Marcado VI- 17




Por suerte, uno de los chicos en la escena había pasado por la academia conmigo y Kook, así que pude bajar mis manos y dar un resumen de la caótica escena con bastante rapidez. Sabía que iba a tener que pasar por otra investigación, ya que había sido un tiro fuera de servicio, pero por suerte el bar tenía cámaras y había un testigo viable, por lo que no estaba demasiado preocupado por las consecuencias en esta ocasión. Me aseguré de que supieran que Kangin era una víctima y no un sospechoso, porque si miraban sus antecedentes, elevaría más preguntas de las que la situación requería y él ya tenía bastante con ser acusado de crímenes que no había cometido.
Estaba sentado en uno de los taburetes de la barra contándole los acontecimientos a uno de los detectives y Kangin estaba sentado a mi lado contándole su versión a otro. No sé cuándo sucedió, pero en algún momento él se había acercado y tomado una de mis manos entre las suyas. Sus dedos se cerraron alrededor de los míos y dejé que mis dedos se apoyaran contra el lugar donde su pulso era firme y fuerte.  Incluso si realmente era nuestro final, estaba muy agradecido por el hecho de que no le había sucedido nada.
—Así que, ¿algunos de ustedes conoce al joven? —El detective que estaba hablando con Kangin miró entre nosotros mientras hacía la pregunta. Me acerqué un poco más a Kangin para que mi costado estuviera presionado en el suyo.
—¿Qué joven? Jared entró solo.
—Puede que haya entrado solo, pero no llegó solo. Había un joven esperando frente al edificio con el auto en funcionamiento cuando llegamos. Dijo que solo estaba esperándolo, que él estaba pidiendo disculpas por algún problema que causó, pero eso suena demasiado sospechoso. ¿Qué tipo de drogadicto necesita hacer las paces en medio de la noche?
Kangin suspiró.
—¿El tiene cabello rosado?
Los detectives compartieron una mirada.
—Más o menos.
—Es su novio. Su padre solía ser dueño de este bar. Jared lo tiene manipulado y actuando como loco. Probablemente no tenía idea de que estaba planeando robar el lugar.
—Estaba en un auto en marcha mientras un intento de robo a mano armada se llevaba a cabo. Va a obtener cargos como cómplice del delito.
Kangin se puso rígido.
—No lo hagan. Realmente dudo que entendiera lo que él estaba tramando.
Le apreté la mano que sostenía en la mía.
—Tienen que ponerle cargos, Kangin.
Contuvo el aliento.
—Jesús. Eric se va a volver loco.
Uno de los detectives resopló.
—No sería la primera pareja teniendo problemas por un hombre que no es el indicado. Consíganle un buen abogado y esperen lo mejor.
Kangin maldijo y el detective se precipitó por el resto de las preguntas mientras los técnicos de la escena del crimen terminaban de tomar sus fotos y mediciones. Tomó un par de horas y era casi el amanecer para el tiempo en que estuvimos finalmente solos. Kangin parecía agotado e incluso más demacrado que cuando entré por la puerta en lo que parecía hace una eternidad. Apoyé la cabeza en su hombro y le pregunté:
—¿Estás bien?
Se rio y sonó feo y duro.
—Sí, pero no tengo idea de cómo explicarle todo esto a Siwon o lo que voy a decirle a Eric sobre Jian.
—Creo que tal vez podrías preocuparte por eso después de que te tomes un segundo para estar feliz porque nada terrible sucedió. Acabas de tener un arma de fuego apuntando a tu cabeza, Kangin.
Volvió la cabeza hasta que sus labios tocaron el centro de mí frente.
—Lo sé, pero no fue tan aterrador como verlo apuntarte a ti con esa pistola.
—Es parte de mi trabajo.
—Tu trabajo apesta.
Me reí un poco.
—A veces, pero hoy me sentí tan feliz de tener que hacerlo.
Caímos en un pesado silencio de nuevo y sabía que tenía que levantarme y caminar lejos de él de una vez por todas. Solo no sabía si iba a ser capaz de hacerlo.
—¿Realmente este es el final, Kangin?
Se aclaró la garganta, luego se levantó del taburete en que estaba sentado a mi lado. Caminó alrededor frente a mí y puso sus manos a cada lado de mi cara. Inclinó mí cabeza hacia atrás y se inclinó para que sus labios rozaran suavemente contra los míos.
