Vikingos I -5

 

Heechul hervía por dentro. Había oído con claridad lo que Yunho había dicho sobre él, tal como lo habían oído lodos los que lo entendían. ¿Darlo a Siwon? ¿ Dejarlo que lo maltratase con su odio a los jóvenes? Bueno, muy pronto se enteraría de que él no toleraba los malos tratos. El hombre con quien creyó que se casaría moriría si osaba tocarlo, ¡Dios, cómo los odiaba a todos ellos!
 
Boah se mantenía alerta, aprensiva. Se esforzó para no interferir cuando el vikingo empujó a Heechul, en la esperanza de que ese rudo tratamiento sacara por fin al joven de su rencoroso silencio. Pero no fue así. Deseaba fervientemente poder entender lo que decían, y lamentó no haber acompañado a su sobrino durante las lecciones de Janghoon. Ah, qué poco del futuro adivinaba entonces. ¿Cómo podría comunicarse con sus raptores y hasta descubrir su verdadera situación, a menos que Heechul quisiera hablar con ellos? Sólo él conocía su idioma.
 
La ansiedad de Boah fue aliviada momentos más tarde, cuando la dama vestida de seda amarilla dejó la mesa y vino a pararse frente a ellos. Era una mujer menuda, graciosa, con pelo castaño y ojos almendrados de color castaño oscuro.
 
— Soy Choi Yoomi. Mi marido es Kangta el Ansioso, jefe de nuestro clan y el hombre que os trajo aquí.
 Boah, rápidamente se presentó y presentó a los demás. Después preguntó:
 
— ¿Cómo es que habláis nuestra lengua?
 
—  Como vos, fui traída a estas tierras hace muchos años, aunque en mejores circunstancias. Fui prometida a Kangta y nos casamos. Soy cristiana como supongo lo sois vosotros.
 
— ¡Sí, por supuesto! — Yoomi sonrió.
 
— Pero también venero a los dioses de mi esposo, para complacerlo a él. Os ayudaré en todo lo que pueda, pero comprended que mi lealtad está aquí.
 
Boah se hizo fuerte para formular la pregunta que dominaba sus mentes.
 
— ¿Qué será de nosotros?
 
—Por  el  momento,  sois  prisioneros  de  mi  marido.  A él  le corresponde decidir qué se hará con vosotros.
 
—¿Entonces  somos  esclavos?—preguntó  Jaejoong  en tono altanero, aunque tenía pocos motivos para mostrarse arrogante. Yoomi enarcó una ceja en dirección a Jaejoong
 
— Perdéis vuestros derechos cuando sois capturados. Me sorprende que tengais necesidad de hacer esa pregunta. ¿Creísteis que seríais traídos aquí y dejados en libertad, y que se os darían casas y propiedades? No, vosotros sois la propiedad. Perteneceréis a mi marido, o a cualquiera a quien él decida daros. No me gusta mucho el término esclavo. Prefiero «sirviente», no diferente de los que debéis de tener en vuestra tierra.
 
— ¡Nuestros sirvientes eran libres! — dijo Jaejong.
 
— Podéis llamarlos libres, pero, en realidad, no lo eran. Y vos, mi muchacho, será mejor que aprendáis rápidamente vuestro lugar, o nada bueno te ocurrirá.
 
— El tiene razón, Jaejoong —  dijo Boah quedamente— . Por una vez, sujeta tu lengua.
 
Jaejoong se volvió, malhumorado, y lo ignoró. Yoomi se rió por lo bajo.
 
—  Creo que vos y yo podemos hacernos amigas, Boah.
 
—  Eso me agradaría —  respondió Boah con sinceridad. En este momento necesitaba una amiga más que cualquier otra cosa.
 
