La camioneta se
quedó en silencio por horas. Dormían de vez en cuando y se detuvieron en
ocasiones por comida o para ir al baño. Donghae continuó observando a su amigo
y se puso cada vez más preocupado. Definitivamente, algo estaba mal.
Cambiaron de
conductor periódicamente para no tener que detenerse. Condujeron las trece
horas adicionales directamente. A medida que se acercaban más al bosque,
parecía que había una corriente subterránea de tensión ondulando a través de la
camioneta. Cuando Siwon se detuvo en lo que parecía ser un camino de vuelta,
levantó la mano para evitar que alguien saliera de la camioneta.
—Es más de
medianoche, pero vamos a tener que caminar durante una hora y luego hacer un
campamento. Junjin y yo pensamos en esta posibilidad así que me aseguré de
traer provisiones. Recuerden, este bosque no es nuestro amigo. Sean conscientes
de sus alrededores en todo momento. Permanezcan en pares, no vaguen por su
cuenta. Los machos montarán una guardia nocturna. —Con eso, salió de la
camioneta y todos los demás lo siguieron.
Siwon se acercó a
Heechul y lo tomó en sus brazos. Apretó la nariz en su cabello y respiró tan
profundamente como pudo, inhalando su aroma único.
Hee cerró los
ojos ante el sonido de dolor en su voz. Envolvió sus brazos alrededor de él y
apretó; se aferró a él como si su vida dependiera de eso.
Después de varios
minutos de silencio, él por fin le soltó. Hee levantó su rostro para mirarlo y
rozó un dedo suavemente contra sus labios. Era hermoso y era de él, pero no le
permitía entrar y eso lo estaba matando.
Dejó caer la mano
y se volvió para ayudar a los demás a descargar la camioneta. No vio el dolor
que brilló en sus ojos cuando se apartó de él… no escuchó su respiración
entrecortada cuando trató de no extender la mano y agarrarlo para derramar su
alma, para rogarle su perdón. Hee había estado tan concentrado en Siwon que no
se había dado cuenta que Hongki estaba de pie junto a él.
—¿Das un paseo
conmigo? —preguntó Hongki suavemente.
Hee lo miró
fijamente un momento, luego asintió.
Hongki llamó a Siwon:
—Alfa, tenemos
que usar el baño. Hee y yo vamos juntos y la privacidad sería apreciada.
Siwon comenzó a
dar un paso hacia ellos.
—Puedo ir con él.
Hongki levantó la
mano.
—Soy yo quien
tiene que hacer pis y realmente no quiero que tú o alguno de nuestros machos
vayan conmigo.
Era obvio que a Siwon
no le gustaba la idea de que fueran en la oscuridad por sí mismos, pero no era
como si pudiera obligarlos a hacer pis con un hombre alrededor.
—Está bien, que
sea rápido —gruñó.
Hee puso los ojos
en blanco y dejó que Hongki le diera la vuelta y lo llevara al bosque.
Hongki caminó
hasta que sintió que los susurros estarían a salvo de la audición lobuna. Se
apartó de Hee, dándole un poco de espacio para que no se sintiera presionado.
—Hee, algo está
mal. Eso está claro —declaró Hongki con total naturalidad.
Hee asintió,
concordando.
—¿Has hablado con
alguien acerca de lo que es? ¿Con Siwon?
—No. —El labio
inferior de Hee tembló mientras trataba de contener las lágrimas que habían
estado amenazando con extenderse durante todo el día.
Hongki no fue
hasta él; no le ofreció consuelo. Sabía que Hee tenía que sacar esto de su
pecho y lo haría mejor si no estaba siendo mimado.
—Soy un doctor.
Incluso ahora, aunque no practico convencionalmente, sigo siendo un doctor y
mis juramentos siguen en pie. La confidencialidad del paciente, Hee. Me lo
llevaré a la tumba.
La cabeza de Hee se
alzó de golpe y sus ojos se encontraron con los de Hongki. Vio en Hee una
desesperación que nunca había visto en el joven por lo general seguro.
—¿Me oyes? ¿Estamos
en la misma página?
—Sí —susurró Hee—,
estamos en la misma página.
