Al principio
pensé que el martilleo en mi cabeza era mi
cerebro tratando de abrirse paso fuera de mi cráneo después de los diez
o más tragos de Crown Royal que me tomé ayer por la noche, pero entonces me
recordé que era domingo y, no importa cuántas veces le dije o lo grosero que
fuera, o cualquier tipo de condición corrupta y desagradable en la que me
encontrara, él aparecía los domingos en
la mañana para arrastrarme a casa para el almuerzo.
Un suave
gemido desde el otro lado de la cama me
recordó que anoche no había vuelto a casa desde el bar solo, no es que
recordara el nombre del jóven o qué aspecto
tenía o si había tenido que hacer un esfuerzo notorio por convencerlo de
venir a casa conmigo. Me pasé una mano por la cara y saqué mis piernas por
el borde de la cama justo cuando la
puerta del dormitorio se abrió. Nunca debí haberle dado una llave al mocoso. No
se molestó en ocultar que estaba acostumbrado a entrar y encontrarme con resaca
y desnudo, así que no veo por qué hoy
tenía que ser diferente. El joven del otro lado de la cama se dio la vuelta y
entrecerró los ojos ante la nueva adición a nuestra pequeña e incómoda fiesta.
—¿Pensé que
habías dicho que eras soltero? —Había cierta acusación en su tono que me
erizaba el vello de la nuca. Cualquiera que estuviera dispuesto a irse con un
extraño a pasar una noche de sexo sin ataduras perdía el derecho a emitir
ningún juicio, sobre todo cuando aún estaba desnudo y acurrucado en mi cama.
—Dame veinte. —Me
pasé una mano por el cabello desordenado y
el rubio en la puerta levantó una ceja.
—Tienes diez. —Hubiera levantado una ceja hacia él ante su tono y actitud, pero mi cabeza me estaba matando y el gesto se perdería con él de todos modos, ya que era más que inmune a mi mierda—. Voy a hacer café, ya invité a Kyuhyun, pero dijo que tiene que ir a la tienda a atender un compromiso. Estaré en el auto. —giró sobre sus talones y al momento en que la puerta quedó vacía yo ya estaba luchando por poner mis pies en el suelo y buscando cualquier par de pantalones que podría haber arrojado allí anoche.
—¿Qué está
pasando? —Me había olvidado temporalmente del jóven en mi cama, así que maldije
en voz baja y halé una camiseta negra que parecía razonablemente limpia por
encima de mi cabeza.
—Me tengo que ir.
—¿Qué?
Fruncí el ceño
mientras él se levantaba de la cama y agarraba la sábana para cubrirse. Era
bonito, tenía un buen cuerpo por lo que pude ver y me pregunté qué clase de
juego había tenido que arrojarle para traerlo a casa conmigo. Él era alguien
con quien no me habría importado despertar en la mañana.
—Hay un lugar en
el que tengo que estar, lo que significa que
necesitas levantarte y ponerte en marcha. Normalmente mi compañero de
cuarto estaría alrededor por lo que podrías quedarte un rato, pero tenía que ir a trabajar por lo que necesitas mover ese
buen culo e irte.
Él me escupió un
poco.
—¿Me estás
tomando el pelo?
Miré por encima
del hombro mientras excavaba por mis botas debajo de un montón de ropa y metía
los pies en ellas.
—No.
—¿Qué clase de
idiota hace eso? Ni siquiera un “gracias por lo de anoche”, “estuviste genial”,
“¿qué tal si almorzamos?”, solo un ¡saca tu mierda! —Vi su tatuaje garabateado a los largo de sus costillas. Eso era
probablemente lo que me atrajo de él en medio de mi borrachera en primer
lugar—. Eres una verdadera pieza de trabajo, ¿lo sabías?
Yo era mucho más
que una simple pieza de trabajo, pero este jóven era solo una de, oh, tantas
que no necesitaban saber eso. Maldije en silencio a Kyuhyun. Mi compañero de
cuarto era la mierda, habíamos sido mejores amigos desde la primaria y
normalmente podía confiar en él para interferir por mí los domingos en la
mañana, cuando estaba en apuros, pero me olvidé de la pieza que se suponía que
tenía que terminar hoy, así que necesitaba empujar a la cola de anoche por la
puerta y empezar a moverme antes de que el mocoso se fuera sin mí, lo que era
un dolor de cabeza más grande de lo que necesitaba en mi estado actual.
