Sapphire Wolf (T5)-7



—¡Qué! —Jungsoo fue sorprendido por sus palabras—. ¿Los lobos tienen sanadores? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que un sanador ha sido parte de una manada?
—Demasiado tiempo —respondió ella.
—Incluso si has visto esas piedras, ¿cómo sería posible que te acerques lo suficiente para robarlas? ¿Qué es lo que quieres tan desesperadamente que estás dispuesta a correr tal riesgo?
—Tengo mis razones. Ahora no es el momento ni el lugar para hablar de ellas —dijo Mona bruscamente.
—Al infierno tus razones —escupió Jungsoo—. Fuera de mi reino, bruja.
—¿Has tomado una pareja, gran Rey? —preguntó Mona rápidamente, antes de que el Rey pudiera escapar.
Jungsoo se dio la vuelta, lentamente congelándola con sus estrechos, escalofriantes y brillantes ojos.
—¿Qué sabes de los hechiceros y sus parejas? —Sus palabras fueron un gruñido y la amenaza en ellas no pasó desapercibida para Mona.
—Sé que las de tu raza se están extinguiendo. Sé que tu propia magia ha menguado desde que las Fae dejaron este reino y se llevaron gran parte del poder con ellos. Sé que tú, al igual que los lobos, son mucho más poderosos cuando están emparejados. —Mona empezó a caminar en un círculo lento, dando pasos medidos mientras enredaba al Rey Hechicero con sus promesas—. ¿Y si te dijera que te puedo conseguir una pareja? Podrías comenzar a reconstruir tu raza y, con las piedras, podrías asegurarte de obtener tu magia de nuevo.
Se dio cuenta de inmediato que Jungsoo estaba intrigado. Tenía los labios apretados mientras lo consideraba.
Finalmente habló:
—Tengo que considerar tu oferta y discutirla con mi clan.
—Seguramente tú, como su Rey, no necesitas su permiso. —Se burló Mona.
Jungsoo  gruñó y estuvo frente a su cara en un abrir y cerrar de ojos.
—Ten cuidado, bruja. Las apariencias no son siempre lo que parecen. Háblame de nuevo con tal falta de respeto y descubrirás de primera mano si hemos perdido o no tanta magia como asumes.
Mona alzó las manos en señal de rendición y dio un paso lento hacia atrás.
—No quise faltarte el respeto, Rey. Andaré cerca, así que simplemente di mi nombre al viento y te escucharé. —Retrocedió, cuidando de seguir enfrentando al Rey, y montó a Octavian—. Una cosa más —dijo mientras se daba la vuelta para irse—. Considera esto, ¿tu gente se está moviendo hacia adelante o hacia atrás? ¿Pueden sobrevivir el futuro en su estado actual? ¿En dónde ves a tu clan en una década o en un siglo? —Con eso volteó su caballo y se marchó a la carrera.
Jungsoo observó mientras la bruja se alejaba. Se dio cuenta que ella sabía que estaba empujando sus límites con su paciencia. Tuvo que admitir que su oferta era muy tentadora. Pero él era un ser realista, sabía que no sería tan simple como ella lo hacía parecer.
Desdémona, pensó para sí mismo. Sabía de ella, sabía del mal que se había arraigado profundamente en su interior. Si había llegado al punto de hacer algo tan desesperado como tratar de robarles las piedras a las Hadas, entonces no quedaba esperanza para ella, a pesar de lo que había planeado.
También sabía de la oscuridad dentro de su propio espíritu. A través de los siglos, el clan de Jungsoo lentamente había sido forzado a la extinción debido al egoísmo de las Fae y a la indiferencia de los demás seres sobrenaturales en este reino. Se había vuelto voluntariamente a la magia negra en un intento de salvar a las parejas de su raza. Lo que no sabía era que una vez que el mal era permitido incluso a través de la apertura más pequeña, aún con la mejor de las intenciones, no podía ser controlado. Tenía una voluntad propia, reptaba a los lugares oscuros del corazón de un ser y alimentaba los pensamientos y deseos de dicho ser.
Un día se había despertado y se dio cuenta que la ayuda había sido sólo una ilusión, una mentira tan cuidadosamente elaborada en una idea tan atractiva que no había notado que lo había atrapado lentamente a él y a su clan. Creyó que había alcanzado el punto sin retorno. Estaba convencido que su corazón era tan oscuro que cualquier cantidad de luz que intentara penetrar la oscuridad sería inmediatamente extinguida. Si este fuera el caso, entonces ayudar a Desdémona no se sumaría a la oscuridad dentro de él. Pero, si por algún pequeño milagro hubiera una oportunidad para él, entonces ayudar a la bruja podría sellar su destino, y estaría controlado para siempre por el mal que había ingenuamente acogido con los brazos abiertos.