— Es lamentable que estéis aquí — continuó Yoomi sin vacilar — . Pero espero que os adaptéis rápidamente. Yo no apruebo las incursiones de pillaje de mi esposo y su regreso con prisioneros, pero poco tengo que decir sobre esa parte de su vida. Comprendo que vos y vuestra familia fuisteis engañados para que creyerais que habría una alianza y lamento mucho eso.
 
— ¡Vuestra esposo dio su palabra! — interrumpió Jaejong otra vez—  ¿Un vikingo no tiene honor?
 
—  No les culpo por sentirse defraudados. Sí, mi mari do tiene honor, pero no para aquellos a quienes considera enemigos. El dio falsamente su palabra a vuestro intermediario, el hombre que enviasteis aquí. Sabed que mi hijo menor, Siwon, fue tomado prisionero por vuestro pueblo y tratado con crueldad. Desde entonces, mi esposo odia a los celtas. El no tenía intención de cumplir su palabra cuando la dio. Nunca permitiría que nuestro hijo se casara con un celta.
 
— ¿Ese hombre es Siwon? —  preguntó Boah con curiosidad, y señaló al vikingo alto — ¿El que miró de cerca a mi sobrino?
 
—  No, ése es mi hijo mayor, Yunho. Siwon no está aquí, aunque si estuviera no sería diferente. No puede haber casamiento, comprendedlo.
 
—  Sí.
 
—  Siwon nada sabe de esto. El zarpó en la primavera, antes que enviarais aquí a vuestro hombre. Siento sinceramente lo que ha ocurrido, especialmente el engaño. Si pudiera cambiar vuestra suerte, lo haría.
 
— ¿Permitiríais que ellos oyeran esas palabras? — Yoomi rió.
 
— Ellos no pueden entendemos. Yo no enseñé mi lengua a mi esposo; aprendí la suya. Mi marido sabe lo que siento hacia los cautivos, sabe que no lo apruebo. Como podéis ver por las sirvientas que tenemos aquí, todas las cuales fueron capturadas en una u otra ocasión, yo no puedo detenerlo. Esta es nada más que otra parte de la vida vikinga.
 
— ¿Qué será de mi sobrino?— preguntó Boah con honda preocupación.
 
— Será obligado a servir, como el resto de vosotros — respondió Yoomi y se volvió a Heechul— . ¿Entendéis, criatura?
 
Heechul nada dijo y Boah suspiró.
 
— Es empecinado y rencoroso —  dijo—. No aceptará lo sucedido.
 
— Tendrá que aceptarlo — dijo gravemente Yoomi —. Yo no os mentiré. Si él creara dificultades, sería vendido inmediatamente en uno de los mercados lejos de aquí, o sería muerto.
 
—  ¡No! — exclamó Boah.
 
Heechul demostró su desprecio raudo a Yoomi con hostilidad antes de volverse y caminar muy erguido hasta quedar detrás del grupo
 
— No os aflijáis todavía — dijo Yoomi — . Al jovencito se le dará tiempo para adaptarse. Mi esposo admiró su coraje; él no desea que sufran daño alguno
 
Boah miró con preocupación en la dirección de Heechul.
 
—  Temo que él mismo se cause daño —  dijo.
 
— ¿Que se quite la vida?
 
— No, que busque vengarse, Nunca he visto un odio semejante. Ha permanecido silencioso desde que nos tomaron prisioneros. Ni siquiera me habla a mí.
 
—  Su rencor es comprensible, pero no será tolerado mucho tiempo.
 
—  Vos no sabéis por qué está más llena de odio que el resto — dijo Boah rápidamente — Su padre murió el día antes del ataque y él todavía tiene que recobrarse de eso. Nunca estuvo de acuerdo con el casamiento con vuestro hijo, pero su padre había dado su palabra y él estaba decidido a hacer honor a la misma. De modo que estaba dispuesto a recibir a su prometido, no a vuestro esposo, quien nos atacó sin advertencia. Heechul vio demasiadas muertes ese día. Su cuñado, sus sirvientes, murieron frente a él. Oyó los gritos de Jaejoong y los míos cuando... cuando...
 
