Luna Negra (DH10)- Capítulo Final




Minwoo se apartó del demonio que había matado y buscó entre la sangrienta refriega. Había demasiados demonios. Incluso aunque Ronin y su gente habían venido a ayudar, todavía se veían sobrepasados. Se sentía igual que si hubiese caído en un hormiguero. Mirase a donde mirase había un demonio o un miembro de la manada de Park.

Vamos a morir…

Las lágrimas llenaron los ojos mientras luchaba por dominar el pánico. Pero, ¿Cómo podían aguantar los suyos? Aparecieron nuevos demonios y se unieron a la batalla. Su gente se cansaba minuto a minuto y aunque las heridas eran mínimas, todavía le dolían.

Ninguno de ellos podía utilizar los poderes ya que eso sólo alimentaría la fuerza de los demonios. Incluso Shindong estaba luchando con la vara y espada.

Simi era la única que parecía disfrutar de ello mientras corría alrededor con una botella de salsa barbacoa, intentando coger a la gente de Woorang. El resto de ellos…

Es descorazonador.

¡Basta! Todavía no estamos vencidos.

Era un Ha emparejado a un Kim. Las dos líneas de sangre real Were-Hunter estaban combinadas en su interior y por los dioses que no cedería ni se rendiría.

Con fuerza renovada, se lanzó hacia el licántropo más cercano. Lo cogió con el arma, un golpe tan feroz que lo levantó de los pies y lo envió volando contra el demonio que luchaba con Taeheon. Cargó su peso para patearlos a ambos.

Taeheon rió.

—Hazte con ellos, chico. —Destelló a su forma de tigre.

Cuando se adelantó a acabar con ellos, captó un vistazo de Woorang dirigiéndose a su madre por la espalda. Mama estaba enzarzada con un demonio y no tenía ni idea de que estaba cerca de ella.

Pero la lujuria de sangre en los ojos era inequívoca.

Iba a matarla.

El único pensamiento era salvar a su madre, se convirtió en oso y se lanzó a por él.

Mama se volvió al mismo tiempo que Woorang esquivaba a Minwoo y le asestaba un fuerte golpe lanzándolo a un lado. Esto envió a Minwoo volando e hizo que se volviera humano mientras intentaba respirar a través del dolor. Desnudo y sangrando, intentó enfocarse. ¿Cómo diablos hacía Hyungsik para permanecer en su forma alternativa?

No podía moverse…

Gah, ¡Esto duele!

Woorang fue a apuñalarlo, pero Mama, en la forma de oso, se lanzó hacia la garganta, derribándole. Se volvió para comprobar como estaba Minwoo, quien se había recuperado al menos lo bastante para vestirse.

Su madre posó una enorme garra sobre su rostro… donde estaba seguro que estarían visibles las marcas de Centinela. La asustada preocupación en esos ojos negros trajo una temblorosa sonrisa a los labios de Minwoo.

—Estoy bien, Mama.

Mama fue por Woorang, pero el cobarde había huido. Lo persiguió mientras Hyungsik llegaba corriendo a comprobar a Minwoo.

Lo ayudó a levantarse y le tomó la cara entre las manos.

—¿Estás bien?

Él asintió.

—¿Por qué estás todavía en forma humana?

—Es la única manera de pelear con los demonios y ganar.

Minwoo echó un vistazo a su alrededor a todos los cuerpos y la sangre que cubría a los combatientes y el suelo.

—No estoy seguro de que estemos ganando.

Le dedicó una insultante sonrisa que de alguna manera le hizo sentirse mejor incluso ante la posible masacre.

—Todavía no estamos muertos.

No, pero eso era todo lo que se podía decir por ellos en el presente.

Lo besó, entonces regresó a la lucha. Minwoo se volvió para ver a Donghyun que daba una patada al mismo tiempo que uno de los demonios dejaba escapar un eructo de fuego. Donghyun esquivó la ráfaga. El fuego pasó rozando la pulida superficie de las molduras y prendió en la madera del bar. Las llamas cruzaron el techo y encendieron las botellas de alcohol.