—Oye ¿cuál es tu
nombre? —Si él no estaba enojada antes, estaba absolutamente furioso ahora que
volvía. Me miró con ojos ahora manchados de mascara usada.
—Lucas, ¿no te
acuerdas? —Unté alguna basura en mi cabello para hacer que se destacara en un
montón de direcciones, me rocié colonia para ayudar a enmascarar el olor a sexo
y alcohol que estaba seguro todavía se aferraba a cada parche visible de mi
piel. Me encogí de un hombro hacia él y esperé mientras caminaba delante de mí,
saltando en un pie para ponerse un par de zapatos.
—Soy Hyukjae. —Me
habría ofrecido para estrecharle la mano, pero parecía tonto, así que solo
señalé la puerta principal del apartamento y entré en el baño para cepillarme
el sabor rancio del whisky de mi boca—. Hay café en la cocina, tal vez deberías
escribir tu número y te puedo dar una llamada en otra ocasión. El domingo no es
un buen día para mí. —El nunca sabría qué tan cierta era esa declaración.
Me miró y tocó la
punta de uno de esos impresionantes zapatos.
—Realmente no
tienes idea de quién soy ¿no?
Esta vez
incluso contra mi
cerebro palpitando deseé que mi
ceja subiera y la mire con la boca llena de espuma de pasta de dientes.
Me le quedé mirando hasta que él gritó y me señaló su costado.
—¡Debes recordar
al menos esto!
No era de
extrañar que me gustara su tatuaje tanto como si fuera uno de los míos. Escupí
la pasta de dientes en el lavabo y me di una mirada en el espejo. Me veía como
el infierno. Mis ojos estaban llorosos y enrojecidos, mi piel se veía gris y
había un chupetón en un lado de mi cuello. Appá lo
amaría tanto como amaría el estado actual de mi cabello. Normalmente espeso y
oscuro, me había afeitado los lados del mismo y teñido la parte delantera de un
púrpura agradable, luminoso, de manera que se levantaba liso y se veía como
algo que habrías cortado con un cortador de maleza.
Mis padres ya
tenían problemas con mis tatuajes serpenteando alrededor de mis dos brazos y
por los lados de mi cuello, por lo que el cabello solo sería la guinda del
pastel. No había nada que pudiera hacer para arreglar el actual espectáculo de mierda mirándome en
el espejo, así que merodeé fuera del baño y, sin ceremonias, agarré al jóven
por el codo y lo remolqué hasta la puerta delantera. Tenía que aprender a ir a
casa con ellos en lugar de dejarlos venir a casa conmigo, era mucho más fácil
de esa manera.
—Mira, tengo que
estar en un lugar al que particularmente no me gusta ir, pero tú volviéndote
loco y haciendo una escena no va a hacer otra cosa que molestarme. Espero que
hayas pasado un buen rato anoche y puedes dejar tu número, pero ambos sabemos
que las posibilidades de que te llame son casi nulas. Si no quieres ser tratado
como una mierda, tal vez deberías dejar de ir a casa con tipos borrachos que no
conoces. Créeme que realmente vamos tras una cosa y al día siguiente lo que realmente
queremos es irnos tranquilamente. Me duele la cabeza y siento que voy a
vomitar, además de que tengo que pasar una hora en un auto con alguien que me
odia y está jubilosamente planeando mi muerte, así que realmente ¿puedes
saltarte el histrionismo y seguir adelante?
Para entonces ya
había maniobrado llegar a la entrada del edificio y lo vi en el BMW a ralentí
en el lugar al lado de mi camioneta. Estaba impaciente y se molestaría si me
seguía tardando. Le di a Lucas una media sonrisa y me encogí de un hombro,
después de todo no era su culpa que yo fuera
un idiota y hasta yo sabía
que él merecía algo mejor que un cretino insensible
—Mira no te
sientas mal, puedo ser un cabrón encantador cuando pongo mi mente en ello.
Estás lejos de ser el primero y no serás el último que tiene que ver este
pequeño espectáculo. Me alegra que hayas visto mi lado más mezquino, prefiero
que me recuerdes por eso que por lo de anoche.
