Debutantes II- 10




Era un poco temerario de su parte pedir a Siwon que lo acompañara a su habitación. Al fin y al cabo, era un dormitorio. Lo apropiado habría sido pedírselo a Boa. Heechul, sin embargo, no lo había dudado. No estaba allí por voluntad propia, le impedían que se marchara y, por lo tanto, en lo que a él se refería, las normas de etiqueta habituales quedaban suspendidas mientras duraba su estancia. Y éste era el único razonamiento, la única lógica que necesitaba para seguir el camino de su perdición, como quedó demostrado.
La idea le divertía, puesto que ni por un momento había sospechado que algo así ocurriría si flirteaba un poco con el futuro duque de Shiyuan. Se encontraban en un lugar muy apartado. Y él le había procurado una acompañante apropiada. Nadie lo sabría nunca.
Quizá tuviera que contárselo a su futuro marido, en caso de perder la virginidad, aunque podría hacerlo sin mencionar nombres. Si tuviera la suerte de encontrar a un hombre que lo quisiera de verdad y no estuviera simplemente prendado de su cara, el asunto no tendría demasiada importancia. Si la tuviera, pues bien, sería señal de que no lo quería de verdad.
Qué fácil resultaba justificarse cuando realmente deseaba algo. Claro que era un joven de Londres, mucho más sofisticado que la mayoría de los debutantes. Por sus oídos habían pasado los escándalos que agitaron su hermosa ciudad en los últimos diez años. Sabía cómo empezaban, cómo evitarlos y cómo atenuarlos.
Ahora que estaba a solas con Siwon desaceleró el paso en lo alto de la escalera. Le excitación que había sentido cuando tomó la decisión de poner a prueba su teoría le era novedosa y aún perduraba. Haría el amor con él. La idea le resultaba embriagadora, aunque no podía lanzarse sobre él allí, en el rellano. Tenía que ser más sutil.
—Supongo que, después de las alegaciones de tu hermano, debo asegurarte de que no te tengo en mis miras —empezó a decir.
—Créeme, Hee, lo has dejado perfectamente claro desde el primer momento. De hecho... —quiso rectificar pero supo seguida que recordaba cómo lo había abordado en Raccoon Glade.
—Aquello fue antes de descubrir que no sigues las reglas del juego y, para ser sincero, en esos momentos cualquier hombre me habría servido, incluso tú. Estaba impaciente y eras uno de los pocos hombres que sabía, sin lugar a dudas, que mi padre aprobaría.
—Creo que debería sentirme ofendido.
Se habían detenido para hablar, de modo que Heechul vio clámente cómo sonreía.
—Sí, desde luego, pareces ofendido —replicó—. Pero no, todavía no te conocía, y mis razonamientos nada tenían que ver contigo, como persona, sino con tu título. Porque pensaba en mi padre. Tu riqueza, en cambio... —Hizo una pausa para reír entre dientes—. Confieso que ése fue mi criterio personal. Tengo toda intención de ser un patriarca social y de organizar las fiestas más grandes que ha visto Londres, y para eso hace falta mucho dinero. No me casaré con un pobre, si puedo evitarlo. Aunque hay muchos más hombres ricos que títulos tan preciados como tuyo.
Siwon fingió un suspiro de desolación.
—Si pretendías reconfortarme, querido, me temo que has fracasado tremendamente.
Heechul se ruborizó un poco.
—Creo que no me he expresado correctamente. Quería decir que hay más hombres que merecen mi aprobación de los que merecerían la aprobación por parte de mi padre, aunque ya no me importa tanto tener en consideración sus preferencias. Y esto significa que eres el último que incluiría en mi lista, porque eres sin lugar a dudas, el primero en la suya. ¿Tiene esto más sentido para ti?
—Todo esto resulta un poco complicado, pero sospecho que actuarías en contra de ti mismo con tal de ir en contra de tu padre.
Él alzó la vista al techo.
—Claro, tenías que aludir a mi mal genio.
—¿No lo ves así? —preguntó Siwon.
—Entiendo por qué tú sí. Pero no sabes cómo es la relación entre mi padre y yo.
—Me arriesgaría a afirmar que existe una antipatía declarada entre los dos.
