Marcado VI- Final




Pasé semanas vacilando entre la abrumadora cantidad de amor que sentía por este hombre y la ardiente necesidad de saber lo que estaba ocultándome. Un día estaba seguro de que cualquiera que fuera el secreto que Kangin escondía no importaba porque quería estar con él más de lo que quería nada. El siguiente estaba siendo comido vivo por la curiosidad acerca de qué estaba escondiendo y sabía que nunca sería capaz de dejarlo ir. Era como estar atrapado en medio de un tira y afloja emocional entre mi cabeza y mi corazón, y ninguno estaba ganando.
Mi mamá me decía que lo superara. Kook seguía diciéndome que fuera tras él y yo no tenía ni idea de qué era lo correcto por hacer. Estaba solo y lo echaba de menos, pero no fue hasta que Zhoumi me llamó hoy y me dijo que Kangin había comprado una casa y que nunca lo habría hecho si no hubiera sido por mí, que realmente entendí que lo amaba lo suficiente como para dejarlo mentirme.
Zhoumi me dio a entender que si había pensado en eso, probablemente podría entender por qué él estaba convencido de ocultarme esto en particular y eso hizo que mis empantanados y largamente reprimidos instintos volvieran de nuevo a la vida. Cuando algunas de las piezas comenzaron a hacer clic en su lugar, tuve que evaluar si realmente quería saber la verdad o no. Lo amaba y amaba a mi madre, y tenía la sensación de que entrometerme en esa caja de Pandora en particular iba cambiar lo que sentía por uno si no por los dos, para siempre. Además, mientras Zhoumi no estaba dispuesto a dejar el gato proverbial fuera de la bolsa, me había dado suficientes pistas para hacerme sospechar que sabía que había ciertas líneas que aunque los amara, era imperdonable que las cruzaran. Sabía que lo que sea que había ocurrido entre las dos personas que más amaba no era muy importante, y me había resignado a dejar las cosas así si eso significaba que podía conservarlos a los dos.

Un secreto no era suficiente para renunciar a un amor que sentía como de los que te ocurren una sola vez en la vida. Zhoumi alivió el resto de mis temores al recordarme que la única razón por la que Kangin estaba ocultándome algo era en primer lugar porque estaba tratando de protegerme... al igual que había hecho hace tantos meses, cuando estaba en una espiral descendente y él detuvo mi caída. No estaba mintiéndome para hacerme daño; de hecho, era lo contrario de eso. Incluso cuando estaba siendo reservado y críptico siempre estaba allí para atraparme.
Tenía que confiar en él y tenía que mostrarle que lo hacía; por lo tanto, estaba esposado y desnudo mientras él se arrastraba por todo mi cuerpo. Se suponía que debía ser vulnerable y abierto para él, solo que no me sentía de esa manera. Me sentía bien. Me sentía como que era aquí donde se suponía que debía estar todo el tiempo.
Sabía que necesitaba un gran gesto, algo más que palabras para demostrarle que lo necesitaba más de lo que necesitaba la verdad, y esto era todo lo que podía hacer dado el apuro. Además, había tenido algo por mis esposas desde el principio, así que llamé a Dixie y le pedí que me enviara un mensaje de texto cuando terminaran por la noche, me estacioné en la esquina, y luego me colé en su apartamento con una llave que Heechul me había dado.
Había algo totalmente estimulante sobre desnudarme y unir mis manos en un gesto simbólico para un hombre como Kangin. Entregarme a él en cuerpo y alma debería haber sido aterrador, pero tan pronto como abrió su boca y me dijo que había comprado la casa para mí, sabía que había hecho lo correcto. Ningún secreto valía la pena para renunciar a un hombre que te decía que te necesitaba en su casa.
Su pesado cuerpo se puso encima de mí, y por primera vez en dos meses me sentí como si estuviera conectado a la tierra, no flotando entre lo que se me antojaba y el sentido común. Allí era donde siempre había tenido que estar, con él, debajo de él, dentro de él. Me hacía sentir real.
—¿Qué se siente ser el que está esposado? —Movió mis brazos de donde estaban entrelazados alrededor de su cuello y los extendió hasta donde llegaran por encima de mi cabeza. Me acerqué e hice que todas las líneas de mi cuerpo se arquearan contra las suyas. Sus ojos brillaban lo suficientemente calientes como para iluminar toda la habitación y su mirada hizo que se calentara todo bajo mi piel.
—Bajo estas circunstancias no es tan malo. —Le di al implacable metal un pequeño tirón y sentí la respuesta en Kangin donde nuestros cuerpos se presionaban juntos en la parte inferior.
