Sapphire Wolf (T5)- 23


—Lo siento, pero estoy tan harto de que la única respuesta a todo sea: “El necesita a su compañero”. ¿Cómo podemos ser tan dependientes de ustedes? Quiero Decir, en serio, ¿qué demonios los hace tan especial que pueden arreglar todo? ¿Y cuán vanidoso es que piensen que son la solución a todo? Teukkie es fuerte sin Kangin. El no lo necesita. Nosotros no los necesitamos.
Siwon gruñó, y el sonido que salió de él era más como un león que un lobo. Todo el mundo, a excepción de Junjin, dio un paso lejos del enfurecido Alfa.
—¿Crees que te hace débil Decir que me necesitas? ¿Es ese tu problema, que no quieres necesitarme? —Los ojos de Siwon brillaban mientras sostenía la mirada de su compañero.
—¿Por qué debería necesitarte? Tú no me necesitas. Eres fuerte sin mí. Puedes enfrentarte a cualquier cosa, lidiar con cualquier cosa, pero yo soy débil. Eso es lo que piensas, que no puedo manejarlo cuando se pone difícil. ¡Crees que todos vamos simplemente a ponernos en posición fetal y morir si no estás allí para rescatarnos! —La respiración de Hee era errática y su corazón estaba acelerado.
Hongki dio un paso hacia adelante, manteniendo un ojo cauteloso sobre Siwon.
—Hee, tienes que calmarte.
Siwon gruñó hacia él.
—¿Quién eres tú para Decirle a mi compañero lo que necesita?
Hongki dio un paso atrás, agachando la cabeza y dejando al descubierto su cuello en sumisión.
La cabeza de Siwon espetó hacia su compañero. Él estaba tratando de controlar a su lobo, pero era cada vez más difícil cuanto más Hee brotaba esa tontería de no necesitarlo y de él no necesitarle.
—¿De dónde está viniendo todo esto, Heechul? ¿Cómo me puedes Decir esas cosas? ¿A MÍ? Cuando moriste mi vida se terminó. TE NECESITO y no me da vergüenza admitirlo. Necesitarte no me hace débil, no me hace menos hombre. Tú me haces más fuerte, me haces mejor. ¿Por qué es tan horrible necesitarme? —Siwon había dado varios pasos hacia Hee, pero éste tomó la misma cantidad de distancia de él.
Hee observó su ira volverse dolor mientras lo miraba.
Sus hombros se derrumbaron en derrota, toda la lucha se había ido. Estaba cansado. Asustado.
—Si te necesito, si no puedo estar sin ti, entonces moriré cuando me dejes… dejaré de existir sin ti. No puedo necesitarte, no puedo. Si eres el aire que respiro, si eres el piso que me sostiene, si eres lo que me completa, entonces seré una cáscara vacía y seca una vez que te hayas ido. —Las lágrimas se deslizaron por su rostro.
—Heechul, nunca te dejaré. ¿Cómo puedes Decir eso?
—Tú no lo sabes. Una vez que lo haga… me odiarás.
Siwon dio otro paso hacia él. Esta vez no se movió hacia atrás.
—Dile, Hee. Confía en él. —Hongki habló en voz baja, con los ojos todavía en el suelo y su cuello expuesto.
Los ojos de Siwon se agrandaron.
—¿Le dijiste a él antes de decírmelo a mí, a tu pareja, tu esposo?
Hee se encogió ante el dolor que vio en su rostro.
—Lo siento —dijo entre sollozos—. Lo siento mucho. Es sólo que no creo que sobreviviré si veo la repugnancia en tus ojos cuando lo escuches. No puedo perderte, Siwon… no puedo perderte porque te necesito.
Siwon se movió rápidamente a él antes que pudiera alejarse, y se puso de rodillas. Colocó ambas manos a cada lado de su cara y sostuvo su mirada.
—Princesa, no hay nada que puedas hacer que haga que me pierdas. Soy tuyo, en las buenas y en las malas, soy tuyo.
Los ojos de Hee se llenaron de lágrimas.
—Pero esto es tan malo, Siwi. Tan malo —le susurró entre sollozos.
Siwon le limpió las lágrimas con sus pulgares, y porque no podía aguantar más, lo tomó en sus brazos. Sostuvo su cuerpo que temblaba, derramando calor en su interior.
—Estoy embarazado, Siwi —dijo en voz tan baja que incluso con su audición de lobo tuvo que esforzarse para entender.
Cuando lo hizo, se quedó paralizado. En respuesta, su cuerpo se tensó.
