Amante de la Luna-2



Donghae estudió las líneas que flanqueaban la boca de Hyukjae.
─¿Qué es lo que quieres?, ¿Una parte de Haru Holding?
─Kyuhyun no tiene nada en Haru que pueda venderme. Vendió sus últimas acciones en la bolsa hace dos años. Dos años antes que te vendiera a ti un buen paquete.
Donghae frunció el ceño.
─¿Y cómo lo sabes tú?
─Sigo la pista. ¿Qué tiene de distinto ésta inversión?. Kyuhyun ya ha tenido otros desastres. ¿Qué es lo que hace que estés tan desesperado como para venir a mi?
─No estoy desesperado. ─no era una buena posición para negociar dejar que la otra parte sepa que estas a punto de caer en la bancarrota. Que sea el otro quien lo adivine.
Hyukjae sonrió con ironía.
─Hace cinco años me dijiste que preferías arder en el infierno que pedirme algo. ¿Qué ha cambiado?
─Que te estoy ofreciendo una participación en SM. Una operación comercial no…
Él se lo quedó mirando atentamente hasta que Donghae sintió la necesidad de moverse.
─Las acciones de SM no valen ni el papel en el que están impresas.
─Muy bien. Es que yo… ─se puso de pie de pronto─ Yo avalé el pagaré de Kyuhyun.
No hubiera necesitado verle abrir los ojos de par en par para saber que lo creía un tonto.
─¿Personalmente?
─Si ─tragó saliva─ Personalmente y con Haru Holdings.
Hyukjae silbó.
─No aprenderás nunca, ¿verdad, amante de la luna?
Lee Hyukjae había sido toda su vida un jugador… pero siempre arriesgándose en apuestas de riesgo previamente calculado. Era consciente que en cada negocio había una componente de sacrificio y otra de beneficio, y siempre intentaba sopesar las dos y salir bien parado.
En los últimos años, había hecho negocios que le habían dado a ganar millones. Una vez, cuando aún era un joven de diecinueve años, había hecho un trato que le había hecho perder a Cho Donghae. Había sido fiel a su palabra, pero no le había gustado hacerlo. Y ahora que Donghae había acudido a él, la ironía de lo que quería era librar a su hermano de un problema.
─¿Le han exigido ya el pago? –le preguntó.
─Sí ─ Donghae volvió a sentarse despacio. Hyukjae comprendió lo que eso significaba. Que no tenía otra opción. ─ No puede cubrirlo.
─¿Cuánto?
Estaba jugando con el anillo de su mano derecha. No había expresión alguna en su rostro, pero sus gestos lo delataban. Tensión. Desesperación. Hyukjae se resistió al deseo de acercarse, de tocarlo. Donghae le dio una cifra.
─Tus acciones en Haru Holdings no cubrirán esa cantidad.
─¿Es que llevas un control de mis activos? ─espetó.
Habían pocas cosas que no supiera de él. Excepto porqué se había casado con Tim Hwang. Por negocios o por amor, habían estado casado por seis años antes de que éste muriese de un ataque al corazón. Esposos. Hyukjae sabía que era una estupidez especular sobre los detalles, pero la imagen de Donghae haciendo el amor con Hwang le había atormentado en demasiado sueños.
─Cubriré el pagaré ─dijo─ , pero hay una condición,
Podría haber sido una estatua. Solo sus ojos estaban vivos, y él se resistió a desordenar ese peinado. Recordaba su pelo al natural con vida gracias al viento y besarlo hasta tenerlo salvaje y rendido entre sus brazos.
Hyukjae tuvo que respirar profundamente para recuperar el control de su pulso. ¡Maldición! ¡Que momento!
─¿Qué condición? ─le preguntó, mirándolo a los ojos.
Siempre le había gustado su franqueza, el acero que tenía bajo la suave piel.
─Quiero que te cases conmigo.
Vio como su mano se convulsionaba. Tenía los dedos blancos, pero el color le subió desde el cuello a las mejillas.
