Amante de la Luna- 3



En los seis años que duró su matrimonio ficticio con Tim, nunca discutieron y , en raras ocasiones, mantuvieron algún desacuerdo. Vivieron juntos como amigos educados y corteses, y al final cuando Tim murió, un año antes que su padre, Donghae lloró por él. Lloró la pérdida de un gran amigo, porque  marido no había tenido nunca.
Se sintió como si hubiera estado solo toda su vida viviendo como una persona independiente, y ahora, después de todos estos años, tenía que acudir a Lee Hyukjae.
Inspiró profundamente el aire del mar. Hyukjae le había dicho que no tenía otra opción, pero no podía ser. Tenía que haberla. Tendría que vender Haru, ahora que se había desecho ya de las dudosas inversiones de su padre y que quería ver terminado Oneday, su nuevo complejo. Había tenido que luchar contra su padre para poner en marcha aquella zona residencial para la clase media.
Le dio una patada a la arena y en ese instante se oyó una voz a sus espaldas.
─No puede ser tan malo.
El corazón se le subió a la garganta y se dio la vuelta para mirarlo. Estaba a unos metros de él, con las manos metidas en los bolsillos de los vaqueros y una expresión que parecía querer sonreír si él los hacía primero.
─¿Lo dices porque ya lo he hecho antes? ─el viento le trajo el pelo hacia los ojos. ─ ¿Es eso?
─¿Es que fue así con Hwang? ¿Te obligaron a casarte con él?
─¡No seas ridículo! Yo quería casarme con Tim, pero tú…
─Estás desesperado, mi amante de la luna, y puedes confiar en mi.
─Decir que puedo confiar en ti es…─algo increíble, hubiera querido decir. Una mentira─ ¿Confiar en ti para que?
─Para mantener el acuerdo al que lleguemos.
─¿Acuerdo? ¿Quieres decir que firmaríamos un contrato por escrito?
─Si eso es lo que quieres.
Un acuerdo prenupcial.
─Me atarías de pies y manos. Sería una locura por mi parte.
─Redacta tú el contrato y lo discutiremos.
─¡Pero si tú ya has impuesto las condiciones!
Hyukjae sonrió de medio lado.
─Eres una persona distinta sin ese peinado engominado, mi amante de la luna.
Donghae hubiese querido echarse a reir. Todo aquello era tan ridículo.
─Has dicho que me quieres ─dijo, y percibió la nota de histeria de su propia voz─ Has dicho que… supongo…que quieres decir sexualmente.
─Mmm… entre otras cosas ─respondió riéndose con los ojos.
Donghae se enrojeció y se dio la vuelta.
─Mis condiciones serían…, tener mi propia cama y que tu no puedas entrar en ella. Nada de…  sexo.
─¿Eso es lo que quieres? ¿Nada de sexo? ¿Bajo ninguna ciscunstancia?
─¡Maldita sea Hyukjae.! ─exclamó, y la risa seguía brillándole en los ojos.
─¡Vamos hombre!, ¿y que tal un compromiso?
─Que compromiso.
El rubor de sus mejillas lo estaban poniendo en ridículo.
─Que el matrimonio no se consumará a no ser tú lo quieras.
─A no ser que yo… yo no querré. ¡Nunca!
─Entonces no corres ningún peligro, ¿no?
─Estarías tirando tu dinero.
─Ése es mi problema, ¿no te parece?. ─le desafió.
¡Todo aquello era una locura! ¡No podía estar negociando su matrimonio con Hyukjae!
─Tengo una empresa ─dijo─, y no pienso renunciar a ella.
Otra locura, porque cuando volviera a casa iba a tener que poner sus acciones a la venta.
─Por supuesto.
Donghae frunció el ceño. Estaba siendo demasiado complaciente.
─¿Me estas diciendo que después de la ceremonia podría dar media vuelta y marcharme? ¿Qué ese sería el final de la historia?
─No. Cuando tengas que estar en Busan,  vivirás bajo mi mismo techo. Vivirás siempre en mi casa; en Busan y en mi apartamento en Seúl.
Donghae tragó saliva.
─Yo no…
─Eso no es negociable.
─¿Alguna otra cosa que no sea negociable? ─preguntó, aún sabiendo que no era una locura. Tenía que haber otra solución. Iría al pueblo a buscar un vendedor de lotería, ganaría un millón y con ello se acabarían los problemas.
─Sí ─contestó él─ Hay más. Nada de hablar de la naturaleza de nuestro matrimonio a la prensa. Cuando los intereses de tu empresa y la mía lo permitan, estaremos juntos.  Los dos interpretaremos nuestros respectivos papeles y lo haremos bien. Bajo el mismo techo.
─Yo no…
─Y si llega algún niño, viviremos en el campo. Tú puedes elegir la provincia. No pienso criar a un niño en la ciudad. No espero tampoco que renuncies por completo a tus intereses, pero si tenemos un niño lo criaremos los dos juntos, y no pongas esa cara, porque no habrá divorcio si tienes un hijo mío.
“Dios mío…”
─No habrá ningún niño ─contestó tenso.
─Podría llegar el día que me invitases a tu cama. Apuesto a que llegará.
─No habrá niños. Yo no… ni siquiera… En cuanto Kyuhyun haya salido del atolladero, me divorciaré.
Él sonrió y con una mano le apartó el pelo de la cara.
─Ni los sueñes, mi amante de la luna. Cuando avale ese pagaré, Kyuhyun me deberá el dinero a mi. ¿De verdad crees que podrá pagármelo algún día?
─¿Pero no vas… ─se apartó violentamente de su mano─ Creía que ibas a comprar sus acciones en SM.
─Personalmente, preferiría que ese proyecto no se llevase a cabo. Todos los que participan en SM son mala gente, incluido tu hermano. Pero tú no. Nunca lo fuiste, y cuando firmes nuestro acuerdo, te prometo respetarlo como sé que tú también lo harás.
─¿De verdad crees que voy a acceder? ─le preguntó en voz baja.
─Estás aquí, ¿no?
─Estamos hablando de ello, eso es todo ─se estremeció─ Te advierto que soy duro negociando.
─Yo también ─contestó él con una sonrisa─ Pero pretendo que ninguno de los dos lo lamente después.