—Oh, no. —Jadeó cuando el fuego se propagó rápidamente. Con el corazón en la garganta, corrió por un extintor mientras Jeup hacía lo mismo.

—¡Hyungsik! —llamó, necesitando más ayuda.

Hyungsik se volvió al mismo tiempo que Woorang iba por él.

Minwoo se congeló en doloroso shock cuando se dio cuenta de que estaba a punto de suceder.

Woorang, espada en mano, iba a degollarle.

Gritando, corrió hacia Hyungsik para salvarle. Él se volvió cuando la espada estaba bajando. Murió por dentro cuando se dio cuenta que nunca lo alcanzaría a tiempo incluso si se tele transportaba.

Justo cuando la hoja iba a alcanzarle, Mama se puso a si misma entre ellos. La espada, en vez de degollar a Hyungsik, se enterró profundamente en el costado de Mama.

—¡No! —gritó Minwoo cuando vio el golpe.

Mama cayó sobre Woorang, fijándole en el suelo mientras lo sofocaba hasta que dejó de moverse. Cuando se quedó quieto, Mama intentó dejarle, pero tropezó.

Minwoo alcanzó a su madre, quien estaba temblando y jadeando. La sangre lo empapaba todo cuando fluía de la abierta herida.

—¿Mama? —se ahogó.

Su madre se volvió humana para mirarla. Fue entonces cuando vio lo horrible que era la herida. Minwoo conjuró una sábana y cubrió el cuerpo desnudo de su madre.

Carson apareció a su lado y sacudió la cabeza cuando vio la herida que casi la cortaba a la mitad.

—No hay nada que yo pueda hacer. Lo siento mucho, Minwoo… Mew.

Minwoo le agarró por la camiseta.

—Conseguid traer a Kyuhyun del pantano. —Él podía sanar heridas como esta—. Él es su única esperanza.

Carson se desvaneció.

Mama jadeó por respirar cuando tomó la mano de Minwoo y la volvió para ver la palma marcada. Una tenue sonrisa curvó los labios.

—Mi precioso hijo. —Le besó la palma.

Minwoo rompió en sollozos cuando sus hermanos los rodearon.

—Aguanta, Mama. Kyuhyun ya viene.

Ella tragó.

—Es demasiado tarde, ma petite. —Con una triste sonrisa, acarició la mejilla marcada de Minwoo—. Eres tan hermoso… deberías haberme dicho la verdad sobre ti hace mucho tiempo.

Las lágrimas picaban las mejillas de Minwoo.

Hyungsik se movió para quedarse detrás de Minwoo al mismo tiempo que Papá llegaba al lado de Mama. Los ojos estaban llenos de lágrimas cuando cayó de rodillas.

—¿Mew?

Las lágrimas fluyeron desde los ojos de Mama cuando se estiró para alcanzar a su compañero.

—Mi precioso Hyunjong. Je t´aime pour toujours.

Las manos de su padre temblaban cuando recogió a Mama en sus brazos y la sostuvo cerca.

—Moi aussi, ma petite.

Mama se estiró y cogió la mano de Hyungsik, entonces la presionó contra la de Minwoo.

—Perdonadme, —jadeó—. Que los dioses os concedan a ambos la felicidad que Hyunjong y yo hemos compartido, y puede que tengáis unos niños tan preciosos como los nuestros. —Con labios temblorosos, miró a todos los chicos que estaban allí reunidos—. Os quiero, mes enfants. Cuidad los unos de los otros por mí.

Entonces se convirtió en osa. Papá sollozó en su pelaje mientras la mantenía incluso más cerca. Las marcas de Centinela aparecieron en el rostro.

—Hacednos orgullosos, hijos.