─Estas loco.
Alguien gritó afuera, y Hyukjae escuchó el ruido del camión del hormigón al vascular. Donghae respiraba demasiado rápido y él bajo la mirada para que no pudiera ver que había en sus ojos. Tenía que saber que lo quería, pero mejor ocultarlo. Era la costumbre con Donghae, porque sabía como hacerle daño de una forma que nadie más sabía como hacerlo. Porque guardaba secretos que ni siquiera en el presente podría compartir con él.
─¡No! ─respondió─ ¿Porqué? No tiene sentido.
Un mechón de cabello salió de su lugar y Donghae lo colocó detrás de su oreja.                             Desordenar su cabello tuvo en una ocasión un efecto desastroso en el muro de sus inhibiciones. Besar sus labios carnosos, suavizar su tensión hasta conseguir que el jovencito dentro de él saliera a la superficie. Donghae… enfrentándose a él bajo el viejo manzano cerca de su casa…rozar su hombro y escuchar el gemido que él no supo contener… y después ese momento vertiginoso de ira en el que lo comprendió todo.
¡Maldita sea!
El pasado no existía ya. Imposible cambiarlo.
Pero en el presente, había acudido a él para pedirle ayuda.
─Esos son lo únicos términos que voy a ofrecerte. ─dijo, pasándose la mano por el pelo.
─¿Me estas diciendo… ─tuvo que aclararse la garganta─ …que tu…que cubrirás el pagaré de Kyuhyun si yo…si
─Si te casas conmigo. Sí
Volvió a ponerse de pie y comenzó a pasearse por la habitación.
─¿Y por qué demonios ibas tu a querer casarte conmigo? Ni siquiera…─las palabras se le quedaron bloqueadas en la garganta y durante un segundo no fue capaz de mirarle a los ojos. ─¡Si ni siquiera no hemos hablados durante años! No puedes… esto tiene que ser una broma.
Hyukjae apoyó las manos sobre el mostrador.
─No es una broma. Llámalo una apuesta si quieres.
No tenía nada que perder, solo dinero. Y si ganaba…
─¿Qué vas a sacar tú con esto? ¿Qué quieres? ¿Las conexiones de la familia Cho?
─Me importa un comino quien haya sido tu familia. Y puedes estar seguro que no es tu dinero lo que quiero. Si no aceptas, estarás en la ruina… y si lo haces seré yo quien tendrá una pesadilla tratando de arreglar lo de SM.
─Entonces ¿Por qué?
─Porque te quiero.
Donghae se atragantó.
─¿Creí que era por Kyuhyun… ¿no te parece que le debes algo?
Tenía las manos tan apretadas, los ojos abiertos de par en par y parecía tan aturdido como si hubiese perdido la capacidad de comprender. Hyukjae se imaginó que eso duraría almeno un par de minutos, antes de que volviera a poner sus muros en posición.
─No le debo a Kyuhyun nada. Si soy su fiador, le ataré de pies y manos. Ese hermano tuyo ha arruinado ya bastantes vidas, y no pienso permitir que vuelva a hacerte esto.
─Está invalido.
Hyukjae sonrió con tristeza.
─¿Y quieres decir que es culpa mía?
─No. ─susurró.─ Claro que no. Fue un accidente.
Hyukjae puso los rollos de plano a un lado del mostrador. El verdadero accidente había sido el desastroso sentido de la oportunidad. Kyuhyun demasiado borracho como para sostenerse de pie y el padre de Donghae una bronca monumental. No podía oír la voz de Donghae, pero podía leer lo que estaba diciendo en sus labios.
─No. No lo haré. No voy a casarme contigo.
─¿Dónde te hospedas? ─preguntó. Sabía cuándo debía dejar de presionar.
─En el Estuary Motel.
Colocó los rollos de los planos al final del mostrador para mantener las manos ocupadas y no rendirse de atravesar el espacio que los separaba y tocarlo, intentar mitigar la tristeza de sus ojos.