—No es el caso en absoluto —afirmó Heechul—. Yo no lo odio, sencillamente dejé de quererlo hace mucho tiempo. Nos toleramos mutuamente, supongo que es la mejor forma de expresarlo. Estoy harto de que me utilice para satisfacer sus ambiciones. Si dudas de ello, basta con considerar lo que me ha hecho este año sólo. ¡Me prometió con un bárbaro y me echó a lo lobos!
—¿Me estás llamando lobo?
—¿Te has dado cuenta?
Siwon rió.
—Creo que ya lo he entendido.
—Bien, por que, si encuentro a mi hombre ideal, no dudaré en casarme con él sin contar con el permiso de mi padre. Sé muy bien que hay lugares adonde ir para eso.
—Eso sí que me reconforta.
—Lo suponía.
Heechul se apartó de él y dio un paso por el rellano. Tardó un momento en reunir el valor para añadir:
—Dicho esto, no te asustes si te comunico que me gustaría poner a prueba tu teoría de hoy.
Miró hacia atrás y vio que él estaba muy quieto. Sabía exactamente a qué se refería.
—Creo que..., tal vez..., deberías pensarlo mejor—dijo Siwon y añadió con un gemido—: No puedo creer que haya dicho esto.
—Ya lo he pensado y debo decirte que nunca había sentido tal... tal...
—¿Éxtasis sublime? —sugirió él con otro gemido.
—No, eso no —contestó Heechul con cierto rubor—. Aunque fue muy agradable. Me refería a la serenidad que lo siguió y que siento todavía. No sabes lo extraño que me resulta sentirme así.
—¿Sabes que no hablaba totalmente en serio cuando mencioné otras salidas para tus pasiones?
—Ah, ¿no? ¡Si es muy lógico! Especialmente, si tenemos en cuenta el efecto perdurable que ha tenido en mí. Mira a tu hermano, por ejemplo. No me ha molestado en absoluto cuando, generalmente, respondo a este tipo de celos hostiles con comentarios mordaces de mi cosecha. Voy a poner la teoría a prueba, Siwon, contigo o con otro hombre. Si estás en lo cierto, tengo la esperanza de deshacerme de, al menos, la mitad de mis defectos. No voy a renunciar a ello.
—Con riesgo de perder esta oportunidad de oro, considero justo señalar que si hacemos el amor ahora, que ya estás sereno, no probarás nada —argumentó Siwon.
Heechul frunció el ceño y luego exclamó:
—¡No se me había ocurrido! Tienes toda la razón. ¿Quizá lo que pasó hoy tendrá un efecto permanente? —Él negó con la cabeza—. ¿No? Bueno, supongo que tendré que averiguar cuánto durará. Buenas noches.
— Hee.
Heechul fingió no haberlo oído y caminó apresurado hacia su habitación. Qué embarazoso. Seguramente él pensaría que se le estaba insinuando, que ya sabía desde el principio que su sugerencia no tenía sentido en ese momento. Maldita sea. ¿Por qué había tenido que señalárselo?


De pie delante de la ventana del salón, Siwon observaba a Heechul, que daba un paseo. Esta vez no pensaba acompañarlo. La noche pasada se le había agriado el ánimo y así seguía todavía, no tenía ganas de jugar, como él esperaría si saliera a la nieve. No obstante, no podía evitar observarlo.
Había salido el sol. La capa de nieve fresca que tanto le gustaba a Heechul ya no duraría mucho. Jackson había comentado que, aunque allí nevaba bastante en invierno, no solía hacerlo tanto de una sola vez. Siwon estaba contento de la ocasión. De no haber nieve en el suelo el día anterior, el carruaje de Heechul no habría acabado en una zanja y bien podría haber logrado escapar.
Donghae se había marchado a primera hora de la mañana, demasiado enfadado para despedirse de él, siquiera. Siwon entregó a Albert una carta dirigida a su administrador, quien le pagaría una anualidad completa antes de aceptar su «dimisión», siempre que condujera a Donghae a Londres sano y salvo. No eran las cien libras por las que Albert se había jugado el empleo pero, en todo caso, era mucho más de lo que el joven se merecía.
