¿Suponéis que yo deseo estar permanentemente en vuestros pensamientos? No, porque conozco la dirección de vuestros pensamientos. Ya sean buenos o malos, yo no deseo pesar en vuestra mente.
 
El gruñó.
 
— Tenéis formas extrañas de probarlo, teniendo en cuenta la conducta que habéis observado hasta ahora.
 
— ¿De modo que he ocupado vuestros pensamientos? — preguntó en tono de inocencia, y con humor en la voz— . Lo siento, Siwon. Supongo que, entonces, tendré que cambiar mis actitudes.
 
El dejó su comida y le miró con dureza.
 
— ¿Qué juego estáis jugando, Heechul?
 
— Ningún juego.
 
— ¿Debo entender que ahora estáis dispuesto a servirme? — preguntó él, desconcertado por este súbito cambio.
 
— Sí. ¿No era eso lo que deseabais? Me doblego a vuestra voluntad, Siwon. ¿Cómo os sentís después de esta victoria?
 
Por alguna razón, él se sentía perdedor, pero no estaba dispuesto a decírselo.
 
— Me alegro de que finalmente hayáis recobrado el buen sentido.
 
— ¿Me dais una opción, Siwon? — preguntó, con una leve nota de amargura en su voz.
 
Siwon lo observó mientras continuaba comiendo y mirando para otro lado. Todavía no comprendía este cambio. Después de una resistencia tan empecinada, después de la forma en que había enfrentado desafiante una amenaza de golpearlo, él esperó que hubiera soportado por lo menos unos pocos días sin comer antes de ceder. ¿Era esto realmente una prueba para ver cuánto podía ganar, como había dicho el hermano?
 
  Vuestra  habitación  está  en  orden,  Siwon  — dijo Heechul, interrumpiendo sus pensamientos— . Y vuestra ropa está reparada — empujó a un lado el plato vacío— Si esta noche no tenéis más necesidad de mí, ¿me dais permiso para regresar al alojamiento de los jóvenes?
 
Heechul se puso de pie. El vaciló antes de responder y lo miró fijamente a los ojos.
 
— No.
 
— ¿No? ¿ Qué me falta por hacer, entonces?
 
— No hay nada que hacer, pero ya no viviréis más con los otros. De ahora en adelante, dormiréis en la habitación que Jooahn usa cuando yo estoy ausente. Está frente al cuarto de costura.
 
— ¿Por qué? — preguntó en tono cortante, con las manos en las caderas y la mirada sombría.
 
El elevó las cejas con expresión de curiosidad y cuando habló en su voz hubo un asomo de burla.
 
— Creí que os habíais doblegado a mi voluntad. ¿Hablasteis falsamente, acaso?
 
Pudo ver que su espalda se ponía rígida y que los ojos negros relampagueaban de furia, pero cuando respondió , su voz sonó sorprendentemente calma
 
— Como gustéis.
 
Enseguida Heechul salió de la habitación con helada dignidad, dejando que él se preguntara por las razones que lo llevaban a desear tenerla más cerca.
 
 
 
Heechul entró en el área de cocinar cansado y con los ojos hinchados porque había dormido poco durante la noche. Donghae estaba ocupado junto a la mesa, cortando un trozo de carne para un guisado. El joven se veía excepcionalmente hermoso. Parecía sereno y fresco, lo cual hizo que Heechul se sintiera aún más cansado. Bugsy levantó la cabeza en cuanto lo vio y se levantó de su lugar al lado del asador. Se acercó y le olfateó la mano hasta que lo acarició. Después, agitando la cola, el gran animal volvió a su lugar de descanso.
 
— Buenos días — dijo Heechul, por fin, para atraer la atención de Donghae.
 
— i Oh, Heechul!— exclamó Donghae—  ¡Santo Dios! Hemos estado muy preocupados por vos. Cuando el amo os encerró no sabíamos qué pensar. Y no nos atrevimos a preguntarle a él porque últimamente anda de muy mal humor.
 
— Fue solamente que mi trabajo con Jackie no le agrada a Siwon. Tampoco mis largas cabalgatas — añadió— En cambio, él quiere que yo trabaje aquí. Fue culpa mía que me haya encerrado en su habitación, porque yo me negué a hacer lo que él quería.
 
— Pero ahora habéis accedido — dijo Donghae— . El amo Siwon nos avisó esta mañana que en adelante nos ayudaréis.
 
— Sí, eso haré.
 
— No parecéis contento — repuso Donghae— . En realidad, aquí no hay demasiado que hacer, Heechul.
 
— No es el trabajo lo que rechazo, Donghae, sino que Siwon quiere que lo sirva como un esclavo cuando yo estaba preparado para servirle corno un esposo. Eso es lo que me fastidia, tener que doblegarme a él sin el beneficio del matrimonio.
 
— Haced de cuenta que él no es el hombre con quien hubierais querido casaros.
 
Heechul hizo una mueca.
 
— Dudo que eso sirva de mucho —  se sirvió un tazón de avena de una pequeña olla que había sobre el fuego y volvió a la mesa— . Dijisteis que aquí no hay mucho que hacer. ¿Entonces por qué, cuando yo vine aquí la primera vez, os veíais siempre tan cansado?
 
Donghae sonrió con amargura.
 
