Sapphire Wolf (T5)-22


La camioneta se quedó en silencio por horas. Dormían de vez en cuando y se detuvieron en ocasiones por comida o para ir al baño. Donghae continuó observando a su amigo y se puso cada vez más preocupado. Definitivamente, algo estaba mal.
Cambiaron de conductor periódicamente para no tener que detenerse. Condujeron las trece horas adicionales directamente. A medida que se acercaban más al bosque, parecía que había una corriente subterránea de tensión ondulando a través de la camioneta. Cuando Siwon se detuvo en lo que parecía ser un camino de vuelta, levantó la mano para evitar que alguien saliera de la camioneta.
—Es más de medianoche, pero vamos a tener que caminar durante una hora y luego hacer un campamento. Junjin y yo pensamos en esta posibilidad así que me aseguré de traer provisiones. Recuerden, este bosque no es nuestro amigo. Sean conscientes de sus alrededores en todo momento. Permanezcan en pares, no vaguen por su cuenta. Los machos montarán una guardia nocturna. —Con eso, salió de la camioneta y todos los demás lo siguieron.
Siwon se acercó a Heechul y lo tomó en sus brazos. Apretó la nariz en su cabello y respiró tan profundamente como pudo, inhalando su aroma único.
—¿Por qué no me hablas? —susurró. Él no trató de utilizar su vínculo porque se lo había mantenido cerrado a cal y canto desde que se había despertado de su pesadilla.
Hee cerró los ojos ante el sonido de dolor en su voz. Envolvió sus brazos alrededor de él y apretó; se aferró a él como si su vida dependiera de eso.
Después de varios minutos de silencio, él por fin le soltó. Hee levantó su rostro para mirarlo y rozó un dedo suavemente contra sus labios. Era hermoso y era de él, pero no le permitía entrar y eso lo estaba matando.
Dejó caer la mano y se volvió para ayudar a los demás a descargar la camioneta. No vio el dolor que brilló en sus ojos cuando se apartó de él… no escuchó su respiración entrecortada cuando trató de no extender la mano y agarrarlo para derramar su alma, para rogarle su perdón. Hee había estado tan concentrado en Siwon que no se había dado cuenta que Hongki estaba de pie junto a él.
—¿Das un paseo conmigo? —preguntó Hongki suavemente.
Hee lo miró fijamente un momento, luego asintió.
Hongki llamó a Siwon:
—Alfa, tenemos que usar el baño. Hee y yo vamos juntos y la privacidad sería apreciada.
Siwon comenzó a dar un paso hacia ellos.
—Puedo ir con él.
Hongki levantó la mano.
—Soy yo quien tiene que hacer pis y realmente no quiero que tú o alguno de nuestros machos vayan conmigo.
Era obvio que a Siwon no le gustaba la idea de que fueran en la oscuridad por sí mismos, pero no era como si pudiera obligarlos a hacer pis con un hombre alrededor.
—Está bien, que sea rápido —gruñó.
Hee puso los ojos en blanco y dejó que Hongki le diera la vuelta y lo llevara al bosque.

Hongki caminó hasta que sintió que los susurros estarían a salvo de la audición lobuna. Se apartó de Hee, dándole un poco de espacio para que no se sintiera presionado.
—Hee, algo está mal. Eso está claro —declaró Hongki con total naturalidad.
Hee asintió, concordando.
—¿Has hablado con alguien acerca de lo que es? ¿Con Siwon?
—No. —El labio inferior de Hee tembló mientras trataba de contener las lágrimas que habían estado amenazando con extenderse durante todo el día.
Hongki no fue hasta él; no le ofreció consuelo. Sabía que Hee tenía que sacar esto de su pecho y lo haría mejor si no estaba siendo mimado.
—Soy un doctor. Incluso ahora, aunque no practico convencionalmente, sigo siendo un doctor y mis juramentos siguen en pie. La confidencialidad del paciente, Hee. Me lo llevaré a la tumba.
La cabeza de Hee se alzó de golpe y sus ojos se encontraron con los de Hongki. Vio en Hee una desesperación que nunca había visto en el joven por lo general seguro.