Corrí por las
escaleras sin mirar hacia atrás y abrí la puerta del elegante BMW negro. Me
gustaba este auto y odiaba que le combinara tan bien al conductor como lo
hacía. Con clase, elegante y caro eran sin duda las palabras que podrían
utilizarse para describir a mi compañero de viaje y mientras Lucas me gritaba
volviéndome loco, salimos del estacionamiento de mi edificio y lo único que
hizo fue rodar los ojos y murmurar:
—Con clase. —Por
lo bajo. Estaba acostumbrado a las pequeñas escenas que a los jóvenes les
gustaba tirar cuando me rescataba de ellos a la mañana siguiente, incluso había
tenido que reemplazar su parabrisas una vez cuando uno de ellos me lanzó una
piedra y falló mientras me alejaba.
Ajusté el asiento
para acomodar mis largas piernas y me dispuse a descansar mi cabeza contra la
ventana. Siempre era un viaje largo y dolorosamente silencioso, pero a veces,
como hoy, me sentía agradecido por ello, otras veces me molestaba hasta el
último nervio. Habíamos sido una constante en la vida del otro desde la
secundaria, él conocía cada fortaleza y debilidad que tenía, mis padres lo amaban
como a sí mismos y no ocultaban el hecho de que la mayoría de las veces
preferían su compañía que la mía. Uno pensaría que con toda la historia, lo
bueno y lo malo entre nosotros, podríamos tener una pequeña charla sencilla por
un par de horas sin que fuera difícil.
—Vas a conseguir
que la basura que tienes sobre todo tu cabello se corra por todas partes de mi
ventana. —Tenía una voz que no coincidía con el resto de él. Era todo
cigarrillos y whisky, mientras que él era toda champán y seda. Siempre me había
gustado su voz, cuando nos llevábamos bien podía escucharlo hablar durante
horas.
—Lo tengo
anotado. —El soltó un bufido. Cerré los ojos y crucé los brazos sobre el pecho.
Estaba listo para un paseo en silencio, pero al parecer él tenía cosas que
decir hoy, porque tan pronto como introdujo el auto a la carretera, apagó la
radio y dijo mi nombre:
—Hyukjae. —Volví
la cabeza ligeramente hacia un lado y abrí mínimamente un ojo.
—Donghae. —Su
nombre era tan elegante como el resto de él. Era pálido, tenía el cabello
castaño y grandes ojos marrones. Era pequeño, fácilmente unos treinta
centímetros menos de mi metro noventa, pero tenía curvas para días. Era el tipo
de jóven que los chicos miraban solo porque no podían evitarlo, pero tan pronto
como giraba esos helados ojos en su dirección, sabían que no tendrían ninguna
posibilidad. Irradiaba inalcanzabilidad tanto como otros rezumaban ven y
tómame.
El sopló un
aliento y vi como un mechón de cabello giraba en torno a su frente. Me miró por
el rabillo del ojo y me puse rígido cuando vi lo apretadas que estaban sus
manos en el volante.
—¿Qué pasa
Donghae?
Se mordió el
labio inferior, una señal segura de que estaba nervioso.
—¿Supongo que no
has respondido ninguna de las llamadas de tu appá esta semana?
No era exactamente
cercano con mis padres, de hecho, nuestra relación se cernía en algún lugar
alrededor de la zona mutuamente aceptable por lo que mi appá enviaba a Donghae
a arrastrarme a casa cada fin de semana. Los dos éramos de un pequeño pueblo
llamado Mopko en una zona acomodada. Me mudé a Seul en cuanto tuve mi diploma
en la mano y Donghae estaba unos años atrás porque era más joven que yo y
también porque no había querido nada más que entrar en UD. El chico no solo
lucía como un principe de cuento de hadas, sino que también estaba en camino a
convertirse en un jodido médico. Mi appa sabía que no había manera que hiciera
el viaje de dos horas de ida y vuelta para verlos los fines de semana, pero si
Donghae conducía y venía a buscarme, no solo me sentiría culpable por
hacerlo sacar tiempo
en su apretado
horario por mí,
sino que no tendría ninguna excusa para no ir. Dongahe
pagaba la gasoline, esperaba a que yo tropezara de la cama y sacaba mi triste
culo de la casa cada domingo y ni una sola vez en dos años se había quejado al
respecto.