—Se ven mucho mejor en ti de lo que nunca lo hicieron en mí. —No me perdí el seco humor en su tono mientras inclinaba la cabeza y sellaba su boca sobre la mía.
Había pasado demasiado tiempo desde que habíamos compartido un beso verdadero. No uno lleno de despedida o arrepentimiento. Lo extrañaba casi tanto como lo había extrañado a él. Su lengua se retorció contra la mía mientras sus manos barrían por mis desnudos costados y se deslizaban alrededor para agarrarse a la curva de mi trasero. Él saqueó mi boca con la suya. Se comió mi respuesta y apenas me di cuenta de que nos estaba moviendo hacia el borde de la cama. Levantó la cabeza y besó cada uno de mis párpados, la punta de mí nariz, y luego se movió a mi pecho, mis pezones estaban tensos y prácticamente rogándole por atención.
Casi me senté de golpe ante el primer movimiento de su lengua a través de un pezón erecto. Se sentía como si todo mi cuerpo estuviera electrificado en todas las partes dónde me tocaba. Levanté mí mano para pasarla por su cabello y me detuve en seco cuando mis dos brazos se sacudieron por encima de mi cabeza, forzando mi ansiosa carne aún más lejos de su anticipada boca. Se rio cuando me quejé con frustración y levanté mis cejas mientras él se bajaba de la orilla de la cama para estar de rodillas entre mis piernas. Me sonrió, levantó una de mis piernas, y la apoyó en su hombro. Me retorcí un poco porque su deliciosa intención era clara en todo su hermoso rostro.
—Kangin... —No estaba muy seguro de lo que quería decirle, pero al parecer su nombre fue suficiente para transmitir toda la emoción que se revolvía dentro de mí.
—Lo sé, Pelirrojo. Créeme, lo sé. —Y entonces su cabeza desapareció entre mis piernas y todo pensamiento consciente se detuvo.
No pude evitar empujar mis manos unidas entre su cabello mientras el primer golpe de su lengua tenía todo mi cuerpo arqueándose y levantándose de la cama. Eso lo hizo reír, y el suave soplo de aire a través de mi acalorado interior mandó un temblor a todos los músculos de mi cuerpo. Soltó mi trasero con una de sus manos y la usó para hacerle cosquillas a la delicada piel a lo largo de la cara interna de mi muslo. La doble estimulación tenía mí respiración entrando y saliendo y mi sangre corriendo pesada y gruesa a través de mis venas.
Cuando usó el filo de sus dientes en mi miembro y hundiera sus dedos en el interior del calor húmedo que había despertado, casi me corrí hasta caer de la cama. Grité su nombre con un grito ronco y dejé que mi cabeza rodara alrededor en la cama porque me sentía como si fuera a enloquecer.
Él me acarició con su lengua, me acarició con sus dedos, y no se detuvo ni siquiera cuando estaba tirando de su cabello como un salvaje, las esposas traquetearon alrededor entre nosotros. Le dije que estaba cerca y eso solo pareció instarlo aún más. Torturó mi centro de placer, no dejando el ritmo de sus suaves ministraciones, incluso después de que me quebré bajo él. Estaba jadeando, agotado, y le dije que quería mi turno, pero él solo deslizó sus dedos hacia afuera y me levantó más arriba para que pudiera darse un festín conmigo durante un poco más y empezó de nuevo.
Si era posible morir de placer, estaba bastante seguro de que estaba mirando la muerte justo a la cara. Fue solo después de dos eriza vellos, quebranta voz y sin precedentes, orgasmos más, uno con la boca y el otro con sus hábiles dedos y su boca en mis pezones, que finalmente me dejó ir. Yo era una masa sin huesos, un satisfecho bulto sin valor cuando se puso de pie y comenzó a despojarse de sus ropas. Quería tocar y acariciar todos los músculos ondulantes que reveló mientras su camisa caía al suelo. Eso era difícil de hacer con mis manos atadas, pero la forma en que sus ojos siguieron mis palmas mientras patinaban sobre su abdomen y hacia abajo para que lo pudiera ayudar con su cinturón, hizo un mérito de la torpeza.
—Nadie más me da lo que tú, Leeteuk. —Su voz estaba llena de la pasión y dulzura. Lo miré desde debajo de mis pestañas mientras liberaba su erección de los confines de la mezclilla que la ocultaba de mi vista—. Tú has hecho esta segunda oportunidad que me dio la vida, algo por lo que vale la pena vivir.
Parpadeé hacia él y envolví una mano alrededor de la base de su polla. Tenía que admitir que había algo extra sexy en la vista de los aros plateados alrededor de mis muñecas mientras movía mis manos arriba y debajo de su espeso eje. Podía sentir la pesada oleada de sangre en las venas debajo mientras él observaba lo que estaba haciendo con la mirada fija.