¿Cómo iba a pensar que estaría enojado por eso? Llevaba a su cachorro, su hijo. Sintió que su corazón se hinchó y las lágrimas se formaron en sus ojos. Lo apartó para mirarlo, pero su compañero luchó contra él. Se agarró a su camisa y lo sostuvo con fuerza.
—Eso no es todo.
—Dime, princesa. Confía en mí, por favor —le susurró en respuesta.
—Las Parcas vinieron a mí en un sueño.
Siwon se puso mortalmente quieto. El aire parecía estar más cargado con su poder.
—¿La noche que tuviste la pesadilla? —le preguntó con cautela.
Sintió que asintió contra él.
—¿Qué pasó, Heechul? —Trató de mantener su voz suave para no asustarlo, pero era tan duro mantener su lobo calmado.
—Me dijeron que tengo que pagar la deuda que les debo, porque no morí cuando fue mi hora.
—¿Y cuál es el pago? —Siwon cerró los ojos cuando le preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
—La vida de nuestro bebe.
Heechul se echó hacia atrás y lo miró a la cara. Su cara estaba hinchada y llena de lágrimas.
—Dijeron que cuando nazca van a quitármelo. Quitárnoslo. —Después de una pausa, añadió—: En nueve meses, Siwi, nueve meses. —Su labio inferior temblaba—. Maté a nuestro bebé.
La ira le llenó.
—Mi elección de volver de entre los muertos va a matar a nuestro bebé. —golpeó su mano contra su pecho—. ¡MI ELECCIÓN! ¿Cuán egoísta fue eso? ¿Cómo puedes no estar enojado conmigo? ¿Cómo puedes siquiera tenerme en tu visión?
Los ojos de Siwon estaban brillando, y escuchar el derrame de tonterías de su compañero estaba causando que su lobo se enojara. A su lobo no le gustaba ver a su compañero tan destrozado, y él seguro que no iba a tolerar que Siwon fuera la causa de ese dolor. Cerró los ojos, tratando de ayudar a su lobo a entender que no estaba molesto con su compañero.
—Heechul, mírame.
Hee no le hizo caso y siguió mirando sus manos inquietas.
Con su dedo levantó suavemente su cara hasta que fue capaz de mirarlo a sus ojos.
—Hubiera sido mi elección también.
La confusión cruzó el rostro de Hee.
—¿Qué elección?
—Que volvieras a mí. Habría elegido que no murieras a los 18 años después de completar el vínculo con tu pareja. Si hubiera sabido que eras capaz de hacer esa elección y elegir la muerte en lugar de la vida, en vez de mí… entonces, mi hermoso amado, entonces estaría enojado contigo. Esto… —Él puso la mano sobre su estómago, donde su bebé crecía—, está fuera de tu control. No es tu culpa. Y no perderemos a nuestra bebe. Heechul, te amo, con cada fibra de mi ser, cada célula de mi cuerpo, te amo. Por favor, créeme cuando te digo que no te culpo por nuestras circunstancias. Dime que me crees.
Hee había empezado a llorar otra vez, y sus hipos entre palabras desgarraron el corazón de Siwon.
—Yo… te… creo.
Él le sacó las lágrimas de la cara y se inclinó. Luego apretó sus labios contra los suyos y empujó todo el consuelo y el amor que pudo en ese beso.
—Por favor, no me dejes.
Siwon sonrió suavemente.
—No me iré de tu lado por un largo tiempo, amor.
Hee le sonrió débilmente.
—Déjame adivinar, ¿nueve meses?
Siwon se rió.
—Algo por el estilo.
Siwon lo besó firmemente una vez más y se echó hacia atrás, enmarcando su cara con sus grandes manos.
—No me iré a ninguna parte. No estoy enfadado contigo. Eres mío y nada va a pasarte. —Puso su mano sobre el vientre y derramó toda la verdad que pudo en sus palabras—. Nada va a pasarle a nuestro bebé. No lo permitiré.
Hee puso la mano sobre la de él, luego presionó su frente a la suya. Tembló y lloró mientras él le susurró en Coreano, diciéndole una y otra vez lo hermoso que era para él, lo precioso y lo feliz que estaba de que llevara su bebé. Ni siquiera habían pensado en los otros que estaban a su alrededor, siendo testigos de este momento tan privado.
Siwon sostuvo su cara entre sus manos y lo besó suavemente.
—Te amo, Heechul —le dijo con severidad.
—Te amo, Siwi. Te amo tanto.
Él levantó suavemente su camisa para exponer su piel y se inclinó hacia adelante, colocando beso tras beso a través de su estómago.