Firmaron el contrato en la oficina de Kim Yesung, en el edificio de Hyukjae. Kim era su abogado pero Donghae también le habría contratado para cualquier cosa que requiriese discreción. Por la expresión de su cara podrían estar firmando las ventas de unos terrenos en lugar de un acuerdo que estipulaba el pago de una suma importante por la participación de Donghae en un matrimonio.
─Lo he preparado yo mismo ─murmuró Kim al entregarles a ambos una copia.
Donghae escondió una sonrisa nerviosa. Sin personal que pudiera dar los detalles al público, Donghae lo leyó. Todo lo que habían hablado estaba reflejado en los documentos. Pero él se había imaginado un montón de otras cosas que estarían allí… y no estaban. Levantó los ojos y miró a Hyukjae, y no habría podido decir con seguridad qué se dijeron en aquel largo intercambio.
Si iba a echarse atrás, aquél era el momento. Una vez hubiese firmado, ya no podría hacerlo. Quizás pudiese huir de la ceremonia el viernes, pero aquél era el momento decisivo. Si firmaba aquél contrato, Hyukjae esperaría que lo cumpliese hasta el final.
─Estás haciendo un mal negocio ─dijo él, y por el rabillo del ojo vio que el abogado hizo un movimiento como si estuviese de acuerdo─ Estás deshaciéndote de un montón de dinero sin obtener demasiado a cambio.
─Ya lo veremos ─contestó, y apoyándose en la mesa, agarró un bolígrafo y firmó. Luego le entregó el bolígrafo a él.
Mil preguntas se le pasaron por la mente en aquel momento. Peguntas sin respuestas. El hombre que le ofrecía el bolígrafo era el mismo chico con cuyos ojos se encontró y el corazón se le detuvo. Sabía dónde iba a terminar todo aquello, igual que lo había sabido la noche en que se encontraron en la fiesta de Ryeowook. Siempre había habido algo en Hyukjae que anulaba su voluntad… que le hacía olvidar todas precauciones y dejar que la tormenta decidiese su suerte.
Apartó la mirada de sus ojos. El abogado los estaba observando. El tiempo pareció alargarse sin fin, como si Hyukjae hubiese estado ofreciéndole aquél bolígrafo toda la vida y él haciendo equilibrio en el borde de un precipicio. Miro el documento que tenía en la mano y las palabras calmaron en ritmo de su respiración.
Era un acuerdo comercial, y Hyukjae era quien estaba cometiendo el error, no él. Estaba apostando por que decidiese un día cambiar transformar aquel matrimonio en algo real. Iba a ser él quien tuviese que pedirle que le hiciera el amor para que hubiese algún peligro.
Y Hyukjae acaba de firmar, así que, si confiaba en su palabra, estaba a salvo. Agarró el bolígrafo y rápidamente puso su firma debajo de la de él. Por dentro estaba temblando, pero su pulso pareció firme.
─¿Hablarás tu con Sooman? ─preguntó
Hyukjae miró al abogado.
─Ya está arreglado ─dijo el abogado con voz neutra─ Hace una hora hablé con su abogado.
Donghae experimentó una tremenda sensación de alivio. Imaginarse al abogado de Sooman en su oficina de Busan lo había atormentado.
─¿Y si hubiera cambiado de opinión? ─le preguntó a Hyukjae. Algo brilló en los ojos de él y Donghae sintió que el aire se le paralizaba en los pulmones. ─ ¿Habrías hecho efectivo el pagaré de todas formas? ¿Por Kyuhyun?
Él negó con la cabeza.
─Firma la última copia para que podamos salir de aquí.
Hyukjae ya había firmado la copia que tenía el abogado y estaba esperando que él le entregara la que acababa de firmar.
Lo habría ayudado de todas formas, pero no por Kyuhyun, independientemente lo que él pensara que debía sentir hacia su hermano. Lo estaba haciendo por él, y Donghae miró el bolígrafo que aún tenía en la mano. Si no hubiese firmado seguiría estando en deuda con Hyukjae, y pagarle sería imposible. Si liquidaba todos sus activos, no podría cubrir el pagaré de Kyuhyun, y seguiría estando endeudado sin forma alguna de pagar.
Mejor así. Un matrimonio ficticio, pero eso era lo que él le había pedido. No es que tuviese intención de volver a casarse; ni siquiera de enamorarse, y mucho menos de él, pero al mirarlo pensó que había muchas cosas peores que interpretar el papel de su esposo.
Hyukjae iba vestido de traje, pero de alguna forma conseguía llevar la formalidad con la misma gracia que él asociaba con Hyukjae vestido con vaqueros y camiseta. Le gustaba observarlo, hasta podía decir también que le gustaba también la forma en que le hacía sentirse vivo y al mismo tiempo en peligro.