—Te preocupaste por mí cuando estaba teniendo un momento muy difícil preocupándome por mí. Siempre me has desafiado y nunca me hiciste sentir como un escaparate bonito y nada más. Siempre me has valorado, Kangin, y no puedo decirte lo importante que fue eso para mí. —Le sonreí y le di un pequeño tirón a la rígida carne palpitando en mis manos—. Y algunos de tus juegos son divertidos, Kangin, así que no cambies nunca.
Él contuvo el aliento, lo que lo hizo contraer todos los músculos de su estómago en una forma deliciosa cuando me incliné hacia adelante y pasé la punta de mi lengua a lo largo de toda la caliente y dura cresta de su polla. Él gimió y se inclinó un poco hacia adelante para que pudiera enroscar sus dedos en mi cabello mientras lo tomaba hasta el final en mi boca y lo ahuecaba con mis mejillas. Lo succioné y mi lengua se arremolinó alrededor de la regordeta cabeza. Él gruñó mi nombre mientras lo tomaba lo suficientemente profundo para que los cortos vellos señalando su camino me hicieran cosquillas en la nariz. Sabía almizclado y fuerte en mi lengua y todo lo que quería hacer era deshacerlo de la manera en que él acababa de hacer conmigo.
Sus dedos jalaron con más fuerza y empezó a moverse con menos cuidado hasta que su punta golpeó la parte trasera de mi garganta. Usé el filo de mis dientes con cuidado y lo obligué a extender sus piernas lo suficiente para que pudiera poner mis manos entre ellas y alrededor de su apretado y pesado saco. Le hice cosquillas en la parte exterior, de la misma forma que él me había hecho cosquillas, lo que aparentemente fue demasiado para él porque se apartó de un tirón y yo caí sobre la cama en un bulto sin gracia.
Forzó mis piernas alrededor de sus costados, enroscando mis brazos hacia atrás alrededor de su cuello, y se hundió dentro de mí con un suspiro de satisfacción. Me miró como si yo fuera el único joven en el mundo y luego bajó la cabeza para que sus labios descansaran junto a mi oreja mientras comenzaba a moverse dentro y fuera de mí a un ritmo vertiginoso.
—Estuve sin esto durante demasiado tiempo. Por mucho que me guste esa bonita boca, demonios, me gusta mucho más estar dentro de ti.
—Bien era bueno saberlo.
Di un grito ahogado mientras mordía el lóbulo de mi oreja y utilizaba la mano que no sostenía su peso encima de mí, para torcer y tirar uno de mis pezones demasiado sensibilizados hasta que apenas se cernía en el borde de ser doloroso. La forma en que se movía, la fuerza con la que me tomaba, dejaba en claro que no era solo sexo o incluso volver a engancharnos después de meses de diferencia.
No, Kangin me estaba marcando, haciéndome suyo, y estaba impreso en cada empuje de sus caderas, cada mordedura de sus dientes, mientras raspaban a través de mi cuello. Estaba dejándome saber de qué se trataba y eso puso a mi corazón y cuerpo tan deliciosamente felices.
Sentí contraerse a su alrededor mis paredes interiores, tratando de retenerlo en el interior mientras se movía dentro de mí. Podía sentir lo mojado que estaba alrededor de su dureza, podía sentir cada pequeño aleteo interno a lo largo de su eje mientras me bombeaba.
Mis caderas se levantaron automáticamente hacía las suyas, tratando de igualar el fervor con que él me estaba amando. Él me estaba llenando de emoción y su impresionante erección. Todo se sentía tan bien que no estaba seguro de que fuera a sobrevivir a más de su atención. No es que alguna vez fuera a pedirle que se detuviera o fuera gentil conmigo. Me gustaba que fuera áspero.
Me gustaba que junto con todo el placer hubiera esa picadura ocasional de incomodidad. Me recordaba que Kangin no iba a ser como cualquier otro chico y que estar con él siempre iba a decir que yo necesitaba ir de puntillas. Él no era un hombre fácil de amar, y, francamente, esa era una de mis cosas favoritas sobre él. Nadie podría satisfacer mis necesidades como él lo hacía, y lo demostró por el hundimiento de una de sus manos en el cabello en la base de mí cuello y dándome un tirón que no era para nada suave.