Dambi se sentó con Henry y Changmin en la biblioteca de la mansión de la manada China. Los había convocado después de dejar el consejo de las Fae y les pidió que la ayudaran a recoger información a través de sus conexiones subterráneas en el reino sobrenatural para ver si había alguna palabra de Mona o sus trabajos.
Dambi había hablado con un hechicero que confesó hablar con Mona, pero que no discutiría de lo que habían hablado. Henry y Changmin habían podido seguir un débil rastro de la magia desde el velo de El Limbo a través de las montañas. Eso no podía ser una buena cosa, teniendo en cuenta que según el último rumor que Dambi había oído, había un Rey Hechicero y su clan residiendo ahí.
—Desdémona debe estarse poniendo desesperada si está buscando ayuda de alguien que podría destruirla —señaló Henry el mismo pensamiento que Dambi acababa de tener.
—Se está desesperando si tan siquiera considera desencadenar demonios del Velo hacia este mundo —agregó Dambi.
—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Changmin—. ¿Si nuestra propia gente no ayuda qué posibilidades tenemos?
Dambi respiró hondo. Henry y Changmin habían conocido a Dambi desde hace mucho tiempo y esta era la primera vez que la habían visto realmente preocupada.
—Voy a usar las piedras para solicitar a la Gran Luna.
Changmin jadeó.
—¿Es tan malo?
Dambi miró a sus dos amigos, sus compañeros de armas. No les mentiría a ellos. No sería justo. Después de todo, se estaban sacrificando al estar aquí con ella.
—Las Guerras de los Hombres Lobo y la Gran Purga fueron pan comido comparado con lo que será si esos demonios son permitidos en este lado del velo. —Se puso de pie—. Ustedes dos necesitan mantener un perfil bajo hasta la reunión de mañana en la noche. Voy a tener que acercarme más al Velo para poder aprovechar su poder y agregarlo al mío y al de las piedras.
—Dambi, más vale que tengas cuidado. —Los ojos de Henry se estrecharon—. Sabes que hay muchos que no dudarían en enviarte a la otra vida para tener sus manos sobre esas piedras.
Los labios de Dambi se curvaron en una sonrisita.
—Henry, incluso tan viejo como eres sigues siendo tan joven. ¿Te das cuenta de a quién le estás hablando, verdad?
Changmin sonrió y Henry trató de ocultar su propia sonrisa.
—Sí, ya sé que eres… ¿qué es lo que dice el compañero del Chino? ¿Una patea traseros?
—Harías bien en no olvidar eso, hadito.
Henry puso los ojos en blanco ante el apodo que ella sin duda había agarrado de los chicos americanos.
Dambi los dejó mirarla mientras se dirigía una vez más a los Alpes de Transilvania.


