Debutantes I- Final



-He venido aquí dispuesto a hacer el ridículo si estoy equivocado, pero tengo que decirle, Angel, que lo que siento por usted ya no es solo  amistad.
Jungsoo se lamentó para sus adentros, sabiendo que no iba a ser capaz de mantener la calma si él intentaba convencerle de que lo amaba, a pesar de que sabía que se estaba engañando. No se había limitado a escuchar y archivar la advertencia de Junjin, sino que se la había repetido mentalmente incontables veces; la había impreso en su corazón.
«Él quiere tenerlo cerca, eso es todo. Demostró hasta qué punto lo desea cuando lo invitó a la fiesta, aun cuando eso significara traer también a Heechul. Le habría buscado una habitación en Raccoon Glade si eso no hubiera resultado impropio. Creo que se casaría con usted solo para tenerlo con él de forma permanente. Tanto valora su amistad. Pero es solo eso. No se deje engañar pensando que Youngwoon siente algo distinto por usted. Los dos lo lamentarían si usted se deja engañar.»
Jungsoo intentó poner aquellas palabras como escudo cuando Youngwoon prosiguió:
-Junjin me confesó lo que le dijo, pero se equivocaba...
-No -lo interrumpió-. Le odié por decírmelo, pero tenía razón.  Nosotros...
-Cállese y déjeme terminar -le advirtió él con suavidad-. No me refiero a sus intenciones. Eran buenas y nobles. Me refiero a que se equivocaba en lo que creía. Sin duda, yo le había dicho algún tiempo atrás que solo éramos amigos, y entonces era cierto. Me sentía más cerca de usted de lo que jamás había estado de nadie y, sinceramente, no pensaba en usted de ninguna otra forma hasta que Junjin intentó convencerme de que los hombres y las parejas no pueden ser amigos, que el sexo se interpone. No se ruborice ahora. No hay una forma educada de explicar esto. Fue después de tener esa charla con él cuando empecé a verla como algo más, como al joven hermoso que es. Puede echarle la culpa a Junjin, si lo desea, pero yo no culpo a nadie por lo que ahora siento por usted. Ya no es lo que era.
Aquello era más doloroso de lo que Jungsoo podría haber imaginado, puesto que deseaba creerlo con todas sus fuerzas, pero no podía. Junjin tenía razón. Youngwoon solo quería tenerlo cerca y él pensaba que aquella era la única forma de conseguirlo. Y acababa de decirlo: se había sentido más cerca de él de lo que jamás había estado de nadie. Jungsoo era su mejor amigo pero, como era un joven, Youngwoon estaba intentando ponerle otro nombre a su relación.
Se alejó de él para mirar el fuego.
-Sí que es lo que era -se lamentó-. Se ha dado cuenta de que no me tiene tan cerca como querría, de que no puede visitarme siempre que le apetezca, de que no puede despertarme en plena noche para hacerme partícipe de sus pensamientos...
La risa de Youngwoon lo dejó sin habla, y sin aliento, cuando lo rodeó con los brazos desde atrás.
-¿Y qué es esto, si no es en plena noche?
-Sabe a qué me refiero. No puede subirse a un árbol todas las noches. Los vecinos empezarían a murmurar sobre nosotros si usted intentara verme siempre que quiere. Aunque usted lo sabe. Y es por eso por..
Esta vez Youngwoon lo abrazó con tanta fuerza que Jungsoo no pudo seguir hablando.
-Es usted muy obstinado, así que voy a ir directo al grano. Ahora, cada vez que lo veo, quiero tenerlo en mis brazos y hacerle el amor. ¿Cree usted que eso tiene algo que ver con la amistad? Ahora mismo, me estoy conteniendo para no besarlo. Angel, me encanta que primero fuéramos amigos, y me encanta pensar que siempre lo seremos, pero ahora yo tengo que ser algo más que eso. Quiero ser su amante, su protector, su proveedor y su amigo, pero no puedo serlo todo si usted no se casa conmigo.
-Va usted a matarme -balbució Jungsoo. Youngwoon le dio la vuelta.