No pude hacer mucho con mis manos, así que tuve que sujetarlo a mí con mis ojos. Me negué a mirar hacia otro lado. Lo observé todo. Observé la manera en que el deseo y la pasión hicieron que sus ojos se pusieran vidriosos. Vi la forma en que me miraba. Vi la forma en que lo hacía con aire satisfecho cuando vio que una vez más estaba cerca de caer sobre el borde de la culminación que solo él había sido capaz de lograr, en toda mi vida. Vi el amor por mí brillando fuera de él cuando me quebré, y entonces vi que se ahogaba en el amor que sentía por él mientras me seguía durante una fracción de segundo más tarde. Se desplomó sobre mí con un gemido y hundió el rostro en la curva de mi cuello donde estaba tierno su mordisco en esa parte de mi piel.
Sacudí las esposas sobre su cabeza con una risita.
—Estoy listo para ser capaz de tocarte ahora.
Él se alejó de mí, lo que nos tuvo a los dos jadeando ante el sexy deslizamiento, y rodamos por lo que él estaba sentado a mi lado. Se metió las manos por el cabello y me sonrió.
—No estoy seguro de que habría durado más de un minuto si tus manos hubieran estado libres, Pelirrojo. ¿Dónde está la llave?
La había puesto en algún lugar en el que absolutamente no la perdería u olvidaría. Mientras que jugar así con Kangin era divertido, no había manera de que quisiera que alguien fuera de esta habitación supiera que mis esposas se habían utilizado para otra cosa que restringir a un criminal. Lo dirigí al bolsillo en mí bolso donde había escondido la llave, y solo le tomó un minuto liberarme.
En la piel debajo de las muñecas de inmediato comencé a sentir un hormigueo mientras un torrente de sangre comenzaba a fluir de nuevo a mis manos, Kangin tomó cada muñeca y puso un beso en mi pulso. Esto hizo que mi corazón se acelerara y la forma en que sonrió contra mí piel tocándola con sus labios, me hizo pensar que él podía sentirlo.
»Así que esto somos nosotros, Leeteuk. Tú y yo de aquí en adelante, y no voy a dejarte ir de nuevo.
Acerqué un dedo y lo pasé a través del arco de su ceja.
—Consigues un secreto, Kangin. Todo lo demás es mío. No voy a tocar el tema porque voy a confiar en ti y creo que no me ocultarías algo que totalmente necesitaría saber con el fin de hacer que esta relación entre nosotros funcione. No voy a preguntar sobre esto, pero esta es la única cosa que consigues. El resto es todo mío.
Él era un hombre con un pasado. Era un hombre con un futuro prometedor. Era un hombre que tenía mucho que dar en este momento, y yo necesitaba saber que él estaba dispuesto a compartir todo conmigo. No me importaba si eso me hacía parecer codicioso o irrazonable. Yo estaba pidiendo todo.
—Puedes tener todo lo que tengo para dar, a excepción de eso.
Dejé a mi dedo trazar la pendiente de su nariz y hacia abajo para que pudiera delinear sus labios con la punta de mí dedo. Él no necesitaba saber que tuve una muy buena conjetura sobre cuál era ese gran secreto. Yo no necesitaba todos los detalles. Solo lo necesitaba a él.
—Entonces eso es todo. Tú y yo de aquí en adelante.
Él cayó sobre su espalda y me tiré sobre él así que estaba cubierto por los duros planos de su pecho.
—La policía y el criminal. ¿Quién lo hubiera visto venir?
Tracé un corazón junto a donde estaba el suyo, su latido constante y fuerte bajo mi mejilla.
—Lo vi desde un kilómetro de distancia. Solo tomó un poco de tiempo para que pudieras mirar en la misma dirección... y tú eres un criminal reformado.
Él se rio e hizo girar sus dedos a través de las largas puntas de mi cabello donde se envolvían alrededor de los dos.
—Robé tu corazón, ¿no?
Froté la mejilla en el músculo duro como piedra que hacía una sorprendentemente buena almohada.
—Yo robé primero el tuyo, Kangin. —Dejé que mis ojos se cerraran mientras continuaba acariciándome y frotando su mano arriba y abajo de mi columna.
—No puedes tomar algo que fue tuyo desde el principio, Pelirrojo. —Oh por Dios. Eso tuvo un torrente de lágrimas formándose detrás de mis párpados.
—Eres tan suave. —Mi almohada se movió mientras se reía.
—Lo intento. ¿Cómo te sientes acerca de comprar muebles?
Estaba casi dormido y sintiéndome mucho mejor de lo que lo había hecho en mucho tiempo. Le di a sus costados un pequeño apretón y volví la cabeza para que pudiera poner mis labios en el centro de su pecho.
—Lo que sea que quieras, Kangin.
Porque si él me iba a dar todo lo que tenía para dar, entonces yo solo podía hacer lo mismo.