Hee encontró una
rama de un árbol caído y se sentó sobre ella. Hongki se acercó para que Hee no
tuviera que hablar en voz demasiado alta.
Sin ningún
preámbulo, Hee empezó a hablar. Cuando terminó, Hongki cerró los ojos, deseando
que todo esto se fuera.
La primera cosa
que salió de la boca de Hongki fue:
—Estás embarazado.
—Cuando abrió los ojos vio que Hee tenía lágrimas deslizándose por sus
mejillas.
—He asesinado a
mi bebé, el bebé de Siwon. Le maté. —La respiración de Hee estaba tornándose
esporádica y Hongki sabía que si no lo calmaba, Siwon se abriría paso a través
del bosque hasta él en cualquier momento.
—Shh, Hee.
Recomponte o tu hombre va a estar derribando los árboles para llegar a ti.
Hee se secó las
lágrimas mientras trataba de recobrar la compostura.
—¿Por qué no le
has dicho a tu pareja? —preguntó Hongki.
Hee se abrazó a
sí mismo, una muestra más de lo vulnerable que se sentía.
—No puedo
soportar la idea de ver el asco y la ira en sus ojos cuando sepa que he matado
a nuestro bebe. Si tan sólo yo hubiera muerto… era mi hora.
Hongki estaba
sacudiendo la cabeza antes que Hee siquiera terminara de hablar.
—Si hubieras
muerto Siwon habría destruido el mundo. Se habría vuelto loco y luego se habría
quitado la vida. Esto no es culpa tuya, Hee, son las malditas Parcas. Él no te
hará responsable ni estará enojado. Estará sufriendo por ti, sufriendo porque
él va a sentir toda la culpa en ti. Hee, conoces a Siwon, sabes cómo se siente
por ti. Tienes que confiar en que él te amará por encima de esto, que los dos
pueden superar esto juntos…
Hee pareció
esperanzado.
—¿Crees que hay
una manera de evitar que las Parcas se lo lleven?
—No lo sé, pero
sí sé que Siwon movería montañas, destruiría naciones, convocaría a la ira de
los dioses para verte feliz. —Hongki levantó a Hee de la rama—. Vas a tener que
decírselo. Pero quiero que lo tomes con calma y no te exijas demasiado, ¿de
acuerdo?
Hee asintió. El
respiró hondo y soltó el aire. No se sentía muy bien, pero se sintió mejor.
Necesitaba que alguien supiera, necesitaba que alguien entendiera. Y sabía que Hongki
estaba en lo cierto, no podía ocultarle esto a Siwon durante mucho más tiempo. Le
estaba haciendo daño y eso no era justo.
Se dirigieron de
vuelta hacia el grupo en silencio. Una vez allí, todos ellos siguieron a Siwon
por el bosque, con la luna como su única luz guía.
Caminaron durante
una hora, justo como Siwon había dicho, y luego acamparon. Hyukjae y Sihyuk
encendieron un fuego mientras que, en forma de lobo, Yunho hizo una
comprobación del perímetro. Cuando regresó al campamento no pudo evitar
acicalarse para Changmin, quien lo observaba con admiración.
Changmin se rió
ante el obvio placer de Yunho bajo su mirada. El lo despidió con la mano,
indicándole que fuera vestirse. Él inclinó su cabeza de una manera encantadora
y se dirigió de nuevo al bosque a recoger su ropa.
Una vez que
estuvieron todos reunidos en torno al fuego, se sentaron en silencio,
contemplando las llamas devorando la madera.
Cada uno de ellos
sintió la oscuridad que se cernía sobre el bosque y no quisieron llamar la
atención sobre sí mismos al hablar. Pronto, uno por uno, armó su catre y se
fueron a dormir. Los hombres se turnaron vigilando, y cuando llegó la mañana,
cada uno de ellos despertó respirando un poco más relajado. Las cosas, hasta el
momento, habían transcurrido sin incidentes.
Hyukjae miró a Siwon
mientras vagaba más profundamente en el bosque.
—¿Sentiste eso
ayer por la noche?
Siwon asintió.
—Estamos siendo
observados. Lo siento incluso ahora.