—Estás a salvo, pequeño —susurró contra la piel de su esposa—. Estás a salvo y eres amado. No dejaré que te pase nada.
Levantó la cabeza hacia atrás, pero mantuvo la mano, piel contra piel, contra su estómago. Siwon lo miró a los ojos.
—No pasaremos tu embarazo en luto. No pasaremos este tiempo precioso preocupándonos. Hemos creado esta pequeña vida, Heechul. Nuestro amor ha creado esto, y no quiero que se contamine con nuestros miedos. Por favor. No puedo soportar la idea de estar nueve meses sin tus comentarios de sabelotodo o tus chistes sexuales. Verte como estás hoy fue mi punto de ruptura.
—Shh. —Hee presionó un dedo ligeramente en sus labios—: Confío en ti, Siwon. Eres mi compañero, el padre de nuestro bebé, y sé que cuidarás de nosotros.
El cuerpo de Siwon tembló de emoción, sintió la confianza y el respeto en sus palabras, palabras que vertieron fuerza en él y afirmaron su capacidad para hacer lo que dijo que haría.
—Gracias —le dijo en voz baja.
El grupo permaneció en silencio mientras Siwon sostenía a su compañero embarazado en sus brazos. No hubo palabras en ese momento, no hubo comentarios sabihondos, ni afectuosos. Fue simplemente una manada observando como sus compañeros de manada se amaban, y trataban con los desafíos de la vida.

Donghae miró en silencio, sorprendido por la revelación de Hee. Su amigo estaba embarazado. ¡Estaba embarazado! No podía envolver su mente alrededor de eso. No solo estaba embarazado, sino que las Parcas le habían dicho que matarían a su bebé. ¿Las cosas podrían ser peor?
«No seamos los que pregunten eso», le advirtió Hyukjae en su mente.
Donghae lo miró desde donde estaba agachado junto al cuerpo inmóvil de Teukkie. Gruñó en entendimiento, de acuerdo en que siempre que se hacía esa pregunta, las cosas parecían ir de mal en peor. Y, como si ese interruptor hubiera sido activado, el aire se espesó y relámpagos rasgaron a través del cielo.
Todos los machos estaban de repente en estado de alerta, creando un círculo alrededor de las parejas. Miraron hacia el bosque en todas direcciones, como si esperaran a que el enemigo viniera contra ellos.
Donghae vio pequeños cuerpos emerger de la oscuridad. Unos colgaban de las ramas de los árboles y otros estaban de pie delante de ellos, pero en todos los casos se aseguraban de mantenerse por encima del nivel del ojo. Uno a uno aparecieron, varios de ellos, a la espera. Eran humanos en apariencia, pero tenían una belleza etérea. Un suave resplandor parecía crear un halo a su alrededor. Donghae creyó ver alas, pero no podía estar seguro porque parecían ir y venir, casi como si estuvieran parpadeando de vez en cuando.
Hyukjae dejó escapar un gruñido. Junjin dio un paso hacia el más grande de ellos. Él no tenía más que treinta centímetros de altura y tenía una forma ágil. Tenía el cabello corto oscuro, pómulos altos y ojos que eran de un verde iridiscente. Se paraba majestuosamente, con el pecho hinchado y los hombros hacia atrás.
—¿Has elegido un bando, Rey de los duendes? —preguntó Junjin.
El duende se tensó, pero rápidamente puso su expresión en blanco.
—No es nada en contra tuya o de los tuyos, lobo Alfa. —La voz del Rey duende era sorprendentemente profunda para un ser tan pequeño.
—Ahí es donde te equivocas. Su magia está perjudicando a los míos. Tu elección está causando daño a lo que es mío. —Los ojos de Junjin comenzaban a brillar y su voz se tornó gutural.
—Ten cuidado, gran Alfa —advirtió el Rey duende—. Estás en mi reino ahora.
—¿Emites tu magia en contra de mi nuero y de mi hijo, buscas atrapar a mi manada, mis hermanos, y luego me dices que tenga cuidado? —gruñó Junjin y dio un paso amenazador hacia adelante—. Tal vez tú, duende, deberías tener cuidado. Ha pasado un tiempo desde que mis lobos han tenido buena carne, y los duendes se están viendo muy apetecibles.
Una orquesta de siseos onduló a través de los árboles, donde los duendes se posaban y colgaban. El rey saltó a una rama más baja, acercándose a Junjin.
—Hemos venido por los machos. Podemos hacer esto por las buenas y que vengan con nosotros, o podemos hacerlo por las malas. Te corresponde a ti elegir, Alfa.
