—Lo siento, pero
estoy tan harto de que la única respuesta a todo sea: “El necesita a su
compañero”. ¿Cómo podemos ser tan dependientes de ustedes? Quiero Decir, en serio,
¿qué demonios los hace tan especial que pueden arreglar todo? ¿Y cuán vanidoso
es que piensen que son la solución a todo? Teukkie es fuerte sin Kangin. El no
lo necesita. Nosotros no los necesitamos.
Siwon gruñó, y el
sonido que salió de él era más como un león que un lobo. Todo el mundo, a
excepción de Junjin, dio un paso lejos del enfurecido Alfa.
—¿Crees que te
hace débil Decir que me necesitas? ¿Es ese tu problema, que no quieres
necesitarme? —Los ojos de Siwon brillaban mientras sostenía la mirada de su
compañero.
—¿Por qué debería
necesitarte? Tú no me necesitas. Eres fuerte sin mí. Puedes enfrentarte a
cualquier cosa, lidiar con cualquier cosa, pero yo soy débil. Eso es lo que
piensas, que no puedo manejarlo cuando se pone difícil. ¡Crees que todos vamos
simplemente a ponernos en posición fetal y morir si no estás allí para
rescatarnos! —La respiración de Hee era errática y su corazón estaba acelerado.
—Hee, tienes que
calmarte.
Siwon gruñó hacia
él.
—¿Quién eres tú
para Decirle a mi compañero lo que necesita?
Hongki dio un
paso atrás, agachando la cabeza y dejando al descubierto su cuello en sumisión.
La cabeza de Siwon
espetó hacia su compañero. Él estaba tratando de controlar a su lobo, pero era
cada vez más difícil cuanto más Hee brotaba esa tontería de no necesitarlo y de
él no necesitarle.
—¿De dónde está
viniendo todo esto, Heechul? ¿Cómo me puedes Decir esas cosas? ¿A MÍ? Cuando
moriste mi vida se terminó. TE NECESITO y no me da vergüenza admitirlo.
Necesitarte no me hace débil, no me hace menos hombre. Tú me haces más fuerte,
me haces mejor. ¿Por qué es tan horrible necesitarme? —Siwon había dado varios
pasos hacia Hee, pero éste tomó la misma cantidad de distancia de él.
Hee observó su
ira volverse dolor mientras lo miraba.
Sus hombros se
derrumbaron en derrota, toda la lucha se había ido. Estaba cansado. Asustado.
—Si te necesito,
si no puedo estar sin ti, entonces moriré cuando me dejes… dejaré de existir
sin ti. No puedo necesitarte, no puedo. Si eres el aire que respiro, si eres el
piso que me sostiene, si eres lo que me completa, entonces seré una cáscara
vacía y seca una vez que te hayas ido. —Las lágrimas se deslizaron por su
rostro.
—Heechul, nunca
te dejaré. ¿Cómo puedes Decir eso?
—Tú no lo sabes.
Una vez que lo haga… me odiarás.
Siwon dio otro
paso hacia él. Esta vez no se movió hacia atrás.
—Dile, Hee.
Confía en él. —Hongki habló en voz baja, con los ojos todavía en el suelo y su
cuello expuesto.
Los ojos de Siwon
se agrandaron.
—¿Le dijiste a él
antes de decírmelo a mí, a tu pareja, tu esposo?
Hee se encogió
ante el dolor que vio en su rostro.
—Lo siento —dijo
entre sollozos—. Lo siento mucho. Es sólo que no creo que sobreviviré si veo la
repugnancia en tus ojos cuando lo escuches. No puedo perderte, Siwon… no puedo
perderte porque te necesito.
Siwon se movió
rápidamente a él antes que pudiera alejarse, y se puso de rodillas. Colocó
ambas manos a cada lado de su cara y sostuvo su mirada.
—Princesa, no hay
nada que puedas hacer que haga que me pierdas. Soy tuyo, en las buenas y en las
malas, soy tuyo.