—  Entiendo. Continuad.
 
—  Y entonces Heechul fue vencido. Para comprender lo que eso fue para él, debéis saber que nunca había sido vencido antes. Era el hijo de su padre, criado sin su madre, quien murió al traerlo al mundo. El no sabía nada de criar jovencitos y le enseñó todo lo que le hubiera enseñado a un hijo varón. Ese día, cuando fue derrotado, supongo que sintió como si le fallara a su padre. Y después, su sirvienta personal, una mujer que era como una madre para ella, fue brutalmente asesinada. Entonces Heechul gritó y lloró histéricamente por primera vez en su vida. Ahora debe de sentir vergüenza, no por eso, sino por haber sido incapaz de ayudar y socorrer a su gente. Desde entonces se mantiene callado y taciturno.
 
— Es  una  lástima  —   admitió Yoomi,  con  sus ojos oscuros pensativos — Pero es un joven inteligente, ¿verdad? Comprenderá que no tiene otra alternativa que aceptar lo que le ha sucedido.
 
—¿Por qué iba a aceptar?  — preguntó Jaejoong, después de escuchar en silencio todo el tiempo que pudo — . ¿Qué hay aquí para él, o para cualquiera de nosotros? ¿Pero Heechul? ja! No sabéis lo que es el orgullo si no lo conocéis. Miradlo ahora. No quiere dirigiros la palabra y mucho menos querrá serviros. ¡Primero tendréis que matarlo!
 
Yoomi sonrió y miró a Jaejoong con ojos duros.
 
— Si él quiere servir o no, no es asunto mío. El ha sido dada a Siwon e irá a la casa de él. Vos, por vuestra parte, caéis bajo mi dominio, puesto que Yunho os ha escogido, y él y su esposo viven aquí en mi casa. Yunho es vuestro dueño, pero yo gobierno esta casa y vos seréis responsable ante mí.
 
Jaejoong se puso de color ceniza, pero no dijo nada. No le gustaba quedar bajo las órdenes de esta mujer, pero había visto la mirada que el poderoso Yunho le dirigiera. Quizá no todo estaba perdido.
 
— ¿Se me permitirá acompañar a Heechul? — preguntó Boah con ansiedad.
 
— No. Mi marido desea guardaros para él. Vos también os quedaréis aquí.
 
Boah se ruborizó intensamente.
 
—  Yo... yo... — no pudo terminar.
 
— No os aflijáis, Boah. No soy mujer celosa. Aquí es común que nuestros hombres quieran solazarse con sus esclavas o jóvenes esclavos. Creo que no somos los únicos, que es igual en todo el mundo. Algunos no quieren tolerarlo en sus casas, pero yo no soy asi. De modo que quedaos tranquila. Aún sigo sosteniendo que seremos amigas.
 
— Gracias.
 
— En cuanto al resto de vosotros — dijo Yoomi, otra vez con voz llena de autoridad — permaneceréis en mi casa por un tiempo, no muy largo. Cuando mi marido decida, seréis dados a amigos de él, a aquellos que lo han servido fielmente. De hecho creo que vuestra suerte será como seguramente imagináis. Con el tiempo, os acostumbraréis.
 
 
 
Heechul fue puesto en un bote pequeño parecido a una canoa y llevado más lejos de la costa. Lo acompañó un solo hombre, quien tenía instrucciones precisas de la esposa de Kangta. El viaje fue corto. Pronto vio la casa de piedra de Choi, encaramada muy alto sobre el acantilado, semejando una extensión natural de la roca gris.
 
