Cuando todos se
habían ido, Hee miró a su alrededor, dándose cuenta que estaban solos. Todos
los duendes, incluyendo su Rey, habían desaparecido.
—Hyesung… —Hee se
volvió hacia el Alfa—, ¿dónde los llevan?
—Al Limbo —respondió
Hyesung rotundamente.
—Maldita sea
—gruñó Donghae.
—Estoy de acuerdo
—añadió Hee con solemnidad.
Dambi se sacudía
la ropa. Sonrió cuando sus manos se deslizaron en los bolsillos de su capa.
—Mira lo que
tenemos aquí. —Ella sacó sus manos de los bolsillos y levantó las piedras de
las Fae para que las pudieran ver.
Ryeowook y Donghae
dieron un paso hacia ella.
Donghae sonrió.
—Esto recién
empieza.
Hyesung estaba
arrodillado junto a Teukkie cuando dijo sus siguientes palabras:
—Dambi, es
momento de ir a tu pueblo.
Las parejas observaron
al Alfa apartar dulcemente el cabello de Teukkie fuera de su cara mientras
seguía hablando. Su voz se hizo más fuerte, y cada una de ellas comenzó a ver
el Alfa que realmente era.
—Es hora que las
Fae saquen sus cabezas de sus propios traseros y la pongan en el juego. Hay
demasiado en riesgo. Me niego a dejar a mi compañero a la suerte del Limbo. Es
un destino peor que la muerte. —Hyesung levantó la cara y se encontró con los
ojos de cada uno—. ¿Desdémona quiere una guerra? Bueno, tendrá una. Y cuando
esté de pie sobre ella viendo la vida irse de sus ojos, voy a explicarle la
locura que es llevarse al compañero de una pareja Canis lupis de su lado.
—No puedo sentir
a Hyukjae —jadeó Donghae mientras su mano se apretaba contra su corazón.
Hyesung asintió.
—El vínculo no
funciona en el Limbo; el miedo y el dolor son demasiado fuertes. El lobo se
hará cargo de ellos una vez que sus mentes humanas no puedan entender lo que
está sucediendo. Lo que están viendo no es real, pero para sus mentes es tan
real como la sangre que fluye por sus venas.
Cada una de las parejas
intentó alcanzar a su compañero a través de su vínculo mental, y una por una,
dejó caer sus hombros con el impacto de esa realidad.
—Hyesung, ¿qué
vamos a hacer? —preguntó Hee con naturalidad.
Hyesung puso una
manta hasta el cuello de Teukkie y luego se puso de pie. Miró a Dambi mientras
hablaba:
—¿Puede tu gente
ayudar al compañero de mi hijo?
—Podemos tratar, Hyesung.
Vamos a llevarlo al otro lado del Velo. La magia es más fuerte allí.
—Bien —dijo Hyesung
y miró a Hee—. Vamos a conseguirle ayuda a Teukkie, entonces vamos a presentar
una petición al consejo de las Fae, y luego vamos a reunir a las manadas. Es
hora de que nos unamos como una raza y estemos codo a codo una con la otra.
Luego vamos a patear el trasero de esa malvada bruja.
—Eso es de lo que
estoy hablando —gritó Hee alegremente mientras lanzaba un puño al aire.
Comenzaron a
empacar su campamento con rapidez. Una vez que estaban de pie con bolsas en sus
espaldas, Dambi utilizó su magia para poner a Teukkie en una camilla flotante.
—El cruce más
cercano al reino de las Fae es en lo más profundo de las montañas —les dijo Dambi
mientras comenzaban a caminar, y les hizo señas de que la siguieran.
—¿Qué pasa con
estos Velos estando en lo más profundos de las malditas montañas todo el
tiempo? —murmuró Donghae.
—Es cierto
—concordó Hee y le guiñó un ojo a Donghae—. No pueden esperar que lleve mi
trasero embarazado por todo este bosque.
El grupo dejó
escapar un gemido colectivo.
—Aquí vamos
—murmuró Donghae en voz baja.
—¿Qué? —preguntó Hee—.
Sólo estoy diciendo.
—Yo voto por que
noqueemos al chico embarazado cuando llegue a ese punto, o lo estrangulemos
—dijo Dambi por encima del hombro.