—No lo sé, Leeteuk. ¿Crees que puedas amarme lo suficiente para dejarme acostarme junto a ti por el resto de nuestras vidas?
Me alejé un poco de él y parpadeé.
—¿Qué?
Él me besó de nuevo y esta vez puso un poco de fuerza detrás de ello. Su lengua salió para tocar el centro de mis labios y sentí el roce de sus dientes cuando lo dejé entrar. Me besó hasta que ninguno de nosotros podía respirar y me vi obligada a aferrarme a él o desaparecer en la nada.
—Te amo, Leeteuk. Te amo lo suficiente para vivir por ti, estar despierto por ti, estar aquí en este momento, siempre y cuando tú estés conmigo. Te amo lo suficiente como para hacerte saber cada pequeño secreto sucio que tengo y para decirte todas las cosas terribles que he hecho y cómo esas cosas dejaron sus marcas en mi alma. Te amo de una manera que me hace querer ser más de lo que nunca antes he sido, pero también te amo lo suficiente para querer protegerte de las cosas que sé que van a hacerte daño. Si me amas lo suficiente y confías lo suficiente en mí como para dejar que te oculte esas cosas por una eternidad, entonces tal vez tenemos una oportunidad. Sé que estoy pidiendo algo imposible, pero esa es la única manera.
—¡Tienes que estar bromeando! —Lo rechacé y me puse de pie—. Tú me amas, pero no me vas a decir qué te alejó primer lugar, ¿y yo solo tengo que aceptar eso? ¿Este es otro de tus juegos, Kangin? Porque si es así, vas a perder a lo grande.
—No hay juegos, Pelirrojo. Solo tú, yo y un secreto con el que vas a tener que vivir si quieres que estemos juntos. Créeme, entiendo totalmente si no puedes hacerlo.
—¿Por qué siempre me haces querer amarte y odiarte al mismo tiempo?
—Es parte de mi encanto. —Una pequeña sonrisa tiró de la esquina de su boca y me metí las manos por el cabello en señal de frustración.
—Soy policía. No me gustan los secretos.
Él extendió la mano y me acercó a su pecho. Estuve finalmente envuelto en el abrazo que había estado esperando desde que salió por la puerta en casa de mi madre.
—Lo sé. Es por eso que esta situación entre nosotros es imposible. —Frotó su mejilla contra la coronilla de mi cabeza y luego me dejó ir—. Estar contigo me dio algo que nunca antes había tenido.
—¿Qué cosa?
—Algo para sacrificar. Nunca quise a nada ni a nadie tanto como te quiero solo para mí, Leeteuk. Si tengo que sacrificarte por tu propio bien, entonces eso es lo que haré.
Estaba hablando con acertijos y todo era tan frustrante que quería gritar.
—No creo que pueda ir por este camino contigo, Kangin.
Vi atenuarse la luz en sus ojos pero la pequeña sonrisa en su boca nunca vaciló.
—No creí que pudieras. Realmente te amo.
—También te amo.
Solo nos miramos el uno al otro, él silenciosamente rogándome que aceptara sus términos y yo suplicándole que solo abriera la bóveda y que me hiciera saber lo que fuera que estaba escondiendo. Era obvio que ninguno de nosotros iba a ceder. Después de unos cinco minutos me giré sobre mis talones y me dirigí a la puerta principal, todo el tiempo orando para que me llamara.
No lo hizo.


Despertar a Siwon hacia el amanecer para explicarle la locura que había caído en mi primera noche de vuelta en el trabajo resultó ser la parte fácil. Hablar con Eric y Minwoo sobre la participación de Jian fue mucho más difícil.
Minwoo estaba enfocado en rescatar al chico de la cárcel tan pronto como fuera posible, mientras Eric estaba tan furioso con él y su falta de juicio que quería dejarlo ahí por el resto de su vida. De alguna manera finalmente se calmaron y les di el nombre del abogado que me había ayudado el año pasado, y les deseé suerte.