Wadim rió mientras leía la última camiseta que su hermana le había enviado. Probablemente ésta no era para usar alrededor de los cachorros, no es que hubiera alguno en su manada. Frunció el ceño ante ese pensamiento.
—Los historiadores lo hacen una y otra y otra vez… —Leyó en voz alta la camiseta, sonriendo a la ligera mofa que ella estaba añadiendo a la insinuación sexual.
Ellos continuamente discutían sobre el hecho que la historia estaba condenada a repetirse. El argumento de ella era que la gente cambia y, por lo tanto, la historia tenía que cambiar. Su argumento era: “Yo soy el historiador y sé más que tú”. Ella siempre gruñía cuando él le arrojaba eso. Dobló la camisa al azar y la colocó en el extremo de la mesa, entre los muchos papeles y archivos.
Había estado trabajando en meter los más recientes acontecimientos de su manada en la base de datos. Junjin había sido inflexible sobre la documentación de la reaparición de los sanadores gitanos, y los latentes siendo apareados con lobos pura sangre. Wadim estaba tratando de mantener los eventos hasta la fecha en el sistema y continuar trabajando en la búsqueda de archivos que concernían a la crisis actual. Los archivos más viejos estaban todavía en forma de papel, lo que hizo el trabajo muy lento y absorbente. Él estaba operando con muy pocas horas de sueño y sabía que necesitaba descanso. Tener los ojos cruzados en la pantalla de la computadora debido al agotamiento no era precisamente favorable para mantener un registro exacto.
Miró el reloj y vio que eran sólo las seis de la tarde. Hora de dormir o no, iba a caer dormido en su escritorio o su cama, donde sea que aterrizara.
—La cama será —habló en la Sala vacía, en dirección a su cuarto.
Estaba dormido antes que su cabeza golpeara en la almohada.
Wadim sabía que todavía estaba dormido, incluso mientras se sentaba en el borde de su cama. Mirando a su alrededor, se dio cuenta que no estaba en su habitación. La habitación en la que se encontraba estaba iluminada con una luz suave que parecía lo suficientemente brillante como para mantener a la oscuridad bailando a varios pies de distancia.
Se puso de pie y giró en círculo, mirando a su alrededor. Las paredes eran de piedra gris y alrededor, por todas partes, había candelabros. Entre cada candelabro había una foto de un lobo, o un grupo de lobos. Wadim podía Decir por el gran tamaño de ellos que no eran lobos naturales. Estos eran Canis lupis. Había una gran alfombra redonda de color púrpura profundo en el centro de la habitación. Una mesa de cristal estaba sobre la alfombra y en torno a la mesa, varias sillas, incluyendo un sofá de dos plazas y un diván.
Dio un paso hacia adelante, hacia un sillón de brazos de dorso blanco. El aire ondulaba a su alrededor y le acarició la cara suavemente. Buscó una ventana o una puerta, algo que hubiera llevado la brisa. Una vez más, dio una vuelta completa. De pie, detrás de él, donde la cama había estado; se encontraba una mujer hermosa. Era alta y tenía el cabello largo y blanco que brillaba con un suave halo de luz. Sus ojos también eran blancos, sin pupilas, y parecían brillar con la misma luz. Tenía la nariz recta y labios llenos y rosados que estaban girados hacia arriba en una sonrisa suave. Un manto resplandeciente cambiaba de plata a púrpura con sus movimientos.
Wadim observó con asombro mientras ella se acercaba a él, aunque con la gracia que se movía, era más como deslizarse. No podía apartar la mirada mientras esperaba que ella hablara. Cuando por fin lo hizo, su voz fue un bálsamo que alivió toda preocupación y calmó todo pensamiento.
—Bienvenido, Wadim, encargado del conocimiento de la manada Coreana; hijo mío.
Wadim no estaba seguro si debía inclinarse, arrodillarse o besar su mano. No conocía el protocolo para el encuentro con la Gran Luna, pues estaba seguro que ella era la que estaba delante de él.
—Un simple “hola” servirá, guardián. —Su risa fue una campanada musical que trajo una sonrisa a su cara.
—¿Usted puede leer mi mente? —preguntó tentativamente.
—Por supuesto. Te he creado; lo sé todo sobre ti —le dijo.
Wadim pasó una mano por su cara con un pequeño gemido.
—Hombre, eso no puede ser bueno.
Una vez más con esa risa musical.
—No te he traído aquí para hablar de tu propia vida, Wadim. Todavía no, de todos modos. Hay acontecimientos más grandes pasando en tu mundo, más grande que cualquiera de cualquier especie. —Ella hizo un gesto para que Wadim tome asiento y tomó el que estaba frente a él—. He sido convocada por una de las grandes Fae, Dambi. Ella ha venido a mí en nombre de los lobos, mis lobos. ¿Cuánto sabes acerca de la situación que se desarrolla en el mundo?
—He estado trascribiendo todos los acontecimientos recientes, pero no he tenido mucho tiempo para hablar con Junjin. Él ha estado ayudando a Siwon a reorganizar la manda China.
Wadim habló de su manada como si ella los conociera; pensó que debía hacerlo ya que ella fue quien los creó.
—Mucho ha pasado desde la batalla entre la bruja y mis lobos. Desdémona está en movimiento. Ella está buscando liberar a una antigua horda del mal en tu reino y ha estado persiguiendo al único ser que tiene el conocimiento para abrir el Velo a fin de permitir que el mal lo cruce. Ahora ella lo ha encontrado. De momento él no ha decidido si va a ayudarla. Su corazón aún no está consumido por el mal. Todavía existe el bien profundamente dentro de él… bien que necesita sólo una pequeña luz para penetrar a través de la oscuridad que está tratando de tragárselo.