—No, estuve
ocupado toda la semana. —Estuve ocupado, pero tampoco me gustaba hablar con mi
appá, así que lo había ignorado las tres veces que me había llamado esta
semana.
Donghae suspiró y
retorció las manos con más fuerza en el volante.
—Él te estaba
llamando para decirte que Siwon se lesionó y el Ejército lo envió a casa
durante las seis semanas de rehabilitación y recuperación. Tu padre fue a la
base militar ayer a recogerlo.
Me erguí en el
asiento tan rápido que me golpeé la cabeza contra el techo del auto. Juré y me
froté el golpe que hizo que mi cabeza palpitara todavía más.
—¿Qué? ¿Qué
quieres decir con que se lastimó? —Siwon era mi hermano mayor, me llevaba tres
años y había estado en el extranjero por una buena parte de los últimos seis,
pero todavía éramos cercanos y aunque no le gustaba toda la distancia que pongo
entre mis padres y yo, si hubiera resultado herido de gravedad, me habría
enterado por él.
—No estoy seguro,
Jihoon dijo que algo pasó con el convoy en el que estaba cuando fueron de
patrulla. Estuvo en un accidente bastante serio, supongo. Dijo que su brazo
estaba roto y tenía unas cuantas costillas fracturadas pero estaba muy alterado
por lo que me costó trabajo entenderlo cuando me llamó.
—Siwon me habría
llamado.
—Siwon estaba
sedado y pasó los últimos dos días siendo interrogado, le pidió a tu appá que
te llamara porque ustedes, los chicos Lee, son demasiado persistentes. Jihoon
le dijo que no responderías, pero él le seguía diciendo que lo intentara.
Mi hermano estaba
herido, pero estaba en casa y yo no sabía nada. Cerré los ojos y dejé que mi
cabeza cayera hacia atrás contra el reposacabezas.
—Buen infierno,
es una buena noticia, supongo.
—¿Vas a pasar a
ver a tu appá? — No tenia que mirarla para saber que se había endurecido aún
más. Casi podía sentir la tensión rodando fuera de él en ondas heladas.
—No. —No dijo más
y yo no esperaba que lo hiciera. Los Lee podríamos no haber sido la familia más
cercana, o cálida, pero no teníamos nada al lado de los Choi. La familia de
Donghae cagaba oro y respiraba dinero, pero también engañaba y mentía, eran
divorciados y vueltos a casar y, por lo que había visto en los últimos años,
tenían poca necesidad o interés en el hijo biológico que venía de una unión mejor
establecida en una declaración de impuestos que de un dormitorio.
Sabía que Donghae
amaba mi casa y a mis padres porque eran la única apariencia de normalidad que
había experimentado siempre y yo no lo envidiaba, de hecho, me gustaba el hecho
de que me quitaba la mayor parte del calor de encima. Si a Donghae le iba bien
en la escuela, saliendo con un rico licenciado, viviendo la vida que mis padres
siempre habían querido para sus hijos, pero se les había negado desde que yo
permanecía fuera y Siwon solía estar un continente de distancia y yo era lo
único que les quedaba, no tenía ninguna vergüenza en usar a Donghae como
amortiguador.
—Hombre, ni
siquiera he hablado con Siwon en tres meses. Va a ser impresionante verlo. Me
pregunto si puedo convencerlo de que venga a pasar un tiempo en la ciudad
conmigo y Kyuhyun. Probablemente esté más que listo para un poco de diversión.
Donghae suspiró
de nuevo y se movió para encender la radio un poco.
—Tienes veintidós
Hyukjae, ¿cuándo vas a dejar de actuar como un adolescente indulgente? ¿Al
menos le preguntaste a este cómo se llamaba? En el caso de que te lo preguntes,
hueles como una mezcla entre una destilería y un club de striptease.
Solté un bufido y
dejé que mis ojos se perdieran de nuevo cerrados.