Mientras seguía con la mirada cada paso que daba Heechul, sin querer, se llevó los nudillos a la boca para chuparlos. La noche pasada había dado un puñetazo a la pared de su habitación para conmemorar su estupidez. ¡Había dejado escapar la oportunidad de hacerle el amor! ¡Y fue él quien se lo propuso!
No tenía intención alguna de establecer lazos afectivos con él o de mantener una relación, por breve que fuera, aunque estaba acostumbrado a tener que rechazar a las parejas y, hasta el momento, su experiencia con Heechul apuntaba exactamente a lo contrario. Heechul no deseaba ningún tipo de contacto con él, preferiría estar lo más lejos posible. Los pocos intentos de aproximación que Siwon no pudo reprimir no habían cambiado las cosas. Al menos, el joven podría haber dado alguna indicación de que lo deseaba a él personalmente, en lugar de afirmar que cualquier hombre serviría para su extravagante experimento.
—Siento lo de anoche —dijo Heechul a sus espaldas—. Sencillamente hablé sin pensar.
Las reflexiones de Siwon lo habían distraído el tiempo suficiente para no percatarse de que volvía a la casa. Se dio la vuelta y lo vio quitarse el abrigo y dejarlo en una silla antes de acercarse a la chimenea.
—No te preocupes —respondió él—. ¿Te has quitado la nieve de las botas? Si se empapan, no podrás calentarte los pies.
—Ya, se me da bien patear el suelo.
—Lo imagino.
Heechul le echó una mirada pero debió de decidir no reaccionar al tono seco de su voz. Acercó las manos al fuego. Fue a cerrar la puerta que la joven había dejado abierta al entrar.
—¿Necesitamos intimidad? —preguntó Heechul.
—No, sólo evitar que el calor se escape al recibidor. —Sin embargo, la intimidad era lo que buscaba, y el hecho de que su tía no bajaría en varias horas le aseguraba tener intimidad para rato—. Pareces aterido.
—Ya no, gracias. —Con las manos ya calientes, se acercó al sofá más próximo y tomó asiento—. No pude despedirme de tu hermano.
Siwon atravesó la estancia para sentarse a su lado.
—Ni tú ni nadie. Se marchó enfadado y sin decir adiós. ¿Y cómo está hoy tu sublime serenidad? ¿Aún persiste?
Heechul le echó otra mirada curiosa pero respondió:
—Por supuesto. Empiezo a sospechar que estabas equivocado y que será permanente.
Siwon se encogió de hombros.
—Mis opiniones no son más que eso, no pretenden ser infalibles.
—¿Qué planes tenemos para hoy?
—Por qué no intentamos pasar el día sin contar mentiras, ninguno de los dos.
Sus palabras le hicieron fruncir el ceño.
—Eso significa que me has estado mintiendo. ¿Sobre qué?
—Bien al contrario, querido. Después de reconocer que no te importa mentir he dado por hecho que es lo que haces.
—Te equivocas. Decidí que sólo conseguiría salir de aquí si contaba toda la verdad.
—Pero verás, incluso eso sería una mentira —señaló Siwon—. ¿Cómo distinguir la diferencia? Una vez emprendido el camino de las mentiras nadie cree en tus palabras. ¿No lo ves?
Heechul se apoyó en el respaldo con una sonrisa maliciosa.
—Lo que veo es que quieres enfadarme. Buen intento pero no dará resultado.
¿Es lo que hacía? La idea era buenísima, no obstante, él insistió:
—Lo que he dicho es válido.
—Sí, lo es, estoy de acuerdo. Pero, verás, he convivido con esta desconfianza casi toda la vida —dijo Heechul—. Cuando descubres que nadie es sincero contigo, ni siquiera tus propios padres, ya no te importa que los demás te crean o no. Sencillamente, no tiene importancia. Se trata de devolver la pelota.
—¿De veras piensas que no importa?
Heechul se ruborizó.
—Muy bien, supongo que a veces sí. Ahora, por ejemplo. Es cierto que decidí que la sinceridad es la única forma de tratar contigo pero, para ser sincero, fue porque no se me ocurría otra manera de salir de aquí.