—Lo bueno es que
esto no es una democracia —gritó Hee en respuesta.
—Hee, compórtate
para que el hada buena no quiera estrangularte. —Hongki le sonrió a Hee.
Hee se rió.
—Aww, la dulce
Hadita Dambi no estrangularía a este viejo ingenioso.
Dambi comenzó a
caminar más rápidamente y los demás siguieron su ejemplo.
—¿Por qué estamos
moviéndonos más rápido? —preguntó Zhoumi inmediatamente.
—Porque tenemos
que salvar a esos malditos hombres rápido, así Siwon puede mantener a su
compañero a raya. —Dambi miró a Hee por encima del hombro—. No tiene siquiera
una pequeña protuberancia en su pequeño vientre plano. ¿Te imaginas cuando sea
lo suficientemente grande como para tener “carga pesada” estampada en su
trasero? Va a ser una maldita pesadilla.
—Te escuché
—gruñó Hee.
Hyesung se rió,
agradecida por la distracción.
—Dambi, se amable
con la loba embarazada. Hee, deja de antagonizar a la hadita.
El grupo entero
se rió de Hyesung y se rió aún más cuando Dambi masculló entre dientes:
—Hadita, un
carajo. Todas van a pensar “hadita” cuando se tiren pedos por sus bocas.
Donghae marchó
detrás del grupo, escuchando las bromas. El cerró los ojos una vez más,
tratando de llegar a Hyukjae, y sintió su vínculo abrirse brevemente. Lo que
vino a través de él casi le hizo derrumbarse. Un miedo devastador se vertió
sobre él. Tropezó, pero se contuvo antes de caer.
Su respiración se
volvió irregular mientras trataba de recomponerse. Levantó la vista y vio que los
otros aún estaban caminando. Nadie se había dado cuenta de su reacción. Bien.
Calmándose a sí mismo, se mordió el labio, tratando de no pensar en la imagen
que había aparecido brevemente en su mente, una imagen de Hyukjae viéndolo a él,
tendido en el suelo con un charco de sangre alrededor de su cuerpo. Tenía el
rostro en una mueca de dolor intenso. El miedo y el pánico que había sentido en
Hyukjae…
Tenían que sacar
a sus compañeros de allí. Nadie podría soportarlo por mucho tiempo. Ni siquiera
hombres tan fuertes como los suyos.
Hyukjae cierra
sus ojos frente a la escena delante de él. Si tiene que mirar a otro hombre
poner sus manos sobre él, o escuchar sus gritos pidiendo su ayuda de nuevo, se
va a volver loco. Donghae le suplica que lo salve. Pregunta por qué no les
impide que lo lastimen, por qué está dejando que lo toquen.
Hyukjae está de
rodillas mientras mira su cara llena de lágrimas.
—No es real, nene
—susurra a través de las lágrimas—. No es real.
—Hyukjae, por
favor, detenlo, por favor, no dejes que me toque otra vez.
Hyukjae observa
su lucha contra el agarre del hombre. Donghae extiende su mano hacia él y Hyukjae
trata de agarrarla, pero todo es en vano.
Él cierra sus
ojos mientras empieza a gritar de nuevo. Los sonidos son lo suficientes para
hacerle vomitar, e incluso los olores son reales. El precioso aroma de Donghae,
envuelto en miedo, ira, lujuria y dolor.
—¡AAARRRRGGGGGGG!
Grita al vacío,
sus gritos apagando los de su compañero.
Siwon sintió el
mundo estrellarse sobre él mientras observaba a Heechul dar a luz a su bebé. La
sangre estaba por todas partes y los ecos de los gritos de su compañero
rebotaban en las paredes. Apenas el bebé nació, un búho enorme se abalanzó y
agarró al bebé que gritaba en sus garras. El búho se perdió en la noche con un
fuerte chillido. Siwon se abalanzó sobre el animal, el llanto de su bebé, el
pequeño bebé de Heechul y suyo, ensordecedor en la noche.
—¿Por qué no lo salvaste,
Siwi? —preguntó Heechul entre lágrimas y gemidos de dolor—. ¿Por qué no salvaste
a nuestro bebé? Prometiste que lo salvarías.