—Tienes diecinueve
años, Donghae ¿cuándo vas a dejar de vivir tu vida bajo los estándares de todos
los demás? Mi abuela de ochenta y dos tiene más vida social que tú y creo que
está menos tensa. —No le pensaba decir a qué
olía él, porque
era dulce y
encantador y no
tenía ningún deseo
de ser agradable por el momento.
Podía sentirlo
mirándome y escondí una sonrisa.
—Me gusta tu
abuela. —Su tono era malhumorado.
—A todo el mundo
le gusta. Ella es luchadora y no acepta mierda de nadie. Podrías aprender una cosa
o dos de ella.
—Oh, tal vez
debería teñirme el cabello de rosa, tatuarme cada superficie visible de mi
cuerpo, meterme un montón de metal en la cara y dormir con todo lo que se
mueva. ¿No es esa tu filosofía sobre cómo vivir una vida rica y plena?
Eso me hizo abrir
los ojos de nuevo y la banda musical en mi cabeza, decidió ir a una segunda
ronda.
—Por lo menos yo
estoy haciendo lo que quiero. Yo sé quién y qué soy, Donghae y no pediré
ninguna disculpa por ello. Ya he oído un montón sobre Lee Jihoon salir de tu
linda boca por el momento.
Su boca se torció
hacia abajo en una mueca.
—Lo que sea,
volvamos a ignorarnos mutuamente, simplemente pensé que debías saber lo de
Siwon, los chicos Lee nunca han sido grandiosos con las sorpresas.
El tenía razón.
En mi experiencia, las sorpresas nunca habían sido algo bueno, por lo general
daban lugar a que alguien se molestara y acabaran en algún tipo de lucha. Yo
amaba a mi hermano, pero tenía que admitir que estaba un poco irritado de que,
uno, no se había tomado la molestia de hacerme saber que estaba herido, y dos,
todavía trataba de obligarme a jugar a ser amable con mis parientes. Me figuré
que su plan de ignorarnos el resto del camino era el ganador, así que me dejé
caer tan lejos como el pequeño auto deportivo me permitía y empecé a dormitar.
Solo estuve fuera durante veinte minutos más o menos, cuando su teléfono
comenzó a sonar y me despertó. Parpadeé con ojos arenosos y me pasé una mano
por la cara. Si el cabello no volvía loco a mi appá, el hecho de que estaba
demasiado ocupado como para afeitarme para su precioso almuerzo le haría
volverse histérico.
—No, te idje que
voy a Mopko y volvería hasta tarde. —Miré al otro lado del auto y él debió
sentir mi mirada porque me miró rápidamente
y vi un poco de rubor hacerse camino hacia sus mejillas—. No Sehun, te
dije que no tengo tiempo y que tengo trabajo de laboratorio por hacer.
No podía
distinguir las palabras y quien fuera que estuviera en el otro extremo del
teléfono sonaba enojado. Vi sus dedos apretar el teléfono
—No es
asunto tuyo. Tengo que irme, así que
hablaré contigo más tarde. —deslizó el
dedo por la pantalla y tiró el caro dispositivo en el portavasos al lado
de mi rodilla.
—¿Problemas en el
paraíso? —Yo realmente no me preocupaba por Donghae y su novio más rico que
Dios, futuro gobernante del universo conocido, pero era educado preguntar
cuándo alguien estaba molesto, obviamente.
No había conocido
a Sehun, pero por lo que he oído de appá cuando me he molestado en escuchar,
estaba hecho a la medida para ir con la personalidad del futuro doctor Donghae. Su familia era
adinerada como la de él, su padre era juez o abogado, o algún otro disparate
político sin sentido y estaba seguro más allá de la sombra de toda duda, que el
tipo tenía que usar pantalones de pinzas y camisetas polo de color rosa con
mocasines blancos. Durante un largo momento no pensé que iba a responder, pero
se aclaró la garganta y comenzó a
golpear ligeramente en el volante con los dedos obviamente cuidados con una
cara manicura.
—En realidad no,
nos separamos, pero no creo que Sehun realmente
lo capte.
—¿En serio?
—Sí, hace un par
de semanas en realidad. He estado pensando en hacerlo por un tiempo. Estoy
demasiado ocupado con la escuela y el trabajo para tener novio.
—Si fuera el hombre
adecuado no te sentirías así. Sacarías tiempo porque querrías estar con él.