Pero perdería si lo tocaba en ese momento, y sin embargo, si esperaba…
El volvía a su hotel. Pensaría en dejar que la corporación que había fundado su padre se fuera por el desagüe; en dejar que su hermano lo perdiese todo; en estar en la ruina.
─Tengo trabajo que atender ─dijo─ Ya hablaremos mas tarde.
─No… Si esa es… No.
─Te recogeré para cena. A las ocho.
La ira brilló en su ojos.
─¡No voy a verderme, Hyukjae! Tomaré el próximo ferry que salga de esta isla.
No pudo evitar sujetarla cuando estaba ya a punto de salir. Ella se quedó inmóvil, respirado con dificultad. El brazo le temblaba bajo el tejido del traje. ¿Qué ocurriría si lo tomase en sus brazos?
─Te recogeré a las ocho. ─dijo, y sintió crecer su tensión. ─ No tienes otra opción amante de la luna.


No tienes otra opción... ¡Maldito Hyukjae!
No dejó que los temblores se apoderasen de ella hasta llegar a su habitación de hotel. Allí, con las manos temblando y el corazón golpeándole en el pecho, llamó a Busan y esperó a que Kyuhyun contestase el teléfono.
Hyukjae lo quería. Cuando tenía dieciséis años estaba seguro que lo quería. ¡pero había sido él quien lo había obligado a separarse!
Otra vida. Otro mundo.
Esos son los únicos términos que voy a ofrecerte.
Matrimonio a cambio de dinero. ¡Que locura! ¡No estaba dispuesto a casarse con Lee Hyukjae! ¡Antes haría cualquier cosa para salir de ese atolladero!
Kyuhyun contestó el teléfono a la onceava llamada.
─¿Tiene idea de que hora es? ─preguntó.
─¿Y tu? ¿Tiene alguna noticia, como por ejemplo que te ha tocado la lotería o que alguien ha quemado tu pagaré?
Su hermano suspiró y Donghae supo que no le esparaba nada bueno.
─Sooman ha llamado.
Donghae cerró los ojos y se imaginó a su hermano. Tendría expresión desilusionada y estaría distraídamente frotándose la pierna izquierda mientras hablaba. Puede que estuviera mirando su muleta con el rabillo del ojo como si fuese consciente del esfuerzo que le iba a suponer ponerse de pie.
─Y supongo que no te habrá ofrecido otro plazo para hacer efectivo el pagaré.
─No. Ha dicho que los tres días de gracia han terminado.
Sin escapatoria. Sin salida.
─Espero saber algo de su abogado el lunes. ─dijo Kyuhyun.
Se veía el mar desde la ventada. Las olas lentas llegaban a la playa.
─¿Has encontrado alguna manera de conseguir el dinero? ─le preguntó─ ¿Has pensado en algo?
─No es culpa mia ─se quejó─ si hubiera tenido mas tiempo…
Era inútil esperar que Kyuhyun encontrase por si mismo la solución .
─Hyukjae dice que esas acciones que tienes valen tanto como un billete de lotería.
─¿Lee Hyukjae? ¿Has estado hablando con Hyukjae? ¿Por qué? ¿Cuándo?
─Hace una hora
─Aléjate de él Hae, ─Kyuhyun murmuró un juramento─ Apártate de su camino.
Donghae se quedó mirando su puño apretado.
─¿Por qué iba a tener que apartarme de Hyukjae? Tu mismo me dijiste que él también había invertido en SM, y había pensado que quizás quisiera comprarte tus acciones.
─Sooman me ha dicho que Hyukjae se echó para atrás. ─oyó el sonido del encendedor y supo que Kyuhyun había prendido un cigarrillo─ Si él se hubiera metido, el proyecto no estuviera yendo a pique.
─Yendo a pique.
Cerró los ojos y se preguntó que haría cuando hubiese vendido todo para cubrir el pagaré de Kyuhyun. Según Hyukjae, kyuhyun sería propietario de una gran parte de nada y mientras tanto, los acreedores seguirían aporreando las puertas de Haru.