»Desdémona sostiene una gran tentación delante de él, aunque si ella puede entregar lo que promete aún no ha sido determinado. Dambi de las Fae ha sido una gran amiga de mis lobos y ha continuado a la larga la tarea que coloqué delante de ella. Los otros de su raza se han vuelto complacientes y confortables en la paz que han disfrutado durante tanto tiempo. No voy a permitir que se sienten cómodamente detrás de su velo, mientras que el ámbito humano es destruido.
Wadim escuchó con atención, sintiendo su pasión y amor por sus creaciones, e incluso por aquellos que no creó.
—¿Qué va a hacer? —preguntó.
—Voy a agitar las cosas un poco —respondió ella, con lo que sólo podría describirse como una sonrisa llena de picardía—. He decidido que puedo crear una situación que será buena para todos los interesados. Mis lobos están disminuyendo en número debido a la falta de verdaderos compañeros. Esto fue de mi propia obra, por lo cual estoy verdaderamente arrepentida. Cuando vi la destrucción que estaban trayendo entre ellos, les hice muy difícil procrear y, con el tiempo, esto ha causado una población con muy pocas parejas. La marea está cambiando. Mis lobos empiezan a reunirse ellos mismos una vez más. El amor del compañero mestizo del príncipe, la feroz fidelidad del latente, y el corazón puro del sanador están trayendo una nueva era a la especie Canis lupis. Debido a esto, voy a ayudar a mis lobos a reponer sus números. Yo los bendeciré con crías que traerán alegría a sus manadas y voy a unirlas con otras especies sobrenaturales.
Ella hizo una pausa mientras Wadim procesaba todo lo que ella estaba diciendo
—Mis lobos necesitan compañeros. Desde su creación sólo he permitido que se vinculen dentro de su propia especie. No puedo permitirles aparearse con seres humanos de sangre pura y formar uniones de compañeros verdaderos, por supuesto, porque los seres humanos carecen de magia. Sin embargo, puedo hacer posible que otras especies mágicas se conviertan en compañeros compatibles.
—Las hadas —susurró Wadim con fascinación.
—Correcto, guardián. Voy a hacer a las Fae verdaderos compañeros compatibles al Canis lupis. El vínculo no será menos intenso que si se tratara de dos lobos. Su magia combinada creará el vínculo entre sus almas. El acoplamiento entre las dos especies obligará a las Fae a salir de su escondite. A pesar de su pereza, todavía son muy fieles a su propia especie, y no dejarán a uno enfrentar el peligro por su propia cuenta. Voy a comenzar con dos de su manada por la fidelidad que el Alfa Coreano y sus lobos me han mostrado. Quiero que seas el que comparta esta información con Junjin y Siwon. Estos dos Alfas han demostrado su lealtad a su especie y hacia mí. Ellos determinarán quién más merece conocer esta información.
Wadim se quedó sin habla. La Gran Luna quería que él compartiese la información más importante en la historia de su especie. Esto alteraría para siempre el curso de su especie. Y él se había estado quejando de estar aburrido. Supongo que eso le enseñaría a quejarse.
—Confío en que lo hagas, Wadim. Has demostrado ser un guardián muy admirable y veraz. Sé que dirás todo lo que te he enseñado. Haz esto tan pronto como despiertes. Diles a mis lobos cuán orgullosa estoy de todos ustedes.
Wadim sintió sus ojos hacerse pesados y cerrarse en contra de su voluntad. Segundos después se sentó en su cama con un jadeo, a solas en su cuarto oscuro. Se frotó los ojos, tratando de despejar el sueño y miró a su alrededor para ver si realmente estaba de vuelta en su habitación. Se pellizcó el brazo.
—¡Ouch! —gruñó, pero rápidamente se olvidó del dolor mientras las palabras de la Gran Luna llenaban su mente.
Se levantó de un salto, apresurándose directamente a su computadora. Después de crear un documento en blanco, comenzó a escribir todo lo que ella le había dicho. Una vez que terminó, tomó el teléfono y marcó el número del móvil de Junjin.
—Habla Junjin —retumbó la voz profunda del Alfa.
—Tenemos que hablar —jadeó Wadim sin aliento.
—Empaca tus cosas. Vas a ir con nosotros a la mansión de la manada China. Tenemos una reunión esta noche.
Wadim colgó y se dio cuenta que debió haber dormido toda la noche a pesar de que sólo lo sintió como un corto período de tiempo. Sacudiendo la cabeza para despejarse, comenzó a hacer las maletas. Su mente estaba corriendo sobre las posibilidades y las consecuencias del decreto de la Gran Luna.
Sonrió para sus adentros al pensar en el pobre lobo que sería el primer emparejado con una Fae.
Esto es lo que sucede cuando te quejas de estar aburrido, pensó para sí mismo.
Tiró de la correa de su bolso sobre su hombro y agarró la unidad flash en el que había guardado la documentación de las palabras de la Gran Luna. Cuando empezó a subir las escaleras, murmuró en voz baja:
—Sólo estaba sentado por ahí, pensando en mis propios asuntos, quejándome sobre archivar, y luego… ¡BAM! “Tu especie será capaz de aparearse con una especie totalmente diferente. Ah, y por cierto, Wadim, es tu responsabilidad transmitir esta información”. Eso me enseñará a no quejarme.