—Bien, quería
asegurarme de que no era el único.
Donghae se acercó
a Siwon con Hyukjae a su lado.
—Alfa, hay magia
negra por aquí. La puedo sentir como el aceite sobre mi piel —le dijo Donghae.
—Dambi, Changmin
—llamó Siwon a las Fae cuando se detuvo.
—¿Sientes eso?
—preguntó Dambi a Siwon. Él asintió.
—Antes de que
preguntes, Changmin y yo hemos estado usando una magia de camuflaje, pero sea
lo que sea que nos está siguiendo, es poderoso.
Las cejas de Siwon
se alzaron ante dicha concesión. Si la magia con la que estaban lidiando aquí,
sin la bruja presente, era más fuerte que dos hadas, entonces ellos estaban en
problemas.
Hee agarró la
mano de Siwon y lo miró a su cara sombría.
—No me gusta que
nos quedemos quietos, Siwi. Algo me dice que no deberíamos estar quietos.
Donghae asintió
en acuerdo. Ellos se dividieron en parejas y continuaron en una línea a medida
que avanzaban. El día pareció hacerse más oscuro mucho antes de lo que debería
y la temperatura bajó.
Los dientes de Donghae
pronto comenzaron a castañear. Tenía los brazos cruzados con las manos metidas
en sus axilas, tratando de mantener el calor.
—Siwi, tenemos
que parar —gritó Hongki. Se estaba poniendo más frío y, aunque el movimiento
estaba manteniendo la sangre circulando, estaba pensando en Hee.
—Vamos a encender
un fuego. Cualquiera que sea la magia que está funcionando aquí, están
totalmente en contra de nosotros yendo más lejos —dijo Dambi por encima del
viento que había comenzado a azotar a su alrededor.
Trabajaron
rápidamente, consiguiendo armar el campamento y encender un fuego en cuestión
de minutos. Dambi y Changmin usaron su magia para el fuego porque uno natural
no se mantendría encendido. Todos se amontonaron a su alrededor, las sombras a
su alrededor parecía siniestra a medida que el viento aullaba entre los
árboles. Toda la naturaleza parecía estar trabajando en contra de ellos.
De repente, un
relámpago brilló y el trueno retumbó en el cielo. Sintieron la tierra debajo de
ellos temblar. Dambi se puso en pie y extendió las manos, con los ojos
cerrados. Changmin hizo lo mismo, por lo que Donghae se puso de pie, no muy
seguro de lo que se suponía que debía hacer, pero sintiendo que debía estar de
pie también.
Dambi y Changmin
corearon. El viento azotó a través de su cabello, el trueno se estrelló
alrededor de ellos, y el relámpago pulsó en el suelo, iluminando sus rasgos de
una forma inquietante.
Los brazos de Dambi
cayeron y sus ojos se abrieron. Miró con gravedad a Siwon.
—No soy lo
suficientemente fuerte. Necesito las piedras.
—¿Dónde están?
—gruñó él.
—Supongo que no
es el momento —le dijo Dambi con severidad, no dando marcha atrás.
—¿Qué quieres Decir
con que “no es el momento”? ¿Cuándo es el momento? ¿Una vez que todos seamos
fritos por un rayo?
Hee tomó la mano
de Siwon y extendió la mano, girando su rostro hacia el suyo.
—Dambi no es el
enemigo —le dijo con firmeza.
Siwon cerró los
ojos y tiró de las riendas a su lobo. Una vez que los abrió miró a Dambi e
inclinó la cabeza.
—Mis disculpas,
Fae.
—No es necesario
—le dijo Dambi—. Las cosas se han tornado una mierda y todos estamos un poco
irritable.
—Me has quitado
las palabras de la boca, Hadita Dambi —se quejó Hee.
Donghae resopló y
miró a su amigo. Hee le guiñó un ojo, tratando de asegurarle que todo estaba
bien con él, aunque estaba tan lejos de estar bien como se podía.
Dambi miró a Hee.
—Ese te salió
gratis, Hee. La siguiente vez valdrá tu pelaje.
Hee sonrió, su
primera sonrisa verdadera en todo el día.