***
 Seis Meses Después

Vivir con un oficial de policía era una experiencia interesante. Me había acostumbrado a la mezcla de Kevlar con seda y algodón en el armario. La visión de las armas en la casa ya no me sacudía con sorpresa, y sus extrañas horas de trabajo ya no me hacían quedarme despierto cuando se levantaba de la cama al amanecer o en el medio de la noche.
Lo que todavía estaba aprendiendo a manejar era la forma en que su trabajo lo afectaba. Había noches en las que llegaba a casa para encontrarlo arrastrándose fuera de su piel con adrenalina de sobra, y apenas acababa de pasar por la puerta antes de que estuviera encima de mí buscando alguna manera de liberar toda esa energía acumulada. Luego había días que llegaba a casa y apenas podía mirarme. Esos eran los días en que lo encontraba acurrucado llorando en la ducha y tenía que sacarlo y abrazarlo hasta que recobraba la calma.
Me di cuenta muy rápidamente que esos eran los días en que los chicos malos ganaban. Por suerte los días en que me abordaba y desnudaba eran mucho más comunes, por lo que aprendí a amarlo a través de ambos. Todavía creía que su trabajo apestaba pero él lo amaba tanto que mantenía la boca cerrada... la mayor parte del tiempo.
Kook había trabajado duro y tenía la ayuda de un fisioterapeuta muy hábil que había hecho un papel decisivo en más de un sentido cuando había regresado a las fuerzas. Sorprendentemente, Leeteuk le había preguntado si estaba bien para él si se quedaba emparejado con Barrett a su regreso. Se sentía como si se hubiera estado apoyando sobre Kook con demasiada fuerza hasta el momento en su carrera, y con un compañero diferente en realidad estaba obligado a ser el policía que siempre debió ser. Además, le dijo que no había manera de que su corazón pudiera soportar verlo con un arma apuntándolo de nuevo, y Kook, siendo el amigo y hombre excepcional que era, tomó todo eso con calma. Todo lo que había querido era que Leeteuk alcanzara su pleno potencial y estaba haciendo exactamente eso.
Esta noche era yo quien llegaba tarde a casa. Tenía tantas cosas pendientes que a veces era difícil hacer un seguimiento de todo. El negocio que Siwon estaba lanzando se expandía de manera frenética. Nuestra inversión inicial se había duplicado en tan solo unos meses. Sinceramente me enorgullecía en tomar los negocios que necesitaban una mano amiga y darles una nueva vida.
Todavía trabajaba un turno de día en el Bar, sobre todo porque no podía dejarlo ir. El lugar fue como un hogar para mí cuando realmente necesitaba un lugar para sentirme bienvenido y no estaba en mí el simplemente alejarme completamente. Generalmente trabajaba el miércoles o jueves por la noche, en su mayoría para que pudiera ver la forma en que Dixie y Big Boss todavía bailaban alrededor del otro. Era como un reality show en vivo y a color, solo que mucho más entretenido. Dixie había comenzado recientemente con las citas por Internet y Big Boss tenía todo tipo de opiniones gruñonas y quejumbrosas sobre el hecho. No podía entender por qué no la llevaba a la cama y los ponía a ambos fuera de su miseria, pero no se estaba explicando.
Yo también había encontrado un pequeño agujero que me estaba muriendo por convertir en un rustico bar de fumadores. El lugar daba cabida a un máximo de cincuenta personas y estaba lo suficientemente escondido y oculto para que supiera que podía transformarlo en un lugar exclusivo por el que los que siguen la moda se morirían de ganas de entrar.
Las luces de la casa estaban apagadas mientras hacía mi camino a través de esa increíble cocina y me servía un whisky de mi propio alijo privado. La puerta corredera de cristal que llevaba a la terraza de la parte trasera de la casa estaba abierta.
Tomé mi bebida y abrí la puerta, mis ojos fueron automáticamente al conjunto de sillas que ocupaban el rincón más alejado de la terraza frente a la bañera de hidromasaje. Estaba sentado en la oscuridad afuera en el frío; era principios de febrero, por lo que todavía había nieve en el suelo, y no me sorprendió en absoluto que todo lo que tuviera puesto fuera una de mis largos camisas de franela y un par de botas Uggs. Juro que era anti pantalones tan pronto como llegaba a la puerta principal. No es que alguna vez fuera a ser tan estúpido como para quejarme. Tenía una cerveza en la mano y una suave sonrisa en su rostro la cual me recordaba cada vez que lo veía aquí, que esta casa y estos momentos hogareños no significaban nada sin él en ellos.