Siwon gruñó y se abalanzó hacia el duende más cercano. Se detuvo en seco al oír a Hee gritar de dolor, llegando a él antes que golpeara la tierra fría.
—Heechul, amor, habla conmigo. —Siwon apartó el cabello de su cara y lo besó suavemente.
Mientras tanto, Hyukjae se lanzaba hacia delante y agarró a un duende con su mano ya en fase. Él gruñó.
—¿Qué le has hecho? —preguntó mientras señalaba a Hee.
Fue el Rey duende quien respondió:
—Es lo que pasará con todas sus parejas si no vienen con nosotros.
Hyukjae arrojó el duende con la mano y éste se estrelló contra un árbol y cayó.
Casi al mismo tiempo, Donghae gritó de dolor. Se dobló sobre sí mismo, tratando de detener el dolor punzante en su abdomen.
Hyukjae gruñó.
—¡PAREN ESTO!
Uno a uno, las parejas cayeron: Ryeowook, Hyesung, Hongki, Changmin, Zhoumi, e incluso Dambi.
Junjin se lanzó a por el Rey duende, y de la nada apareció una lanza en la mano del duende. Detuvo el ataque de Junjin y éste apenas esquivó el golpe.
Los otros hombres entraron en acción. Henry comenzó a blandir su magia Fae, lanzando pernos de energía a cada duende que veía. Le acertó a la misma cantidad que falló. Eran rápidos, esquivando de izquierda a derecha, y usando sus propias tácticas de guerra, que incluían principalmente combate cuerpo a cuerpo.
Henry logró poner un escudo sobre los hombres. Trató de ayudar a las parejas, pero no podía deshacer lo que los duendes habían hecho.
Yesung había pasado a su forma de lobo y no se contuvo cuando tuvo sus dientes en un duende. No fue bonito, pero con cada gemido que escuchaba de su compañero, más feroz se volvía su lobo.
Sihyuk y Hyukjae hicieron equipo y lucharon espalda con espalda, pero con cada duende que despachaban, otros cinco llegaban literalmente de la nada.
Un rayo cayó al suelo y el trueno resonó a través del aire de la noche cargada.
—¡BASTA! —gritó El Rey duende con una voz resonante.
Los lobos se congelaron, no porque quisieran. El Rey los estaba sujetando con su magia.
—Basta ya de esto, Junjin, Alfa de la manada Coreana. Digan adiós a sus parejas. No pueden ganar contra nosotros, y no voy a seguir permitiendo que mates a mi gente. Despídanse y luego pasen por el portal. Si te niegas, voy a seguir torturándolos delante de ti.
Tan pronto como el Rey dejó de hablar, los lobos fueron capaces de moverse de nuevo.
Siwon quiso lanzarse una vez más y Junjin lo atrapó.
—Debemos escoger nuestras batallas, viejo amigo —le dijo Junjin en voz baja—. Ve con tu compañero.
Siwon no se movió durante unos momentos. Luego asintió y se volvió hacia Heechul.
Hyukjae se arrodilló junto a Donghae y lo levantó en su regazo.
—¿Todavía te duele? —preguntó con suavidad.
Donghae asintió con un temblor en sus labios.
—Por favor, no vayas —susurró.
Hyukjae cerró los ojos y lo atrajo hacia sí.
—Tengo que hacerlo, Donghae mío. No quiero, pero no voy a verlos torturarte. Me mataría.
Donghae trató de detener las lágrimas que caían, sabiendo que tenía que ser fuerte por él, pero cuanto más trataba de detenerlas, más caían. Lo miró a los ojos y se inclinó hacia adelante, presionando sus labios contra los suyos. Cuando se retiró, vio la reluciente humedad en sus ojos.
—Voy a volver. No puedes deshacerte de mí tan fácilmente —trató de bromear, pero el efecto se perdió en el dolor que llenaba su voz.
—Te buscaré, Hyukjae —le dijo con convicción. Se recompuso y enderezó la espalda.
Hyukjae negó con la cabeza.
—No lo hagas. Necesito saber que estás a salvo.
—Qué mal —le espetó—. Eres mío, y ningún maldito duendecillo estúpido va a llevarse lo que es mío sin luchar.
Donghae oyó la débil voz de Hee detrás:
—Yo secundo la moción.
Hyukjae sonrió a su compañero y cerró los ojos, dejando escapar un suspiro exasperado.
—Te amo, Donghae Lee.
—Apuesto tu sexy trasero a que lo haces. —Donghae trató de mantener la convicción en su voz.
Hyukjae se puso de pie, y luego lo envolvió en sus brazos.
Siwon puso a Heechul de pie y colocó la mano sobre su estómago.