—Aw, Dambi, si
quieres tocar mi pelaje todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Bueno, eso, y
pagar una cuota de admisión pequeña.
Los demás se
rieron y se distrajeron brevemente de los estragos sucediendo a su alrededor.
Siwon presionó
sus labios en la parte superior de la cabeza de Hee, contento de ver un atisbo
de su compañero.
Dambi se volvió
de nuevo hacia el Alfa después de dar a Hee una mirada mordaz, quien
simplemente se encogió de hombros en respuesta.
—Las piedras van
y vienen por su propia voluntad, Alfa. Yo no las controlo. Nadie lo hace.
Todos miraron a Siwon,
esperando sus órdenes. Él miró a cada uno de ellos, sintiendo el peso de su
seguridad… era pesado.
—Nos quedaremos
aquí y resistiremos toda la noche.
Una vez más se
acurrucaron en torno al fuego. Nadie durmió.
Todavía estaban
acurrucados alrededor del fuego cuando el amanecer irrumpió finalmente. Casi
como si un interruptor se hubiera encendido, el viento se detuvo, junto con los
truenos y los relámpagos.
Hee se puso de
pie, estirándose, mirando a su alrededor, y estudiando los daños. Soltó un
bufido.
—Eso fue
divertido.
Siwon palmeó su
trasero, haciendo gruñir a Hee.
—Tienes una
extraño concepto de diversión, compañero —le dijo mientras se inclinaba y lo
besaba suavemente. Hee aceptó el beso y se permitió ese momento. El dolor no se
había alejado de lo que estaba enfrentando, pero tenía que encontrar la alegría
en donde pudiera. Siwon le traía alegría, y él iba a sumergirse en cada
pedacito de ella.
Siwon inclinó la
cabeza hacia un lado, con el ceño fruncido mientras le observaba.
—¿Estás bien?
—murmuró él.
Hee sonrió,
aunque la sonrisa no llegó a sus ojos.
—Por ahora.
Siwon decidió que
eso tendría que ser suficiente hasta que pudiera hablar con él a solas.
Horas más tarde, Hee,
tratando de quitarse de encima la oscuridad, comenzó a cantar “On the Road
Again” de Willie Nelson.
Donghae gimió.
Hongki se echó a
reír.
—Bueno, si
queremos ahuyentar la magia del mal ese sin duda es un método eficaz —resopló Dambi.
—Ríete, Hadita Dambi
—gritó Hee en respuesta—. Uno de estos días mi canto simplemente podría salvarte
la vida.
Antes que Dambi
pudiera responder, escucharon una voz familiar:
—Espero que todos
ustedes no estuvieran tratando de ser cautelosos, porque apestan en eso. —La
voz de Henry surgió entre el follaje y él finalmente emergió físicamente.
Miró a todos una
vez más, mostrando un alivio obvio al ver que todo el mundo estuviera aquí sin
daño alguno. Luego sonrió hacia Changmin, quien estaba de pie cerca de Yunho.
—¿Tú también?
Changmin asintió
y se sonrojó. Yunho pasó un brazo a su alrededor y lo besó suavemente en la
frente.
—Está bien. —La
voz de Henry llamó la atención de todo el mundo lejos de Yunho y su compañero—,
vamos a unirnos a Junjin y a poner un plan en marcha.
Junjin envolvió a
Donghae y a Hee en abrazos tan pronto como los vio, ignorando los gruñidos de sus
compañeros. No eran sus hijos, pero era como si lo fueran. Eran de su manada, y
su amigo había sido herido bajo su protección.
Cuando él los
liberó, Siwon y Hyukjae jalaron a cada uno de sus compañeros en sus brazos.
—¿Dónde está?
—preguntó Hee.
Junjin dio un
paso fuera del camino y vieron a Hyesung y Ryeowook sentados al lado de una muy
pálido y muy quieto Teukkie.
Donghae y Hee corrieron
hacia él. Ryeowook y Hyesung se pararon y se alejaron, dejando que se acercaran
a su amigo.
Donghae se secó
una lágrima mientras agarraba la mano de Teukkie en la suya.
—¿Por qué no se
despierta? —preguntó Hee.
—No lo sabemos.
Creo que podría tener algo que ver con su vínculo —le dijo Junjin.