─Vamos a comer ─dijo Hyukjae cuando salieron del despacho del abogado.
─Yo invito.
Él se echó a reir.
─¿Dejando claro los limites ,mi amante de la luna?
─Es posible. ¿Por qué no has incluido las cláusulas que suelen figurar en esos acuerdos? ¿Por qué no lo has hecho de tal forma que si yo un día te dejo, acabe con las manos vacías?
Donghae se quedó rígido cuando él el agarró el brazo. Entró al ascensordelante de él, y cuando las puertas se cerraron sintió pánico.
─¿Vamos a ser enemigo durante los próximos cincuenta años? ─le preguntó con suavidad.
Donghae se sintió acosado por su proximidad y la garganta se le cerró. Cincuenta años. Cincuenta años con Hyukjae.
─No vamos a ser amantes. ─susurró
─Amigos. Sería agotador vivir juntos y pasarnos la vida enfrentados.
Ya no se reía. Estaba hablando muy serio y con el ceño fruncido, de la misma forma que le hablaría a un oponente en una partida de ajedrez.
─¿Vas a seguir llamándome Amante de la luna siempre?
Él se apoyó  contra la pared del fondo de ascensor y se pasó la mano por el pelo.
─Es probable.
─Tienes algo en contra de Donghae?
─Es algo que hace juego con la forma en que llevas tu pelo hoy.
Instintivamente Donghae se tocó el pelo.
─No pienso cambiar de peinado cuando me haya casado contigo ─contestó. Casado. Hyukjae al otro lado de la mesa, durmiendo en la misma casa, en el mismo apartamento. Allí, en el reducido espacio del ascensor, se dio cuenta que vivir bajo su mismo techo iba a ponerlo en sus manos, a pesar de lo q hubiese en ese acuerdo.
─Elegancia e inhibiciones ─dijo Hyukjae─ Ésa es tu armadura ─su sonrisa se hizo mas se hizo mas grande y Donghae sintió el miedo crecer en su interior─ No me malinterpretes. Es un exterior atractivo, hasta fascinante por la perfección de la máscara ─lo miró de arriba a abajo─ Si tu traje fuese blanco no tendría ni una mota de polvo. Pero recuerdo como eres sin armadura, amante de la luna.
Reprimió el calor que le subía por el cuello y evitó mirarlo a los ojos.
─Has firmado un acuerdo malo para ti, Hyukjae. Quieres algo que no vas a conseguir. Un día liquidaré esa deuda y nos encontraremos en la sala de un tribunal porque me divorciaré de ti en ese momento.
Hubiera querido ver una sola muestra de tensión en él, de ira, pero estaba relajado, escuchando tranquilamente.
─Has de saber que pienso divorciarme de ti ─insistió, no sin preguntarse a quien estaba intentando convencer… a Hyukjae o a sí mismo─ Y puede que pienses que yo no aprendo, pero tu tampoco eres muy agudo. Acabas de firmar un acuerdo prenupcial sin poner los medios necesarios para que yo no pueda divorciarme y dejarte sin esa camisa que llevas puesta.
Él se echó a reír.
─Tu tampoco has estado muy brillante. ¿Por qué no has establecido una clausula de divorcio? Yo la habría aceptado.
Donghae frunció el ceño y apretó los puños. ¿Cómo demonios podría tratar con un hombre para el que ni siquiera el dinero era algo serio? Por un lado, había amasado millones desde que era un joven rufián que le robaba las manzanas a los arboles de sus padre, y por otro acababa de firmar un acuerdo con el que se creaba una deuda que él jamás podría pagar. Debía estar loco.
Dos horas antes, mientras Hyukjae se ocupaba de un asunto en el piso onceavo del edificio, él había cruzado la calle y había entrado en una biblioteca. Quería buscar en la enciclopedia el término. No sabía muy bien porque había sentido esa inquietud, pero quizás fuese la necesidad de encontrarle algún sentido a aquel absurdo contrato que iba a firmar.
La enciclopedia decía que el pago de dote era muy común en sociedades poco evolucionadas. Ésta podía funcionar en su caso, ya que el dinero de Hyukjae sería un pago indirecto a Kyuhyun que era su única familia. Diferentes versiones mencionaban que ese pago le garantizaba algunos derechos al hombre como el acceso sexual a la pareja… el único derecho que Hyukjae no había reclamado en el contrato.
También se estipulaba que en caso de divorcio el dinero sería devuelto. Por mucho que jurase a Hyukjae que se divorciaría de él, en realidad, no tenía ni una sola posibilidad de encontrar dinro suficiente como para devolverle lo que había pagado por él.
Aquel matrimonio duraría lo que Hyukjae quisiera.