Los ojos de Hee se
llenaron de lágrimas.
—Pero esto es tan
malo, Siwi. Tan malo —le susurró entre sollozos.
Siwon le limpió
las lágrimas con sus pulgares, y porque no podía aguantar más, lo tomó en sus
brazos. Sostuvo su cuerpo que temblaba, derramando calor en su interior.
—Estoy embarazado,
Siwi —dijo en voz tan baja que incluso con su audición de lobo tuvo que
esforzarse para entender.
Cuando lo hizo,
se quedó paralizado. En respuesta, su cuerpo se tensó.
¿Cómo iba a
pensar que estaría enojado por eso? Llevaba a su cachorro, su hijo. Sintió que
su corazón se hinchó y las lágrimas se formaron en sus ojos. Lo apartó para
mirarlo, pero su compañero luchó contra él. Se agarró a su camisa y lo sostuvo
con fuerza.
—Eso no es todo.
—Dime, princesa.
Confía en mí, por favor —le susurró en respuesta.
—Las Parcas
vinieron a mí en un sueño.
Siwon se puso
mortalmente quieto. El aire parecía estar más cargado con su poder.
—¿La noche que
tuviste la pesadilla? —le preguntó con cautela.
Sintió que asintió
contra él.
—¿Qué pasó, Heechul?
—Trató de mantener su voz suave para no asustarlo, pero era tan duro mantener
su lobo calmado.
—Me dijeron que
tengo que pagar la deuda que les debo, porque no morí cuando fue mi hora.
—¿Y cuál es el
pago? —Siwon cerró los ojos cuando le preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
—La vida de
nuestro bebe.
Heechul se echó
hacia atrás y lo miró a la cara. Su cara estaba hinchada y llena de lágrimas.
—Dijeron que
cuando nazca van a quitármelo. Quitárnoslo. —Después de una pausa, añadió—: En
nueve meses, Siwi, nueve meses. —Su labio inferior temblaba—. Maté a nuestro
bebé.
La ira le llenó.
—Mi elección de
volver de entre los muertos va a matar a nuestro bebé. —golpeó su mano contra
su pecho—. ¡MI ELECCIÓN! ¿Cuán egoísta fue eso? ¿Cómo puedes no estar enojado
conmigo? ¿Cómo puedes siquiera tenerme en tu visión?
Los ojos de Siwon
estaban brillando, y escuchar el derrame de tonterías de su compañero estaba
causando que su lobo se enojara. A su lobo no le gustaba ver a su compañero tan
destrozado, y él seguro que no iba a tolerar que Siwon fuera la causa de ese
dolor. Cerró los ojos, tratando de ayudar a su lobo a entender que no estaba
molesto con su compañero.
—Heechul, mírame.
Hee no le hizo
caso y siguió mirando sus manos inquietas.
Con su dedo
levantó suavemente su cara hasta que fue capaz de mirarlo a sus ojos.
—Hubiera sido mi
elección también.
La confusión
cruzó el rostro de Hee.
—¿Qué elección?
—Que volvieras a
mí. Habría elegido que no murieras a los 18 años después de completar el
vínculo con tu pareja. Si hubiera sabido que eras capaz de hacer esa elección y
elegir la muerte en lugar de la vida, en vez de mí… entonces, mi hermoso amado,
entonces estaría enojado contigo. Esto… —Él puso la mano sobre su estómago,
donde su bebé crecía—, está fuera de tu control. No es tu culpa. Y no
perderemos a nuestra bebe. Heechul, te amo, con cada fibra de mi ser, cada
célula de mi cuerpo, te amo. Por favor, créeme cuando te digo que no te culpo
por nuestras circunstancias. Dime que me crees.
Hee había
empezado a llorar otra vez, y sus hipos entre palabras desgarraron el corazón
de Siwon.
—Yo… te… creo.