Mama se estremeció cuando su último aliento la abandonó. Papá sonrió con tristeza, entonces inclinó la cabeza y se unió a ella en la muerte.

Minwoo dejó escapar un gemido de dolor cuando Hyungsik tiró de él contra su pecho.

Hyungsik no sabía qué hacer mientras mecía a Minwoo en sus brazos. Sollozaba igual que un niño al que le hubieran roto el corazón. Partes del bar estaban todavía ardiendo, pero Taeheon, Shindong y Max parecían tener la mayoría bajo control.

Jiyong, Wonbin, Wynter, Goonji y los Carontes habían hecho huir a los demonios.

Donghyun dejó escapar un fiero sonido de dolor un instante antes de convertirse en oso. Se lanzó a si mismo contra el cuerpo de Woorang, haciéndolo pedazos. Hyungsik se encogió, agradecido de que Minwoo no fuese capaz de ver la maldad de las acciones.

No es que no conociera el lado oscuro de Donghyun o probablemente no lo hubiese hecho Minwoo de estar más consciente. Enterró los labios contra su pelo y lo meció, mientras él dejaba salir todo el dolor. Odiaba no poder quitárselo.

Pero no había nada que hacer excepto consolarlo.

Y cuando todo el mundo se dio cuenta de qué había sucedido y que Woorang yacía muerto, la lucha cesó.

Seojoon dejó escapar su propio grito de dolor cuando vio a su propio padre masacrado en el suelo. Cayó de rodillas sollozando mientras el resto de la manada observaba con incredulidad.

—¡Os tendré, bastardos! —Chilló Seojoon—. ¡Lo juro! ¡Os mataré a todos por esto!

Taeyang sacudió la cabeza.

—Ya ha habido bastantes muertes, Seojoon. Ve a casa por amor de los dioses.

Seojoon se lanzó a sí mismo hacia Taeyang.

La Dark-Huntress Janice lo cogió y lo lanzó a los brazos de los licántropos detrás de él.

—Chico, mejor será que aprendas a escuchar. Se acabó. Coge a tus compañeros y vete a casa mientras todavía estás en este lado de la tumba. Es una oferta antigua y está a punto de expirar. Vete.

Él se fue, pero la promesa en los ojos era potente.

Volvería.

Los were lobos y los demonios se replegaron. Youngdo y Wonbin intercambiaron una mirada de mutuo odio entre ellos antes de que Wonbin, Jiyong y su gente siguieran a los otros para asegurarse de que no daban media vuelta.

Hyungsik paseó la mirada alrededor del bar que casi había sido destruido. Mesas y sillas junto con los raíles y los moldes habían sido astilladas. El área entera estaba carbonizada. Cristales rotos y armas ensuciaban el suelo y estaban cubiertas de sangre.

Nunca había visto nada igual.

Y cuando la mirada fue a la señal sobre la puerta, sintió que el corazón daba un vuelco.

Ven en paz o márchate en pedazos.

La única pregunta era, ¿Podrían recoger los pedazos que habían quedado aquí esta noche?

Taeyang avanzó para coger a Minwoo apartándolo de Hyungsik de modo que pudiera sostenerla él. Hyungsik empezó a protestar, pero se dio cuenta que necesitaba a su familia tanto como lo necesitaba a él. Mientras sentía dolor por Minwoo, Taeyang realmente sentía el dolor de la pérdida. Sabiendo que era demasiado para sí mismo, lo liberó para que vaya con su hermano.

Taeyang acunó su cabeza contra el hombro.

—Todo irá bien, Minu. Nosotros estamos aquí.

Minwoo oyó esas palabras, pero no hacían nada para mitigar el dolor en su interior. Todo lo que quería hacer era compartir el emparejamiento con su madre…

Su padre…

Ése era el motivo por el qué había venido aquí esta noche. Había querido que sus padres estuvieran orgullosos de él. Para compartir su alegría.

Ahora se habían ido. Para siempre.