Siwon no pudo reprimir la risa. A veces, era tan cándido... Heechul lo sorprendió, sin embargo, ofendiéndose con su risa.
—No es divertido. Toda esta situación no divierte. Y debo decirte que no resulta fácil ser completamente sincero cuando estoy acostumbrado a...
—¿Cazar a la gente con tus mentiras?
Heechul contuvo el aliento y lo miró con gesto iracundo.
—Realmente tienes dos caras, ¿no es cierto? ¡Diviertes y distraes con tu jocosidad entretenida sólo para poder acercarte por la espalda e ir directo a la yugular! Me parece increíble que hayas conseguido que olvide esta característica tuya.
—¿Ya no estás tan sereno?
—¡No, maldito seas!
—Bien —dijo él y lo sentó en su regazo.

La ira de Heechul reapareció con una celeridad impresionante. Fue como si hubiera estado oculta tras un telón tejido con sus propias ilusiones, y el telón se había descorrido bruscamente, dejándole expuesto a un público que contenía todas sus emociones amargas y que aplaudía el hecho de que no pudiera evitarlas por más tiempo. Esto le enfureció y Heechul dirigió su ira contra quien correspondía, el instigador que había descorrido el telón.
Con la misma celeridad, sin embargo, la boca de Siwon se cerró sobre la suya y, aunque Heechul le golpeó el hombro con el puño una vez antes que lo abrazara con demasiada fuerza para repetir el golpe, pronto se encontró asiéndole la cabeza con ambas manos y devolviéndole los besos con pasión explosiva. ¡Maldito sea! No le cabía duda de que lo había provocado deliberadamente, aunque en esos momentos no le importaba.
Siwon se reclinó en el sofá y, sin mucha dificultad, le hizo tender encima de su cuerpo. Ni por un instante interrumpió el beso que lo excitaba. Esa posición le ofrecía acceso total a su cuerpo y, puesto que era obvio que no hacía falta mantenerlo aprisionado, porque él correspondía plenamente al beso, tenía las manos libres para acariciarle la espalda y más abajo. Y más abajo fue. Pronto le rodeó ambas nalgas con las manos y empezó a frotarla suavemente sobre la dura prominencia que se insinuaba entre sus piernas.
Con este gesto descubrió un punto increíblemente sensible..., en él. Cada vez que se rozaba con su erección, Heechul experimentaba una pequeña conmoción, que lo impulsaba a dar un saltito encima de Siwon. No podía evitarlo, no tenía ningún control sobre aquella reacción, que elevaba su pasión a nuevas cotas, tanto que pronto se encontró frotándose con fuerza.
El calor que emanaba entre ambos se intensificó. Heechul deseó que en el salón hiciera más fresco, que él no hubiera cerrado... la puerta. Una idea sombría que, en cuanto surgió, se impuso.
Detestaba poner fin a lo que hacían pero el decoro había asomado su fea cabeza y, finalmente, exclamó:
—Alguien podría entrar...
—He cerrado con llave.
La ansiedad que se apoderara de él por un momento se disipó de inmediato. No necesitaba más para apartar el temor de ser descubiertos y disfrutar plenamente de lo que Siwon le hacía.
Lentamente, le había estado bajando sus pantalones. Cuando, de pronto, modificó su posición no había tela que le impidiera colocarse entre sus piernas. ¡Qué sensación tan embriagadora, tenerle allí! Se removió en su interior y pareció desenroscarse, propagando una nueva oleada de calor, que incrementó la tensión sensual que le embargaba.
Todos los sentidos de Heechul se agudizaron hasta alcanzar una sensibilidad intensa. ¡Lo estaba saboreando, su sabor a menta por el té que había tomado esa mañana, lo estaba oliendo, olor a almizcle picante! El cabello que aún agarraba no era áspero en absoluto, parecía seda fina. Jamás se lo habría imaginado. Y, cada vez que lo oía gemir, sentía la imperiosa necesidad de hacer lo mismo, tanto lo excitaba tener en él el mismo efecto que Siwon tenía en su cuerpo. Pero lo que sintió cuando abrió los ojos y vio el intenso acaloramiento en su mirada... ¿Cómo podía excitarle tanto el simple descubrimiento de lo mucho que le deseaba?