—¿Me oyes? ¿Estamos en la misma página?
—Sí —susurró Hee—, estamos en la misma página.
Hee encontró una rama de un árbol caído y se sentó sobre ella. Hongki se acercó para que Hee no tuviera que hablar en voz demasiado alta.
Sin ningún preámbulo, Hee empezó a hablar. Cuando terminó, Hongki cerró los ojos, deseando que todo esto se fuera.
La primera cosa que salió de la boca de Hongki fue:
—Estás embarazado. —Cuando abrió los ojos vio que Hee tenía lágrimas deslizándose por sus mejillas.
—He asesinado a mi bebé, el bebé de Siwon. Le maté. —La respiración de Hee estaba tornándose esporádica y Hongki sabía que si no lo calmaba, Siwon se abriría paso a través del bosque hasta él en cualquier momento.
—Shh, Hee. Recomponte o tu hombre va a estar derribando los árboles para llegar a ti.
Hee se secó las lágrimas mientras trataba de recobrar la compostura.
—¿Por qué no le has dicho a tu pareja? —preguntó Hongki.
Hee se abrazó a sí mismo, una muestra más de lo vulnerable que se sentía.
—No puedo soportar la idea de ver el asco y la ira en sus ojos cuando sepa que he matado a nuestro bebe. Si tan sólo yo hubiera muerto… era mi hora.
Hongki estaba sacudiendo la cabeza antes que Hee siquiera terminara de hablar.
—Si hubieras muerto Siwon habría destruido el mundo. Se habría vuelto loco y luego se habría quitado la vida. Esto no es culpa tuya, Hee, son las malditas Parcas. Él no te hará responsable ni estará enojado. Estará sufriendo por ti, sufriendo porque él va a sentir toda la culpa en ti. Hee, conoces a Siwon, sabes cómo se siente por ti. Tienes que confiar en que él te amará por encima de esto, que los dos pueden superar esto juntos…
Hee pareció esperanzado.
—¿Crees que hay una manera de evitar que las Parcas se lo lleven?
—No lo sé, pero sí sé que Siwon movería montañas, destruiría naciones, convocaría a la ira de los dioses para verte feliz. —Hongki levantó a Hee de la rama—. Vas a tener que decírselo. Pero quiero que lo tomes con calma y no te exijas demasiado, ¿de acuerdo?
Hee asintió. El respiró hondo y soltó el aire. No se sentía muy bien, pero se sintió mejor. Necesitaba que alguien supiera, necesitaba que alguien entendiera. Y sabía que Hongki estaba en lo cierto, no podía ocultarle esto a Siwon durante mucho más tiempo. Le estaba haciendo daño y eso no era justo.
Se dirigieron de vuelta hacia el grupo en silencio. Una vez allí, todos ellos siguieron a Siwon por el bosque, con la luna como su única luz guía.
Caminaron durante una hora, justo como Siwon había dicho, y luego acamparon. Hyukjae y Sihyuk encendieron un fuego mientras que, en forma de lobo, Yunho hizo una comprobación del perímetro. Cuando regresó al campamento no pudo evitar acicalarse para Changmin, quien lo observaba con admiración.
Changmin se rió ante el obvio placer de Yunho bajo su mirada. El lo despidió con la mano, indicándole que fuera vestirse. Él inclinó su cabeza de una manera encantadora y se dirigió de nuevo al bosque a recoger su ropa.
Una vez que estuvieron todos reunidos en torno al fuego, se sentaron en silencio, contemplando las llamas devorando la madera.
Cada uno de ellos sintió la oscuridad que se cernía sobre el bosque y no quisieron llamar la atención sobre sí mismos al hablar. Pronto, uno por uno, armó su catre y se fueron a dormir. Los hombres se turnaron vigilando, y cuando llegó la mañana, cada uno de ellos despertó respirando un poco más relajado. Las cosas, hasta el momento, habían transcurrido sin incidentes.
Hyukjae miró a Siwon mientras vagaba más profundamente en el bosque.
—¿Sentiste eso ayer por la noche?