-¡Míreme! ¿Le parezco un hombre que no sabe lo que quiere? Y si me dice que no, le juro que me lo llevaré a las Tierras Altas y viviré en pecado con usted. Cuando hayamos tenido nueve o diez críos, entonces podrá decirme que no lo quiero como yo sé que lo amo.
-Me refería a que no me deja respirar.
-Oh -dijo él, pero vio el brillo en sus ojos y se rió al volver a estrecharlo  entre sus  brazos-. Ahora me cree.
No era una pregunta, ni Jungsoo necesitaba confirmarlo, aunque dijo:
-Cualquier hombre que quiera tener tantos hijos conmigo tiene que amarme.
-No sabe usted cuánto duele.
Jungsoo tomó el rostro de Youngwoon entre las manos y se puso de puntillas para besarlo con suavidad.
-No, solo duele cuando no se puede compartir. Ahora vamos a compartirlo, Youngwoon.
-Entonces, espero que comprendas que ya no puedo seguir luchando más contra esto.
«Esto» era besarlo, y no precisamente como a un amigo. Su boca tomó la suya con voracidad, resarciéndose de tanta frustración acumulada, deseando recuperar el tiempo perdido. La pasión estalló al instante entre ellos, pero iba mezclada con tanta alegría y alivio que era una emoción única, exclusiva de los dos.
Jungsoo deseaba reír de felicidad, pero no podía dejar de besarlo para hacerlo. Él debía de sentir lo mismo, porque sus labios dibujaban una sonrisa incontenible incluso cuando devoraban los de Jungsoo.
Cayeron juntos de rodillas en la alfombra que había frente al fuego, besándose aún, con las manos entrelazadas. La cama, a solo unos pasos, estaba demasiado lejos para la urgencia que los había invadido. Ni siquiera mientras se desvestían separaron sus labios. No se sorprendieron de que algunos botones salieran despedidos por la habitación cuando se quitaron la ropa.
El calor del fuego, el calor de la piel desnuda, la sensualidad de la suave alfombra de piel, les incitaban a saciar cuanto antes su pasión. Pero Youngwoon no tenía prisa. La primera vez que habían hecho el amor había sido en la completa oscuridad. Ahora había mucha luz y él quería recrearse la vista, además de las manos y la boca, con la persona que amaba.
-Me alegro de que esta belleza haya estado tan bien oculta. Si otros hombres lo hubieran intuido, habrían hecho cola para hacerte proposiciones.
Jungsoo se ruborizó, aunque su azoramiento era francamente placentero. Youngwoon lo encontraba perfecto. También sus manos lo hacían, amasándolo, acariciándolo, estrujándolo en los momentos álgidos, moderándose para prolongar aquel exquisito placer. Y durante todo el tiempo, su boca no dejaba de devorarle.  
Jungsoo se sorprendió cuando él lo alzó agarrándolo por las caderas y lo empujó contra su sexo; una sorpresa placentera y sensual. Pero Jungsoo averiguó que aquella no era su única intención al colocarle las piernas alrededor de sus caderas y comprender que iba a hacerle el amor en aquella postura.
Jungsoo se aferró a él con brazos y piernas, aunque no era necesario. Youngwoon controlaba su peso por completo, acercándolo a él, sujetándola por las nalgas y dirigiendo sus movimientos. Y también controlaba el ritmo y la profundidad de sus embates, lentos, enérgicos, pero no hasta lo más profundo, atormentándolo. Fue al notar que Jungsoo estaba a punto de alcanzar el clímax cuando Youngwoon lo penetró por completo, tan hondo que Jungsoo gimió de placer, aunque, afortunadamente, él silenció sus gritos con su boca.
Jungsoo sonreía cuando él se tumbó al fin en la alfombra y lo atrajo hacia sí.
-No me refería a esto cuando hablaba de compartir, ¿sabes?
Él se echó a reír.
-Ya lo sé.
Seguía acariciándolo con dulzura, sabiéndolo suyo. Jungsoo no estaba en absoluto cansado, pero ahora se alegraba. De hecho, le habría hecho feliz quedarse allí acurrucado junto a él toda la noche.
Sin embargo, al cabo de un rato, olfateó el aire y dijo:
-Tal vez quieras sacar los zapatos de la chimenea, sobre todo si aún los llevas puestos.