Las caderas de Siwon no estuvieron quietas ni por un momento y sus manos, tampoco. Él le acarició la oreja con los dedos, dibujó una línea juguetona a lo largo de su cuello con un gesto que le hizo estremecer de placer. Sus dedos se cerraron en torno al punto oscuro dúctil, ardía de calor aunque aquello no fue nada comparado con el calor de su boca cuando, de pronto, dejó de besarlo para lamer su pecho. Heechul se olvidó de respirar. Le rodeó la cabeza con ambas manos y su cuerpo se arqueó sobre el cuerpo de él. ¡Le pareció que estallaría en llamas en cualquier momento!
Siwon forcejeó con la ropa que aún se interponía entre ambos. Heechul oyó el ruido de tela que se rasgaba. ¿Serían sus bragas? ¡Qué impaciente! Casi se echó a reír, pero no pudo porque él volvió a besarlo. Entonces sintió una presión nueva entre las piernas que hizo aflorar un ronroneo en su garganta pero que, casi en el mismo instante, se tornó dolorosa. Quiso apartarse del dolor pero la punzada le siguió y aumentó hasta el punto de hacerle gritar. Con un empuje brusco de Siwon, sin embargo, el dolor pareció que desaparecía dejando en su lugar una sensación de plenitud apretada que aún no sabía cómo interpretar.
La magia se había roto y él se retiró ligeramente para estudiar su reacción. Comprensiblemente, Heechul lo miraba con ira, con la sensación de haber sido traicionado.
—Ha sido... —empezó a decir él, pero rectificó con un suspiro—: No volverá a ocurrir, te doy mi palabra.
—¿Qué no volverá a ocurrir? ¿El dolor?
—Sí —dijo Siwon—. Ha sido tu cuerpo, que luchaba por retener su inocencia. No deseabas, realmente, retenerla en ese momento, ¿me equivoco?
Heechul ya comprendió todo y dijo, bastante irritado:
—No, aunque mi appa debió decirme que habría dolor, en lugar de limitarse a decir que, si tuviera suerte, disfrutaría de las relaciones matrimoniales o, más exactamente, de hacer el amor. Dijo que no todos lo consiguen. Supongo que no he tenido suerte.
Supo que Siwon se esforzaba por reprimir la risa. Tuvo el impulso de abofetearlo. Eso no era divertido. Que tanto placer terminara en una nota tan desagradable...
—¿Hemos acabado? —preguntó rígidamente.
—Por Dios, espero que no. Tengo la impresión de que tu appa no se entretuvo en los detalles. Debió decirte que la suerte nada tiene que ver con esto.
—¿Entonces?
—Lo que cuenta es la habilidad de tu pareja —dijo él con un mohín—. ¿Te lo demuestro?
Se movió dentro de él al tiempo que hablaba. Los ojos de Heechul se abrieron desmesuradamente. La sensación que aquella plenitud provocó fue completamente placentera, de hecho, casi demasiado placentera. Su pasión afloró en el acto y se apoderó totalmente de él.
Lo que Siwon había hecho superaba su poca experiencia. ¿Acaso con lo sucedido el día anterior en el carruaje creyó haber descubierto el placer supremo? Los exquisitos y lentos impulsos de Siwon rozaban nervios que no sabía que poseía. Tan hondo era el placer que le traspasaba, tan intenso, que parecía sentirlo por todo el cuerpo hasta que la tensión aumentó hasta un punto explosivo y estalló, palpitando deliciosamente dentro de él drenándolo hasta el agotamiento.
Apenas se dio cuenta de que él culminó al mismo tiempo. Ahora le invadía una languidez tan sensual que no tenía deseos de moverse. Experimentó un instante de intensa ternura por el hombre que aún tenía entre sus brazos. La extraña emoción casi hizo aflorar lágrimas en sus ojos aunque no fueron de tristeza sino todo lo contrarío, un sentimiento único y sin precedentes, jamás había sentido nada parecido por nadie.
—Has sido muy malo —dijo cuando recobró el aliento. Todavía le acariciaba el cabello con los dedos.