Siwon asintió.
—Estamos siendo observados. Lo siento incluso ahora.
—Bien, quería asegurarme de que no era el único.
Donghae se acercó a Siwon con Hyukjae a su lado.
—Alfa, hay magia negra por aquí. La puedo sentir como el aceite sobre mi piel —le dijo Donghae.
—Dambi, Changmin —llamó Siwon a las Fae cuando se detuvo.
—¿Sientes eso? —preguntó Dambi a Siwon. Él asintió.
—Antes de que preguntes, Changmin y yo hemos estado usando una magia de camuflaje, pero sea lo que sea que nos está siguiendo, es poderoso.
Las cejas de Siwon se alzaron ante dicha concesión. Si la magia con la que estaban lidiando aquí, sin la bruja presente, era más fuerte que dos hadas, entonces ellos estaban en problemas.
Hee agarró la mano de Siwon y lo miró a su cara sombría.
—No me gusta que nos quedemos quietos, Siwi. Algo me dice que no deberíamos estar quietos.
Donghae asintió en acuerdo. Ellos se dividieron en parejas y continuaron en una línea a medida que avanzaban. El día pareció hacerse más oscuro mucho antes de lo que debería y la temperatura bajó.
Los dientes de Donghae pronto comenzaron a castañear. Tenía los brazos cruzados con las manos metidas en sus axilas, tratando de mantener el calor.
—Siwi, tenemos que parar —gritó Hongki. Se estaba poniendo más frío y, aunque el movimiento estaba manteniendo la sangre circulando, estaba pensando en Hee.
—Vamos a encender un fuego. Cualquiera que sea la magia que está funcionando aquí, están totalmente en contra de nosotros yendo más lejos —dijo Dambi por encima del viento que había comenzado a azotar a su alrededor.
Trabajaron rápidamente, consiguiendo armar el campamento y encender un fuego en cuestión de minutos. Dambi y Changmin usaron su magia para el fuego porque uno natural no se mantendría encendido. Todos se amontonaron a su alrededor, las sombras a su alrededor parecía siniestra a medida que el viento aullaba entre los árboles. Toda la naturaleza parecía estar trabajando en contra de ellos.
De repente, un relámpago brilló y el trueno retumbó en el cielo. Sintieron la tierra debajo de ellos temblar. Dambi se puso en pie y extendió las manos, con los ojos cerrados. Changmin hizo lo mismo, por lo que Donghae se puso de pie, no muy seguro de lo que se suponía que debía hacer, pero sintiendo que debía estar de pie también.
Dambi y Changmin corearon. El viento azotó a través de su cabello, el trueno se estrelló alrededor de ellos, y el relámpago pulsó en el suelo, iluminando sus rasgos de una forma inquietante.
Los brazos de Dambi cayeron y sus ojos se abrieron. Miró con gravedad a Siwon.
—No soy lo suficientemente fuerte. Necesito las piedras.
—¿Dónde están? —gruñó él.
—Supongo que no es el momento —le dijo Dambi con severidad, no dando marcha atrás.
—¿Qué quieres Decir con que “no es el momento”? ¿Cuándo es el momento? ¿Una vez que todos seamos fritos por un rayo?
Hee tomó la mano de Siwon y extendió la mano, girando su rostro hacia el suyo.
—Dambi no es el enemigo —le dijo con firmeza.
Siwon cerró los ojos y tiró de las riendas a su lobo. Una vez que los abrió miró a Dambi e inclinó la cabeza.
—Mis disculpas, Fae.
—No es necesario —le dijo Dambi—. Las cosas se han tornado una mierda y todos estamos un poco irritable.
—Me has quitado las palabras de la boca, Hadita Dambi —se quejó Hee.
Donghae resopló y miró a su amigo. Hee le guiñó un ojo, tratando de asegurarle que todo estaba bien con él, aunque estaba tan lejos de estar bien como se podía.
Dambi miró a Hee.
—Ese te salió gratis, Hee. La siguiente vez valdrá tu pelaje.
Hee sonrió, su primera sonrisa verdadera en todo el día.