—¿Me esperabas? —Me acerqué a la silla en la que estaba acurrucado y lo puse de pie, así podría besarlo. El sabía al aire libre y cerveza fría. Sabía como el cielo y el infierno todo mezclado. Agarré el asiento en que había estado sentado y tiré de él hacia abajo para que estuviera sentado en mi regazo, con la espalda pegada a mi pecho.
—Sí. No quería ir a la cama solo.
Froté mí nariz en su suave cabello y le dije:
—Deberías haberme llamado. Habría vuelto a casa.
Puso una de sus manos sobre las mías y puse mi copa sobre el suelo porque él era algo mucho más interesante a lo que aferrarme.
—Estaba hablando con Zhoumi y perdí la noción del tiempo. Sabía que no podías tardar mucho, así que pensé en sentarme aquí y esperarte.
—Medio desnudo.
Se rio y levantó un brazo para enroscarlo alrededor de mi cuello.
—Claro.
—¿Cómo está yendo el viaje? —Zhoumi se negó a subir a un avión hasta aquí por su embarazo, incluso si su médico le había informado que era perfectamente seguro. Insistió en que no quería correr ningún riesgo innecesario con su niña, así que él y Henry conducían en el impredecible clima para que pudieran estar aquí la próxima semana para la boda de Siwon y Heechul.
—Suena bien. Henry era el que estaba sufriendo. Está haciendo esa cosa de hombres donde quiere conducir directamente sin escalas, con un esposo con seis meses de embarazo, con una bebé sentada en su vejiga, y eso simplemente no está sucediendo. Me dijo que parece que le va a dar una embolia cada vez que le dice que tiene que parar e ir al baño. Conociendo a tu hermano, lo está haciendo a propósito cada cincuenta kilómetros o algo así solo para molestarlo.
—Probablemente. Estoy emocionado porque lleguen aquí. —Había hablado por skype con Zhoumi un par de veces, por lo que podía ver que el camino a ser un futuro appá estaba cambiando físicamente a mi hermanito. Quería ver cómo se las estaba arreglando de cerca y en persona, con mis propios ojos. Y quería poner mis manos sobre la panza que cargaba a mi sobrina.
 —Yo también. —Se quedó en silencio por un momento y luego preguntó en voz baja—: ¿Alguna vez piensas en casarte y tener hijos?
Le quité la cerveza de la mano, la dejé al lado de mi whisky, y puse mis manos en sus caderas para que pudiera levantarlo y ponerlo a horcajadas sobre mí por lo que estábamos cara a cara en la oscuridad.
—¿Si pienso en el matrimonio y los niños en general, o si pienso acerca de ello contigo, Pelirrojo?
El puso sus manos sobre mis hombros y encogió los suyos.
—Zhoumi da a luz en unos meses, Siwon y Heechul se van a casar en una semana, Hyukjae y Donghae están viviendo la felicidad doméstica, Key acaba de decirle a todo el mundo que está embarazado y Sungmin no podía decirle a Kyuhyun, ACEPTO, lo suficientemente rápido cuando se propuso en Navidad. Es solo que hay un montón de niños y felices para siempre a nuestro alrededor y nunca lo mencionas. Solo me preguntaba si eso estaba incluso en las cartas para nosotros.
Desenredé una de mis manos de su cabello y puse un dedo debajo de su barbilla para que no pudiera apartar la vista de mí.
—¿Quieres casarte, Leeteuk?
El me puso los ojos en blanco, como esa fuera la pregunta más estúpida que podría hacer.
—Sí. Con el tiempo.
Le asentí con la cabeza y me incliné hacia adelante para que pudiera darle un suave beso.
—Entonces, con el tiempo, nos casaremos.
Se quedó sin aliento y su boca se abrió de una manera bastante cómica. Lo atraje más cerca para poder susurrarle al oído:
¿Quieres tener a mis bebés?
Se estremeció contra mí mientras mis manos vagaban a lo largo de sus muslos desnudos bajo el dobladillo de mi camisa.
—Absolutamente —suspiró la palabra en mi cuello mientras se movía hacia adelante para abrazarme más cerca.
—Hazme saber cuándo estés listo para empezar y estoy a bordo. —él sería una madre increíble, y mientras mis habilidades y capacidad de ser padre eran probablemente cuestionables como mínimo, me lo podía imaginar. Porque tener una familia con esta fascinante, divertido, maravilloso joven no era algo que siquiera me fuera a perder.
—¿Estabas pensando en dar un espectáculo a los vecinos? —No pude evitar el humor que entrelazó mi voz mientras dejaba libre mi dureza y pasaba la mano hacia arriba y abajo de la longitud.
—Dejé las luces apagadas por una razón. —Me sonrió, y todo mi mundo estuvo en ese pequeño gesto.