Siwon decidió cerrar el Bar durante unos días para que pudiera reacomodarse todo y para que yo pudiera tener un par de días para conseguir que mi cabeza funcionara como debería. Necesitaba el tiempo más para manejar el alejarme para siempre de Leeteuk que para procesar el tener un arma apuntando a mi cara por segunda vez mientras trabajaba en el Bar. Sin embargo, no le dije eso a Siwon; en lugar de eso le pregunté si podía pasarme por ahí una de estas noches. Mientras Heechul hacía la cena y Ren corría alrededor golpeando ollas y sartenes en la cocina, le escribí un cheque por cien mil dólares y le dije que quería ser su socio de negocios.
Hubo un momento de silencio y pude verlo debatir si quería el cheque o no cuando Heechul se asomó a la cocina y gritó:
—Toma el dinero, Siwon.
Eso sacudió a Siwon fuera de lo que le estaba dando vueltas en su cabeza y tomó el cheque y me dio la mano. Por primera vez en toda mi vida adulta había interminables oportunidades legítimas establecidas frente a mí y casi no sabía qué hacer con toda esa buena fortuna. La sensación de estar satisfecho y bien establecido solo duró el tiempo que me llevó a ir a casa a un apartamento vacío y un teléfono en silencio.
Pasaron las semanas sin noticias o ninguna visión de Leeteuk. Volví a trabajar. Le pedí a Wheeler que trabajara en el Nova, e incluso empecé a buscar un nuevo lugar para vivir. Miré unos condominios y casas de la ciudad, pero con nada de eso me sentía bien. Me tomó un minuto darme cuenta de que no quería mudarme a algo temporal. Quería una casa, pero no quería vivir allí solo. Cuanto más tiempo pasaba, más se solidificaba el hecho de que a veces el amor realmente no era suficiente.
Zhoumi me llamaba una vez a la semana para comprobar cómo estaba. Era agradable que nuestras llamadas ya no consistían en él asustado y preocupado acerca de en qué tipo de problemas me iba a meter. Ahora solo quería asegurarse de que todavía estaba avanzando, aún con el corazón roto. Me dijo que simplemente fuera y le dijera la verdad a lo que respondí en repetidas ocasiones que la única persona que se beneficiaría de ser honesto era yo.
Sí, podría conseguir que mi chico regresara si le contaba de todas las formas en que su mamá estaba jodida, pero separaría a madre e hijo y me negaba a poner a Leeteuk a través de ese tipo de confusión. Él no necesitaba ser personalmente cercano al tipo de dolor que se produciría si se daba cuenta de cuán lejos había ido la parte más profunda de su madre. Además estaba íntimamente familiarizado con el hecho de que una persona verdaderamente jodida podía hacer cosas muy buenas con una segunda oportunidad, si se le daba. Tal vez Inyoung sería una de ellas. Por amor a Leeteuk realmente esperaba que su madre aprovechara la oportunidad que le había dado e hiciera algo con ella.
Finalmente Zhoumi lo dejó estar y decidió centrarse en todas las cosas buenas que tenía en su lugar. Cuando le dije que quería buscar una casa para comprar en el barrio donde se encontraba el Bar, eso casi lo hace llorar.
—No iba a cuestionar todo lo que decidías hacer con todo ese dinero, Kangin. Pero tengo que decir que me hace ridículamente feliz que estés sembrando algunas raíces con eso.
La idea de las raíces, de algo permanente aquí en Seúl, era tan extraña. Se sentía bien y era una manera de mostrarle a él, de probarle a cualquiera que lo cuestionó, que estaba oficialmente despierto y haciendo de cada momento que tenía, algo que valiera la pena contar.
—Me aseguraré de encontrar un lugar lo suficientemente grande para que se queden tú y Henry cuando vengan de visita.
El resopló.
—Henry, yo y este bebé que me acabo de enterar que estamos teniendo.
Casi se me cae el teléfono porque lo dijo tan tranquilamente.
—¿Estas embarazado?
Zhoumi se rio un poco y casi podía verlo paseando de ida y vuelta mordiéndose el labio mientras confirmaba el hecho.
—Sí. Todavía es muy pronto, probablemente demasiado pronto para decírselo a alguien, pero no puedo no decirlo, ¿sabes? —me estaba confesando su secreto al igual que yo le había confesado el mío.
—Pensé que querías esperar. —No pude evitar la alegría pura que pasó a través de mi voz. Zhoumi iba a ser un gran appá. Tanto él como Henry merecían tener una familia feliz y buena vida familiar después de la pesadilla de la crianza de ambos.