—Aw, Dambi, si quieres tocar mi pelaje todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Bueno, eso, y pagar una cuota de admisión pequeña.
Los demás se rieron y se distrajeron brevemente de los estragos sucediendo a su alrededor.
Siwon presionó sus labios en la parte superior de la cabeza de Hee, contento de ver un atisbo de su compañero.
Dambi se volvió de nuevo hacia el Alfa después de dar a Hee una mirada mordaz, quien simplemente se encogió de hombros en respuesta.
—Las piedras van y vienen por su propia voluntad, Alfa. Yo no las controlo. Nadie lo hace.
Todos miraron a Siwon, esperando sus órdenes. Él miró a cada uno de ellos, sintiendo el peso de su seguridad… era pesado.
—Nos quedaremos aquí y resistiremos toda la noche.
Una vez más se acurrucaron en torno al fuego. Nadie durmió.

Todavía estaban acurrucados alrededor del fuego cuando el amanecer irrumpió finalmente. Casi como si un interruptor se hubiera encendido, el viento se detuvo, junto con los truenos y los relámpagos.
Hee se puso de pie, estirándose, mirando a su alrededor, y estudiando los daños. Soltó un bufido.
—Eso fue divertido.
Siwon palmeó su trasero, haciendo gruñir a Hee.
—Tienes una extraño concepto de diversión, compañero —le dijo mientras se inclinaba y lo besaba suavemente. Hee aceptó el beso y se permitió ese momento. El dolor no se había alejado de lo que estaba enfrentando, pero tenía que encontrar la alegría en donde pudiera. Siwon le traía alegría, y él iba a sumergirse en cada pedacito de ella.
Siwon inclinó la cabeza hacia un lado, con el ceño fruncido mientras le observaba.
—¿Estás bien? —murmuró él.
Hee sonrió, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos.
—Por ahora.
Siwon decidió que eso tendría que ser suficiente hasta que pudiera hablar con él a solas.
Horas más tarde, Hee, tratando de quitarse de encima la oscuridad, comenzó a cantar “On the Road Again” de Willie Nelson.
Donghae gimió.
Hongki se echó a reír.
—Bueno, si queremos ahuyentar la magia del mal ese sin duda es un método eficaz —resopló Dambi.
—Ríete, Hadita Dambi —gritó Hee en respuesta—. Uno de estos días mi canto simplemente podría salvarte la vida.
Antes que Dambi pudiera responder, escucharon una voz familiar:
—Espero que todos ustedes no estuvieran tratando de ser cautelosos, porque apestan en eso. —La voz de Henry surgió entre el follaje y él finalmente emergió físicamente.
Miró a todos una vez más, mostrando un alivio obvio al ver que todo el mundo estuviera aquí sin daño alguno. Luego sonrió hacia Changmin, quien estaba de pie cerca de Yunho.
—¿Tú también?
Changmin asintió y se sonrojó. Yunho pasó un brazo a su alrededor y lo besó suavemente en la frente.
—Está bien. —La voz de Henry llamó la atención de todo el mundo lejos de Yunho y su compañero—, vamos a unirnos a Junjin y a poner un plan en marcha.


Junjin envolvió a Donghae y a Hee en abrazos tan pronto como los vio, ignorando los gruñidos de sus compañeros. No eran sus hijos, pero era como si lo fueran. Eran de su manada, y su amigo había sido herido bajo su protección.
Cuando él los liberó, Siwon y Hyukjae jalaron a cada uno de sus compañeros en sus brazos.
—¿Dónde está? —preguntó Hee.
Junjin dio un paso fuera del camino y vieron a Hyesung y Ryeowook sentados al lado de una muy pálido y muy quieto Teukkie.
Donghae y Hee corrieron hacia él. Ryeowook y Hyesung se pararon y se alejaron, dejando que se acercaran a su amigo.
Donghae se secó una lágrima mientras agarraba la mano de Teukkie en la suya.
—¿Por qué no se despierta? —preguntó Hee.
—No lo sabemos. Creo que podría tener algo que ver con su vínculo —le dijo Junjin.