— Eso era cuando Jooahn estaba todo el tiempo aquí, como siempre que Siwon está ausente. Ella no posee esclavos propios y por eso goza ejerciendo su autoridad sobre nosotros. También es una mujer que no puede soportar la vista de manos ociosas. Nos hace limpiar una habitación que ya está impecable sólo para tenernos todo el tiempo ocupados. Es una suerte que venga sólo una o dos ve ces por semana cuando Siwon está en casa.
 
— ¿Siwon sabe que ella es tan exigente? — preguntó Heechul.
 
— No, pero yo no me atrevería a decirselo. En un sentido, Jooahn es como de la familia. Su hijo bastardo es medio hermano de Siwon.
 
— Entiendo.
 
— Además, es la única que aquí no tiene familia ni granja que atender y el amo Siwon la necesita. Los demás tienen una pareja para dejarla a cargo de la casa cuando se ausentan... Siwon tiene a Jooahn.
 
— De modo que él lo pensaría dos veces antes de reprenderla, por su seguridad.
 
— Sí, me imagino que sí.
 
— ¡Pero eso es terrible! — dijo Heechul, indignado— . Realmente, él tendría que ser aconsejado sobre la situación.
 
— No es tan malo, Heechul. El está en casa más de lo que está ausente. Excepto el invierno pasado, por supuesto. Sin embargo. eso no debería volver a suceder. Además, él no exige demasiado de nosotros cuando está aquí, sólo que lo sirvan de acuerdo con sus necesidades y que cuando tiene huéspedes los traten con respeto.
 
  Y  que  les  concedan  todos  los  deseos    añadió Heechul con evidente disgusto. Donghae sonrió.
 
— Ah, estos vikingos son muy inclinados a ciertos placeres.
 
— ¡Bastardos libidinosos, eso es lo que son! — replicó Heechul con ojos brillantes de desprecio— . Sirviente yo seré, pero no en ese aspecto. El puede hacerme morir de hambre si lo desea, ¡pero yo no seré una ramera!
 
— ¿Eso fue lo que hizo?
 
— No, pero me amenazó con hacerlo — admitió Heechul—. El juega sucio conmigo.
 
— Quizá no tengáis necesidad de afligiros — dijo Donghae— . Cuando vengan huéspedes, vos podréis ocultaron como hicisteis antes. Ellos vienen a buscarnos en nuestras habitaciones, pero vos podéis quedaros en el cuarto de costura.
 
— Yo no volveré a nuestras habitaciones — replicó Heechul. Todavía no entendía la razón— . Siwon me ha ordenado quedarme en la habitación de Jooahn. Donghae sonrió.
 
— Quizá de veras no tengáis que preocuparon. Parece que Siwon quiere reservaros para él solo.
 
— No. Si fuera así, yo lo habría pasado mal esta semana en su habitación, pero no fue así. El no tiene interés en mí en ese sentido.
 
  ¿Todavía  no  os  ha  tomado?    preguntó Donghae,  sorprendido.
 
Heechul enrojeció intensamente.
 
— Sí, pero sólo dos veces — repuso, muy avergonzado — . ¡Y seguramente lo lamentará si vuelve a intentarlo!
 
— Sin duda, pasará un tiempo antes de que lo haga — comentó Donghae— El se esfuerza por prescindir de los jóvenes, les tiene mucha desconfianza. Y si uno recuerda la razón de ello, quizá sea ése el motivo de que últimamente esté de tan mal humor. Zhoumi ha regresado.
 
— ¿Regresado?
 
— Sí, hace unos pocos días. Hyukjae me lo contó. Parece que su acaudalado marido murió de consunción. El ha vuelto a su familia convertido en un viudo rico. Eso sólo puede traer problemas.
 
— ¿Por qué?
 
Donghae frunció el entrecejo.
 
— Hyukjae cree que él tiene pensado dirigir otra vez sus atenciones a Siwon.
 
Heechul se puso rígido.
 
— ¿Y él volvería a aceptarlo?
 
— Él fue su primer amor  y  eso  no  se  olvida  fácilmente.  Sin embargo, lo lastimó mucho — dijo Donghae y se en   cogió de hombros—. Mi opinión es que él sería un tonto de aceptarlo después de lo que le hizo. ¿Pero quién puede decir lo que hay en el corazón de un hombre?
 
— Solamente el hombre, y la mayoría de las veces, él tampoco lo sabe — murmuró Heechul con un asomo de amargura en la voz. Hubiera dado cualquier cosa por conocer los pensamientos de Siwon.
 
Donghae y Heechul pasaron el resto de la mañana ocupados con la limpieza. Heechul lavó la ropa, fregó las ropas de Siwon sobre la tabla de lavar con vengativa energía, rompiendo costuras que sabía que él mismo tendría que reparar después.
 
Era casi de noche cuando las ropas fueron llevadas adentro y fue entonces que Heechul vio por primera vez la aurora boreal. Al principio se asustó por los extraños resplandores sin forma, hasta que Donghae le explicó que las luces amarillo verdosas aparecían frecuentemente en el cielo. También le advirtió a Heechul que las luces adoptaban tonos diferentes y que a veces eran blancas. Las luces más hermosas eran azules, rojas y hasta violetas.
 
Heechul quedó fascinado y ansió ver más auroras boreales. Esta tierra de tantos misterios, tan diferente a la suya, era un mundo completamente diferente.
 
 

1 comentario:

  1. Porque le pide consejo al hermanastro es una maldita víbora, pero en fin Heechul cedió aunque a regañadientes veremos que mas pasa con ellos y el regreso de Zhoumi solo traerá problemas gracias por el cap bye.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...