Si no hubieses estado aquí, no habrían sido atacados de improviso y Mama habría muerto sin haberlo visto nunca más.

Eso era verdad, pero aún así no podía detener el dolor en su interior. La pena que clamaba por el amor de su madre. ¿Cómo podía haberse ido? ¿Cómo?

Era tan injusto y quería sangre por las pérdidas…

Hyungsik permaneció atrás cuando los osos hicieron un círculo y se sostuvieron uno a otro para consolarse. Eran una familia unida.

Se sentía un total extraño.

Hasta que Minwoo y Taeyang tiraron de él hacia delante. Vaciló hasta que Donghyun le cogió la muñeca y lo obligó a unirse a ellos.

—Eres uno de nosotros, lobo. —la mirada de Donghyun fue a Dongjoon, Kevin, Jinyoung y a los otros — Como lo sois todos vosotros. Gracias por venir a ayudarnos a luchar. Esto no será olvidado.

Minwoo se estiró para limpiar un poco de la sangre en la cara de Hyungsik antes de besarle.

—Supongo que somos Osbo después de todo.

Taeyang frunció el ceño.

—¿Osbo?

Simi resolló como si pensara que él era completamente denso.

—Una familia oso y lobo. Jeez, ¿Nadie entiende el inglés Caronte?

Taeyang sacudió la cabeza cuando echó un vistazo alrededor a la mezcolanza de criaturas que llamaban hogar al Empire.

—Esta es una jodida familia.

Hyungsik rió.

—Creo que es la naturaleza de todas las familias ser jodidos.

Minwoo se limpió las lágrimas.

—¿Simi? ¿Qué es eso que me dijiste una vez acerca de las familias?

—Tenemos tres tipos de familia. Aquella de la que nacemos, aquella que nace para nosotros y aquella que dejamos entrar en nuestros corazones.

Minwoo le tendió la mano a Hyungsik mientras Taeyang continuaba sosteniéndole.

Familia.

Eso era todo lo que realmente importaba.

Aquellos de los que nacemos, aquellos que nacen para nosotros y aquellos que dejamos entrar en nuestros corazones.

Los que estaban allí reunidos, ellos eran familia y ningún montón de malicia podría cambiar eso. La familia solo podía ser destruida desde dentro.

Nunca desde fuera.

Y esta noche todos estaban más cerca de lo que habían estado nunca antes. Unidos en el dolor. Unidos en espíritu.

Unidos en amor.

Empire para siempre.



Una Semana Después.



Minwoo permanecía en el centro del bar mientras Quinn y Serre sujetaban de nuevo las luces del techo. Estaban intentando levantar de nuevo el bar y ponerlo lo más pronto posible en funcionamiento, pero les estaba llevando algún tiempo recoger los fragmentos y volver a abrir.

Conforme a la costumbre Were-Hunter, habían cremado a sus padres y habían colocado las cenizas en una urna que ahora descansaba en la capilla conmemorativa donde sus hermanos estaban guardados en una habitación especial de la Casa Ha.

Minwoo la había visitado con ellos justo esa mañana. No creía que alguna vez se acabara la necesidad de ver a su madre o sentir los cariñosos abrazos de su padre.

Los extrañaría siempre.

Hyungsik llegó detrás de él y le ofreció una taza de té.

—¿Estás bien?

¿Cómo podía realmente responder a eso?

Miró alrededor del daño que habían tenido que reparar. En una noche, sus vidas habían sido alteradas para siempre. Una noche que dejaría una última cicatriz sobre todos ellos.

Pero más allá del dolor estaba la esperanza. Y al igual que la mítica ave fénix, el Empire renacería de las cenizas y sería más fuerte de lo que lo había sido antes.

Quizás nunca recuperaran la licencia de limani, pero estaba bien. Eso les permitiría escoger y elegir a quienes ayudarían y le daría a Donghyun y Taeyang la libertad de patear el culo de cualquiera que cruzara la línea.