Según Hyukjae, él jamás había estado en ese negocio y los problemas de Kyuhyun eran únicamente culpa suya.
─Has vuelto a fumar ─le acusó, aunque era absurdo molestarse por el tabaco que consumiera Kyuhyun cuando estaban a punto de caer en la ruina.
─¿No crees que te lo debe?
─¡Por el amor de Dios, Hae!
Kyuhyun parecía asustado, y eso carecía de sentido.
─Me ha dicho que te diera un mensaje. Me ha dicho que no vuelvas a mandarme a mi a pedir dinero para ti.
─¡No ha sido idea mia! Dile que yo no sabía que ibas …
─Kyuhyun, ¿Por qué tienes miedo de él? ¿Es que te amenazó cuando…?
─¡Hae! ¡Apártate de él! ¡Aléjate de Hyukjae!
Ya había oído eso en otra ocasión. Apartate del chico de los Lee. De lo contrario…
─Busca otra forma de conseguir el dinero ─le rogó- Vende acciones, has lo que tengas que hacer, pero no se lo pidas a Lee Hyukjae.
Donghae suspiró.
─En ese caso será mejor que seas tu quien encuentre otra solución, porque no tengo mas ideas brillantes que puedan sacarnos de todo esto.
Hyukjae le decía que nunca aprendía, y quizás tuviese razón, porque había firmado como aval de ese pagaré de Kyuhyun y él no iba a hacer nada para sacarlos de ese lío, si no que se había limitado a pasarle el problema. Quizás su hermano creyera que debía respaldarlo en sus aventuras financieras, y quizás fuese verdad, porque el testamento de su padre había sido tremendamente injusto con él.
─Es porque soy adoptado ─había murmurado él amargamente después de la lectura del testamento─  Tú eres el hijo verdadero, no yo.
Hubo un tiempo en que sus padre los trató a los dos por igual, pero en los años anteriores a su muerte, había cambiado de actitud respecto a su hermano, casi como si lo odiase. Quizás fuese parte de la amargura y la rabia que pareció consumirle después de la muerte de su madre, pero fue algo terriblemente injusto para Kyuhyun. Donghae había lo que había podido para reparar la injusticia, pero Kyuhyun no sabía controlar el dinero y parecían haberse metido en una rueda sin fin.
Si Sooman ejecutaba el pagaré, Haru Holdings y él mismo caerían en la más absoluta ruina. El banco no iba a adelantarle el dinero para cubrir el pagaré, porque ya estaba pagando una hipoteca bastante fuerte para sufragar los gastos de un complejo residencial fuera de Busan.
Además, no disponía de ninguna propiedad que pudiera aportar como garantía excepto sus acciones, y no eran suficientes. Si las vendía, se quedaría sin nada. Haru holdings desaparecería y tendría que buscar trabajo. Y no había demasiados trabajos para personas como él. Había terminado su educación en América, y después había hecho un Master en Dirección de empresas, y actualmente esos puestos estaban desapareciendo como piedras en el agua. Además… bueno, le gustaba ser su propio jefe, y … ¡maldita sea!, … había hecho un trabajo bastante bueno dirigiendo Haru Holdins.
No tienes otra opción, había dicho Hyukjae, casi como si conociese a la perfección su situación financiera.
Nada que vender, excepto una cosa: a sí mismo.                 
Lee Hyukjae decía quererlo lo bastante como para avalar a Kyuhyun a cambio de casarse con él. No tenía sentido. Había leído muchos artículos sobre él, en los que se hablaba de los millonarios que no querían compromisos. Había oído comentar también que madre con hijas y jóvenes hijos adineradas y en edad casadera, andaban detrás de Hyukjae, pero él no. Jamás. Ya lo habían vendido otra vez en el altar y no iba a permitir que volviese a ocurrir.