Él le sacó las
lágrimas de la cara y se inclinó. Luego apretó sus labios contra los suyos y
empujó todo el consuelo y el amor que pudo en ese beso.
—Por favor, no me
dejes.
Siwon sonrió
suavemente.
—No me iré de tu
lado por un largo tiempo, amor.
Hee le sonrió
débilmente.
—Déjame adivinar,
¿nueve meses?
Siwon se rió.
—Algo por el
estilo.
Siwon lo besó
firmemente una vez más y se echó hacia atrás, enmarcando su cara con sus
grandes manos.
—No me iré a
ninguna parte. No estoy enfadado contigo. Eres mío y nada va a pasarte. —Puso
su mano sobre el vientre y derramó toda la verdad que pudo en sus palabras—.
Nada va a pasarle a nuestro bebé. No lo permitiré.
Hee puso la mano
sobre la de él, luego presionó su frente a la suya. Tembló y lloró mientras él
le susurró en Coreano, diciéndole una y otra vez lo hermoso que era para él, lo
precioso y lo feliz que estaba de que llevara su bebé. Ni siquiera habían
pensado en los otros que estaban a su alrededor, siendo testigos de este
momento tan privado.
Siwon sostuvo su
cara entre sus manos y lo besó suavemente.
—Te amo, Heechul
—le dijo con severidad.
—Te amo, Siwi. Te
amo tanto.
Él levantó
suavemente su camisa para exponer su piel y se inclinó hacia adelante,
colocando beso tras beso a través de su estómago.
—Estás a salvo,
pequeño —susurró contra la piel de su esposa—. Estás a salvo y eres amado. No
dejaré que te pase nada.
Levantó la cabeza
hacia atrás, pero mantuvo la mano, piel contra piel, contra su estómago. Siwon
lo miró a los ojos.
—No pasaremos tu
embarazo en luto. No pasaremos este tiempo precioso preocupándonos. Hemos
creado esta pequeña vida, Heechul. Nuestro amor ha creado esto, y no quiero que
se contamine con nuestros miedos. Por favor. No puedo soportar la idea de estar
nueve meses sin tus comentarios de sabelotodo o tus chistes sexuales. Verte
como estás hoy fue mi punto de ruptura.
—Shh. —Hee presionó
un dedo ligeramente en sus labios—: Confío en ti, Siwon. Eres mi compañero, el
padre de nuestro bebé, y sé que cuidarás de nosotros.
El cuerpo de Siwon
tembló de emoción, sintió la confianza y el respeto en sus palabras, palabras
que vertieron fuerza en él y afirmaron su capacidad para hacer lo que dijo que
haría.
—Gracias —le dijo
en voz baja.
El grupo
permaneció en silencio mientras Siwon sostenía a su compañero embarazado en sus
brazos. No hubo palabras en ese momento, no hubo comentarios sabihondos, ni afectuosos.
Fue simplemente una manada observando como sus compañeros de manada se amaban,
y trataban con los desafíos de la vida.
Donghae miró en
silencio, sorprendido por la revelación de Hee. Su amigo estaba embarazado.
¡Estaba embarazado! No podía envolver su mente alrededor de eso. No solo estaba
embarazado, sino que las Parcas le habían dicho que matarían a su bebé. ¿Las
cosas podrían ser peor?
«No seamos los
que pregunten eso», le advirtió Hyukjae en su mente.
Donghae lo miró
desde donde estaba agachado junto al cuerpo inmóvil de Teukkie. Gruñó en
entendimiento, de acuerdo en que siempre que se hacía esa pregunta, las cosas
parecían ir de mal en peor. Y, como si ese interruptor hubiera sido activado,
el aire se espesó y relámpagos rasgaron a través del cielo.
Todos los machos
estaban de repente en estado de alerta, creando un círculo alrededor de las parejas.
Miraron hacia el bosque en todas direcciones, como si esperaran a que el
enemigo viniera contra ellos.