—Sí, creo que lo estoy. —Le sonrió a Hyungsik antes de que se fuera a ayudar a Taeyang y Ronin a mover algunos trastos viejos.

El bar se abriría en un par de semanas. Todo volvería a la normalidad excepto por dos cosas.
  
Ya no estarían Mamá y Papá Osos Ha. Ese dolor ardía en su interior.

Pero sus hermanos se habían juntado y los habían nombrado a él y a Hyungsik los nuevos propietarios del bar. Serían las dos caras que llevarían el legado que sus padres habían comenzado, especialmente ahora que Hyungsik no era culpable de lo que habían hecho los demonios.

Para bien o para mal, el Empire estaría allí. Y todo el mundo sería igualmente bienvenido, siempre y cuando se atuvieran a la única ley.

Ven en paz o sal en pedazos.

—¿Hey?

Se volvió ante el sonido de la desconocida voz procedente del exterior de la puerta.

—¿Sí?

Un alto hombre rubio permanecía a la brillante luz del día mientras examinaba la construcción.

—¿Cuándo vais a volver a abrir?

Quinn salió de debajo de la escalera.

—Sobre la segunda quincena del próximo mes.

—Fantástico. Os veré entonces.

No fue hasta que se hubo marchado que todos ellos se dieron cuenta de algo.

Ese hombre había sido un Daimon.

Y estaba caminando a la luz del día.

—Oh, mierda. —jadeó Taeyang—. Tíos, ¿Creéis que los Dark-Hunters lo saben?

Hyungsik sacudió la cabeza.

—No, y creo que los Dark-Hunters están a punto de estar seriamente ocupados.



Dos semanas después


Hyungsik yacía en la cama, completamente desnudo, con Minwoo acurrucada a su lado. Dioses, se sentía tan bien allí…

—¿Piensas reclamarme alguna vez?—susurró Minwoo mientras trazaba círculos sobre los músculos de su abdomen.

—Creo que esto está completamente en tus manos, mi joven señor.— En su mundo, el emparejarse era solamente una decisión de la pareja. Un hombre no podía obligar a una pareja a aceptarle sin importar qué.

Y si no le aceptaba antes de tres semanas, sería impotente…

Tanto como la pareja viviera.

Minwoo se incorporó para mirarle.

—No lo habías mencionado, así que empezaba a preocuparme.

¿Estaba preocupado? Él era el que iba a enfrentar los próximos años como el niño de un póster de Viagra fraudulenta.

—No quería presionarte. Has pasado por mucho.—Y había estado tan triste desde la muerte de sus padres que no había querido pincharla recordándoselo.

Minwoo se levantó, mostrándole los pechos que vivía para saborear.

—Sí, pero tú solo tienes dos días más…

Como si no estuviera contando cada exacto nanosegundo… Había programado el reloj para que le avisara antes de que fuera demasiado tarde. Pero otra vez, Kevin le había enseñado que las parejas requieren cierto grado de delicadeza. De otro modo, un tío acababa en la caseta del perro. En su caso literalmente.

—Estaba esperando que te sintieras mejor y dispuesto.—Le dedicó una maliciosa sonrisa.

Minwoo dejó escapar un juguetón suspiro ante la hambrienta mirada. Su lobo podía ser imposible a veces. Pero no lo quería de ningún otro modo, y el pensamiento de no tenerle le hería tan profundamente a un nivel que ni siquiera pensó que existía.

Hyungsik sería suyo por siempre.

Se aseguraría de eso.

Deslizando el cuerpo sobre el suyo, se sentó a ahorcajas sobre sus caderas. Era maravilloso, tendido en la cama. Tomó la mano en las suyas de modo que pudiera mordisquear las yemas de los dedos. Él se endureció al instante.

Hyungsik lo miró, la respiración se volvió desigual.

—¿Estás seguro?

Minwoo le pellizcó los nudillos cuando liberó su mano.