El vikingo que acompañaba a Heechul no estaba satisfecho con su tarea. Cuando estuvieron más cerca del embarcadero de madera, empezó a remar con más velocidad. Hubiera preferido, y hasta lo pensó fugazmente, cortar el cuello al joven y arrojarlo a las profundidades sin fondo del fiordo; ¿acaso él no había herido a su hermano causándole así una vergüenza inaudita? Pero en ese caso hubiera tenido que responder ante Kangta, por no mencionar a Siwon, quien ahora era dueño del jovencito. Y para ser sincero, no había ningún honor en matar a una pareja.
 
Empujó rudamente a Heechul fuera del bote y lo arrastró por un empinado sendero. El sendero era una estrecha huella hecha por los esclavos que llevaron las glandes piedras al sitio que Kangsi había elegido para su casa. En la cima había un gran peñasco empujado a un lado. Si era necesario, podría ser usado para bloquear el camino desde el fiordo, la casa de Kangsi sería una fortaleza excepcional en caso de guerra.
 
Antes de morir, Kangsi había dejado esta casa y unos pocos acres de tierra fértil a Siwon, en presencia de Kangta , a fin de que no hubiese disputas después de su muerte. Kangta , de todos modos no quiso la casa porque sus paredes de piedra la hacían fría en invierno. Para Siwon, sin embargo, fue una herencia. Pequeña, sí, pero la única que recibiría, puesto que, por tradición, todo lo que Kangta poseía iría a parar a manos de Yunho, el primogénito.
 
Siwon no era agricultor ni tampoco pescador, como la mayoría, Era cazador, diestro con la derecha y el venablo, y su coto de caza eran los densos bosques que bordeaban su tierra. Le gustaba aventurarse en las áreas despobladas ir lejos de la costa donde abundaban el lince y el alce.
 
En Invierno, no se oponía a navegar por las tibias aguas, costeras tan lejos como hasta el Cabo Norte, en busca de osos polares. Como prueba de su destreza de cazador había reunido un gran cargamento de pieles a lo largo de dos inviernos, que se llevó para comerciar en el Oriente.
 
Aunque Siwon no era agricultor, permitía que sus esclavos cultivasen pequeñas parcelas y así, para su mesa, disponía de lechugas y judías, centeno para hacer pan y cebada parar el hidromiel que se consumía todas las noches.
 
La entrada de la casa estaba abierta para dejar pasar la brisa del verano. El tiempo ya empezaba a ponerse más fresco, señal de que la estación del sol de medianoche se acercaba a su fin y de que había que prepararse para la larga noche invernal, cuando el sol abandonaba
completamente a los pueblos del norte.
 
— ¡Ah! ¡Señora Jooahn! —  gritó el hombre entrando con fuertes pisadas en el hall y llevando tras de sí a Heechul como una vaca atada.
 
— ¡Que haces aquíl,   No sabía que Kangta había regresado.
 
—  Regresó hoy — replicó — Ahora está desarrollándose el festín.
 
—¡ De veras! –Jooahn Ie alzó una ceja— . Espero que la incursión haya tenido éxito.
 
El hombre gruñó y soltó a Heechul
 
—  Resultó muy bien – dijo — . Había un tesoro para todos y siete cautivos regresaron con nosotros. Un hombre subió al Walhalla, ¡ vaya suerte la suya! Mi hermano fue herido, pera no de gravedad — no dijo cómo — . Creo que Kangta le dará uno de los cautivos, y otra será para la viuda del guerrero muerto.
 
— ¿Y éste? — Jooahn señaló con la cabeza a Heechul , quien se mantenía erguido— . ¿El os lo dio a vos?
 
Meneó la cabeza.
 
— A Siwon, él es este que ofrecieron como su pareja.
 
La historia había viajado lejos.
 
— ¿Es lord Heechul? Bien, bien. Así que Kangta mantuvo su promesa — ante la mirada interrogativa del vikingo , ella explicó— Yo estuve allí después que se marchó ese intermediario tonto. Creo que las palabras de Kangta fueron: “Una pareja ofrecen, una pareja Siwon tendrá, aunque no habrá boda".
 