La primera reacción de Youngwoon fue echarse a reír, y eso hizo. El comentario de Jungsoo, caído del cielo y dicho con tanto desenfado, era demasiado extraño. Pero luego él también olió lo mismo que él, a cuero quemado, y se incorporó de inmediato.
-No los llevo puestos, pero supongo que los necesitaré para volver a casa. -Hizo un mohín cuando rescató el zapato que había ido a parar demasiado cerca del fuego, Mañana estaremos casados y yo podré sacarme los zapatos como es debido para meterme en la cama. Eric tiene un permiso especial, así que no hay motivo para demorarlo.
-No -dijo él.
-¿No? -rugió él, y se abalanzó sobre Jungsoo, inmovilizándolo, pensando que tendría que convencerlo.
-No -repitió, sonriéndole-. Vamos a dejar que sean mis tíos quienes organicen la boda. Llevan años planeándola. No voy a privarlas de su día especial ni de que presuman ante sus amigos del buen partido con el que voy a casarme.
-Oh -respondió él, contrito, pero añadió-: ¿Cuánto tardarán en organizarla?
-Dos o tres semanas como mínimo.
Youngwoon gimoteó.
-¿No podríamos casarnos en secreto y luego regresar para celebrar una boda por todo lo alto?
-No, no sería lo mismo, pero voy a pedir que me reparen el tejado.
-Uf, me da miedo preguntártelo, pero ¿qué diablos tienen en común los tejados y las bodas?
-No mucho, pero así habrá una escalera bajo mi ventana hasta que nos casemos.
Él le dedicó una radiante sonrisa.
-Entonces, ¿protegerás mis zapatos?
-Oh, por supuesto. Tal vez incluso tenga mi habitación helada, solo para ti.
Youngwoon rió.
-Tú estás bromeando, pero cuando yo esté contigo no vas a necesitar nunca fuego alguno, te lo prometo.
-No estaba bromeando -le corrigió-. Contaba con que tú me harías entrar en calor.