Se acercó a la ventana y observó la playa. Le había dicho a Hyukjae que iba a marcharse y lo haría, pero primero daría un paseo por la playa.
Se quitó los zapatos y las medias y la chaqueta del traje; unos pantalones cortos habrían sido mas adecuados para bajar a la playa, que el traje que llevaba, pero había traído ropa para enfrentar a Hyukjae, no para ir a la playa.
Caminó lentamente sobre la arena sintiendo como se detenían sus pies, como el calor daba paso al frio cuando los hundía en la arena. Se metió en el agua, la olas se llevaban la arena bajo sus pies, dibujando sus pies desnudos. No había vuelto a sentir esa sensación desde hacía años, desde que eran pequeños y pasaban las vacaciones allí.
Al mirar hacia atrás, vio a un joven paseando agarrado de la mano con un niño de la mano, y se estremeció. Appa e hijo. Demasiados sueños rotos.
Cuando tenía dieciocho años, se había puesto enfermo y lo habían hospitalizado en una clínica en América. Antes de darle el alta, le habían hecho varias pruebas, y los resultados habían demostrado que era estéril. Al saberlo había llorado hasta deshacerse los ojos, porque una vez había soñado tener un hijo de Lee Hyukjae. Hyukjae había desaparecido cuando tenía dieciséis años, pero ese sueño había seguido vivo en su interior.
Con el tiempo, sus sentimiento por Hyukjae había quedado como muertos. Jamás volvería a amar como lo había amado a él; jamás volvería a perderse tan completamente como lo había hecho en sus brazos, pero se había jurado a sí mismo que algún día llegaría a querer a otro hombre, no con la locura de Hyukjae, si no con la serenidad de un joven maduro.
Tenía veinte años cuando conoció a Tim. Veinte años cuando se casó con él. No había estado en casa desde hacía cuatro años, cuatro años de estudios en América rotos por los meses de su enfermedad. Cuatro años de soñar con Hyukjae. Cuatro años de soledad.
Entonces, un buen día, Tim Hwang apareció en el departamento en que el que vivía con una amiga del colegio. Cuando abrió la puerta aquel hombre tan atractivo le sonrió y él le sonrió también.
Se presentó con una encantadora sonrisa.
─Tu padre me había dicho que viniera a verte cuando estuviera a América.
Trabajaba en periodismo, le había dicho. Normalmente la gente que su padre le enviaba era aburrida, pero Tim no. Tenía encanto, inteligencia y parecía interesado en él mas que en el dinero de su padre.
Lo cortejó con determinación y encanto, y Donghae se dijo que Hyukjae había sido una locura de juventud, y que Tim era con quien quería compartir el resto de su vida. Pero cuando le pidió que se casara con él, sintió que tenía que decirle que no podrían tener hijos.
─Los niños no son importante para mi –le dijo él, y había parecido tan convincente que hasta aparecía que no le gustaban los niños.
No le habló de Hyukjae. No tenía porque. Su primer amor estaba ya muerto y enterrado. Sentía afecto por Tim, el amor profundo crecería con el tiempo.
La boda llegó enseguida.
Su padre viajó a América, en un viaje de un solo día, solo para asistir a la boda. Se sentí extraño en la iglesia, tal vez porque no había visto a su padre en cuatro años y sus sentimientos hacia él eran confusos, y mientras caminaba hacia el altar, tuvo la sensación de estar cometiendo un error.
No recordaba haber hecho las promesas. Desde aquel día sus recuerdos de la boda quedaron borrosos. La recepción. El anillo de Tim en su dedo, y la conversación de los invitados. Vio a Tim y a su padre entrar en la biblioteca y, de pronto, su inquietud se transformó en una insana certeza.
Tim y su padre se había encerrado en el estudio después de la boda, y él los siguió.
Cuando abrió la puerta los encontró junto a la ventana. Tim estaba guardándose la cartera y cuando lo vio aparecer retrocedió dos pasos.
Su padre se lo quedó mirando con las cejas arqueadas, queriendo decir que les había interrumpido.