— Una pareja sin votos nupciales... eso me gusta. Pero dudo que le guste a Siwon.
 
— ¿Por qué no? Es bastante atractivo. Con algo que no sean esas espantosas sobrecalzas, se vería hermoso.
 
—  Puede ser, señora. Pero su belleza no disimula su odio.
 
Jooahn se acercó al joven lo hizo volverse hacia la puerta para verlo con mejor luz, pero Heechul volvió la cabeza hacia un lado y ni siquiera se dignó mirar a los ojos a la mujer
 
Jooahn arrugó el entrecejo.
 
— Empecinado, ¿eh?
 
— Sin duda. Tiene la apariencia de un fugitivo y sin duda tratará de escapar en la primera oportunidad. También es peleador, en realidad, está entrenado en las artes de la guerra. Así que tened cuidado, señora.
 
— ¿Qué tengo que hacer con él? — el hombre se encogió de hombros.
 
—  Hice lo que me ordenó la señora Yoomi. Os lo he entregado. Ahora está a vuestro cuidado, puesto que vos dirigís la casa de Siwon en ausencia de él.
 
—  A  éste  no  lo  necesito  —  replicó  Jooahn  con  irritación—  Cuando Siwon partió, se llevó consigo casi todos sus esclavos para venderlos y me dejó sólo unos pocos para cuidar este iceberg de casa. Y ahora me traéis a éste, que debe ser estrechamente vigilado.
 
— La señora Yoomi sugirió que dejéis tranquilo al joven hasta que Siwon regrese y decida cómo tratarlo. Ella vendrá dentro de una semana para ver si este joven ha aceptado su suerte.
 
— ¿Yoomi vendrá aquí? —  Jooahn rió. —  Debe de estar muy preocupada por el joven para aventurarse aquí cuando Siwon no está en casa.
 
Sabía de la antipatía que se tenían las dos mujeres. Jooahn habían dado un hijo a Kangta
 
— Mi turea está terminada —dijo — . ¿Queréis regresar conmigo al festín, señora? Habéis sido invitada por Kangta.
 
Los ojos de Jooahn se iluminaron de placer.
 
— Iré — caminó hasta la abertura que llevaba a la zona de cocinar y a la escalera — Donghae, ven aquí.
 
Un momento después, un joven pequeño vestida con una túnica de lana basta se hizo presente.
 
— ¿Señora?
 
— Donghae, llévate este muchacho contigo. Bañalo, aliméntalo y después ponlo a dormir en la habitación del amo por ahora. Más tarde decidiré donde lo pondremos permanentemente.
 
— Sí señora — respondió el joven y miró a Heechul con curiosidad.
 
 
Para Heechul la semana pasó con exasperante lentitud . Perdió la noción del tiempo, La habitación donde estaba recluido era grande y fría, sin ventanas, y las dos puertas estaban siempre cerradas. Su cólera alcanzó una intensidad volcánica cuando lo ataron a la gran cama de la habitación después del primer día, porque la altanera Jooahn pensó que destinar un esclavo para custodiarlo era un desperdicio
 
Lo desataban de la cama sólo para comer, bañarse y aliviar sus necesidades, pero en esas ocasiones un esclavo acompañaba a Donghae, aunque se quedaba fuera de la habitación. Los primeros dos días se negó a comer y arrojó la bandeja al suelo en un estallido de ira. Por fin habló, pero soltó tan demoníacas maldiciones que Donghae se puso pálido y huyó corriendo de la habitación, dejando al esclavo que atara a Heechul.
 
Él se resistió y lo insultó también, pero poco pudo hacer con las muñecas todavía atadas Al tercer día, Heechul se sintió débil por falta de comida y empezó a comer otra vez, aunque a regañadientes. Siguió sin hablar e ignoró a Donghae cuando el muchacho vino.
 