—No seas tonto. He estado esperando años por este momento.

Los ojos se oscurecieron, con sinceridad.

—He estado esperando toda una vida por ti.

Esas palabras lo alcanzaron. Alzó su palma marcada. Hyungsik colocó la suya en la de él, las marcas unidas mientras entrelazaba los dedos, de modo que pudieran completar el ritual de emparejamiento. Minwoo estaba tan nervioso, y no estaba seguro del por qué. No era como si nunca antes se hubieran acostado y todavía…

Esto los uniría para siempre. Le pertenecería a él y él sería exclusivamente suyo. Era una gran responsabilidad ser una parte del mundo de alguien.

Pero no lo querría de otra manera.

Con las miradas enlazadas, Minwoo se elevó y se permitió descender sobre él.

Hyungsik se mordió el labio cuando su cuerpo se cerró alrededor del suyo. Quería empujar contra él, pero eso no era parte del ritual. Éste era su momento. Minwoo marcaría el paso y dictaría lo que harían.

Y cuando empezó a moverse contra él, el lobo en su interior aulló de placer. Con las manos marcadas entrelazadas, corrió la mano libre por la espalda mientras se movía en cortas y tortuosas caricias.

Frotó su mano contra la marca que Jiyong había colocado sobre su hombro. Él todavía tendría que luchar con los demonios de vez en cuando, pero como Wonbin le había explicado su vida era básicamente suya.

Entonces otra vez, cerró la mirada en los ojos de Minwoo, dándose cuenta que su vida ya no le pertenecería sólo a él. Minwoo era ahora su vida.

Apretó el agarre sobre la mano marcada.

—Te acepto como eres, y siempre te mantendré cerca en mi corazón. Caminaré por siempre a tu lado.

Hyungsik sonrió cuando susurró las palabras que los vinculaban en una ceremonia que pertenecía a un tiempo antes que fuera registrada en la historia. Él entonces se la repitió a Minwoo y añadió una frase más.

—Daría de buena gana mi vida por ti, Minwoo.

—Tú eres mi vida, lobo, así que será mejor que cuides bien de la nuestra.

Él empezó a responder con una broma, pero el tirio se alzó sobre él tan repentinamente que no pudo hacer otra cosa excepto sisear cuando sintió el pene endurecerse incluso más. El dolor explotó en su boca cuando los dientes se alargaron en agudos colmillos y una lujuria de sangre lo sacudió haciendo mofa de la que había conocido cuando Phrixis había vivido en su interior.

El tirio era la urgencia de unir las fuerzas vitales y convertirlos en uno para toda la eternidad.

En la vida y en la muerte. Lo que Yewoon tuvo con su compañero y lo que sus hermanos habían hecho con los suyos.

Una vez puesto en su lugar, era irrompible por cualquier otro excepto Phoenix.

Hyungsik apretó los dientes para evitar morderlo.

Minwoo le ahuecó el rostro en su mano mientras lo contemplaba.

—Acabémoslo, Hyungsik.

El calor de la alegría lo atravesó, pero no quería dar ese paso tan ligeramente.

—¿Estás seguro?

Minwoo le miró con cara de pocos amigos.

—He atravesado el infierno por ti… dos veces. ¿Realmente crees que quiero pasar esta vida sin ti?

Hyungsik se sentó bajo él, atrayéndolo más cerca, entonces hundió los dientes en su piel.

Minwoo dejó escapar un pequeño grito de consternación cuando sus propios dientes se alargaron. Sintió los poderes elevarse mientras su sangre se mezclaba. Apartándole el pelo del hombro, le mordió.

La habitación nadó con cada sentido que se le acentuaba e incendiaba. En un instante, podía sentir el latido de Hyungsik como si fuese suyo. Los dos estaban verdaderamente unidos.

Para siempre.

Nunca tendrían que vivir otra vez el uno sin el otro. Éste era el gran regalo.