La boda fue una ceremonia civil celebrada en el ático de Hyukjae en Seúl.
Por mucho que se dijese que no iba a sentir nada, que no tenía que preocuparse, Donghae estaba aterrorizado. El tamaño de la deuda de Kyuhyun con Sooman lo había obsesionado por semanas, y al final, había optado por la única salida posible.
La vida día a día con Hyukjae no podía ser demasiado difícil. Al fin y al cabo, ¿no había interpretado ya el mismo papel con Tim? Había asistido a comidas políticas, bailes benéficos e incluso entrevistas para televisión. Toda la relación con Tim era mas de hermanos que de pareja.
Un fraude. Un papel a interpretar. Eso iba a ser su matrimonio con Hyukjae. Pero estando allí de pie, frente al juez, con Hyukjae a su lado, sintió crecer su pánico sin saber porqué.
Quizás fuese porque Kyuhyun lo estaba mirando con gesto de desaprobación.
Le había pedido a Hyukjae que solo el abogado conociese la naturaleza de su matrimonio. Solo sería capaz de interpretar aquel papel si no había nadie que pudiese dudar de él. Especialmente Kyuhyun, que jamás debería llegar a saber el precio que había tenido que pagar para resolver su problema.
Interpretar el papel con él había sido particularmente difícil.
─¿Qué vas a qué? ─le preguntó él cuando lo llamó tres días antes de la boda─ ¡No puedes casarte con Lee!
─Quiero que asistas a la ceremonia ─le dijo─ Y Hyukjae va a hacerse cargo de tu pagaré, así que has el favor de venir y cooperar.
Kyuhyun se había quedado en silencio un momento.
─¿Por eso te casas con él? ¿Para poder responder de mi pagaré?
Su risa habría hecho justicia a las mejores dotes de interpretación de cualquier actor.
─Me caso con él porque me lo ha pedido, Hyukjae siempre ha sido especial para mi.
Le había costado mucho pronunciar esas palabras. Hyukjae había sido su primer amor, su amor rebelde de juventud, pero después, se había pasado años intentando odiarlo. Y ahora esta junto a él frente al juez, haciéndole promesas cuando no estaba seguro de lo que sentía.
No podría olvidar el pasado
Y Kyuhyun tampoco. Los dos hombres se habían encontrado en la puerta del apartamento de Hyukjae como enemigos. Se habían mirado el uno al otro largamente y, al final fue Kyuhyun quien abrió los ojos. No entendía porque Hyukjae sentía tan ira contra Kyuhyun cuando debería ser al revés. La reacción de Kyuhyun tampoco había tenido sentido. Apartar la mirada…
─¿Quieres que intercambiemos anillo en la ceremonia? ─le había preguntado Hyukjae el miércoles. Habían ido a comprar los anillos.
─No ─había contestado─ Eres tu quien me compra.
Hasta ese momento había creído que nada podía hacer temblar su determinación, pero sus ojos emitieron un destello peligroso y le vio apretar los dientes de modo que por un cuarto de hora Donghae no le dijo ni una palabra.
Hyukjae lo quería; pretendía que al final terminase por unirse a él emocionalmente además de legalmente. Poco a poco, durante aquella semana, había llegado a la conclusión de que su deseo de casarse con él era mas que una resurrección de lo que había sentido al acercarse a él en el salón de Ryeowook todos aquellos años atrás.
Era algo mas oscuro, y ni podía evitar pensar que tenía algo que ver con el pasado, con el odio de su padre hacia Hyukjae y el accidente de Kyuhyun. Con la tensión evidente de Kyuhyun al presenciar la ceremonia y el hermano de Hyukjae mirándolo con desaprobación.
Donghae miró el anillo de Hyukjae acababa de ponerle en el dedo. Si al menos pudiese comprender cómo lo ocurrido en el pasado podía encajar con el presente. Hyukjae robándole las manzanas de su padre. Hyukjae y su padre enfrentándose cuando Hyukjae solo tenía diecisiete años y su padre les pilló a los dos hablando cuando él solo tenía catorce. Se habían odiado desde el primer momento.
El decreto de su padre había sido volviese a ver a Lee Hyukjae. Y después el ultimo verano. Amor y traición.
Después del accidente, Donghae se había marchado de Corea y Hyukjae de Busan. Los años habían pasado después, y él estaba al parecer decidido a conseguir lo que no había podido alcanzar entonces. No tenía sentido, porque había sido Hyukjae quien lo había alejado, pero debía ser así.
Hyukjae había comprado las propiedades de su padre en Busan; luego, aquel comentario el dia de su funeral, como si supiera ya de antemano que iba a llegar un momento en el que necesitase su ayuda. Y por último, cuando había acudido a él, había tomado aquella decisión demasiado rápido; en cuestión de minutos, le había hecho la oferta de matrimonio.