Las dos comidas que recibía por día eran espaciadas. Una se la servían antes que Donghae empezara sus tareas; la otra, después que terminaba por ese día. Durante el largo intervalo, Heechul se sentía frustrado hasta las lágrimas por su incapacidad de moverse. El hambre no calmaba su furia, que se acentuaba con el paso de las horas.
 
Se sintió culpable y fastidiado por ser una carga p ara la pobre Donghae, quien tenía que atenderlo. Sabía que el muchacho trabajaba duramente todo el día y que desde su llegada tenía que trabajar todavía más. Donghae tenía para él palabras amables por la mañana, pero estaba agotado y silencioso como Heechul al terminar el día. Heechul no podía culpar al jovencito por sus modales bruscos al finalizar la jornada. Aunque todavía no hablaba con Donghae, sentía pena por él, emoción desusada en Heechul.
 
Donghae hablaba la lengua de Heechul, pero también, por necesidad, había aprendido noruego. No lo dominaba completamente aún, pero sabía lo suficiente para entender las órdenes sin recibir una azotaina. Heechul supuso que Donghae también había sido tomado prisionero. Su suerte sería fatalmente la de Donghae era seguro. Pero sabía que jamás podría adaptarse a una vida de servidumbre. Se ocuparía de eso cuando llegara el momento. ¡Si por lo menos ese momento llegara enseguida y pudiera liberarse!
 
Sus pensamientos se volvieron hacia Choi Siwon, una vez su prometido, ahora su amo. A menudo se había preguntado acerca de él en el pasado.
 
Sabía que era joven, que tenía solamente veinticinco inviernos. Que todavía no se hubiese casado, era su desgracia, porque ésa fue la causa de que Fergus viniera a este clan para arreglar una boda que nunca tendría lugar.
 
También ahora sabía, después de escuchar al hermano, Yunho, que por alguna razón aquél odiaba a las parejas. Esperaba que esto fuera una bendición.
 
Podría significar que lo dejaría tranquilo o que lo trataría con crueldad. Rogaba que se diera la primera posibilidad, que su odio lo hiciera dejarla a un lado.
 
Pero si sucedía de la otra forma, ¿qué haría? Atado como estaba ahora, quedaría completamente a merced de él. ¡Maldita sea Jooahn, por sus precauciones!
 
Después de una semana, Yoomi vino como lo había prometido. Heechul reconoció su voz y Ia de Jooahn cuando se acercaban a su habitación.
 
Entraron y Yoomi se detuvo de pronto al ver a Heechul atado a la cama, pero Jooahn siguió acercándose.
 
— Ya veis — dio, Jooahn, en tono condescendiente — Como os he dicho, es una molestia.
 
Yoomi se acercó, con los ojos fríos.
 
— ¿De esta forma tratáis la propiedad de mi hijo, a tándola como a un animal?— preguntó con furia.
 
— quien lo trajo dijo que tenía la expresión de un fugitiva — explicó Jooahn — Yo sólo quise asegurarme de que estará aquí cuando regrese Siwon.
 
— ¿Fugitivo? — Yoomi meneó la cabeza con exasperación — ¿Adónde podría ir? No hay donde escapar. Ni tampoco sabemos cuándo regresará Siwon. Podrían faltar meses, todavía. ¿Tendréis así al muchacho indefinidamente?
 
—  ¡Mirad!  —  dijo  Yoomi  secamente  —  Está  pálido  y ha enflaquecido en sólo una semana. ¿No tenéis sentido, mujer! Este muchacho será un valioso capital para mi hijo. El puede venderlo a buen precio en el mercado, o conservarlo para su solaz, pero no apreciará la forma en que vos lo cuidáis durante su ausencia.
 
Jooahn vio la verdad de esto y se puso levemente pálida. No convenía que el muchacho decayera o enfermara durante su encierro. De inmediato se sintió furiosa con el joven por ponerla en ese aprieto, pero ocultó ese sentimiento detrás de la tensa sonrisa que dirigió a Yoomi.
 