—Sí, lo he sido —admitió él con la boca todavía pegada a su cuello—. Pero ¿ha dado resultado? ¿Has recuperado la serenidad?
—No tengo la menor idea, siento demasiado placer para pensar en otra cosa.
Él se incorporó para mirarlo. Estaba sonriendo.
—¿Has disfrutado?
—¡Sí! No puedes imaginar cuánto.
—Ah, claro que puedo —afirmó Siwon—. ¿O crees que los hombres hacemos esto para pasar el rato?
Heechul rió. Se sentía tan efervescente que le extrañaba no reír como un tonto. En ese momento, sin embargo, se le ocurrió una idea decepcionante.
—Es bastante evidente que mi temperamento seguirá manifestándose, ¿no es cierto?
—Sí, aunque me atrevería a afirmar que ahora podrás controlarlo mucho mejor. De eso se trataba, querido. No de que nunca volvieras a enfadarte, cosa muy poco probable en cualquier caso, no sólo en el tuyo, sino de que tus emociones volátiles no fueran canalizadas hacia una única salida, hecho que las tornaba demasiado cáusticas y negativas.
—Es decir, no hacía falta ponerlas a prueba..., de esta manera precisa —adivinó.
Siwon sonreía de nuevo.
—Aun a riesgo de poner fin a un momento precioso... —lo besó dulcemente en los labios para que no pusiera en duda sus palabras—, probablemente no. Sin embargo, basta con recordar la serenidad que experimentaste ayer para saber que hacer el amor tiene algunas ventajas adicionales, como mínimo para ti. La prueba ya ha demostrado que te ayudará a dominar tus pasiones, al menos, por un tiempo. Lo logró estupendamente, ¿no crees?
—Desde luego. Fue bastante increíble.
—¿Y ahora?
—Vuelvo a sentirme magníficamente sereno.
Siwon asintió.
—En este sentido, pues, diría que una nueva prueba era necesaria y que se ha realizado con éxito. Y, por supuesto, puedes contar con mi ayuda siempre que necesites liberar algunas de esas pasiones —completó Siwon.
—Muy generoso de tu parte.
—Estoy de acuerdo.
La broma despertó en Heechul el deseo de abrazarlo. En realidad, el deseo despuntó en el instante de ver su primera sonrisa. Estaba muy satisfecho con él en esos momentos y sentía una intimidad que nunca había experimentado con otros hombres. ¿Era una amistad o...? No, no pensaría en eso. No quería analizar más a fondo sus sentimientos por él, cuando sabía que nunca le conducirían a nada. Debía dejárselo claro. Siwon no tenía por qué temer que trataría de sacar partido de lo que acababa de ocurrir entre ambos.
Apartó la mirada de Siwon, incluso sintió que se ruborizaba ante el tema que estaba a punto de abordar.
—Sobre lo ocurrido —dijo Heechul—, no me veo comprometido, así que no te preocupes. Lo cierto es que no me casaría contigo en ninguna circunstancia. Me niego a darle esa satisfacción a mi padre. Lo que ha pasado será nuestro secreto. Nadie tiene que saberlo.
Él le dirigió una extraña mirada.
—Muy... noble de tu parte.
—En absoluto. Es muy vengativo, aunque la venganza no va dirigida contra ti.
—Ya entiendo. —Siwon empezó a fruncir el ceño.
Heechul adivinó el curso de sus pensamientos.
—Ni se te ocurra hablar de la relación con mi padre, de la falta de relación o de los sentimientos vengativos resultantes de mi parte. Lo que hay entre él y yo allí queda, no es asunto tuyo.
—Los jóvenes dulces y amables no piensan así —señaló él, a pesar de la advertencia.
—Los jóvenes dulces y amables no tienen padres como el mío.
Él hizo una mueca.
—Tienes razón.





2 comentarios:

  1. No se por que pero veo un Siwanito venir

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  2. Oh por Dios!!!
    🤣 Hee se comió eso con Siwonshis y quiere repetir sin compromisos... Uyyy que malotes
    Jajajajajaaja
    Ojalá y este pequeño encuentro traiga consecuencias en nueve meses
    Jajajajaja

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...