Sorry por la demora, éste es el último capítulo del año, nos volveremos a leer en el 2017, tengan un poco de paciencia por la demora en los cap.
Disfruten de las celebraciones en familia. 
Besos

6 comentarios:

  1. Hola!!! gracias por el cap me intriga lo que paso con Kyu y hyuk nos leemos el siguiente año, FELIZ NAVIDAD Y QUE TENGAS UN EXCELENTE INICIO DE AÑO!! BYE.

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  2. Por que eres a si!????
    Por que no me amas!!!!???
    TT______TT
    Qué hizo Kyu!????
    Él debió de hacerle algo a Hyuk!????
    Ahhhhh
    Ya se cazaron!!!!!!!
    Wi~

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  3. Pues que bien...ya ninguno tiene nada que perder...Hae puede salvar a su hermano...Hyuk consigue tener a Hae,Kyu se libera de la deuda...todos obtuvieron lo que quisieron.
    Han enmarañado la cida de Hae...un día tendrá su recompensa...lo sé.

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  4. Mmmm algo no encaja en lo que Hae cree que pasó, pues por lo que se ve lo que sea que haya sucedido piensa que toda la culpa es de Hyuk, pero la actitud de kyu me hace pensar que talvez fue al revés, como quiera ya tendremos que esperar para el próximo capítulo,para saber un poco más que pasó. Igual se te decea feliz Navidad, y feliz año nuevo, que disfrutes de estas fechas al lado de tus seres queridos, y a empezar el año con todo.

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  5. Mmmm algo no encaja en lo que Hae cree que pasó, pues por lo que se ve lo que sea que haya sucedido piensa que toda la culpa es de Hyuk, pero la actitud de kyu me hace pensar que talvez fue al revés, como quiera ya tendremos que esperar para el próximo capítulo,para saber un poco más que pasó. Igual se te decea feliz Navidad, y feliz año nuevo, que disfrutes de estas fechas al lado de tus seres queridos, y a empezar el año con todo.

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  6. bueno espero y la relacion empieze algo suave por que sino el fuego va a ser abrazador

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...