— Tenéis razón. En adelante me ocuparé personalmente de él. Le agradará a Siwon. Hasta podría hacer que olvidase a Zhoumi ¿no creéis'?
 
— ¡Eso, mi vieja amiga, es dudoso! —  replicó secamente Yoomi antes de volverse a Heechul. — Seréis desatado, criatura, pero no debéis intentar fugarte de aquí. ¿Entendéis? — preguntó suavemente — No hay ningún lugar a donde ir.
 
Heechul no pudo responder, las amables palabras porque le ofrecían pocas esperanzas, especialmente después que las dos mujeres acabaran de hablar de él como si fuese un objeto propiedad de alguien. Desvió la mirada. Yoomi se sentó en la cama
 
— Este silencio empecinado no os sirve de nada, precioso. Yo esperaba que ahora estaríais por lo menos un poco reconciliado con vuestro nuevo hogar. Kangta pensó que agradaríais a Siwon. Si hacéis el esfuerzo, será mejor para vos.
 
Heechul no quiso mirarla, pero Yoomi no se dio por vencida.
 
—  Habladme de vuestros temores, si los tenéis. Quizá yo pueda aliviarlos—Heechul vaciló, y enseguida añadió:— Mi hijo no será difícil de contentar. No es exigente ni cruel. Quizá hasta llegue a gustaros y os sintáis feliz aquí.
 
Heechul la miró con ojos brillantes.
 
— ¡Jamás! — siseo, sorprendiendo a las dos mujeres con la fuerza de su tono y con el hecho de que efectivamente tenía lengua —. No tengo ningún temor, señora. Sois vosotras quienes tenéis motivos para temer, ¡porque lamentaréis el día que intentasteis hacer de mí un esclavo! ¡No dudéis que por ello correrá la sangre de vuestro precioso Siwon!
 
— ¿Qué ha dicho? — preguntó Jooahn. Yoomi meneó la cabeza y suspiró.
 
— Aún está furioso, pero no durará. Pronto se convencerá de que no tiene más alternativa que doblegarse... un poco, de todos modos.
 
— ¿Y hasta entonces? —preguntó Jooahn. Yoomi mir ó a Heechul con expresión pensativa y le sostuvo la desafiante mirada.
 
— ¿Os comportaréis bien si se os da la libertad de  esta habitación?
 
—  ¡Yo  no  prometo  nada!  — ,aplicó  Heechul  con  energía,  y nuevamente desvió la mirada.
 
— ¿No podéis ser razonable?
 
Heechul  quedó  callado  y  Yoomi  por  fin  renunció  y  s e  marchó.
 
Jooahn, en cambio, se quedó.
 
—  Bien, Kim Heechul —  dijo— , ahora que su alteza se ha marchado, todavía no hay ninguna necesidad de desataros Esta noche será más apropiado — Jooahn siguió hablando con desdén, aunque creyó que lo hacia para ella sola, pues ni soñaba que Heechul, podía comprender perfectamente todo lo que decía — Mañana recibiréis comida adicional para poner un poco más de carne en vuestros huesos, y se os sacará al aire libre para que os ventiléis como... a un tapete, podríamos decir.
 
Rió de su propia broma y salió de la habitación.
 
A Heechul le hubiera gustado matar a la mujer si hubiese tenido una espada al alcance de la mano y no tuviera las malditas cuerdas sujetándole las muñecas.
 
¡Oh, criaturas hipócritas, despreciables, viles! Más tarde lo dejarían en libertad, por lo menos dentro de esa habitación, y por la mañana haría planes para escapar. ¡Eran unos tontos si se confiaban!


1 comentario:

  1. No se rendirá nada mas libre este escapara pero dudo que llegue muy lejos y peor le irá, cuando pensara llegar Siwon ahhhh esto se vuelve una tortura gracias por el cap bye.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...