Donghae vio
pequeños cuerpos emerger de la oscuridad. Unos colgaban de las ramas de los
árboles y otros estaban de pie delante de ellos, pero en todos los casos se
aseguraban de mantenerse por encima del nivel del ojo. Uno a uno aparecieron,
varios de ellos, a la espera. Eran humanos en apariencia, pero tenían una belleza
etérea. Un suave resplandor parecía crear un halo a su alrededor. Donghae creyó
ver alas, pero no podía estar seguro porque parecían ir y venir, casi como si
estuvieran parpadeando de vez en cuando.
Hyukjae dejó
escapar un gruñido. Junjin dio un paso hacia el más grande de ellos. Él no
tenía más que treinta centímetros de altura y tenía una forma ágil. Tenía el
cabello corto oscuro, pómulos altos y ojos que eran de un verde iridiscente. Se
paraba majestuosamente, con el pecho hinchado y los hombros hacia atrás.
—¿Has elegido un
bando, Rey de los duendes? —preguntó Junjin.
El duende se
tensó, pero rápidamente puso su expresión en blanco.
—No es nada en
contra tuya o de los tuyos, lobo Alfa. —La voz del Rey duende era sorprendentemente
profunda para un ser tan pequeño.
—Ahí es donde te
equivocas. Su magia está perjudicando a los míos. Tu elección está causando
daño a lo que es mío. —Los ojos de Junjin comenzaban a brillar y su voz se
tornó gutural.
—Ten cuidado,
gran Alfa —advirtió el Rey duende—. Estás en mi reino ahora.
—¿Emites tu magia
en contra de mi nuero y de mi hijo, buscas atrapar a mi manada, mis hermanos, y
luego me dices que tenga cuidado? —gruñó Junjin y dio un paso amenazador hacia
adelante—. Tal vez tú, duende, deberías tener cuidado. Ha pasado un tiempo
desde que mis lobos han tenido buena carne, y los duendes se están viendo muy
apetecibles.
Una orquesta de
siseos onduló a través de los árboles, donde los duendes se posaban y colgaban.
El rey saltó a una rama más baja, acercándose a Junjin.
—Hemos venido por
los machos. Podemos hacer esto por las buenas y que vengan con nosotros, o
podemos hacerlo por las malas. Te corresponde a ti elegir, Alfa.
Siwon gruñó y se
abalanzó hacia el duende más cercano. Se detuvo en seco al oír a Hee gritar de
dolor, llegando a él antes que golpeara la tierra fría.
—Heechul, amor,
habla conmigo. —Siwon apartó el cabello de su cara y lo besó suavemente.
Mientras tanto, Hyukjae
se lanzaba hacia delante y agarró a un duende con su mano ya en fase. Él gruñó.
—¿Qué le has
hecho? —preguntó mientras señalaba a Hee.
Fue el Rey duende
quien respondió:
—Es lo que pasará
con todas sus parejas si no vienen con nosotros.
Hyukjae arrojó el
duende con la mano y éste se estrelló contra un árbol y cayó.
Casi al mismo
tiempo, Donghae gritó de dolor. Se dobló sobre sí mismo, tratando de detener el
dolor punzante en su abdomen.
Hyukjae gruñó.
—¡PAREN ESTO!
Uno a uno, las parejas
cayeron: Ryeowook, Hyesung, Hongki, Changmin, Zhoumi, e incluso Dambi.
Junjin se lanzó a
por el Rey duende, y de la nada apareció una lanza en la mano del duende.
Detuvo el ataque de Junjin y éste apenas esquivó el golpe.
Los otros hombres
entraron en acción. Henry comenzó a blandir su magia Fae, lanzando pernos de
energía a cada duende que veía. Le acertó a la misma cantidad que falló. Eran
rápidos, esquivando de izquierda a derecha, y usando sus propias tácticas de
guerra, que incluían principalmente combate cuerpo a cuerpo.
Henry logró poner
un escudo sobre los hombres. Trató de ayudar a las parejas, pero no podía
deshacer lo que los duendes habían hecho.