—¿Qué puedo decir? Me casé con un hombre muy persuasivo y hay algo acerca de esos pantalones ajustados que hace que sea imposible decirle que no. —suspiró feliz—. Y había algo diferente después de que regresé de China. Era como si todas las cosas malas de allí se hubieran ido. No había más telarañas, no más resentimiento o el “qué pasaría si”. Fue simplemente como si todo se hubiera ido. Quiero tener una familia con el hombre que me amó lo suficiente para que no tuviera más remedio que amar cada parte de mí mismo, con todos sus defectos.
—Sé exactamente lo que quieres decir. —Me reí a carcajadas y le dije—: Vas a estar embarazado en la boda de Heechul y Siwon.
Finalmente habían decidido hacer la boda en San Valentín del próximo año. Siwon no podría haber estado más feliz de que su pequeña bola de fuego finalmente fuera a estar legalmente unido a él por el resto de su vida.
—Sí, bueno, Heechul estaba súper embarazado en la boda de Donghae y Hyukjae, y al paso que vamos todos, siempre hay alguien que va a estar embarazado o casándose. —El no estaba equivocado. Había oído rumores de que Kyuhyun le había comprado un anillo de compromiso a Sungmin, y Jjong había mencionado más de una vez que Key estaba no muy sutilmente dando a entender que estaba listo para comenzar con la porción de bebés que necesitaba su relación. Esa era mucha felicidad y muchos futuros contrayéndose a mí alrededor, e incluso si no podía tenerlo en mi propia vida, estaba muy contento de estar alrededor para dar testimonio de ello en la vida de aquellos que amaba.
—Felicidades, Zhou. Estoy muy feliz por ti y tu guitarrista.
—Gracias. Estoy muerto de miedo, pero me imagino que si Hyukjae pudo hacerlo yo también puedo. —Me reí, recordando el aspecto de terror absoluto en el rostro de Hyukjae cuando no podía arreglar lo que estaba mal con su pequeño.
—Estarás bien. Voy a estar absolutamente seguro de que la nueva casa tenga espacio para ustedes y un bebé.
Charlamos un poco más de tiempo. Creo que necesitaba desesperadamente hablar con alguien sobre el bebé, además de con Henry. No podía conseguir suficiente con escuchar la emoción nerviosa en su voz.
Quería que fuera verdadera y plenamente feliz. Era solo una manera más en la que toda mi vida se sentía casi completa por saber que él estaba allí. El estaba feliz y donde siempre debió estar. Mi interior se retorcía un poco por saber que yo nunca iba a conseguir eso con Leeteuk.
Fue el siguiente fin de semana, cuando finalmente encontré mi casa de ensueño. Estaba un poco más lejos del Bar de lo que inicialmente quería. Era totalmente una casa familiar. Grande y en expansión con un patio enorme que tenía una terraza, una bañera de hidromasaje, y una valla de privacidad. Tenía una impresionante cocina hecha para un chef, lo que era hilarante teniendo en cuenta que no era propietario de una sola olla o sartén, y venía equipada con más habitaciones de las que un hombre soltero y sin familia alguna vez podría necesitar. Pero me encantó. Se sentía bien, y la idea de tener que comprar una cortadora de césped para cuidar la hierba que era toda mía, de alguna manera me atraía en un nivel más profundo de lo que lo hacía cualquiera de los otros lugares que había mirado más cerca de la ciudad.
Entré en mi turno en el Bar un poco aturdido. No podía creer que acababa de comprar una casa. Por primera vez desde que empecé a trabajar para Siwon, necesitaba una copa antes de mi turno en lugar de tomar una cuando todo había terminado. Dixie gritó de alegría por mí y Big Boss solo me dio un solemne asentimiento de cabeza, que asumí era su sello de aprobación de tipo duro.
Minwoo no estaba realmente hablando mucho desde la debacle con Jian y Jared, pero se las arregló para darme una sonrisa y un abrazo. Me dijo que Eric estaría muy orgulloso una vez que se enterara, y tuve que admitir que me gustaba poner al rudo ex infante de marina orgulloso de mí. Era lo más parecido a una figura paterna que había tenido, por lo que cualquier tipo de aprobación de parte de él era siempre bienvenida.
El turno pasó volando. Sobre todo porque estaba pensando en lo diferente que parecía mi vida mientras la primavera cambiaba felizmente a verano en comparación con el año pasado.