Siwon cerró sus
ojos y cuando los abrió, Heechul se sentaba frente a él, entero, y brillando
por el embarazo. Quería disfrutar del breve momento de paz, pero no podía,
sabiendo que solo estaba empezando de nuevo. Sus temores volverían a realizarse
ante sus ojos. E iba a suceder una y otra y otra vez.
Hee se subió en
su regazo y fue tan real que podía sentir su aliento en el cuello. Su aroma
envolviéndose a su alrededor, así que se aferró a él.
—Shhhh, cariño
—le susurró él—. Todo estará bien.
—No, no lo
estará, Heechul. Nunca estará bien. —La voz de Siwon temblaba por el dolor y
sus hombros se estremecían mientras sollozos sacudían su cuerpo.
Entonces Heechul
fue arrancado de sus manos, su captor, una forma amorfa. El gritó de dolor
agarrando su abdomen hinchado.
Siwon extendió su
mano hacia él, suplicándole a la forma que lo dejara ir.
Sangre manó de su
cuerpo, salpicando el suelo y mezclándose con agua. Heechul cayó y rodó sobre
su costado. Él observó impotente cómo la forma se cernía sobre su compañero y
empujaba sobre su estómago.
—¡SIWON! —gritó Heechul—.
¡Haz que se detenga, haz que se detenga! No dejes que se lo lleven de mí, de
nosotros.
—Shh, mi amor,
por favor, todo va a estar bien. —Siwon se arrastró sobre su estómago hacia él,
su cuerpo cubierto de su sangre. Sus manos se deslizaron en la sustancia
pegajosa a medida que se acercaba. Acarició su cara con sus manos y trató de
limpiar la sangre que puso en su piel pálida.
—Duele —susurró
Heechul.
—Lo sé. Lo sé, princesa.
Lo siento mucho. —Siwon se inclinó y besó sus labios suavemente. Lo atrajo
hacia él y vio impotente como se retorcía de dolor y, daba a luz a su bebé.
Acostó a Heechul de vuelta y alcanzó a la inmóvil forma pequeña.
Siwon miró el
hermoso rostro de su bebé y lloró ante la falta de vida. No había llanto, ni
respiración, ni movimiento. Nada.
—Déjame verle
—susurró Heechul débilmente mientras alcanzaba al bebe.
Junjin se
extendió hacia Hyesung, pero él se apartó de su alcance.
—¿Cómo pudiste
permitir que esto suceda, Junjin? —le preguntó entre lágrimas—. ¿Cómo no
pudiste proteger a los tuyos?
Junjin cerró sus
ojos, buscando la verdad en su mente, recordando a su compañero diciéndole que
esto no era real. Necesitaba su fuerza, especialmente ahora mientras se paraba
frente a una versión de su compañero que lo miraba con tanta decepción que
incluso como un Alfa se sentía pequeño. Hyesung era su corazón. Todo lo bueno
en su vida venía de él, y la idea de decepcionarlo, de no ser lo que
necesitaba, lo paralizó. Lo había decepcionado. Había dejado que su hijo sea
tomado, junto con su manada y el Alfa de otra. No había luchado lo
suficientemente fuerte, o hecho todo lo que debía.
—¿Cómo puedes
estar delante de tu manada como Alfa? —escupió Hyesung.
—Amor. —Los
hombros de Junjin se desplomaron, derrotados—. Lo siento, Amor. Te fallé. —Se
arrodilló ante él y esperó por las palabras que siempre había temido, palabras
que sabía destruirían su mundo.
—No puedo amar a
un hombre que no puede cuidar de los suyos, Junjin. —Esta versión de Hyesung lo
miró con tal hostilidad que lo enfermó.
El lobo de Junjin
aulló y arañó en sus entrañas, tratando de liberarse. Se negaba a perder a su
compañero. Nada, cielo, infierno, o cualquier otra cosa, lo alejarían de él, ni
siquiera su elección.
—¡Tú eres mío!
—gruñó. Por supuesto, esta Hyesung no respondió. El no era real.
De repente, se
había ido y su Hyesung se paraba delante de él.
—Junjin… —Su voz
fue vacilante y perdida.
Junjin se
tambaleó hacia él mientras se levantaba. Lo tomó en sus brazos y lo abrazó,
inhalando su aroma.