Yesung había
pasado a su forma de lobo y no se contuvo cuando tuvo sus dientes en un duende.
No fue bonito, pero con cada gemido que escuchaba de su compañero, más feroz se
volvía su lobo.
Sihyuk y Hyukjae
hicieron equipo y lucharon espalda con espalda, pero con cada duende que
despachaban, otros cinco llegaban literalmente de la nada.
Un rayo cayó al
suelo y el trueno resonó a través del aire de la noche cargada.
—¡BASTA! —gritó
El Rey duende con una voz resonante.
Los lobos se
congelaron, no porque quisieran. El Rey los estaba sujetando con su magia.
—Basta ya de
esto, Junjin, Alfa de la manada Coreana. Digan adiós a sus parejas. No pueden
ganar contra nosotros, y no voy a seguir permitiendo que mates a mi gente.
Despídanse y luego pasen por el portal. Si te niegas, voy a seguir torturándolos
delante de ti.
Tan pronto como
el Rey dejó de hablar, los lobos fueron capaces de moverse de nuevo.
Siwon quiso
lanzarse una vez más y Junjin lo atrapó.
—Debemos escoger
nuestras batallas, viejo amigo —le dijo Junjin en voz baja—. Ve con tu
compañero.
Siwon no se movió
durante unos momentos. Luego asintió y se volvió hacia Heechul.
Hyukjae se
arrodilló junto a Donghae y lo levantó en su regazo.
—¿Todavía te
duele? —preguntó con suavidad.
Donghae asintió
con un temblor en sus labios.
—Por favor, no
vayas —susurró.
Hyukjae cerró los
ojos y lo atrajo hacia sí.
—Tengo que
hacerlo, Donghae mío. No quiero, pero no voy a verlos torturarte. Me mataría.
Donghae trató de
detener las lágrimas que caían, sabiendo que tenía que ser fuerte por él, pero
cuanto más trataba de detenerlas, más caían. Lo miró a los ojos y se inclinó
hacia adelante, presionando sus labios contra los suyos. Cuando se retiró, vio
la reluciente humedad en sus ojos.
—Voy a volver. No
puedes deshacerte de mí tan fácilmente —trató de bromear, pero el efecto se
perdió en el dolor que llenaba su voz.
—Te buscaré, Hyukjae
—le dijo con convicción. Se recompuso y enderezó la espalda.
Hyukjae negó con
la cabeza.
—No lo hagas.
Necesito saber que estás a salvo.
—Qué mal —le
espetó—. Eres mío, y ningún maldito duendecillo estúpido va a llevarse lo que
es mío sin luchar.
Donghae oyó la
débil voz de Hee detrás:
—Yo secundo la
moción.
Hyukjae sonrió a
su compañero y cerró los ojos, dejando escapar un suspiro exasperado.
—Te amo, Donghae Lee.
—Apuesto tu sexy
trasero a que lo haces. —Donghae trató de mantener la convicción en su voz.
Hyukjae se puso
de pie, y luego lo envolvió en sus brazos.
Siwon puso a Heechul
de pie y colocó la mano sobre su estómago.
—¿Estás bien ?
—susurró.
Hee miró a su muy
hermoso rostro.
—Bebé está bien
—respondió a su pregunta real, cubriendo la mano con la suya, hablando de su nonato—.
Vamos a encontrarte, Siwon. —levantó la mano antes que pudiera discutir con él—.
No quiero oírlo. Tú eres mi compañero. Estoy llevando a tu bebé, y que me
condenen si voy a pasar este embarazo sin tenerte cerca para hacerte miserable
mientras yo engordo. Así que acostumbrate a la idea. Voy a encontrarte y cuando
le ponga las manos encima a esa bruja, la voy a destripar.
Los ojos de Siwon
brillaban cuando él se inclinó y lo besó.
—Eres muy sexy
cuando estás sediento de sangre.