Este año, mi familia estaba feliz, saludable y en crecimiento. No necesitaba preguntarme si Siwon confiaba en mí o preocuparme por mantener mi nariz limpia. Ambas cosas eran solo una parte de cada uno de mis días ahora. Tenía una casa, un trabajo que era a la vez gratificante y emocionante, con todo tipo de potencial. Es muy posible que el cambio más grande fue que ya no me preocupara acerca de si me había ganado todas las cosas buenas en mis manos o no.
Sin importar si había cambiado lo suficiente o renunciado lo suficiente para ser digno de toda esta buena fortuna, era mía y no iba a desperdiciarlo o alejarlo como había estado haciendo antes. No iba a sentar mi culo en una celda de nuevo tratando de arrepentirme.
El otro gran cambio fue, por supuesto, el hecho de que solo un joven importaba. El era el único que quería. El único que no podía sacar de mi mente. El único con el que soñaba, con el que me obsesionaba. El único joven que alguna vez había amado y no había un reemplazo para él en cualquier momento cercano. Otros podían ir y venir, con el tiempo, pero Leeteuk siempre tendría mi corazón, y yo sabía que no había ninguna manera de recuperarlo arrebatándoselo. Probablemente estaba más seguro en sus manos de todos modos. Nunca había cuidado muy bien de él cuando estaba en mi poder.
Dixie me gritó que tenía que tomar una llamada y desapareció alrededor de una hora antes de que fuera hora de cerrar el bar. El nuevo chico estaba manejando el negocio como un viejo profesional y me di cuenta que mi tiempo detrás de la barra se iba a reducir drásticamente. Me gustaba atender la barra. Me gustaba el flujo y la libertad. Me gustaba escuchar los problemas y dramas de otras personas. Siempre me hacía sentir como que mi propia historia no era tan inusual. No había estado bromeando cuando le dije a Zhoumi que el pago por la granja era suficiente dinero para mí, no solo para entrar en el negocio de la rehabilitación con Siwon, sino también para que buscara comprar mi propio bar. Me gustaba el salto que había traído a Siwon de vuelta a la vida, pero también me gustaba el ambiente reservado y exclusivo del lugar al que había traído a Leeteuk. Había un montón de opciones y de repente quería sacar provecho de todas ellas.
Dixie volvió a entrar en el bar riendo y sonriendo. Big Boss le preguntó si había estado hablando con un chico, a lo que ella se limitó a poner los ojos en blanco y le dijo que se metiera en sus asuntos. No sabía qué estaba pasando entre los dos que no fuera un montón de idas y vueltas, pero me imaginé que, o bien lo averiguaban o no lo harían. Dixie era un amor blando y suave. Big Boss era como si estuviera hecho de hierro y hormigón. Eran una combinación extraña, pero yo había visto cosas más raras funcionar y llegar a vivir felices para siempre después, así que simplemente mantuve la boca cerrada mientras cerrábamos el bar.
Para el momento en que me metí en el Nova para conducir las pocas cuadras hasta mi apartamento de mierda, estaba agotado. La realidad de lo rápido que estaba cambiando mi vida, el hecho de que todo se estaba moviendo en la dirección correcta, pero que lo hacía solo, me rasgó por la mitad. Estaba orgulloso de mí mismo por hacer tantos pasos correctos, pero todavía me sentía roto por el hecho de que ninguno de esos pasos me llevaba en la dirección de la persona que quería.
Metí la llave en la puerta muy consciente de que mi tiempo de volver a casa en este agujero de mierda de apartamento estaba muy cerca de su fin. Me reí cuando me di cuenta que iba a tener que secuestrar a una de las parejas y llevarle conmigo a comprar todos los caros muebles para toda una casa. Yo no poseía lo suficiente para llenar incluso una de las habitaciones en el lugar que ahora era mío.
Me tomó un segundo reconocer que no estaba solo una vez que la puerta estuvo cerrada. Todas las luces estaban apagadas como las había dejado, excepto la luz en el cuarto de baño que estaba encendida y lanzando un tenue rayo de luz sobre la cama, que estaba muy ocupada. Lancé mis llaves en la mesa y caminé hacia la cama. Mis ojos se clavaron en el par de ojos que me estaban observando cuidadosamente.