Me miró con ambas
cejas levantadas hasta su línea del cabello.
—¿Está usted,
señor prostituto del siglo, en verdad tratando de darme concejos sobre
relaciones?
Rodé los ojos, lo
que hizo que mi cabeza gritara en protesta.
—El hecho de que
no haya habido alguien con que quiera pasar el rato de manera exclusiva no
significa que yo no sepa la diferencia entre calidad y cantidad.
—Podría haberme
engañado, además Sehun quería más de lo que yo estaba dispuesto a dar y sería
una pena porque mi appá y papá lo amaban.
—Es cierto, por
lo que he oído estaba bastante hecho a la medida como para hacer felices a tus padres. ¿Qué
quieres decir con que quería más de lo que estabas dispuesto a dar? ¿Trató de
poner una roca en tu dedo después de solo seis meses?
El me dio una
mirada y frunció los labios en una mueca de
desprecio.
—Ni siquiera
cerca, solo quería que las cosas fueran más serias de lo que yo quería que
fueran.
Me reí un poco y
me froté entre las cejas. Mi dolor de cabeza se había convertido en un latido
sordo, pero estaba empezando a ser manejable. Necesitaba pedirle que pasara por
un Starbucks o algo si tenía que atravesar esta tarde.
—¿Es esa tu
manera remilgada de decirme que estaba tratando de meterse en tus pantalones y
no lo dejaste?
Él entrecerró los
ojos y tomó la salida que nos llevaba a Mopko.
—Necesito que
pases por Starbucks antes de ir a casa de mis padres, y no creas que no me di
cuenta que no estás respondiendo a mi pregunta.
—Si nos paramos,
llegaremos tarde y no todos los chicos tratan de meterse en mis pantalones.
—El cielo no se
va a caer si nos presentamos con cinco minutos de retraso a la programación de
Jihoon y tienes que estar bromeando, estuviste encadenado a ese idiota por seis
meses sin rendirte, es una broma.
Eso me hizo reir tanto que tuve que sostener mi
cabeza con ambas manos mientras el whisky registrado en mi cerebro empezaba a
protestar gritándome. Yo jadeaba un poco y lo miré con los ojos llorosos.
—Si realmente
crees que no eres tan inteligente como yo siempre pensé que eras. Cada tipo de
menos de noventa está tratando de meterse en tus pantalones, Donghae, sobre
todo si piensa que es tu hombre. Soy un hombre, sé de esta mierda.
Se mordió el
labio de nuevo admitiendo que probablemente tenía un punto válido y llevó el
auto a la cafetería. Yo prácticamente salí corriendo, ansioso de estirar las
piernas y conseguir alejarme un poco de la típica actitud arrogante.
No me había
molestado en preguntar si Donghae quería algo porque él seguía siendo todo
arrogante por tener que parar en primer lugar. Era casi mi turno para pedir
cuando mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo. Lo saqué después de pedir un
café de culo grande y negro y tomar un lugar en la mesa al lado de un lindo
moreno que estaba intentando con todo su esfuerzo no ser atrapado chequeándome.
—¿Qué pasa?
Podía oír la
música a todo volumen en la tienda detrás de Kyuhyun cuando preguntó:
—¿Cómo te está
yendo esta mañana?
Kyuhyun conocía
mis defectos y malos hábitos mejor que nadie, y la razón por la que habíamos
mantenido nuestra amistad, tanto tiempo como lo habíamos hecho era porque nunca
me juzgaba sobre la base de esos factores.
—Apesta. Tengo
resaca, estoy de mal humor y a punto de sentarme en otra función familiar
forzada, además de que Donghae está algo raro hoy.
—¿Cómo estaba la
chica de anoche?
—No tengoidea. Ni
siquiera recuerdo llegar a casa desde el bar, pero al parecer hice un gran
trabajo con él pues se molestó mucho porque no recordara quien era, así que
auch.
Se rió en el otro
extremo de la línea.
—El te lo dijo
como seis veces anoche, incluso intentó quitarse la camiseta para mostrártelo y
yo llevé sus culos a casa, borracho. Traté de que te fueras a medianoche, pero
como de costumbre, no lo agarraste.