*** 
Las siguientes semanas pasaron con una exasperante lentitud para Youngwoon, aunque no fueron desagradables, puesto que pasó casi todos los días con Jungsoo. Estaba impaciente por convertirlo en su esposo antes de que surgiera algún otro contratiempo que pudiera impedirlo. Y su preocupación era lógica, aunque no abrigaba ninguna duda sobre su amado.
Jungsoo le había asegurado que lo amaba, incluso que se había dado cuenta mucho antes que él, y Youngwoon no lo dudaba. Solo se asombraba de haber estado tan ciego como para no haberlo visto antes. Pero habían tenido que superar tantos escollos en su camino que Youngwoon no sería capaz de relajarse hasta que la boda fuera un hecho consumado.
Entretanto, era divertido presenciar las disputas que tenían los tíos de Jungsoo y sus abuelos, cada uno con una idea distinta sobre cómo debería ser aquella suntuosa boda. Y lo más curioso era que los tíos se salían siempre con la suya, salvo cuando la disputa era entre ellos dos.
La ceremonia iba a tener lugar en Raccoon Glade, porque era el único lugar en toda la región con capacidad para alojar a todos los invitados. Eric casi tuvo un ataque, esta vez real, cuando se enteró de que todos los vecinos que él había conseguido evitar durante tantos años iban a invadir su casa.
Había protestado larga y acaloradamente, pero como Junjin pensaba que «cuantos más mejor» y por lo tanto no lo apoyaba en aquello, Eric se había quedado en franca minoría. Había tenido que acceder a que la ceremonia se celebrara en su casa, pero ya no quería saber nada más sobre el asunto.
Sus quejas continuaron hasta que Jungsoo le dijo:
-Véalo de esta forma. Mis tíos podrían haberlo excluido de la lista de invitados, teniendo en cuenta que lleva muchos años sin estar en buenas relaciones con ellos.
-¿De mi propia casa? -dijo Eric sin dar crédito a sus oídos.
-Desde luego. Usted no cree que tan nimio detalle fuese a detener a mis tíos, ¿no?
Asombrosamente, Eric se echó a reír y respondió:
-Casi siento haberme perdido la pelea.
Jungsoo le había guiñado el ojo y también se había echado a reír. Para disgusto de Youngwoon, los dos se llevaban muy bien desde entonces.
Junjin, sintiéndose aún mal por el grave error que había cometido entrometiéndose, se había disculpado innumerables veces con Jungsoo, pero como era de esperar él le había restado importancia al asunto y ahora también se entendían muy bien. De hecho, si Youngwoon no conseguía llevárselo para que estuvieran a solas, sus dos abuelos lo monopolizaban casi por completo cuando iba de visita a Raccoon Glade con sus tíos.
El día de la boda llegó al fin y, a diferencia del anterior, que tanto había temido, esta vez no había nada que Youngwoon deseara más en el mundo. Siwon regresó para la boda y, como era típico en él, se dedicó a fastidiar y a chinchar, insistiendo en que él había sabido desde el principio qué grilletes prefería Youngwoon.
Youngwoon se lo tomó todo con muy buen humor. Creía que nada podría irritarlo ese día, tal era su felicidad.
Y entonces ocurrió algo...
Estaba en su habitación vistiéndose para la boda o, para ser más exactos, permitiendo que su ayuda de cámara lo vistiera solo por esta vez, para deleite de aquel hombrecillo. Junjin también estaba allí haciéndole compañía o, como decía él, para impedir que se apoderara de él el típico nerviosismo de días como aquel. Aunque Youngwoon estaba muy sereno y así se lo hizo saber a Junjin.
Impaciencia era lo único que seguía sintiendo, y había ido en aumento porque hacía cuatro noches que no se encaramaba a la escalera de la habitación de Jungsoo. No es que no hubiera querido, pero él se había quedado levantado hasta muy tarde todas esas noches con sus tíos, repasando los detalles de última hora, y Youngwoon no había querido agotarlo quitándole aún más horas de sueño. Sin embargo, no le había resultado fácil mantenerse alejado, y ahora confiaba en poder contenerse para no llevárselo en cuanto terminara la ceremonia.
Y entonces llegó Eric.
La actitud del anciano había cambiado mucho desde que Youngwoon había anunciado su compromiso con Jungsoo. Aparte de lamentarse de que ahora tendría que soportar a Park Hyesung y Park Minwoo con regularidad, parecía alegrarse realmente por su nieto. Y la actitud de Youngwoon hacia él también había cambiado, al menos a un nivel superficial
Ahora ya no se mostraba tan rígido ni frío en presencia de Eric, aunque eso se lo debía a Jungsoo y solo a él. Youngwoon tenía el corazón tan rebosante de alegría que la ira ya no tenía cabida en él. Eso no significaba que hubiera perdonado a Eric por haberle ignorado durante la mayor parte de su vida, pero no iba a permitir que la amargura que eso le producía fuera a nublar su actual felicidad.
Eric no se quedó mucho rato. Solo había venido para avisarle de que ya casi era la hora, como si Youngwoon no hubiera estado mirando una y otra vez el reloj, y para darle unos cuantos consejos, aunque Youngwoon no supo si estaba o no bromeando, porque habló con mucha seriedad.
-Mi consejo es lo que mi propio padre me dijo cuando me casé con tu abuela. Ama a tu esposo, pero no permitas que haga contigo lo que quiera. Aunque si lo hace de todas formas, asegúrate de que lo disfrutas.
Junjin se echó a reír. Youngwoon sonrió muy a pesar suyo. Pero cuando Eric se marchó, su expresión debió de delatar sus sentimientos hacia aquel abuelo suyo. Junjin se dio cuenta y comentó:
-He acabado por tomarle afecto a ese canalla, ahora que he visto con mis propios ojos que desea tu bien. No se lo digas, ¿de acuerdo? -dijo Junjin-. Creo además que ya es hora de que te explique un par de cosas que aún no sabes.
Fue ahí donde Youngwoon se irritó.
-Hoy no es el mejor momento para hablar sobre Eric.
-No, yo creo que no hay mejor momento, muchacho, ¿o me equivoco si digo que aún no lo has aceptado como a uno de los tuyos? Y lo es, tanto como yo.
-Sí, pero con una inmensa diferencia, Junjin. Usted ha estado a mi lado durante toda mi vida, para aconsejarme, para darme un cachete cuando lo necesitaba, para enseñarme, para...
No pudo terminar. La emoción estaba volviendo a embargarlo y le horrorizó constatar que aún le doliera tanto la falta de interés de Eric por ponerse en contacto con él y aún menos conocerlo antes de que hubiera llegado la hora de recoger al heredero que le habían prometido.
-Uf, muchacho -dijo Junjin, acercándose a él y poniéndole una mano en el hombro-. No sabía que era eso lo que tanto te irritaba. Pensaba que solo estabas enfadado por tener que vivir aquí.
-Si no hubiera venido, Junjin, jamás habría conocido a Jungsoo, así que ya no puedo lamentarme de eso. Incluso tengo ganas de asumir mis responsabilidades aquí. Estar sin hacer nada no va conmigo, como usted ya sabe.
Junjin asintió, pero añadió:
-Lo cierto es que Eric quería que vinieses mucho antes. Así es. Fue tu madre quien decidió que debías crecer en un solo hogar. Eric habría preferido que ese único hogar fuera aquí, en Inglaterra, pero tu padre jamás accedió a eso, y estaba en su derecho. Eric cedió, porque era lo mejor para ti.
-No estarnos hablando de dos hogares que estén tan lejos el uno del otro como para que no puedan visitarse, Junjin. Usted ha venido aquí, incluso a su edad, y Eric no era mayor que usted cuando yo nací. Aun así, jamás vino a conocerme, ¿no? Yo no existía para él hasta que llegó el momento de recogerme, igual que esas malditas piezas de arte que colecciona.
Ahora, la expresión y el tono de Youngwoon transmitían una inconfundible amargura. Junjin sabía que estaba allí, oculta en lo más profundo de su ser. Para él era más fácil que Youngwoon no la hubiese compartido, porque era reacio a abordar el tema. Pero se había dado cuenta de lo egoísta que había sido.
Junjin prosiguió:
-Vino, muchacho. Más de una vez.
Youngwoon se quedó inmóvil.
-¿Cuándo? ¿Acaso era yo demasiado pequeño para recordarlo?
-No, de hecho nunca llegó a las Tierras Altas. Las dos primeras veces el tiempo lo obligó a regresar. La tercera, el tiempo pudo con él. Se puso tan enfermo que estuvo a punto de morir. Ya no ha podido ir a ningún sitio donde haga un poco de frío, ni siquiera afrontar bien el poco frío que hace aquí. ¿No pensarás que tiene las habitaciones tan caldeadas por gusto? No, le parecen tan incómodas como a mí, pero sus médicos no le han dado opción. Y todo porque quería conocer a su único nieto.
-Maldita sea. ¿Por qué no me lo había contado? -estalló Youngwoon.
-Posiblemente porque no sabía que era eso lo que te irritaba, y yo no fui de mucha ayuda cuando le dije que el motivo de tu enfado era venir aquí. Para él, tú siempre has sido lo primero, muchacho. Tu madre lo mantuvo informado sobre todos los aspectos de tu crecimiento, y si yo no cumplía con igual diligencia en los años posteriores, me presionaba para que lo hiciese.
-Ahora vuelvo -consiguió decir Youngwoon mientras se dirigía a la puerta, a pesar del nudo que se le había formado en la garganta.
-Tengo un buen hombro... -empezó a decir Junjin, pero Youngwoon lo interrumpió.
-¡Fu!
Junjin se rió, satisfecho de haber despejado aquel malentendido y pensando que el muchacho solo necesitaba pasar unos momentos a solas para volver a ser dueño de sus emociones. Pero Youngwoon necesitaba algo más que eso.
Encontró a Eric justo cuando salía de su salón para bajar a la ceremonia. El anciano empezó a decir algo, pero Youngwoon no le dejó. Rodeó su frágil cuerpo con los brazos, corno si de un niño se tratara, y lo abrazó con sumo cuidado, aunque con ímpetu. Aquel simple contacto consiguió disolver toda su ira y amargura.
Eric se sorprendió tanto que al principio no supo qué hacer con los brazos, pero luego lo abrazó también, tan embargado por la emoción que se le humedecieron los ojos. No era un hombre expresivo, pero aquel abrazo significaba más para él de lo que sería capaz de expresar en palabras.
Ninguno de los dos parecía incómodo cuando se separaron; de hecho, los dos sonreían. Era un alivio tan grande aceptar que se importaban. En aquel momento, no hacían falta las palabras para decirlo con más claridad.
Pero Youngwoon dijo:
-Ojalá lo hubiera conocido antes. Voy a sentirme estafado cuando me falte.
Eric sonrió.
-Entonces, permíteme que use una de las frases preferidas de Junjin y te diga que no te hagas cruces. He decidido vivir unos cuantos años más.
Youngwoon le sonrió.
-Eso es toda una decisión, ¿eh?
-Bueno, de hecho -admitió Eric-, llevo mucho tiempo sin una razón a la que aferrarme. Estoy empezando a pensar que ese ha sido en parte el motivo de mi declive y de que mi salud continuara empeorando hasta pensar incluso que no llegaría a finales de año.
-¿Significa eso que se encuentra mejor?
Eric le guiñó el ojo.
-No se lo digas a Junjin, pero ahora estoy decidido a vivir más que él.
Los dos se echaron a reír.