—¿Qué quieres Decir? —La cabeza de Donghae se alzó de golpe.
—Puedo sentir la agonía de Kangin. Dónde quiera que esté, está sufriendo. Creo que está afectando su vínculo. Él quizás pudo haberlo apagado de alguna manera, o no y Teukkie está atascado soportando lo que le sucede.
—¿No hay nada que podamos hacer? —preguntó Hee desesperadamente.
Donghae extendió la mano y la puso sobre el pecho de Teukkie. Cerró los ojos y se acercó a su amigo.
No sabía cómo lo hacía, pero cuando trataba de entrar en alguien a quien estaba tocando, era capaz de verlo, ver el interior de su cuerpo y su mente.
Vio que la mente de Teukkie estaba cubierta de una neblina. Algo lo mantenía inconsciente. Intentó empujar la neblina, forzó su voluntad para entrar. La fuerza que empujó en respuesta lo sacó del cuerpo de Teukkie y físicamente lo empujó al suelo. Hyukjae estuvo a su lado en un instante, en cuclillas para que pudiera sentarse en sus rodillas.
—¿Qué has visto, amor? —preguntó.
Donghae intentó enfocar sus ojos y aclarar sus pensamientos. La niebla había tratado de atacar su mente. Se sentía violado y se estremeció en los brazos de Hyukjae. Él lo atrajo hacia sí.
—Algo lo mantiene subordinado. Traté de alejarlo, pero está envuelto alrededor de su mente, encerrándole.
Ryeowook se acercó, sus ojos amplios y la boca abierta en asombro.
—¿Pudiste entrar?
Donghae asintió.
—¿Tú no?
Ryeowook asintió.
—Pero he sido sanador por siglos. Tú no eres más que un bebé. —Miró a Dambi, quien sonrió con orgullo. —Él es poderoso —le dijo Ryeowook.
—Mucho —concordó Dambi.
—Está bien, no es que no me importe que Donghae sea algo así como un súper sanador pero, ¿podemos volver a Teukkie y a cómo podemos ayudarlo?
—No podemos hacerlo. El necesita… —Ryeowook fue interrumpida por un Hee ahora de pie y gruñendo.
—SI DICES QUE NECESITA A SU COMPAÑERO, JURO QUE ME ENFADARÉ.
—Cariño —dijo Donghae con calma—, ya lo has hecho.
Hee gruñó, pero dio un paso atrás.
—Lo siento, pero estoy tan harto de que la única respuesta a todo sea: “El necesita a su compañero”. ¿Cómo podemos ser tan dependientes de ustedes? Quiero Decir, en serio, ¿qué demonios los hace tan especial que pueden arreglar todo? ¿Y cuán vanidoso es que piensen que son la solución a todo? Teukkie es fuerte sin Kangin. El no lo necesita. Nosotros no los necesitamos.
Siwon gruñó, y el sonido que salió de él era más como un león que un lobo. Todo el mundo, a excepción de Junjin, dio un paso lejos del enfurecido Alfa.
—¿Crees que te hace débil Decir que me necesitas? ¿Es ese tu problema, que no quieres necesitarme? —Los ojos de Siwon brillaban mientras sostenía la mirada de su compañero.
—¿Por qué debería necesitarte? Tú no me necesitas. Eres fuerte sin mí. Puedes enfrentarte a cualquier cosa, lidiar con cualquier cosa, pero yo soy débil. Eso es lo que piensas, que no puedo manejarlo cuando se pone difícil. ¡Crees que todos vamos simplemente a ponernos en posición fetal y morir si no estás allí para rescatarnos! —La respiración de Hee era errática y su corazón estaba acelerado.



1 comentario:

  1. ahhh hasta que Hee le conto a algyien!!!
    ahh no me jodan, que carajos los ataco en el bosque!!!!
    por que Tukkie no reacciona!!!!! TT______TT
    ahhhh No Hee, esa no es la manera, a si no, hablale a Siwonshis!!!!!
    voy a llorar!!! por que todo va tan mal!!! ahhhhh

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...