Solté un bufido y
tomé el café cuando el hombre detrás del mostrador me llamó. Me di cuenta de
que los ojos del moreno seguían la mano que rodeaba el vaso de cartón. Era la
que tenía la cabeza de una cobra rey en ella. El resto de la serpiente se abría
paso en mi antebrazo y alrededor de mi codo. Su boca hizo una pequeña O de
sorpresa, así que le di un guiño y me dirigí de nuevo al BMW.
—Lo siento amigo.
¿Cómo te fue en tu cita?
El tío de
Kyuhyun, Shindong había abierto la tienda hace años en el Gangnam cuando lo
concurrían principalmente pandilleros y ciclistas, pero ahora con la llegada de
la juventud urbana y moderna que poblaban la zona, “El Mercado” era uno de los sitios de tatuajes
más concurridos de la ciudad. Kyuhyun y
yo nos conocimos en la clase de arte de quinto grado y habíamos sido
inseparables desde entonces, de hecho, había sido su plan desde que teníamos
doce años que, finalmente, nos mudaríamos a la ciudad y trabajaríamos para
Shindong. Los dos teníamos locas habilidades y personalidad para hacer que la
empresa surgiera, por lo que Shindong no tuvo reparos en que fuésemos
aprendices y nos pusiéramos a trabajar antes cumplir los veinte. Era lo máximo
tener a un amigo que trabajara en la misma rama; tenía una gran cantidad de
tinta en la piel que iba desde geniales a no tan geniales, que las crónicas de
Kyuhyun mejoraban y mejoraban en este arte y podíamos permanecer exactamente en
la misma cosa.
—Terminé ese
pedazo de espalda en el que he estado trabajando desde Julio, resultó
mejor de
lo que pensaba y el
tipo está hablando de hacerse el frente de manera que lo tomé
porque es un volquete gordo.
—Genial. —Estaba
haciendo malabarismos con el teléfono y el café y tratando de abrir la puerta
del auto cuando una voz delicada me detuvo en seco.
—Oye. —Miré por
encima de mi hombro y el moreno estaba de pie encima de un auto con una sonrisa
en su rostro—. Me gustan mucho tus tatuajes.
Yo le devolví la
sonrisa y salté un poco hacia atrás para no derramar café hirviendo por toda mi
entrepierna mientras Donghae empujaba la puerta desde el interior.
—Gracias. —Si
estuviéramos más cerca de casa y Donghae no estuviese poniendo ya el auto en
marcha, probablemente habría tenido un segundo para pedirle su número. Donghae
me lanzó una mirada de desprecio que yo ignoré y rápidamente volví a mi
conversación con Kyuhyun—. Siwon está en casa, al parecer tuvo un accidente y
Donghae dijo que estaría algunas semanas en recuperación. Supongo que es por
eso que appá estuvo llamando a mi teléfono toda la semana.
—Patea culo.
Pregúntale si quiere rodar con nosotros unos días, extraño a ese maleducado
hijo de puta.
Tomé un sorbo de
café y mi cabeza por fin empezó a calmarse.
—Ese es el plan.
Llegaré contigo en mi camino a casa y te dejaré saber cuál es la historia
Moví mi pulgar
por la pantalla para finalizar la llamada y me recosté en el asiento. Donghae
me miró fijamente y juré que vi sus ojos brillar con ira.
—Tu appá llamó
mientras estabas ocupado coqueteando. Está molesto porque vamos tarde.
Sorbí un poco más
del néctar negro de los dioses y comencé a golpear ligeramente mi rodilla con
la mano libre. Siempre fui una especie de chico inquieto y mientras nos
acercábamos a la casa de mis padres, por lo general se ponía peor.
O.o
ResponderEliminarPor un momento pensé que el chico con el que estaba el mono en la cama era Hae~
Pero...ahhhhhhh
Esta buena ma cosa!
OH SON AMIGOS Y TODO AL PARECER SIWON ES UN LINDO HERMANO CUANDO EMPESARA EL ROMANCE YA QUIERO SABER
ResponderEliminarY bueno aquí siguiendote en esta nueva historia, aunque la verdad ando medio pérdida. Jajajajajaja
ResponderEliminarMuchas gracias por el cap!! ya me enganche, asi que aqui me tendras pegada hasta que lo termine... byee
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