Se casaron entre familiares y amigos, y ese día se derramaron unas cuantas lágrimas de felicidad. También hubo risas. Era una ocasión alegre para todos los presentes, e incluso los tíos de Jungsoo consiguieron no reñir.. demasiado.
Después de su segunda copa de champán, oyeron a Minwoo decirle a Eric:
-Bueno, si usted no se hubiera negado a permitir que ella nos viera después de que se difundiera el rumor, tal vez no habría tenido tanto impacto.
-Mi hija estaba enferma ese verano, infeliz. No veía a nadie que no fuera su médico.
-¿No podría habérnoslo dicho? ¿En lugar de darnos con la puerta en las narices?
-Maldita sea. Ustedes los jóvenes lo exageran todo. Nunca les di con la puerta en las narices, aunque, se lo juro, voy a asegurarme de que el mayordomo aprenda a hacerlo.
Minwoo se marchó simulando malhumor, pero Jungsoo captó su sonrisa de satisfacción. También Hyesung, que le comentó:
-Va a disfrutar sacándolo de sus casillas de ahora en adelante. Al viejo le irá bien que pongan un poco de salsa en su vida.
Jungsoo se rió.
-Hablando de salsa, me he dado cuenta de que hace un rato Junjin te ha sacado los colores. Creo que le gustas, tío Hyesung.
-Buf, ese hombre coquetearía con cualquier escoba con falda, estoy seguro -respondió él, aunque le brillaron los ojos al decirlo.
-Yo no estoy tan seguro de eso -continuó Jungsoo-. De hecho, no me sorprendería que tío Minwoo se encontrara viviendo solo dentro de poco, el pobrecito.
-Bueno, no te preocupes por mi hermano. Hace años tomó la decisión de vivir plenamente, lo cual entraña tener más experiencias de las que corresponden a un viejo joven solterón.
-¿No querrás decir .. ? -Jungsoo no encontraba las palabras adecuadas. Hyesung asintió.
-Lleva años viéndose con ese viudo tan agradable de Manchester. De hecho, no debió de gustarles nada en absoluto que cambiaras la escalera de sitio.
Jungsoo se ruborizó, y no solo por imaginar a su tío Minwoo citándose con su amante. El comentario de Hyesung indicaba que sus tíos no habían creído ni por un instante que el tejado tuviera que repararse.
-¿Por qué no se casan?
-Porque Minwoo no quiere dejarme solo y yo me niego a vivir con él y su esposo. Pero espero que modifiquemos nuestras prioridades ahora que los dos te vemos tan bien asentado.
Hyesung sonrió al decir aquello y Jungsoo supo que estaba volviendo a pensar en Junjin de Shinhwa. Se le ocurrió que si ellos dos llegaban a casarse, Hyesung se ocuparía de que Junjin viniera de visita a menudo, y sabía que a Youngwoon eso le gustaría.
Sin embargo, antes de que pudiera seguir tomándole el pelo a su tío sobre ese tema, su esposo se acercó para reclamar su atención, Dios mío, qué agradable era pensar ahora en él como su esposo, y lo arrastró al salón de baile, donde había tenido lugar la ceremonia y ahora se servían refrigerios.
En aquel instante supo que él iba a llevárselo de allí, a escurrirse, por decirlo de alguna forma, para no tener que soportar otra ronda de felicitaciones.
¡Pero aún era pleno día! Se suponía que debían quedarse al menos unas cuantas horas más.
Sin embargo, Youngwoon se encaminó a las escaleras. Por ese motivo, le contrarió bastante encontrarse con sus dos abuelos sentados al pie de las mismas; Jungsoo se asombró de que estuvieran sentados precisamente allí. Discutían como amigos, o no del todo amigos, era difícil decirlo.
Ese algo fue evidente cuando Junjin, viendo a Youngwoon y a Jungsoo de la mano, le dijo a su nieto:
-Díselo. Tendréis vuestro primer hijo antes de que acabe el año.
-Y aun antes si se apartan de mi camino -respondió Youngwoon.
Junjin se rió y se puso en pie. Jungsoo se ruborizó. Eric puso los ojos en blanco.
Pero eso no era todo lo que Youngwoon tenía que decir sobre el tema. Para sorpresa de sus abuelos, al menos para la de Junjin, añadió:
-Aunque no creo que importe mucho cuándo vayamos a tener a nuestro primer hijo. Esta vez los dos saben que no voy a dividir a mi familia como pretenden. Ustedes han creado estos imperios, y ahora los dos tienen un heredero capaz de encargarse de todo. Cuando uno de mis hijos esté listo para asumir algunas de las responsabilidades, será el momento de que lo haga. Así que dejen de preocuparse por ello y permitan que sea yo quien me preocupe a partir de ahora.
No les dio oportunidad de rebatirlo. Teniendo aún a Jungsoo de la mano, pasó entre los dos y subió las escaleras con él.
Pero a sus espaldas, oyeron a Junjin decir:
-Le había dicho que era totalmente capaz de ser nuestro único heredero.
-Usted no dijo tal cosa, sino yo, si mal no recuerdo -respondió Eric con suficiencia.
-Bueno, pues lo pensé -protestó Junjin.
Desde lo alto de las escaleras, Jungsoo le susurró a Youngwoon:
-Bien hecho.
Youngwoon se detuvo un instante para besarlo. Un beso posesivo, tentador, un beso muy excitante.
-¿Eso crees? -Y luego, con voz ronca, añadió-: Entonces me pregunto qué va a parecerte el resto de lo que tengo pensado hacerte ahora mismo, porque, Ángel, te he echado en falta.
-Pero si me has visto todos los días -señaló él, sin comprender sus palabras.
-No, te he visto, pero no te he visto.
El «resto» no fueron más besos. No, el «resto» empezó cuando se lo cargó a la espalda para llevarlo a su habitación.