Jadeamos juntos mientras movía mi mano para curvarse alrededor de su trasero desnudo. Frotó su mejilla contra la mía y suspiró mientras me decía:
—Vivo para estos momentos contigo, Kangin.
Lo cargué y lo llevé dentro de nuestra casa, nuestro hogar, y pensé que Zhoumi había tenido razón. Cuando te permitías amarte a ti mismo y ser amado, era cuando realmente comenzaba. Podría haber regresado de entre los muertos una vez, pero no había empezado a vivir sino hasta que me permití amar a Leeteuk.



—Heechul me dijo que siempre había sido su héroe, así que necesitaba parecerme a uno el día de nuestra boda —se quejó Siwon en respuesta cuando le pregunté cómo se sentía al estar en su uniforme de gala después de estar fuera del ejército durante tanto tiempo .
Estábamos todos de pie en la parte posterior de la iglesia a la espera de que empezara esta fiesta. Creo que todo el mundo había estado un poco sorprendido de que Heechul quisiera ir con la ruta tradicional en su boda, pero de acuerdo a Siwon, su pequeña princesa siempre había querido el cuento de hadas y él estaba más que dispuesto a dárselo.
Al principio me había sorprendido cuando me pidió ponerme de pie con él. Por supuesto Heechul quería a Leeteuk como acompañante de honor, así que tenía sentido que fuera él único caminando con él hacia el altar. Siwon me había dado una de sus miradas sombrías e informado que yo pertenecía allí junto a él tanto como Hyukjae, Henry, Kyuhyun, y Jjong, ¿y cómo podría discutir con eso?
Donghae y Zhoumi estaban tratando de mantener entretenida a Ren, así no se metería puñados de pétalos de flores en la boca mientras esperaba que empezaran sus muy importantes deberes como el niño de las flores. El adorable jovencito rubio estaba mucho más interesado en hacer un desastre con los pétalos de rosas que tenía, que en lo que los jóvenes estaban haciendo para distraerlo. Seguía mirando a Siwon con una gran sonrisa con todos los dientes y le preguntó si era el momento de casarse. El hombretón se limitó a devolverle la sonrisa a su precioso niño y le dijo:
—Casi.
Heechul y Siwon le habían dado la bienvenida a un bebé sano solo unos meses antes. El bebé Siwon dormía profundamente con el appá y el papá de Siwon, mientras que su primo lo observaba cuidadosamente. El bebé de Donghae y Hyukjae tenía solo un poco más de un año y estaba fascinado por su pequeño primo. Donghae insistía en que mientras más grande se volvía el niño, su personalidad se estaba dando a conocer más y más. Él no era salvaje y rebelde como Hyukjae, ni suave e introspectiva como él. Juraba que cada día que pasaba le recordaba más al tío Eunhyuk, y creo que a todos en el clan Lee les gustaba eso. El bebé era dulce, siempre tenía una sonrisa o una risita sabelotodo, y parecía contento con tener el amor de sus padres, y eso hacía reír a Donghae cada vez que mencionaba lo muy niño de papá que era.
Zhoumi gimió mientras se enderezaba y se acercaba a mí. Mi hermano siempre fue hermoso, pero había algo en él estando embarazado que lo hacía impresionantemente-fuera-de-este-mundo. Había una suavidad sobre él que nunca antes había estado presente y se veía muy bien. Se acercó y enroscó su brazo con el mío. Solo me sonrió cuando puse una mano en su protuberante vientre.
—¿Estás listo para hacer esto?
Levanté una ceja hacia él porque estaba mirando a Leeteuk, quien tenía la cabeza inclinada cerca de Sungmin mientras los dos charlaban acerca de algo en voz baja.
—¿Quieres decir hoy o si estoy listo para hacer esto con él?
Él puso su mano libre sobre la mía en su vientre y me miró.
—Ambas cosa.
—Estoy listo para ambas.
Él me sonrió y eso hizo que la felicidad floreciera dentro de mí. Para dos chicos del lado equivocado del camino realmente nos las habíamos arreglado para tener suerte y terminar en el otro lado de las cosas de una manera espectacular.
—¿Todo el mundo listo? —Eric estaba oficiando la ceremonia, así que cuando hizo la pregunta todo mundo se cuadró como un puñado de buenos soldaditos mientras él y Siwon se dirigían a la parte delantera de la iglesia.