Y la última maldición.

Pero no lo habría querido de otra manera.

Entrelazados y unidos, se corrieron al unísono. Minwoo presionó la mejilla contra la de Hyungsik mientras la sostenía cerca y escuchaba suavizarse el latido de su corazón.

—Juré que nunca me vincularía a nadie. —Susurró Hyungsik en su oído—. Pensé que solo lo hacían los tontos.

—¿Y ahora?

La mirada se cerró en la suya. 

—Soy el tonto más feliz del planeta.

Minwoo le besó entonces y no pudo estar más de acuerdo. También era el joven tonto más feliz del planeta.




FIN




Con lagrimitias hemos sabido llegar al final de ésta historia y al final de la Saga Dark Hunter.
Confieso que al principio estaba escéptica, pero agradezco a la comadre Lunis, quien fue la instigadora...

Las historias originales siguen, pero nosotras hemos decidido dejarlo hasta aquí. Les agradecemos leernos en todas las 10 historias y por todos sus mensajes desde hace 673 dias, 21 meses,casi dos años. Ya las he mencionado antes, a mis asiduas "comentaristas" sus comentarios son ORO para mi. 

Nos seguiremos leyendo con los lobos. Espero traerles otra saga... historias con personajes muy diferentes a los que les he traído. Solo denme un poco de tiempo para que disfruten de ellas.



6 comentarios:

  1. Ah, no puedo creer que haya terminado. Ha sido hermoso. He seguido la saga desde un principio, y el que termine me da sentimientos encontrados.
    Gracias por habernos traído tan hermosa saga.

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  2. Ahhhhhh
    Los osos Ha murieron... Eso no fue lindo!
    Y Sik y Minwoo no tendrán cachorros(?)!!!
    Ahhhhhh por qué!????
    No más!
    No inventen! En serio!!!! Y ahora que haré con mi vida(?) jajajajaja nah~ ay pero por que no le siguen!??? Se aburrieron, yo de verdad disfrute y ame leer cada capitulo de la saga, les agradezco de corazón por darme algo en que entretenerme, es triste saber que aunque falten más libros, no van a seguir, hacen un maravilloso trabajo, las felicitó!!!
    Y pos ya que!
    Me quede con las ganas de saber mas de Shindong!!!! Ahhhhhh
    Que triste! Y los bebés del Sichul y el Kyumin....ahhhhhh
    Nahhhhh quiero mas! Porfis!!! Porfis!!!
    :)
    Gracias!!!!
    Las sarangheo un montón!!!
    Acá una lectora, fan número uno de sus historias y adaptaciones!
    Desde Colombia un saludo muy especial!
    <3

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  3. Fue un largo y gratificante tiempo leyendo tus maravillosas adaptaciones.
    Hermosa saga, lamento su conclusión pero como siempre es un placer leerte.

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  4. oh termino oki esta bien espero y te animes algun dia en ternimar la saga que esta muy buena

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  5. Hasta el último...hasta el último capítulo pudimos ser felices por su emparejamiento...esto de verdad fue una espera demasiado laaaaarga.
    Me gusta que Sik ya no sea una nena y ya no ande todo sensible,y ahora sepa que tanto su familia como otras personas,lo quieren...bien por él.

    ¿Tanto tiempo ha pasado?
    Es increíble lo rápido que pasa
    Pero...¿Y Shin...y estos que ya pueden andar en la luz del sol...y los malos,porque aún los hay...y MinHo...y todo lo demás?
    Necesito respuestas...podría hacer un resumen...xD
    Ni que decir...buenas historias...lastima que termino,pero esta bien.
    Gracias.

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  6. dios miooo quede en Dos temporadas atras y por tiempo no he seguido pero dios mioo no dormire por seguirla 9.9 increible que haya terminado 😭 gracias por tu trabajo enserio adore la saga completa y adorare lo que aun no leo gracias por tu esfuerzooo :)

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...