Jungsoo no iba a decírselo en voz alta, pero aquello había sido bastante bruto por su parte. Luego rió para sus adentros. Iba a ser interesante, tener a un escocés de las Tierras Altas por marido; interesante y maravilloso. Y lo único que en realidad se preguntó fue si se repondría jamás del asombro de ver sus sueños hechos realidad.


8 comentarios:

  1. Ehhh quiay! !
    Se acabo!!! Ahhhhh
    Genial!!!!
    Excelente historia me encanto!!!!

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  2. Que bello capitulo. Me alegra mucho de que los personajes de la historia hayan tenido su final feliz.

    Jajajajajaja me. Sorprendió lo de los tíos. No son tan santos como pensaba.

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  3. Hermosa adaptación, los tíos de Jungsoo son geniales y creo que el tío se quedar con el abuelo, que bueno que las cosas terminaron bien para todos y la familia se unió más muchas gracias disfrute leyéndola y esperando el siguiente bye.

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  4. Con lo del SS7 en puerta y el postconcierto,había olvidado que me faltab leer el final.

    Este Junjin...sus gestos son nobles,pero abarcan situaciones que complican la existencia.
    Primero va y le dice teuk lo del compromiso por amistad,le partio su corazón y luego no quería aceptar a Kangin...y ahora resulta que sabía que Eric había ido a visitar a su nieto,y que en una de esas visitas casi le cuesta la vida...y Kangin molesto con su abuelo paterno por "haberlo olvidado"...que bueno que Hye lo haga refunfuñar.

    Jajajajaja los tíos resultaron muy locochones...al menos gozan su vida y no se dejaron amedentrar por los rumores de su familia.

    Por fin Kangin verá a Teuk *cejas*

    Ahora sí...la que sigue *0*

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  5. Que bonito me ha encantado ahora a seguir con la adaptación sichul 😁 gracias yota

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...