Estaba desnudo. Sentado sobre sus rodillas y mirándome como si tuviera todas las respuestas. No fue hasta que mis rodillas tocaban el borde del colchón, que me di cuenta que alrededor de sus delgadas muñecas unas brillantes esposas metálicas tenían sus manos unidas en frente de él. Mi corazón empezó a acelerarse y tuve que parpadear varias veces para asegurarme de que no estaba soñando.
Nos miramos el uno al otro por un momento muy largo. Necesitaba preguntarle por qué estaba aquí después de tanto tiempo. Necesitaba saber qué significaba todo esto. Era tan hermoso. Agarré la cadena que mantenía las esposas juntas y le di un pequeño tirón para atraerlo más cerca de mí. Se arrastró hacia mí sin decir una palabra.
—Hoy te compré una casa. —La verdad de esa afirmación sonó firme en mi voz. Su boca se abrió en un grito ahogado de sorpresa.
—¿De qué estás hablando? —Tiré de nuevo de las esposas hasta que tuve sus brazos lo suficientemente altos como para enlazarlos alrededor de mi cuello. Todos sus afelpadas y desnudas curvas se presionaron contra mí y finalmente sentí que terminé. Él era lo que necesitaba para ser un hombre completo. Del todo.
—Compré una casa hoy. Pero te necesito para hacerla un hogar, Leeteuk. —Incliné mí frente hacia abajo para que descansara contra la suya. No debería haber estado vertiendo mi corazón en él hasta que supiera por qué estaba aquí, si esto era tan real para él como lo era para mí. Me mataría si se iba de nuevo—. ¿Qué pasa con las esposas Pelirrojo?
El metal alrededor de sus muñecas estaba duro y frío alrededor de mi cuello.
—Bueno, tenía esta brillante idea para demostrarte que confiaba en ti, que te necesito más de lo que necesito la verdad. Me imaginé que si me desnudaba y esposaba a mí mismo a la cama no solo ilustraría que confío en que haces lo correcto para mí, sino que también cumpliría una de las fantasías que has estado lanzando sobre nosotros desde el principio. Solo se me olvidó que no tenías una cabecera, y mucho menos una de esas en la que pudiera unir estas.
—Nadie tiene una cabecera hecha para las esposas en el mundo real.
Leeteuk puso los ojos en blanco y una sonrisa tiró de su boca. Estaba perdido. No iba a dejarlo ir de nuevo, incluso si él quería que lo hiciera, pero necesitaba saber por qué estaba de repente aquí, así que le dije:
»Tenemos que hablar acerca de tu cambio de opinión, Leeteuk.
El levantó una de sus bruñidas cejas hacia mí y sus ojos oscuros brillaron con alegría.
—Lo sé. Pero estoy desnudo. Tengo unas esposas y realmente te extrañé, Kangin. —Giró un poco su cabeza para poder tocar mis labios con los suyos—. Además me compraste una casa. Creo que tengo que darte las gracias de una manera que siempre recordaras.
Mi mejor juicio me dijo que averiguara a dónde se dirigía esto, que le recordara que tenía un importante secreto que nunca iba a ser capaz de decirle, pero él me besó de nuevo. Cada instinto depredador que tuve alguna vez, volvió a rugir a la vida con la necesidad de reclamar, poseer, marcar, y adueñarme de él para siempre como mío. El sentido común nunca había sido mi punto fuerte de todos modos.
Lo tumbé de espaldas en la cama con un gruñido.


3 comentarios:

  1. Sera que pueden vivir con ese secreto a cuestas, no lo se espero que si gracias por el cap bye .

    ResponderEliminar
  2. Uno más, un cap más y acaba todo, (TT)

    ResponderEliminar
  3. Aaawww😢😢😢😢😢😢😢
    Me dolió la sonrisa de Kangin cuando Teuk le dijo que no podía ir en ese camino con él💔
    Al parecer esa herencia le dejo muy buena cuenta en el banco,algo más a la lista de cosas buenas para Kangun,aunque esta haya sido a causa de la muerte de un padre que no conoció😕

    Ah...cuando le dice que le compró una casa,me emocioné como si fuera para mi,ya no necesita buscar a nadie más,Teuk la amueblará.
    Pero madre mia,que recibimiento que le da...que se note que lo extraño y que le cumplirá su fantasia🙊🙊🙊🙊🙊

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...