─Me gustaría ver lo que acabas de guardar ─le dijo a Tim.
Su marido enrojeció.
─Donghae ─dijo su padre─, te estas comportando como un histérico. Vuelve con tus invitados.
Después de la muerte de su madre, su padre le había enseñado a ser educado con los invitados importantes, pero aquella vez no obedeció.
─¿Cuánto te ha pagado para casarte conmigo, Tim?
Tim enrojeció aún mas, y supo que había acertado.
─Me has vendido ─acusó a su padre, y él lo miró como si fuese un insecto que se hubiera colado en su estudio ─ Me has vendido ─repitió─ ¡Su influencia en los medios de comunicación por su dinero! Es eso ¿verdad?.
No sabía que esperar. Que lo negase, quizás, pero su padre no dijo nada y él se sentó en un sillón al lado de la ventana. Preguntar por qué no tenía sentido. Los negocios siempre habían sido lo primero para su padre, y tener influencia en los medios de comunicación era un punto a favor para un hombre que irritaba siempre a los verdes y a los burócratas del gobierno.
─Estás casado. ─dijo él como una amenaza.
─Has usado mi vida como si fuese un local en venta. ¿Cómo has podido…?─vio algo brillar brevemente en sus ojos, y aunque Hyukjae formaba ya parte del pasado y él había dejado de sangrar por aquellas heridas, le preguntó:─ ¿Obligaste a Hyukjae a que dejara de verme?
─Lee Hyukjae no era bueno para ti. Nunca lo fue, así que mantente alejado de él. Estas casado con Tim.
Donghae se lo quedó mirando a los ojos y sintió un estremecimiento de temor.
─Donghae… ─la voz de Tim era insegura─… yo te tengo mucho cariño. De no ser así, no te habría pedido que te casaras conmigo.
─Si ─contestó el, porque se había metido en aquel matrimonio con los ojos abiertos. Había accedido a casarse con él sabiendo que solo sentía afecto.
Es mas, creía que era eso lo que buscaba: una relación sana y tranquila. Había hecho una promesa y la mantendría.
Hyukjae tenía razón. Había sido vendida en el altar, pero no se había dado cuenta de lo que ocurriría después de hacer sus promesas.
Había interpretado después el papel que habían escrito para él. Pasaron la luna de miel en Hawaii,  donde se habían alojado en habitaciones separadas por petición suya. Cuando volvieron a Busan, donde Tim tenía su casa, se mudó y cumplió con las obligaciones de esposo en su vida social. Insistió en tener dormitorios separados, y Tim no discutió su decisión.
Poco después de su vuelta, fue al despacho de su padre y le pidió que lo pusiera a trabajar en Haru Holdings.
─Si me estas usando como activo en esta empresa, creo que debería participar en el negocio.

Sorprendentemente su padre accedió, lo que le permitió descubrir que tenía habilidades para los negocios que nunca se había imaginado. Los días los pasaba ocupado en su trabajo, y en las noches solía acudir con Tim a los actos de sociedad que requerían su presencia como candidato a la alcaldía de la ciudad. 


3 comentarios:

  1. T_____T
    pobre pescadito! no se vale, todo lo que le ha tocado!!! ay
    y Hyuk que no ayuda!!!!
    ahhhhhh
    por que el monito sexoso se alejo del pescadito????

    ResponderEliminar
  2. que feo vendido y sin saberlo espero y los dos se siente y platiquen de su pasado

    ResponderEliminar
  3. Ni soltero...ni casado...ni viudo y ni como hermano a Hae le va bien.
    Le dicen que es esteril...su padre lo vende...el esposo se le muere y ahira Kyu lo mete en un dilema que lo hace ir con quien supuestamente no quiere,luego este le dice que lo ayuda con la condiciendo de casarse con él.
    Debería aceptar de una...qué más puede perder...¿su libertad?...si esta atado a su propia vida,sin más allá que ver como sacar a Kyu de todo esto.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...