—¿Qué quieres Decir?
—La cabeza de Donghae se alzó de golpe.
—Puedo sentir la
agonía de Kangin. Dónde quiera que esté, está sufriendo. Creo que está
afectando su vínculo. Él quizás pudo haberlo apagado de alguna manera, o no y Teukkie
está atascado soportando lo que le sucede.
—¿No hay nada que
podamos hacer? —preguntó Hee desesperadamente.
Donghae extendió
la mano y la puso sobre el pecho de Teukkie. Cerró los ojos y se acercó a su
amigo.
No sabía cómo lo
hacía, pero cuando trataba de entrar en alguien a quien estaba tocando, era
capaz de verlo, ver el interior de su cuerpo y su mente.
Vio que la mente
de Teukkie estaba cubierta de una neblina. Algo lo mantenía inconsciente.
Intentó empujar la neblina, forzó su voluntad para entrar. La fuerza que empujó
en respuesta lo sacó del cuerpo de Teukkie y físicamente lo empujó al suelo. Hyukjae
estuvo a su lado en un instante, en cuclillas para que pudiera sentarse en sus
rodillas.
—¿Qué has visto,
amor? —preguntó.
Donghae intentó
enfocar sus ojos y aclarar sus pensamientos. La niebla había tratado de atacar
su mente. Se sentía violado y se estremeció en los brazos de Hyukjae. Él lo
atrajo hacia sí.
—Algo lo mantiene
subordinado. Traté de alejarlo, pero está envuelto alrededor de su mente,
encerrándole.
Ryeowook se
acercó, sus ojos amplios y la boca abierta en asombro.
—¿Pudiste entrar?
Donghae asintió.
—¿Tú no?
Ryeowook asintió.
—Pero he sido
sanador por siglos. Tú no eres más que un bebé. —Miró a Dambi, quien sonrió con
orgullo. —Él es poderoso —le dijo Ryeowook.
—Mucho —concordó Dambi.
—Está bien, no es
que no me importe que Donghae sea algo así como un súper sanador pero, ¿podemos
volver a Teukkie y a cómo podemos ayudarlo?
—No podemos
hacerlo. El necesita… —Ryeowook fue interrumpida por un Hee ahora de pie y
gruñendo.
—SI DICES QUE
NECESITA A SU COMPAÑERO, JURO QUE ME ENFADARÉ.
—Cariño —dijo Donghae
con calma—, ya lo has hecho.
Hee gruñó, pero
dio un paso atrás.
—Lo siento, pero
estoy tan harto de que la única respuesta a todo sea: “El necesita a su
compañero”. ¿Cómo podemos ser tan dependientes de ustedes? Quiero Decir, en serio,
¿qué demonios los hace tan especial que pueden arreglar todo? ¿Y cuán vanidoso
es que piensen que son la solución a todo? Teukkie es fuerte sin Kangin. El no
lo necesita. Nosotros no los necesitamos.
Siwon gruñó, y el
sonido que salió de él era más como un león que un lobo. Todo el mundo, a
excepción de Junjin, dio un paso lejos del enfurecido Alfa.
—¿Crees que te
hace débil Decir que me necesitas? ¿Es ese tu problema, que no quieres
necesitarme? —Los ojos de Siwon brillaban mientras sostenía la mirada de su
compañero.
—¿Por qué debería
necesitarte? Tú no me necesitas. Eres fuerte sin mí. Puedes enfrentarte a
cualquier cosa, lidiar con cualquier cosa, pero yo soy débil. Eso es lo que
piensas, que no puedo manejarlo cuando se pone difícil. ¡Crees que todos vamos
simplemente a ponernos en posición fetal y morir si no estás allí para
rescatarnos! —La respiración de Hee era errática y su corazón estaba acelerado.
ahhh hasta que Hee le conto a algyien!!!
ResponderEliminarahh no me jodan, que carajos los ataco en el bosque!!!!
por que Tukkie no reacciona!!!!! TT______TT
ahhhh No Hee, esa no es la manera, a si no, hablale a Siwonshis!!!!!
voy a llorar!!! por que todo va tan mal!!! ahhhhh