Hee resopló
mientras lo atraía hacia sí.
—Mantente a salvo,
por favor. Ten cuidado, y haz lo que sea necesario para mantener a nuestro bebé
seguro.
Hee asintió y le
sonrió a su compañero.
—Hazlos sufrir,
amor.
Henry besó a Zhoumi
apasionadamente.
—Eso es algo para
que pienses mientras no me tengas. —Le guiñó un ojo mientras se retiraba.
—Henry, no hagas
nada estúpido —le gruñó Zhoumi.
—Siwi tiene
razón, ustedes las parejas son sexys cuando gruñen. Volveré antes que lo sepas,
y entonces, mi dulce lobo, tenemos negocios que tratar. —Él la miró fijamente y
Zhoumi se sonrojó.
Yunho sostuvo a Changmin
cerca suyo mientras observaba a sus compañeros de manada y a su Alfa despedirse
de sus parejas. Nunca se había sentido tan impotente en su larga vida.
—Tienes que ir
con las Fae —le dijo a Changmin con solemnidad—. No puedes hacer esto sin
ellas. Es necesario que presentes una petición, los amenaces, haz lo que tengas
que hacer, pero consigue su ayuda.
Changmin asintió.
—Está bien. —El
lo miraba fijamente, memorizando cada rasgo.
—Oye. —Yunho habló
en voz baja—. Esto no es un adiós, mi amor. Acabo de encontrarte. —Él le
sostuvo la cara entre las manos y lo besó, un beso profundo y lento que hablaba
pasión. Cuando él se retiró, sonrió dulcemente—. Eso es sólo una idea de los
planes que tengo para ti, mi hermoso compañero. Esto no es un adiós.
—¡BASTA! ¡Es hora
de irnos! —gritó el Rey duende de nuevo.
Hee giró la
cabeza y le espetó:
—¡Basta una
mierda! —Luego tomó pasos amenazantes hacia el pequeño Rey, con Siwon a su lado
todo el camino—. Escúchame ahora, pequeño Rey. —Hee comenzó a temblar de ira
mientras hablaba—. La próxima vez que te vea, te voy a rellenar y a convertirte
en un producto de Harry Potter. Te has metido con la pareja Alfa embarazada
equivocada. Prepárate, porque estás en mi lista.
Donghae chasqueó
la lengua y en su mejor voz de Filch de Harry Potter dijo:
—¡Dios mío,
estamos en problemas!
El Rey duende le
dirigió su atención a él. Donghae se encogió de hombros.
—Sólo digo, no
quieres estar en la lista de Hee, jamás. Estás tan jodido.
Hee le dio al Rey
un gruñido más por si acaso antes de volverse hacia su compañero.
—Cuídate.
Siwon lo besó
rápidamente y, a continuación, se dirigió al portal que los duendes habían
abierto.
Todos los machos,
a excepción de Junjin, siguieron su ejemplo.
Junjin miró a su
compañero y lo besó de una manera intensa.
—¿Sabes a dónde
se los llevan? —susurró Hyesung mientras se apartaba.
Junjin asintió
una vez.
Hyesung cerró los
ojos mientras una solitaria lágrima escapaba.
—Recuerda, no es
real —le dijo.
—Lo intentaré, Amor.
Lo intentaré. —Él la besó una vez más y se unió a los otros machos frente al
portal.
Con una última
mirada a sus espaldas, entraron por la puerta resplandeciente, desapareciendo
como si nunca hubieran estado allí en absoluto.
Santa mierda!!!
ResponderEliminarEl rey duende se jodió!!!!
Eso es Hee~ hazle saber que se metió con la pareja alfa embarazada equivocada!!!!
Jajajajaja no puedo con esa frase:
"Que me condenen si voy a pasar este embarazo sin hacerte sentir miserable mientras yo engordó"
Oh algo a si(?)
A jajajajajaja pobre Siwonshis
Amo locamente esta adaptación!!!!
Gracias ~