Dónde estás, mi Alfa? —le habló Hyesung a su compañero, quien tenía una mirada lejana en sus ojos. Estaban esperando a que los demás llegaran a la Sala de reuniones de la mansión de China. Junjin y Hyesung se habían presentado justo antes del anochecer y los otros de la manada de Junjin se estaban asentando en las habitaciones que Hee y Siwon habían preparado para ellos.
—Me pregunto si veremos alguna vez días de paz en mi tiempo como Alfa. ¿Alguna vez tendremos nietos danzando alrededor de nuestros pies? ¿Te sostendré por la noche y no me preocuparé si vamos a estar peleando por nuestras vidas al día siguiente? —Junjin tiró a Hyesung en sus brazos. El apoyó la cabeza en su pecho mientras le acariciaba el cabello con cariño.
—Todo lo que puedes hacer es lo correcto. Luchar contra el mal y aquellos que lo utilizarían para devastar a los débiles con los que son puros de corazón y tener la voluntad de estar en contra de ello. Tú los guías, les das tu fuerza y tu confianza de que ninguno de nosotros va a descansar hasta que el bien prevalezca. —Hyesung se apartó para mirarlo a los ojos—. Puede que no veamos días de paz, o juguemos con nuestros nietos —se ahogó con sus palabras al hablar de los más pequeños—. Podríamos nunca irnos a dormir sabiendo que vamos a despertar y abrir la puerta a una mañana brillante. Y eso está bien, porque te he amado y he sido amado por ti. He luchado a tu lado, he dado a luz a tu hijo, me he reído, llorado, dolido, gozado, e hice duelo contigo. Esas cosas son mi paz.
Junjin puso las manos a ambos lados de la cara de su compañero y suavemente tiró de él. Sus labios se tocaron, y aún después de dos siglos, la pasión que comenzó como brasas ardió brillante y fuerte. Hyesung envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Junjin gruñó suavemente y Hyesung rió ligeramente mientras se alejaba.
Lo miró a los ojos y vio al hombre que su compañero creía que era. Un hombre puede ir a la tumba con orgullo cuando ha visto en los ojos de su amado que él es su héroe, su amante, su amigo y su confidente.



*Sorry si hay errores, cualquiera, me lo hacen saber y lo corrijo. Gracias*

2 comentarios:

  1. -llora de felicidad-
    Pensé que me habías abandonado, sin actualizaciones hace días, estaba que me daba un soponcio!!!!

    Ahhh
    Oh si~

    El trio maravilla tendrá cachorros!!!! Oh si!!! Bebés!!!!
    Ahhhhh no lo puedo creer!!!
    Excelente!!!!
    Oh si~
    Mimi~ espera por tu hadito!!!!
    Oh si!!!

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  2. Ohhhh que bello capitulo!!!!

    ajaaa ahora se porque la foto de Zhoumi y Changmin, ellos serán la primera pareja de especies diferentes.

    Gracias por el capitulo.
    Un abrazo ^_^

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...