—¿Estás bien ? —susurró.
Hee miró a su muy hermoso rostro.
—Bebé está bien —respondió a su pregunta real, cubriendo la mano con la suya, hablando de su nonato—. Vamos a encontrarte, Siwon. —levantó la mano antes que pudiera discutir con él—. No quiero oírlo. Tú eres mi compañero. Estoy llevando a tu bebé, y que me condenen si voy a pasar este embarazo sin tenerte cerca para hacerte miserable mientras yo engordo. Así que acostumbrate a la idea. Voy a encontrarte y cuando le ponga las manos encima a esa bruja, la voy a destripar.
Los ojos de Siwon brillaban cuando él se inclinó y lo besó.
—Eres muy sexy cuando estás sediento de sangre.
Hee resopló mientras lo atraía hacia sí.
—Mantente a salvo, por favor. Ten cuidado, y haz lo que sea necesario para mantener a nuestro bebé seguro.
Hee asintió y le sonrió a su compañero.
—Hazlos sufrir, amor.

Henry besó a Zhoumi apasionadamente.
—Eso es algo para que pienses mientras no me tengas. —Le guiñó un ojo mientras se retiraba.
—Henry, no hagas nada estúpido —le gruñó Zhoumi.
—Siwi tiene razón, ustedes las parejas son sexys cuando gruñen. Volveré antes que lo sepas, y entonces, mi dulce lobo, tenemos negocios que tratar. —Él la miró fijamente y Zhoumi se sonrojó.

Yunho sostuvo a Changmin cerca suyo mientras observaba a sus compañeros de manada y a su Alfa despedirse de sus parejas. Nunca se había sentido tan impotente en su larga vida.
—Tienes que ir con las Fae —le dijo a Changmin con solemnidad—. No puedes hacer esto sin ellas. Es necesario que presentes una petición, los amenaces, haz lo que tengas que hacer, pero consigue su ayuda.
Changmin asintió.
—Está bien. —El lo miraba fijamente, memorizando cada rasgo.
—Oye. —Yunho habló en voz baja—. Esto no es un adiós, mi amor. Acabo de encontrarte. —Él le sostuvo la cara entre las manos y lo besó, un beso profundo y lento que hablaba pasión. Cuando él se retiró, sonrió dulcemente—. Eso es sólo una idea de los planes que tengo para ti, mi hermoso compañero. Esto no es un adiós.
—¡BASTA! ¡Es hora de irnos! —gritó el Rey duende de nuevo.
Hee giró la cabeza y le espetó:
—¡Basta una mierda! —Luego tomó pasos amenazantes hacia el pequeño Rey, con Siwon a su lado todo el camino—. Escúchame ahora, pequeño Rey. —Hee comenzó a temblar de ira mientras hablaba—. La próxima vez que te vea, te voy a rellenar y a convertirte en un producto de Harry Potter. Te has metido con la pareja Alfa embarazada equivocada. Prepárate, porque estás en mi lista.
Donghae chasqueó la lengua y en su mejor voz de Filch de Harry Potter dijo:
—¡Dios mío, estamos en problemas!
El Rey duende le dirigió su atención a él. Donghae se encogió de hombros.
—Sólo digo, no quieres estar en la lista de Hee, jamás. Estás tan jodido.
Hee le dio al Rey un gruñido más por si acaso antes de volverse hacia su compañero.
—Cuídate.
Siwon lo besó rápidamente y, a continuación, se dirigió al portal que los duendes habían abierto.
Todos los machos, a excepción de Junjin, siguieron su ejemplo.
Junjin miró a su compañero y lo besó de una manera intensa.
—¿Sabes a dónde se los llevan? —susurró Hyesung mientras se apartaba.
Junjin asintió una vez.
Hyesung cerró los ojos mientras una solitaria lágrima escapaba.
—Recuerda, no es real —le dijo.
—Lo intentaré, Amor. Lo intentaré. —Él la besó una vez más y se unió a los otros machos frente al portal.
Con una última mirada a sus espaldas, entraron por la puerta resplandeciente, desapareciendo como si nunca hubieran estado allí en absoluto.



1 comentario:

  1. Santa mierda!!!
    El rey duende se jodió!!!!
    Eso es Hee~ hazle saber que se metió con la pareja alfa embarazada equivocada!!!!
    Jajajajaja no puedo con esa frase:
    "Que me condenen si voy a pasar este embarazo sin hacerte sentir miserable mientras yo engordó"
    Oh algo a si(?)
    A jajajajajaja pobre Siwonshis
    Amo locamente esta adaptación!!!!
    Gracias ~

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...