Cuando la música se puso en marcha, Hyukjae y Donghae entrelazaron sus manos y comenzaron a avanzar por el pasillo hacia su hermano. Nadie se sorprendió cuando solo habían caminado hasta la mitad antes de que él se detuviera y le diera un beso a su bonito esposo rubio. Hizo que todos suspiraran. Kyuhyun y Sungmin iban siguientes, la piedra en su dedo casi tan brillante como la sonrisa en su cara, los dos se deslizaron elegantemente por el pasillo. Jjong y Key fueron los siguientes. Key se rio cuando, en lugar de sostener su mano y caminar junto a él por el pasillo uno al lado del otro, Jjong tiró delante de él, puso sus manos sobre su todavía plano vientre, y lo acompañó por el pasillo de la decorada iglesia.
Leeteuk apareció a mi otro lado y enganchó su brazo con el mío que estaba libre. Le hizo un guiño a Zhoumi y entonces se levantó de puntillas para poder besarme en la mejilla.
—Nuestro turno.
Y ahí estaba. Este momento. Un momento que parecía tan simple, tan insignificante e irrelevante para algunos, y sin embargo era todo para mí. Este momento era mi vida cerrando el círculo, y si no hubiera estado prestando atención, me la habría perdido y todas las cosas maravillosas de las que estaba llena. Amigos. Familia. Amor. Unión.
Entonces llevé a las dos personas más importantes en el mundo para mí, al frente de la iglesia. No me perdí el orgullo en los ojos de Siwon o la aprobación de Eric cuando tomé mi lugar junto a los hombres que me habían salvado de mí mismo.
Era el turno de Ren, e incluso con Taemin en la parte posterior de la iglesia para darle un pequeño empujón, el niño no parecía quererse mover ahora que todos los ojos estaban puestos en él. Vi su labio inferior empezar a temblar y Siwon debe haberlo visto también. Dio unos pasos fuera del altar para que pudiera verlo. Él le extendió una de sus manos y los ojos de Ren se enfocaron en su padre y de repente estaba bien.
Henry comenzó a cantar y Heechul apareció en la parte posterior de la iglesia con su padre. Él también estaba en su uniforme de gala de la marina. Siwon no podía apartar los ojos del joven que le había ayudado a matar todos sus dragones. Ren se mantuvo aplaudiendo y diciendo:
—Appá es bonito.
Sí que lo era. Los ojos multicolores de Heechul brillaban con lágrimas no derramadas mientras se dirigía lentamente hacia su familia esperando por él... todos nosotros.
Cuando Jooheon entregó a Heechul con Siwon, Hyukjae rompió el silencio emocional susurrando en voz alta:
—Ya era la maldita hora. —Lo que tuvo a toda la iglesia riendo. Henry se detuvo para darle a Zhoumi un rápido beso en la mejilla y acariciar su muy redondeado vientre antes de tomar su lugar junto a mí. Compartimos una mirada y asentí con la cabeza. Yo había tenido que hacer un trabajo serio para ganarme mi lugar aquí junto a estos hombres, al lado del hombre que amaba a mi hermano cuando yo no sabía cómo. Nunca olvidaría eso.
Todos teníamos marcas, algunas físicas, algunas emocionales, algunas que nunca nos dejarían, y muchas de esas marcas eran creación nuestra mientras todos tratábamos de llegar al lugar donde se suponía debíamos estar. Nuestras marcas nos definían, nos separaban y nos hacían los hombres que éramos hoy. Un hecho que ninguno de nosotros aquí en este altar podía disputar era que la marca más importante, la marca más duradera que todos llevábamos con nosotros, venía de enamorarnos de los extraordinarios jóvenes que estaban frente a nosotros.
Estábamos marcados y habíamos sido marcados para siempre de maneras inolvidables. Todos éramos mejores hombres por ello. Hombres marcados. Ninguno de nosotros querría ser de ninguna otra manera.






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Hasta aquí llegaron nuestros marcados. Gracias por leernos durante todo este tiempo.
Besosos...


4 comentarios:

  1. Wow no puedo creerlo se acabó, una saga hermosa que disfrute mucho, gracias por compartirla por tu esfuerzo y espero leer pronto otra historia bye.

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  2. Al fin podré morir en paz
    Jajajajaja
    Gracias por subirlo
    Me encantó
    Lo ame totalmente

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  3. (^^) el final perfecto,dos días seguidos de lectura que me dejaron satisfecha
    Gracias

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  4. Mis niños😭😭😭😭😭😭😭😭😭
    Sus finales felices😭😭😭😭😭😭
    Lograron vencer lo que los tenian atados y no les permitia vivir.
    Encontraron a sus personas favoritas y obtuvieron más de lo que creían merecer.
    Encontraron una nueva familia...encontraron su felicidad💖
    Fue todo tan bonito💘

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yota´s news : De regreso?

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