—Me dejaste. ¿Por
qué me dejaste?
—Shh, Amor —lo
tranquilizó Junjin—. Estoy aquí, no me fui. Estoy aquí.
Hyesung se vino
abajo en sus brazos, la humedad de sus lágrimas causando que su camisa se
adhiera a su piel. Le suplicó para que volviera a él, para que trajera a Kangin
con él y nunca lo dejara de nuevo.
Junjin, Alfa de
los Lobos Suju Coreanos, suplicó el perdón de su compañero, perdón que él sabía
que no vendría de éste Hyesung. Por cada lágrima, él lloró más. Por cada
sollozo roto que emitía su corazón se rasgó en dos. Todo en él sabía que éste
no era realmente su pareja, pero todo le decía que lo era. Tenía que luchar
contra ello. No podía ceder ante el lobo, no podía ceder ante la horrible
posibilidad de que él y los suyos estarían condenados a sufrir sus temores por
la eternidad.
Tenía que
recordar a su compañero, su verdadero compañero, y saber que él estaba
esperándolo, estaba esperando que volviera un hombre completo, no un lobo roto.
Henry, Yunho, Yesung
y Sihyuk también estaban pasando a través de sus propios infiernos personales
en el Limbo, cada hombre sufriendo una y otra vez sus más profundos y más
oscuros temores. Y mientras soportaban lo que sentían que era la soledad, mal
sabían ellos que no estaban más que a unos centímetros el uno del otro.
Un Yunho
devastado vio como el compañero que apenas había encontrado le daba la espalda.
Henry estaba de
pie delante de un Zhoumi enfurecido, encogiéndose mientras él le decía
exactamente lo que pensaba de estar emparejado con un Fae.
Yesung sollozaba
mientras Desdémona cortaba el corazón que aún latía del pecho de su compañero.
Sus gritos perforaron su corazón.
Sihyuk miró hacia
la oscuridad, una oscuridad tan sombría y solitaria que los brazos de la muerte
lo llamaban cariñosamente.
Así una y otra
vez tuvieron que soportar. Se enfurecieron, aullaron, lloraron y suplicaron
ante cosas que no eran verdad. Sus lobos estaban enfurecidos dentro de ellos,
buscando una manera de salir del hombre, pero ellos resistían.
Mona abrió sus
ojos después de estar buscando en el Limbo en su mente. El Rey de los duendes
la había contactado cuando capturó a los machos y ella había estado casi tan
emocionada como un niño en la mañana de Navidad. Quería ver al gran Junjin
romperse, al poderoso Siwon lloriqueando como un idiota, y se quedó satisfecha
mientras los observaba. No podía ver lo que estaban viendo, esa era su
realidad, pero podía ver sus reacciones a ello.
—Música para mis
oídos —dijo a la casa vacía en la que se estaba quedando mientras esperaba a Jungsoo
para que cumpliera con su parte del trato—. Lobos lamentándose como cachorros
apenas destetados. Debería grabarlos en una cinta de vídeo y enviarlos a sus
compañeras como regalo. Será el regalo que sigo dando.
Mona comenzó a
pasearse mientras pensaba en lo que estaba por venir. Ella estaba por reunirse
con Jungsoo en cuestión de horas, y él abriría el Velo al inframundo. Con la
horda de demonios bajo su mando, sería capaz de borrar de la faz de la tierra a
los lobos. Tomaría a las dos sanadoras, y con su sangre sería más poderosa que
cualquier otro ser, incluso las Fae.
Mirando el reloj,
notó que todavía faltaban varias horas hasta su encuentro. Por mucho que
detestaba descansar, decidió que iba a necesitar la energía para acabar con los
lobos. Se quitó los zapatos y se acostó en el sofá de flores, y lo encontró
sorprendentemente cómodo.
—¿Quién dice que
no hay descanso para los malvados?
Sonrió para sus
adentros mientras se dejaba llevar.
Jajajajaja Dambi va a estrangular el trasero embarazado de Hee~
ResponderEliminarAhhhhh
Nooo
Los machos lobos se van a volver locos si siguen a si!!!!
Ahhhhh
Ojala y quemen a Mona en a hoguera!!!
esa fulana es mala espero y pronto se muera por hacer sufrir a mi lindo monito y a yeye
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